El texto plantea la necesidad de abordar el tema de la relación entre la Red, las redes sociales y los jóvenes desde un enfoque matizado que evite posturas extremas. Se basa en los trabajos de investigación de danah boyd y Sherry Turkle, quienes concluyen que esta relación es compleja y está llena de matices. Propone entender los usos que los jóvenes hacen de estas tecnologías en su contexto de desarrollo personal, así como ser críticos con nuestros propios usos como adultos. Final
PINTURA DEL RENACIMIENTO EN ESPAÑA (SIGLO XVI).ppt
Educación en tiempos deredes: it's complicated
1. 240
4.1.2 EDUCACIÓN EN TIEMPOS DE REDES
It´s complicated
Carlos Magro
Carlos.magromazo@gmail.com
@c_magro
Es muy difícil entender y apreciar a la generación que te sucede. Matisse243.
Tomaron, pues, la decisión de impedir que Emma leyera novelas.
Flaubert. Madame Bovary244
RESUMEN
El texto plantea la necesidad de abordar el tema de la relación entre Red,
redes sociales y jóvenes y en concreto el uso de la Red y las redes en el ámbito
educativo huyendo de posturas extremas y de las retóricas polarizadas que
tradicionalmente han dominado los discursos relativos a la relación entre sociedad
y tecnología. Propone hacerlo, por el contrario, desde una postura que asuma la
complejidad el tema y los múltiples matices del tema. Aboga por hacer un esfuerzo
por entender los usos que los más jóvenes hacen de estas tecnologías poniéndolos
en el contexto más amplio de su propio desarrollo personal y siendo al mismo
tiempo más crítico con nuestros propios usos de la tecnología en cuanto adultos.
Sugiere que abandonemos los prejuicios sin base empírica que hacen de los
más jóvenes expertos tecnológicos que usan incorrectamente las herramientas y
que abordemos el asunto de la incorporación de la Red y las redes en la Educación
como la única estrategia posible en estos momentos para garantizarnos el futuro.
ABSTRACT
This article shows the need to address the relationship between the
Internet, social media and teens leaving aside the extreme rhetorics that have
dominated the discourse between society and technology in the last decades. On
243 Markson, David. Esto no es una novela. La Bestia Equilatera. Buenos Aires, 2013.
244 Armiño, Mauro. Tres fragmentos suprimidos de Madame Bovary. Revista Turia (2014). nº 109-110
2. 241
the contrary, the text suggests to approach the topic from a point of view that
entangles the complexity and the nuances of the subject.
It advocates to make an effort to understand the uses that teens make of
these technologies putting them in the broader context of their personal
development, while at the same time being critical with our own uses as adults.
The text suggests too that we must give up the prejudices arise when we see teens
as technology experts who misuse the ools and finally it supports the idea that
integrate the Internet and socialmedia in education is the only possible strategy for
the future.
4.1.2.1 IT’S COMPLICATED
Siete años viajando por todo Estados Unidos, innumerables horas observando el
comportamiento en Internet de miles de adolescentes, cientos de conversaciones
informales con ellos y 166 entrevistas estructuradas y formales. Numerosas
conversaciones también con padres, profesores, bibliotecarios y representantes
juveniles, 281 páginas, alrededor de 380 referencias bibliográficas y 278 notas a
pie de página, todo esto para llegar a una conclusión, un título que lo resume todo:
It’s complicated245.
Reconozco que esta introducción es una manera demasiado simple de resumir el
excelente trabajo de investigación realizado por la socióloga estadounidense danah
boyd246 y, sin embargo, creo que ejemplifica perfectamente el tema que estamos
tratando. El libro aborda los principales temas que surgen cuando pensamos en la
relación entre adolescentes y redes sociales: identidad, privacidad, adicción,
riesgos, acoso, desigualdad y alfabetización digital. Y lo hace, desde mi punto de
vista de manera sobresaliente, buscando el que abandonemos nuestros
“prejuicios” y “suposiciones” e intentemos entender los por qués, los para qués y
los cómos de otra generación, de la generación que nos sucede. Que hagamos un
esfuerzo para entender la vida de nuestros jóvenes en estos tiempos de redes.
En abril de 1996, la también socióloga Sherry Turkle, fue portada de la revista
WIRED (entonces la revista más importante sobre el mundo digital)247. Tras 20
años como investigadora en el MIT y una primera publicación de gran impacto
245 Boyd, Danah (2014). It’s complicated. New York. MIT Press
246 Durante todo este texto escribiremos el nombre en minúsculas, siguiendo así el estilo y las
preferencias indicadas por la propia danah boyd.
247 McCorduck Pamela (1996, April) Sex, lies and avatars. WIRED
3. 242
titulada The Second Self248, Turkle acababa de publicar La vida en la pantalla (Life
on Screen, 1995249), un libro comenzado a finales de la década de los 70 y resultado
por tanto de 20 años de investigación sobre la influencia de la tecnología, los
ordenadores personales e Internet sobre los seres humanos. El diagnóstico de
Turkle dejaba entrever cierto optimismo sobre los efectos positivos de esta
interacción y su libro abrazado con optimismo por tecnólogos, geeks y futuristas.
Pero 15 años más tarde, en 2011, quien a mediados de los 90 como acabamos de
ver fue considerada como una Ciberdiva publicó un nuevo libro, titulado esta vez
Alone Together250 donde, desde una postura claramente pesimista y desencantada
con sus afirmaciones de unos años antes, defendía un necesario y urgente cambio
en nuestra manera de relacionarnos con la tecnología sino queríamos acabar
“deshumanizados”. En sus propias palabras: “durante los últimos 15 años, he
estudiado las tecnologías de comunicación móvil y he entrevistado a cientos y cientos
de personas, jóvenes y adultos, sobre sus vidas conectadas. Lo que he encontrado es
que nuestros dispositivos móviles, esos que siempre llevamos en nuestros bolsillos, nos
están afectando de manera tan profunda que no sólo cambian lo que hacemos, sino
también lo que somos”. Y continúa, o cambiamos o “de lo contrario, estamos
perdidos. Cada vez esperamos más de la tecnología y menos de los humanos. Nos
sentimos solos, pero nos asusta la intimidad. Estamos conectados constantemente.
Nos da la sensación de estar en compañía sin tener que someternos a las exigencias
de la amistad, pero lo cierto es que pese a nuestro miedo a estar solos, sobre todo
alimentamos relaciones que podemos controlar, las digitales. Pero aún estamos a
tiempo de cambiar esa convivencia con la tecnología. Tenemos que volver a aprender
el valor de la soledad”251.
La historia de Turkle, este brusco cambio de posición, no es sino un ejemplo más
que demuestra que el tema que estamos tratando es altamente complejo. La
historia vital, sus 30 años dedicados a la investigación, la opción elegida por danah
boyd para titular su libro, nos llevan a la conclusión de que hablar de tecnologías,
Red, redes y personas, está muy lejos de ser algo sencillo. Es más bien algo
problemático y complicado. It’s complicated.
4.1.2.2 HOMBRES Y TECNOLOGÍAS: UNA RELACIÓN COMPLEJA
248 Turkle, Sherry (1984). The Second Self. Computers and the human spirit. New York. Simon and
Shuster.
249 Turkle, Sherry (1995). Life on Screen. Identity in the Age of Internet. New York. Simon and Shuster.
250 Turkle, Sherry (2011). Alone Together: Why We Expect More from Technology and Less from Each
Other. New York. Perseus Books Group.
251 Celis, Bárbara. La Ciberdiva que nos pide desconectar. El Pais. 25-3-2012
4. 243
Podríamos seguir mostrando ejemplos que abundaran en la misma idea. Hay
tantos como maneras distintas de aproximarnos a nuestra relación, como
individuos y como sociedad, con las tecnologías. Nos bastan los dos citados. Son
suficientemente representativos. Las dos investigadoras han dedicado su carrera a
analizar, con especial atención y cuidado, los efectos de estas tecnologías
(principalmente las tecnologías de la Información y la comunicación, pero no sólo)
tanto sobre adultos como sobre jóvenes. Representan además paradigmáticos
ejemplos de posturas contrarias, pero las dos son sólidas en sus propuestas y en
sus argumentaciones, rigurosas en sus investigaciones y convincentes en sus
conclusiones.
Comparten además algo más que considero fundamental a la hora de abordar
este tema. Las dos han procurado huir de las posturas nítidas, de las retóricas
extremas y de las recetas evidentes. Las dos se esfuerzan por articular un discurso
alejado tanto de aquellos que representan al más recalcitrante ludismo tecnológico
como de sus opuestos, defensores de lo que Evgeny Morozov ha bautizado como
solucionismo (pretender que los problemas se solucionan solo con tecnología).
Los unos nos arrojan en brazos de la desesperanza propia de las visiones
distópicas, los otros nos alojan en la ingenuidad sin futuro de las utopías. Ambas
resultan igualmente inútiles a la hora de entender qué ocurre cuando estas nuevas
tecnologías son masivamente incorporadas en nuestras vidas. La “realidad”, sea lo
que sea, es matizada, está llena de tonalidades, es confusa y compleja. La realidad,
esta realidad de la Red y las redes, está llena de pros y contras. Y como dice boyd,
como se intuye que piensa íntimamente Turkle o como nos demuestran
continuamente en sus escritos pensadores como Evgeny Morozov252, Michael
Baumann y Richard Sennett o, sin ir tan lejos, aquí en España, Amador Fernández-
Savater o César Rendueles, la realidad es complicada: It’s complicated.
Las tecnologías de la comunicación y la información, Internet, las redes sociales,
los dispositivos móviles y la conectividad ubicua no son por supuesto las primeras
tecnologías que han sufrido las tensiones polarizadas entre defensores a ultranza y
enemigos acérrimos. La historia está llena de ejemplos que muestran la tendencia
humana a afrontar las tecnologías desde posturas demasiado extremas. Sin entrar
en detalles nos basta con recordar las reacciones a tecnologías como la imprenta
en el siglo XV, las primeras máquinas de tejer a principios del siglo XIX (ludismo) o
las reacciones de miedo ante los efectos producidos sobre el cuerpo humano por la
alta velocidad de los primeros trenes comparada con la de los carruajes de
caballos.
Reacciones de miedo que tampoco son exclusivas ante la tecnología o las
máquinas. En su Fedro, Platón nos prevenía, poniendo palabras al pensamiento de
252 Morozov, Evgeny (2013). To Save Everything, Click Here. The Folly of Technological Solutionism.
5. 244
Sócrates, sobre la más que probable decadencia y atrofia de nuestras capacidades
si abandonábamos el relato oral (basado en la memoria) por la cómoda escritura.
Los libros, de hecho, han sido tradicionalmente vistos como algo potencialmente
peligroso, causa de locura (El Quijote, Cervantes) y de conductas reprochables,
especialmente si el lector es una mujer (Madame Bovary, Flaubert).
Tampoco nos es ajena la sensación de incertidumbre y miedo que en el fondo
reflejan todas estas posturas. “No ha habido época que no se haya sentido
“moderna” en un sentido excéntrico, y que no haya creído encontrarse ante un
abismo inminente. La conciencia desesperada y lúcida de hallarse en medio de una
crisis decisiva es algo crónico en la humanidad. Todo tiempo aparece ante sí mismo
como tiempo inexorablemente nuevo”, decía en el primer tercio del siglo XX Walter
Benjamin en su monumental e inacabado proyecto el Libro de los Pasajes253 o,
mucho antes, hacia 1375, la idea de la irremediable decadencia del mundo
expresada por el poeta inglés John Gower254 al afirmar que “el mundo va de mal en
peor”.
Por otro lado, todo parece indicar, pasados ya treinta años del inicio de la
transformación digital provocada por Internet, que sí, que nos encontramos en un
momento de histórica transformación. Y que, de una manera u otra, tenemos razón
al sentirnos, como señalaron Benjamin o Gower, ante un abismo inminente,
rodeados de incertidumbre y en medio de una crisis que una vez más nos parece
definitiva. Somos, no cabe duda, los protagonistas (actores privilegiados para unos,
desgraciados sufridores para otros) de una transformación caracterizada por lo
digital, la globalización, la conectividad ubicua y el cambio social y tecnológico
continuo y acelerado. Una transformación que se cuenta para algunos entres las
pocas que han provocado cambios profundos.
Este proceso creciente de digitalización está generando una profunda
transformación en nuestras maneras de relacionarnos, aprender, educar, trabajar,
liderar personas, proyectos y organizaciones. Su impacto ha modificado todos los
ámbitos de nuestra vida, desde los más privados y personales hasta los más
públicos y profesionales. Lo digital no es sólo un conjunto de tecnologías
(argumentan unos) es, sobre todo, una nueva manera de hacer las cosas. Y por
tanto, lo que nos ocurre tiene que ver más con el ámbito de la cultura que con el de
la tecnología. Está más relacionado con el ser que con el hacer. Y su impacto a largo
plazo no está tanto en hacer lo mismo de siempre con otras herramientas como en
253 Walter Benjamin. El libro de los pasajes. Akal.
254 John Gower. ca. 1375. Citado por David Markson en Punto de fuga. La Bestia Equilatera. Buenos
Aires. 2012
254
6. 245
hacerlo de una manera sustancialmente diferente. En ser diferentes (y esto no
suena a la primera Turkle).
Esta transformación que estamos describiendo, y de la que tan bien se han
ocupado tanto boyd como Turkle, es especialmente relevante en el ámbito de la
producción, la gestión y la difusión del conocimiento y, por tanto, se trata de una
transformación de gran impacto en una sociedad como la nuestra basada en el uso
intensivo del conocimiento. Una transformación que se revela entonces
determinante y de creciente importancia en los procesos de acceso a la
información y adquisición de conocimiento, es decir, una transformación de
enorme importancia en los procesos de aprendizaje, sean estos formales,
informales o no formales.
Y transformación, además, si cabe, aún más relevante (aunque para nada
exclusiva) para las generaciones más jóvenes en cuanto que les afecta en pleno
proceso de creación, adquisición, desarrollo y maduración de las capacidades
necesarias para su vida futura.
Estas dos características, que el impacto de la transformación digital sea
especialmente importante en los procesos de aprendizaje y que lo sea
especialmente entre los más jóvenes (insisto que no de manera exclusiva) nos lleva
sin remedio a tener que atender como asunto prioritario el de las relaciones
existentes entre educación y transformación digital o, dicho, de otra manera,
coloca como asunto urgente en nuestra agenda (política, social y económica)
encarar la relación entre educación y redes.
4.1.2.3 ENTENDER A LA GENERACIÓN QUE NOS SUCEDE
Volvamos ahora con el tema que nos ocupaba al principio, la relación entre
jóvenes y redes y volvamos por un momento con danah boyd. En It’s complicated,
boyd sostiene la tesis de que, en general, el comportamiento de los jóvenes en las
redes no es especialmente extraño, ni raro, ni excéntrico sino más bien normal e
incluso muy predecible. Están en la Red y en las redes, mantiene boyd en su libro,
principalmente para conectar con su entorno, con su comunidad, para relacionarse
con sus amigos. Es cierto que las redes sociales juegan un papel protagonista en
sus vidas pero lo hacen no porque sientan una irresistible atracción o una adicción
incontrolable a las máquinas o hacia estas tecnologías (postura más cercana a
nuestra querida Turkle), sino porque éstas les facilitan “espacios” (networked
publics en términos de boyd) para desarrollarse, lugares donde quedar,
relacionarse y socializar. En definitiva, espacios y “espacio” para crecer. Para ser
adolescentes. Para hacerse adultos. En este sentido, el argumento de boyd coincide
7. 246
con el de otros investigadores como Henry Jenkins255 o más concretamente Mizuko
Ito quien en su Hanging Out, Messing Around, and Geeking Out256, explora cómo los
jóvenes conviven y aprenden con y en los nuevos medios en entornos formales, no
formales e informales. Están en las redes igual que nosotros estábamos en los
parques o nuestros padres iban al cine. Buscan sentirse parte de un grupo,
construirse un yo en relación con el grupo.
Para la mayoría de los jóvenes estar en las redes sociales es algo tan natural
como ver la televisión o usar el teléfono (haciendo válida la frase atribuida al
informático estadounidense Alan Kay; Technology is anything invented after you
were born). Lo que les mueve a estar y usar las redes sociales y los espacios de la
web social, no son las redes en sí mismas, no es desde luego una red particular
(vemos como cambian con facilidad) sino la capacidad que les brindan de
socializar y de encontrar su lugar en un espacio público. Los jóvenes, necesitan,
siempre hemos necesitado, espacio y aire para desarrollar su identidad. Buscan la
intimidad en el grupo. Quieren formar parte del mundo, quieren poder conectar
con otras personas, necesitan libertad y movilidad y la Red y las redes les ofrecen
todo eso. Les permite, afirma boyd, eludir la vigilancia de una “generación” de
padres hiperprotectora. Y es más, insisten algunos. Si hacemos un poco de
etnografía o simplemente si miramos a nuestro alrededor, lo que nos encontramos
son adultos en compañía de adultos absortos con sus dispositivos móviles, no
jóvenes. Lo que observamos es que en realidad quien parece estar más
enganchados al uso de las redes y de los dispositivos móviles no son los jóvenes,
sino sus padres, nosotros, los adultos.
4.1.2.4 NECESITAMOS MÁS TECNOPOLÍTICA
Por otro lado, boyd al igual que muchos otros investigadores (digital na(t)ives)
257, se muestra muy crítica con uno de los conceptos que más éxito ha tenido y más
se ha utilizado (sobre todo en medios de comunicación) a la hora de caracterizar la
relación de los más jóvenes con las tecnologías digitales: nos referimos al concepto
de “nativos digitales” expuesto por Mark Prensky en Digital Natives and Digital
Inmigrants258. El propio Prensky ha tratado desde entonces (sin lograrlo del todo)
255 Henry Jenkins. Confronting the Challenges of Participatory Culture. New York. The MIT Press. 2006
256 Mizuko Ito et al. Hanging Out, Messing Around, and Geeking Out. New York. The MIT Press. 2010
257 Es interesante la propuesta de Eszter Hargittai en la que jugando con la t de Na(t)ives sugiere más
bien que lo que tenemos entre manos es Naives digitales. Sociological Inquiry 80 (2010): 92–113
258 Prensky, Mark. Digital Natives and Digital Inmigrants. On the Horizon. MCB University Press, Vol. 9
No. 5, October 2001
8. 247
matizar su afirmación259, y otros autores han presentado alternativas que discuten
la validez de la pretendida “división” generacional que el concepto
nativo/inmigrante digital dibuja y sostienen que a la hora de caracterizar la
relación con Internet y las redes, la edad no es un factor determinante y se deben
tener en cuenta muchos otros, llegando a la conclusión de que es mejor hablar de
visitantes y residentes260.
El principal peligro como señalan boyd y otros estudiosos es que la retórica
asociada al concepto de nativos digitales desvía nuestra atención de lo
verdaderamente importante: la necesidad de acompañamiento y guía en la
adquisición de las competencias necesarias para vivir en la actual sociedad en Red.
La noción de nativos digitales, la vinculación implícita que el término hace entre
pertenecer a una generación y dominar una conjunto de competencias o estar
sujetos a una serie de riesgos, conduce a políticas (familiares, sociales, educativas)
defensivas en las que lo que lo que predomina, ante la avalancha de problemas y
riesgos, es la protección, los controles, las limitaciones y las prohibiciones o, por el
contrario, nos lleva a políticas pasivas en las que lo único que cabe hacer ante
tantos peligros y conductas inapropiadas es esperar, dejar que el tiempo pase con
la esperanza de que la llegada de la segura madurez de esa generación solucione
los problemas.
Estas posturas comparten todas un cierto gusto por el determinismo tecnológico,
independientemente de que estemos en el lado de los neoluditas o del lado del
solucionismo. Todas miran el presente e imaginan el futuro como
irremediablemente determinado por la tecnología. Unos sostienen que la
tecnología sólo traerá mejoras en nuestra vida (visión defendida por los que
algunos han llamado el tecno-utopismo propio Silicon Valley), otros comparten con
el poeta Gower la idea de que el mundo solo va a peor. En ambos casos, sus
defensores transitan, sin mucha capacidad de cambiar las cosas, por un territorio
resultado de la mezcla de oportunidades, fortalezas, riesgos, peligros, problemas y
soluciones.
Lo mejor de Internet, escribe Belén Gopegui261 en una interesante crítica al
libro de César Rendueles Sociofobia262, “es su capacidad para la descentralización
y para la creación de redes distribuidas; sin embargo, su misma existencia ha
presupuesto la construcción de redes centralizadas, empresas con monopolios,
plataformas no libres a través de las cuales nos relacionamos, redes de vigilancia y,
259 Digital Natives, Digital Immigrants: Origins of the Term.” Marc Prensky, 12 Junio 2006
http://www.marcprensky.com/blog/archives/000045.html
260 White, D. & Le Cornu, A. Visitors and Residents: A new Typology for online engagement. 2011
261 Gopegui, Belén. En torno a Sociofobia, de César Rendueles. El miedo a lo colectivo (6/10/2013).
262 Rendueles, César (2013). Sociofobia. Madrid. Capitán Swing
9. 248
por último, un sistema de explotación sin el cual no sería fácil que dispusiéramos de
nuestras baterías y nuestros teléfonos móviles al ritmo actual” .
De ahí que, para insistamos en la idea de que abordar este tema requiere ante
todo apelar a las posturas confusas, aquellas que habitan en el territorio del
desorden y del caos263. Aquellas que se han acostumbrado a vivir en las zonas
fronterizas. Donde nada es exclusivamente blanco o negro y todo está lleno de
tonos y de contradicciones. Que lo hagamos desde luego junto con aquellos que
han asumido que este asunto no solo es relevante sino también complejo y que
creen como ha escrito Amador Fernández-Savater 264 que lo que hoy
“necesitamos es más “tecnopolítica” y no menos. Y por tecnopolítica entiendo
simplemente un acercamiento, un hacer y un pensar políticamente la tecnología.
Entendiendo por tecnopolítica que “no se trata de confiar en ninguna varita mágica,
sino en la capacidad humana para subvertir, reapropiarse y transformar la
tecnología, dándole una dirección emancipadora.”
4.1.2.5 ALGUNOS DATOS
Si hay algo que parece claro en este complejo y confuso escenario es que la única
opción que no parece viable, la única postura que no podemos permitirnos ante el
fenómeno digital es la de no hacer nada. Internet es, en palabras de Manuel
Castells, “como la electricidad: infraestructura de nuestras vidas265”.
Llegados a este punto, no está de más insistir en la idea de que vivimos en un
mundo digital. O al menos tan digital como analógico. No existen dos mundos
separados. Ambos se entretejen y se cruzan. Se superponen y mezclan hasta
conformar una sola realidad. Internet ha superpuesto una capa digital sobre el
territorio, una piel digital sobre nuestros cuerpos, una identidad digital para
nuestro maltrecho yo analógico.
Los últimos 10 años además han supuesto un rápido proceso de hibridación de
lo digital y lo analógico, de los territorios físicos y de las redes digitales.
Hibridación abanderada tanto por los representantes más claros del establishment,
las empresas tecnológicas con base en Silicon Valley, como por los colectivos
alternativos de hackers, que llevan años explorando lo que resulta al hibridar
espacios en línea y espacios presenciales (hackatones, hacklabs, Campos de la
Cebada).
263 Lafuente, Antonio. La promesa de la desorganización. El diario (21/12/2012).
264 Fernández-Savater, Amador. Comentario escrito a propósito de la presentación del libro de César
Rendueles, Sociofobia
265 Internetfobia. Manuel Castells. La Vanguardia. Sábado 1 de junio de 2013
10. 249
Si hay algo además en lo que parece haber un consenso general, ante la
incertidumbre y el continuo cambio en el que vivimos, es en la afirmación de que la
web social (web 2.0. redes sociales) está aquí para quedarse. No importa tanto qué
tecnología dominará, ni si la oferta estará centrada en una sola plataforma o en
varias. Lo que parece poner de acuerdo a unos y a otros es la relevancia del “giro
social” que Internet ha experimentando en los últimos diez años. Fenómeno el de
la web social que se ha visto potenciado por la movilidad y la conectividad ubicua.
Los datos no dejan lugar a dudas. Ya hay más dispositivos móviles conectados
que personas en el mundo. El 80% de la población mundial ha obtenido acceso a
móviles en menos de dos décadas. Durante 2013 se vendieron más de 1.000
millones de teléfonos inteligentes266 y para 2014, la mayoría de las empresas
piensan aumentar su capacidad wifi al menos en un 20% para desarrollar políticas
internas de BYOD (Bring Your Own Device). Existen más accesos a Internet desde
dispositivos móviles que desde fijos y para 2015 la proporción será de 8 a 2. La
edad media para el primer móvil está entorno a los 13 años y el 72% de los
menores de 8 años en EEUU usan uno267. Para 2020 se prevé que habrá 24.000
millones de dispositivos conectados a Internet.
Como individuos, somos cada vez más sociales y más multitasking. Estamos
mejor informados y pasamos más tiempo conectados. Crece cada día el consumo
de medios sociales, el tiempo que pasamos en Internet, las horas de consumo de
TV y la recomendación social. Cada día nos conectamos desde más lugares y para
actividades más variadas. Somos cada vez más móviles y muchos (personas,
negocios, países) ya son sólo móviles (mobile only).
El 72% de menores de 8 años268 han usado dispositivos móviles para
actividades como juegos online, ver vídeos, usar apps, y hasta el 38% de los
menores de 2 años han usado dispositivos móviles (comparado con el 10% de hace
dos años). El número de niños que usan dispositivos móviles a diario se ha doblado
en dos años pasando del 8% al 17%. Un reciente estudio de Gartner269 indica que
la economía de las aplicaciones móviles representará para 2017 un mercado de
77.000 millones de dólares, 286.000 millones de descargas y 100 apps por día y
por usuario.
266 Shu, Catherine. Global Smartphone Shipments Top 1 Billion For The First Time Thanks To Cheap
Android Devices, Says IDC. Techcrunch. 27/1/2014
267 Zero to Eight: Children’s Media Use in America 2013.. Common Sense Media report
268 Zero to Eight: Children’s Media Use in America 2013.. Common Sense Media report
269 Gartner Says by 2017, Mobile Users Will Provide Personalized Data Streams to More Than 100 Apps
and Services Every Day
11. 250
El uso de redes sociales también crece en España270. Según IAB Spain271 (2013)
8 de cada 10 internautas de entre 18 y 55 años utilizan redes sociales. Los
principales frenos son la falta de interés por el contenido (48%), los temas de
privacidad (33%) y la falta de tiempo (20%).
Aumenta además el uso que hacemos de ellas (78% diariamente). La mayoría de
los usuarios adopta un papel de espectador, envío de mensajes privados a su red o
para enviar contenidos. La generación de contenidos queda en un segundo nivel.
La red más conocida sigue siendo Facebook (99%) pero crece mucho Twitter (87%
en 2012 frente al 65% en 2011). Les siguen Tuenti (65%) que se mantiene igual
que en 2011, Linkedin con un 20% y Google + con un 15%. En cuanto al uso, la red
más utilizada es también Facebook con un 96%, seguida de Youtube (64%),
Twitter (46%), Tuenti (35%) y Google + (29%).
4.1.2.6 LA EDUCACIÓN EN TIEMPOS DE REDES
La Red y las redes, como no podía ser de otra manera, han entrado también en la
educación. Y lo han hecho de muchas maneras. Bien porque alumnos y profesores
las utilizan en su día a día para informarse, para estudiar, para preparar sus clases
o simplemente porque lo hacen para temas de ocio, su tiempo libre o sus
relaciones personales. Bien porque han sido incorporadas en el aula, en proyectos
de aprendizaje con la Red y con las redes, bien porque son parte de políticas más
amplias de Centro.
Según un reciente estudio realizado por el Pew Research Institute272 entre
profesores norteamericanos de secundaria, el 92% de los mismos afirmaban que la
Red había impactado de manera profunda en sus maneras de acceder a la
información, contenidos, recursos y materiales para sus clases. El 69% afirmaba
que había tenido un impacto sensible a la hora de compartir ideas con otros
docentes. El 67% señalaba que había tenido impacto en su interacción con padres
y el 57% que había facilitado su interacción con alumnos.
Hablar de educación en tiempos de redes es hacerlo de educación conectada y es
hacerlo como muestran los datos de educadores conectados y también de alumnos
conectados.
270 La Sociedad de la Información en España 2013. Informe Telefónica (2014).
271 IV Estudio Anual de Redes Sociales (enero 2013). IAB.
272 How Teachers Are Using Technology at Home and in Their Classrooms. Pew Research Internet
Center (2013)
12. 251
Hablar de educación en tiempos de redes quiere decir pensar en cómo deben ser
los entornos de aprendizaje para facilitar y obtener el máximo provecho de la Red
y de las redes. Cómo deben ser las estructuras organizativas para favorecer el
desarrollo y la plena incorporación de Internet y las tecnologías de la información
en la educación. Es hablar de cómo deben ser los centros educativos, sus políticas y
normativas, los procesos de gestión, la formación del profesorado, los marcos
regulatorios y el papel de las administraciones educativas para dar respuesta a las
necesidades que demandan los alumnos conectados.
Los expertos coinciden en señalar que la educación conectada puede ayudar a
resolver en primer lugar la histórica brecha existente entre lo que sucede dentro
de las paredes de la Escuela o del Aula y el mundo exterior. Favoreciendo tanto un
aprendizaje mucho más contextualizado y relevante y al mismo tiempo posibilitar
la integración de conductas y hábitos de aprendizaje o de relación "normales" en el
día a día de los alumnos y los profesores pero aún no integrados en las dinámicas
de la Escuela.
La educación conectada saca el máximo provecho de los medios sociales
actuales (de la Red y de las redes) para relacionar y vincular en un proyecto de
futuro conjunto a las familias, las escuelas o los entornos de aprendizaje entre
pares.
Abordar la educación conectada, la educación en tiempos de redes, es decir en la
Red, con las redes y en red, supone atender a tres ejes, a tres ámbitos que se han
visto profundamente impactados por las redes. Supone incorporar en la Educación
(empleado aquí el término en su sentido más amplio) el saber vivir en la Red, en
red y con las redes; supone explorar nuevas maneras de aprender en red, con la
Red y con las redes para que, entre otras cosas, podamos desarrollar las
competencias necesarias para trabajar en entornos de red. Y supone, por último,
desarrollar las capacidades para comunicar en red, con las redes y en la Red que
facilite el histórico sueño de abrir las aulas y la escuela a sus entornos.
4.1.2.7 NECESIDAD, UTILIDAD Y OPORTUNIDAD
Atender a la educación en tiempos de redes, supone finalmente abordar
conjuntamente entre alumnos, padres, profesores, gestores, comunidad todo y
cada uno de los temas que señalábamos al principio: identidad, privacidad,
adicción, riesgos, acoso, desigualdad y alfabetización digital.
Supone hacerlo como hemos argumentado en el texto desde posiciones que
asuman la complejidad del tema y huyan de las posturas simplistas y polarizadas.
Hablar de educación en tiempos de redes es hacerlo en términos de necesidad,
utilidad y oportunidad.
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Necesidad porque, como adultos y como profesionales de la educación tenemos
la responsabilidad de acompañar a nuestros hijos y a nuestros alumnos en el
desarrollo de las capacidades necesarias para que hagan un uso eficiente,
provechoso y responsable de la Red y las redes. Necesidad de aprender a vivir en la
Red.
Utilidad porque el uso de la Red y las redes nos permite generar entornos de
aprendizaje más ricos, más motivadores y probablemente más integradores y más
relevantes para nuestros alumnos. Entornos más vinculados con la realidad que
viven fuera del aula.
Oportunidad porque incorporando las lógicas de la cultura digital y las redes
estamos desarrollando competencias necesarias para cualquier ciudadano y
profesional para vivir y trabajar en la sociedad en red. Competencias como la
cultura digital, el pensamiento creativo y crítico, la comunicación, la gestión de la
información, el trabajo colaborativo y distribuido y el aprendizaje a lo largo de la
vida. Estamos aprendiendo a aprender en red y a trabajar en red.
Oportunidad, también, porque la Internet y las redes sociales representan una
excelente manera para la actualización, el intercambio de ideas y el desarrollo
profesional y una gran oportunidad para que tanto docentes como centros
educativos lideren el cada vez más necesario debate sobre la educación que
reclama nuestro tiempo, convirtiéndose así en nodos abiertos de innovación
educativa y social.