1. La Educación del Individuo dentro de una Sociedad
que le permite construir Conocimiento
Por: Mary Luz Rendón García
“Del corazón fluye el amor que transforma el
deseo sexual en amor y el conocimiento en
Sabiduría par que se ame lo que se aprende”
Rudolf Steiner1
Siendo difícil más no imposible el escribir y más aún, reconociendo en dicho
ejercicio la responsabilidad asumida al construir un texto el cual debe llegar a
transmitir un sentir, un conocimiento, un proceso vivido gracias a la experiencia y
el cual inmortalizará de un modo u otro lo que hoy es una verdad, mi verdad y que
mañana quizás podrá transformarse a raíz de nuevos hallazgos, permitiendo la
trascendencia en esas construcciones que le van dando sentido y fuerza a una
existencia, que está expuesta a múltiples teorías como respuesta a las
necesidades que interiormente van surgiendo.
El presente escrito tratará el tema de “La Educación en la sociedad del
Conocimiento”, pero no sin antes hacer referencia a los temas de individuo,
educación, sociedad y conocimiento por la relación que guardan entre sí.
Cada uno de los anteriores conceptos logra involucrar de una u otra forma
múltiples aspectos que hacen parte de un proceso natural y necesario de todo ser
vivo. En este caso, ser humano, persona, individuo, sujeto, prójimo, hombre.
Aunque existan diferentes términos para referirnos a un ser que tiene la posibilidad
de pensar (decidir) sentir (aprender) y actuar (hacer) se hace necesario ir más allá
y definir tal concepto, del cual hare referencia de la siguiente manera: Persona:
“Unidad sustancial individual de la naturaleza”2, un ser dotado de naturaleza
racional, un todo que no puede dividirse porque sencillamente es totalmente
diferente a otros. Lo afirma Pascal cuando dice: “El hombre no es ni hombre, ni
bestia, es una unidad sustancial”.
Como unidad sustancial y con una connotación propia del ser humano como lo es
la personalidad, estudiada esta por la metafísica3 y la cual está conformada por
Z ^ t E
D h d s ^
K
'
D
2. varios factores condicionantes que se pueden alterar, se pueden trabajar, cambiar,
como lo son los factores orgánicos, psicológicos y los componentes sociales.
Además el factor intelectivo-volitivo el cual es determinante y comprende la
inteligencia y la voluntad.
Con relación a la educación ésta recrea la cultura; contribuye a la valorización de
las capacidades y potencialidades de las comunidades en busca de desarrollo
valorizado de las costumbres, tradiciones y saberes ancestrales. Retoma aquello
que considera valioso y crea nuevas formas de pensar y actuar. A través de los
procesos educativos se incorporan los individuos a la sociedad y se vislumbran
nuevos modelos de organización social.
Por último, la sociedad entendida como conjunto de individuos que actúan acorde
a lograr un desarrollo tecnológico, sociopolítico y económico destinándolo a la
subsistencia e interactuando entre sí cooperativamente.
Sociedades que se encuentran actualmente en proceso de transformación, la cual
afecta la forma como nos organizamos, cómo trabajamos, como nos relacionamos
y como aprendemos. Estos cambios tienen un reflejo visible en la escuela como
institución encargada de formar nuevos ciudadanos.
El valor de las sociedades actuales está directamente relacionado con el nivel de
formación de los ciudadanos y de la capacidad de innovación y emprendimiento
que estos posean.
En un mundo donde la información y los conocimientos se acumulan y circulan a
través de medios tecnológicos cada vez más sofisticados y poderosos, el papel de
la escuela debe ser definido por su capacidad para preparar en el uso consciente,
crítico, activo de los aparatos que acumulan información. En este sentido,
parecería que una de las pistas más prometedoras de trabajo para la escuela es la
que tiene que ver justamente con su convivialidad, con las relaciones cara a cara,
con la posibilidad de ofrecer un dialogo directo, un intercambio con personas
reales donde los instrumentos técnicos sean lo que son, instrumentos y no fines
en sí mismos4. Para Paulo Freire: “El verdadero diálogo reúne a los sujetos en
torno al conocimiento de un objeto cognoscible que actúa como mediador entre
ellos”5
“Las herramientas que debe proveer la educación deberán procurar una
flexibilidad, una cualificación básica interdisciplinaria, un interés activo por todos
los ámbitos de la vida y la voluntad comprometida con lo social. Una sociedad sólo
puede conformarse y desarrollarse en forma sana y adecuada a los
KZ^ : d ^
h K
'h/^K D
3. requerimientos de la época, si tiene en cuenta las dimensiones esenciales del ser
humano”6.
Dimensiones que se encuentran presentes en todo momento del desarrollo y
deben estimularse de forma conjunta con el propósito de lograr un desarrollo
armónico y equilibrado que permita al ser humano el reconocerse y aprovechar al
máximo sus potencialidades.
Las prácticas pedagógicas en las que he participado y he tenido presente tal
concepto han resultado bastante enriquecedoras no sólo para niños, sino además
para jóvenes y adultos quienes valoran y resaltan la forma en que se lleva a cabo
la construcción del conocimiento.
El conocimiento es una de los principales valores de los ciudadanos. Hay que ver
la alegría que representa para cada ser humano el momento en el que aprende y
más aun cuando es capaz de compartir su saber, de reflexionarlo y transformarlo.
En el futuro el principal factor productivo no serán ni los recursos naturales, ni el
capital, ni la tecnología, sino el conocimiento y la información7.
El conocimiento es aquel conjunto de datos sobre hechos, experiencias y
verdades almacenadas en una persona, que al ser transmitidas se retroalimentan
constantemente por medio de la información. El circuito creado entre el
conocimiento, el pensamiento y el lenguaje es acelerado por los procesos de
intercambio cultural, por lo que el desarrollo de las nuevas tecnologías para la
difusión de la información contribuye en un aumento del conocimiento, ampliando
así las posibilidades del pensamiento humano y la cultura en la era de la
información.
El conocimiento constituye el activo más valioso de cualquier organización. La
competitividad de las empresas y la eficacia de las administraciones públicas
dependen de que el conocimiento pueda preservarse y utilizarse de forma
eficiente. Carece de valor si permanece estático. Sólo genera valor en la medida
en que se mueve, es decir, cuando es transmitido o transformado.
Entre las características del conocimiento vale la pena destacar:
1. El conocimiento tiene un sentido de propósito, porque el conocimiento es la
“máquina intelectual” usado para alcanzar una meta.
2. El conocimiento es personal (Andreu y Sieber)
3. El conocimiento tiene la capacidad generativa, es decir cuando se obtiene uno
nuevo se integra con el anterior y se reestructura (Scheiber)
D W t / ^ W
d / : d W
4. El desafío educativo implica desarrollar la capacidad de construir una identidad
compleja, una identidad que contenga la pertenencia a múltiples ámbitos: local,
nacional e internacional, político, religioso, artístico, económico, familiar.
Por ejemplo, para Juan Carlos Tedesco, la educación a lo largo de la vida se basa
en cuatro pilares: aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir juntos,
aprender a ser.
Aprender a conocer, combinando una cultura general suficientemente amplia con
la posibilidad de profundizar los conocimientos en un pequeño número de
materias. Lo que supone, además, aprender a aprender para poder aprovechar
las posibilidades que ofrece la educación a lo largo de la vida.
Aprender a hacer a fin de adquirir no sólo una calificación profesional sino, más
generalmente, una competencia que capacite al individuo para hacer frente a gran
número de situaciones y a trabajar en equipo. Pero, también aprender a hacer en
el marco de las distintas experiencias sociales o de trabajo que se ofrecen a los
jóvenes y adolescentes, bien espontáneamente a causa del contexto social o
nacional, bien formalmente gracias al desarrollo de la enseñanza por alternancia.
Aprender a vivir juntos desarrollando comprensión del otro y la percepción de las
formas de interdependencia -realizar proyectos comunes y prepararse para tratar
los conflictos- respetando los valores del pluralismo, comprensión mutua y paz.
Aprender a ser para que florezca mejor la propia personalidad y se esté en
condiciones de obrar con creciente capacidad de autonomía, de juicio y de
responsabilidad personal. Con tal fin, no menospreciar en la educación ninguna
de las posibilidades de cada individuo: memoria, razonamiento, sentido estético,
capacidades físicas, aptitudes para comunicar…
Mientras los sistemas educativos formales propenden a dar prioridad a la
adquisición de conocimientos, en detrimento de otras formas de aprendizaje,
importa concebir la educación como un todo. En esa concepción deben buscar
inspiración y orientación las reformas educativas, tanto en la elaboración de los
programas como en la definición de nuevas políticas pedagógicas.
Carl Bereiter(2002) decía que para educar en la era del conocimiento necesitamos
una nueva idea de mente. La cual debe entenderse como un sistema que se auto
regula y organiza a partir de múltiples conexiones. Pensar en la formación de una
forma más abierta y flexible que se adapte a las necesidades de los individuos.
Los países latinoamericanos necesitan un adecuado progreso humano de sus
futuras generaciones, en relación a un apropiado desarrollo de los procesos
cognitivos, pues es a través de ellos que se construye el conocimiento y se buscan
nuevas alternativas para responder a las necesidades socio-culturales de hoy.
5. El problema central en la Educación radica en el modelo educativo. Para el caso
colombiano y latinoamericano, el modelo educativo es academicista y
fragmentado; academicista, porque está centrado en el estudio de contenidos;
fragmentado, porque se dispersa en un sinnúmero de áreas o especialidades, sin
la capacidad suficiente para integrar el conocimiento de manera que sirva de
soporte a la actuación humana, que en esencia es holística.
Para concluir, es conveniente asumir la educación como un proceso de formación
y de promoción humana integral; de seres que piensan, sienten y hacen en un
medio social mediado por un sistema educativo que en definitiva es quien regula el
adecuado desarrollo de las dimensiones antes mencionadas, las cuales deben ser
estimuladas de forma equilibrada y permanentemente para llegar a la
conformación de unas sólidas sociedades del conocimiento.