1. Seteca, Curso: Bibliología y Teología Propia
I Trimestre, 2009
Oscar Arias D.
El Canon Bíblico
Una introducción general:
1. La palabra canon
(a) Etimológicamente la palabra canon viene del griego que significa vara de medir, orilla recta o
regla.
(b) Figurativamente, en general significa una norma o patrón de conducta (2 Co. 10:13, 15, 16; Gá. 6:16). En
general se usa para designar un patrón de vida, una medida, una regla o un precepto.25
(c) Teológicamente la palabra tiene un uso técnico y restringido. Se refiere al conjunto de libros sagrados
que se aceptaron por su apego a las reglas divinas de inspiración, autoridad y autenticidad.
2. Canonicidad. Es la rama de la Bibliología que estudia la integración de los libros sagrados que pasaron
la prueba de autoridad y autenticidad. También se refiere a la cualidad que tienen esos libros de ser
considerados como norma para nuestra vida. Sólo los libros canónicos son inspirados y sólo los
inspirados son canónicos.
3. ¿Cómo se originó esta doctrina?
En el sentido de una lista de libros sagrados, el término canon es cristiano. Los primeros siglos fueron de
expansión y defensa. Hasta el siglo IV es cuando comienza la preocupación de la Iglesia por definir
claramente aquella lista. El concilio de Laodicea (363) llama a los libros bíblicos como libros canónicos.
Atanasio (367) es el primero que se refiere a los libros de la Biblia como canon. Prisciano (380), un
escritor latino, usó la palabra canon como sinónimo de Biblia. Sin embargo, hasta el concilio de
Cartago (397) es donde se reconoce la lista oficial de los libros del Nuevo testamento. Los libros del
A.T. ya habían sido reconocidos como autoritativos por los judíos y los primeros cristianos, aunque no
se les había llamado canon.
4. La necesidad del Canon.
Con relación al Antiguo Testamento, por causa de la cautividad, los judíos debieron determinar cuáles
eran sus libros autoritativos y cuáles no. Después de la cautividad se tuvo la necesidad de transmitir
los libros genuinamente autoritativos. Al llegar al N.T. nos encontramos con una gran necesidad de
conocer sobre Cristo. Esto hizo que se determinaran los verdaderos relatos. Otro factor que impulsó a
la iglesia a establecer un canon fue la presencia de la herejía y las sectas. Junto con esto, estaba la
proliferación de literatura pseudoepígrafa. Finalmente, la persecución hizo que los creyentes
estuvieran seguros por cuales libros valía la pena morir.
5. Pruebas de la canonicidad26
25
Por ejemplo, en nuestra cultura la usamos así al decir: “Esta persona no vive según los cánones dictados por la sociedad”.
26
Es importante enfatizar que las pruebas de la canonicidad sólo confirmaban la canonicidad de los libros, no la hacían. Los libros canónicos
no lo son porque la Iglesia lo ha querido. Ella solamente se ha sujetado a reconocerlos como tales. Las pruebas venían de varios requisitos.
2. El Texto Bíblico, El Canon Bíblico,, pág. 27
(a) El autor humano.
Tanto judíos como cristianos reconocieron la relación íntima que existió entre los escritos y los
autores de ellos. Estos fueron hombres santos usados por Dios. En el A.T. se reconocía la
autoridad del legislador (Moisés, Esdras), el profeta (Isaías, Jeremías), y el dirigente de la nación
(Josué, David). Del Nuevo testamento, el libro debía haber sido escrito por un apóstol o
respaldado por él.
(b) El idioma.
El algunos casos se enfatizó la necesidad de mirar al hebreo y al griego como los idiomas básicos
del canon. Con todo, debió reconocerse que esta prueba no era absoluta.
(c) El contenido del libro.
Esta es la evidencia interna del libro en cuanto a su inspiración y autoridad. Los libros debían por
ellos mismos evidenciar expresa o implícitamente estas dos cualidades de manera contundente.
Debemos reconocer que esta prueba es una de las más importantes, a pesar de que para algunos es
demasiado subjetiva.
(d) El consenso de la Iglesia y de los judíos.
Es sorprendente darse cuenta que hubo muy poco desacuerdo en medio de las iglesia en cuanto a
cuáles libros pertenecían al canon y cuáles no. Hubo algunas dudas sobre algunos libros, pero al
final ninguno que se considerase dudoso por el consenso de la Iglesia fue luego aceptado.
1. El Canon del Antiguo Testamento.
A. La conformación del canon del A.T. (Lc. 24:44)
Básicamente podemos hablar de tres grandes divisiones en este canon:
LA LEY LOS PROFETAS LOS ESCRITOS
(Torah) (Nebiim) (Ketubim o Hagiógrafa)
Llamada Salmos en Lc. 24:44
Profetas anteriores (Josué,
Jueces, Samuel y Reyes. En Poesía y Sabiduría
el canon hebreo son 4 (Salmos, Job y Proverbios).
libros).
Los pergaminos, rollos o
Profetas posteriores Megillot (Ruth, Cantares,
Equivale a nuestro conocido mayores (Isaías, Jeremías, Eclesiastés, Lamentaciones
Pentateuco Ezequiel). y Esther).
Profetas posteriores Historia (Daniel, Esdras–
menores (Son los doce Nehemías en un solo libro,
profetas menores en un solo y Crónicas).
libro en el orden de nuestra
Biblia).
3. El Texto Bíblico, El Canon Bíblico, pág. 28
B. La formación del canon del A.T.
1. La gran mayoría de críticos de la Biblia hablan de un período precanónico en donde se recopilaron
salmos, poemas y cánticos sueltos que la tradición de Israel tenía. Algunos, por ejemplo, dicen
que Moisés no escribió todo el Pentateuco, sino sólo partes, y que el libro que tenemos ahora es
sólo el producto de una serie de redacciones y ediciones hechas por otros hombres muy
posteriormente al mismo Moisés.27
2. Período canónico. Aquí es importante el testimonio de Cristo en Mt. 23:35 y Lc. 11:51. Cuando
menciona a Abel y a Zacarías (no el profeta postexílico) está indirectamente delimitando el
canon judío, ya que Abel se encuentra en Génesis y Zacarías en 2 Crónicas. Este es el último
libro en la Biblia hebrea.
También es importante el testimonio de Josefo, el historiador judío del primer siglo. En su libro
Contra Apión, Josefo defiende el canon judío. Enumera los libros en el orden de la Biblia hebra,
equivalentes a los libros de nuestro A.T. Josefo es importante porque limita el canon desde
Moisés hasta Artajerjes, el rey Persa del siglo V antes de Cristo. Esto hace muy posible que sea
Esther el último libro que se escribió, aunque Crónicas, Esdras-Nehemías, Malaquías sean
contemporáneos. Josefo admite que después de este tiempo los otros libros no fueron
considerados por los judíos en el mismo nivel que los incluidos en aquel período.
C. El reconocimiento oficial del canon del A.T.
Aunque este canon de 39 libros era aceptado en la práctica por la mayoría de los judíos, es verdad
también que con la aparición de la LXX y de otros escritos que reclamaban cierta autoridad, hubo
necesidad de definir en un sínodo cuáles eran los libros aceptados oficialmente por los judíos. Esto
se dio hacia los años 90 y 95 en una localidad llamada Jammnia. Allí hubo un acuerdo unánime en
reconocer los 39 libros (24 en el canon hebreo). Sólo hubo algunas dudas en cuanto a Esther (por
no mencionar el nombre de Dios), Cantares (por su tema “poco espiritual”), y Eclesiastés (por su
carácter de especulación “humana”). Pero finalmente todos fueron unánimemente reconocidos
como autoritativos. Los cristianos aceptaron aquel canon tal como los judíos lo habían
propuesto.28
2. El Canon Griego o Septuaginta (LXX)29
A. Su integración.
La Ley (Nuestro Pentateuco)
Históricos (Josué hasta Crónicas, Esdras, Nehemías, Tobías, Judith, Esther (con adiciones
griegas)
27
Podemos aceptar que sí existen algunas partes que pueden describirse como redacciones (finales de Dt. o de Josué, Salmos, etc.). Pero,
como evangélicos conservadores estamos obligados a confiar en que cuando el texto adjudica cierto escrito a un autor, es así y no de otro
modo.
28
Quizá fue por esto que no hubo una declaración oficial cristiana del Canon del A.T.
29
La Lxx es la traducción griega del A.T. Según una tradición legendaria, un monarca egipcio (Ptolomeo o Filadelfo) mandó a
hacer esta traducción, la cual se realizó por medio de 72 eruditos judíos en 72 días, en la ciudad de Alejandría. De allí surge el
nombre de Versión de los Setenta o Septuaginta. Todo esto sucedió a mediados del siglo III A.C. Lo más probable es que la
traducción se realizara paulativamente en unos 100 años. De manera que pudo terminarse a mediados del siglo segundo (150
A.C.) aproximadamente.
4. El Texto Bíblico, El Canon Bíblico, pág. 29
Poesía y Sabiduría (Job, Salmos, Proverbios, Eclesiastés, Cantares, Sabiduría y Eclesiástico.
Profecía: Mayores (Isaías, Jeremías, Lamentaciones, Baruc (incluye carta a Jeremías), Ezequiel y
Daniel (incluye adiciones como Oración de Azarías, Cántico de los Tres Jóvenes, La historia de Susana y Bel y
el Dragón), Menores (Los doce profetas en el orden de nuestra Biblia castellana).
B. Importancia de la LXX.
Llegó a sustituir casi completamente al texto hebreo entre los judíos de la diáspora, en incluso en
Palestina. Esto debido a la desaparición del hebreo como lengua “viva”, y el predominio del idioma
griego. Aún así, se sabe de objeciones puestas a aquellos libros adicionales que tal versión
contenía. Con la venida del Cristianismo, la LXX recobró gran importancia, pues los gentiles
hablaban griego. Así, la versión griega se convirtió en la Biblia de los primeros creyentes. 30
3. El Canon del Nuevo Testamento.
A. Etapa de escritura o apostólica (50-100 d.C)
Se sabe que los primeros libros del N.T. fueron escritos por Pablo (1 y 2 de Tesalonicenses), y que
los últimos fueron escritos por Juan hacia finales del primer siglo. Algunos han querido extender
este período hasta el segundo siglo, colocando fechas tardías para algunos libros. Pero, la gran
mayoría de eruditos está de acuerdo en que todos los libros fueron escritos en el primer siglo.
B. Etapa de circulación (100-150 d.C.)
Muchas cartas, especialmente las de Pablo, circularon entre las iglesias incluso desde el primer
siglo (2 Pe. 3:16). Obviamente las dificultades económicas, de transporte y la ausencia de copistas
capacitados hicieron que los escritos tardaran en llegar a todas las iglesias en todo el imperio
romano. De todas maneras, el tiempo de circulación de os escritos puede decirse que fue bastante
corto.
C. Etapa de reconocimiento (150-200 d.C.)
En este tiempo, los cristianos evaluaron los escritos a fin de establecer cuáles eran autoritativos.
Aparecen aquí varias figuras famosas como: Marción (un gnóstico hereje que elaboró una lista de
libros “canónicos”).31 Montano quería que sus palabras fueran reconocidas como autoritativas.
Quería alargar el canon. Casi todos los padres de la Iglesia citaron los libros del N.T. como
autoritativos.32
30
Esto podría explicar porqué los mismos apóstoles citan con frecuencia esta versión en sus escritos del N.T. Durante cuatro o cinco siglos,
la LXX fue considerada en el cristianismo como el A.T. de la Iglesia. Sin embargo, nunca hubo consenso sobre los libros apócrifos.
31
En su pseudocanon, Marción incluía una sección llamada “El Señor”, compuesta por el evangelio de Lucas, y otra titulada
“El Apóstol” que incluía 10 cartas de Pablo, excluyendo las pastorales.
32
Entre ellos los más importantes son: Clemente de Roma, Papías, Ignacio de Antioquia, Policarpo de Esmirna, Justino Mártir, Clemente de
Alejandría, Tertuliano, Ireneo, Orígenes, y más. Su forma de citar el N.T. indica que para ese entonces todos aquellos libros eran reconocidos
como inspirados y, en este sentido, canónicos. Es interesante notar que muchos libros fueron rechazados para conformar el N.T. Esto nos
habla del discernimiento usado por los primeros cristianos para evaluarlos, así como del valor de su selección de los 27 libros de nuestro N.T.
Esto es relevante al saber que la proliferación de libros pseudoepígrafos era gigante. Por ejemplo: 23 Evangelios (según los hebreos, según
los egipcios, según Tomás, de Pedro, Bartolomé, y más). 25 Hechos, 9 cartas (supuestamente de Pablo), 11 Apocalípsis, y otro montón de
libros que no caben dentro de estas clasificaciones (Los dichos de Jesús, Asunción de la Virgen, Asunción de Moisés, Libro de Enoc, etc.).
La importancia de estos libros es muy poca. Sus narraciones son basadas en leyendas. Sin embargo, algunos contenían ciertas verdades
porque Judas alude al libro de Enoc y al de asunción de Moisés (Ju. 9,14,15). El hecho de que estos fueran citados en el N.T. no significa que
sean reconocidos como inspirados. Pablo, por ejemplo, cita a portas paganos en Hch. 17 y Tito 1, y eso no los convierte en canónicos.
5. El Texto Bíblico, El Canon Bíblico, pág. 30
D. Etapa de ratificación (200-400 d.C.)
A pesar del evidente consenso de la Iglesia y de las pocas discusiones, sí hubo cisrta duda en la
inclusión de algunos libros. Este fue el caso de Hebreos, 2ª. Pedro, 2ª y 3ª de Juan y Judas.33 Sea
como fuese, las objeciones nunca se consideraron tan fuertes como loas hechas a los otros libros.
Tres concilios importantes fueron los determinantes en la ratificación del canon del N.T.:
Laodicea (363): Ahí se habló de libros canónicos, pero no se hizo una lista.
Hipona (393): Se reconoció provisionalmente la lista de los 27 libros.
Cartago (397): Dio una ratificación oficial del canon del Nuevo Testamento, tal y como lo
tenemos.
33
Con Hebreos el problema era la identificación del autor. Con Judas, su cita de libros apócrifos. Con Pedro, era el estilo bastante diferente a
su otra carta. Con Juan, era su carácter privado y personal.