El documento discute cómo las personas buscan la felicidad de diferentes maneras, a menudo asociándola con la riqueza y las posesiones materiales. Sin embargo, la felicidad verdadera proviene del perfeccionamiento personal a través del desarrollo de virtudes y una buena educación, no de acumular bienes. Los padres deben enseñar a sus hijos a disfrutar de las cosas simples de la vida y pasar tiempo de calidad con ellos, en lugar de centrarse solo en comprarles cosas.