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Teatro Valle-Inclán
Temporada 2009 / 2010
Centro Dramático Nacional
Dirección: Gerardo Vera
de
Bertolt Brecht
Dirección
Gerardo Vera
Madre Coraje
y sus hijos
Versión
Antonio Buero Vallejo
Teatro María Guerrero
1984
Rojo reposado
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Sí, pero no lo soy
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Lecturas de dramaturgia
italiana contemporánea
El avaro
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01.10 > 04.10.2009
08.10 > 11.10.2009
15.10 > 22.11.2009
12.11.2009 > 03.01.2010
28.01 > 07.03.2010
enero > marzo 2010
febrero 2010
08.04 > 23.05.2010
de George Orwell
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UNA MIRADA AL MUNDO
basado en la novela de Jeroen Brouwers
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Coproducción Toneelhuis (Bélgica)
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UNA MIRADA AL MUNDO
de Romeo Castellucci
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UNA MIRADA AL MUNDO
Texto y dirección de Alfredo Sanzol
Producción Centro Dramático Nacional
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Dirección de José Carlos Plaza
Coproducción Centro Dramático Nacional
y Centro Andaluz de Teatro
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Dirección de Natalia Menéndez
Sala de la Princesa
en colaboración con
Festival Escena Contemporánea
Sala de la Princesa
de Molière
versión y adaptación de Jorge Lavelli
y José Ramón Fernández
Dirección de Jorge Lavelli
Coproducción Centro Dramático Nacional
y Galiardo Producciones
CENTRO DRAMÁTICO NACIONAL
TEMPORADA
2009 / 2010
Teatro Valle-Inclán
Temporada 2009 / 2010
CENTRO DRAMÁTICO NACIONAL
Madre Coraje
y sus hijos
Madre Coraje y sus hijos
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El de la venda
Mario Angulo
Madre Coraje
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Campesina
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Caradequeso
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Predicador
José Pedro Carrión
Yvette Pottier
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Otro sargento
Paco Déniz
Labrador
Tino Martínez
Reclutador
Paco Obregón
Soldado con picas / Segundo soldado
Andrés Ruiz
Sargento armero / Primer soldado
Roberto San Martín
Joven campesino
Agustín Sasián
Escribiente / Tercer soldado
Juan Pedro Schwartz
Músico
Yury Sidar
Eilif, el hijo mayor
Fernando Soto
Campesino
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General / Coronel
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Sargento
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Reparto (por orden alfabético)
de Bertolt Brecht
Versión Antonio Buero Vallejo
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Realización escenografía
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Realización vestuario
Sastrería Cornejo
Utilería
Mateos
Realización del telón rojo
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Director de fotografía y operador de cámara
Ángel Esteban
Ambientación
María Calderón
Semoviente
Zooko
Agradecimientos:
Ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid; E.P.M. Espacios para la Memoria.
Equipo técnico
Músicas
La nuit y War, de Goran Bregovic; J’attendrai, de Dino Oliveri y Luis Poterat;
Entreacte, de Ernest Gold; Vüstyi, vüstyi, de Irén Lovasz y Jirí Plocek,
O surdato ‘nnammuratto, de Aniello Califano y Enrico Cannio
Equipo artístico
Escenografía
Ricardo Sánchez-Cuerda
Gerardo Vera
Vestuario
Alejandro Andújar
Iluminación
Juan Gómez-Cornejo
Ion Anibal
Música
Luis Delgado
Vídeoescena
Álvaro Luna
Diseño de sonido
Pepe Bel
Movimiento escénico
Sol Garre
Caracterización
Romana González
Piano
Mariano Marín
Ayudantes de dirección
José Luis Arellano
José Manuel Mora
Ayudante de escenografía
Laura Frieyro
Ayudante de vestuario
Carmen Mancebo
Fotos de ensayo
David Ruano
Diseño de cartel
Isidro Ferrer y Sean Mackaoui
Índice
El autor y su obra, Bertolt Brecht
El Berliner Ensemble
Análisis de la obra
Argumento
Versión de Antonio Buero Vallejo
La Guerra de los Treinta Años
Entrevista con el director Gerardo Vera
Entrevista con Mercè Aranega
La escenografía
Videoescena
El Vestuario
El espacio sonoro
Movimiento escénico
Bibliografía
7
9
14
15
16
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18
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37
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42
9
Primeros años:
Me crié como el hijo de gente rica
Bertolt Brecht nació en Ausgsburgo, Ba-
viera, el 10 de febrero de 1898. Diez
años antes de su nacimiento, Guillermo
II subió al trono de Alemania. Heredó
de su abuelo Guillermo I y del Canciller
de Hierro Otto Von Bismarck una Ale-
mania unificada y fuerte con uno de los
ejércitos más poderosos de Europa.
Con Guillermo II hubo años de cre-
cimiento industrial, económico y tecno-
lógico muy fuerte. Por ende hubo tam-
bién un aumento de las clases obreras y
una enorme expansión del movimiento
socialista alemán. Este crecimiento eco-
nómico convivía con una mentalidad de-
cimonónica. Se respetaba la autoridad
casi como derecho divino.
La familia de Brecht poseía un nego-
cio de tabaco que todavía existe en la
Selva Negra. Era una próspera familia
burguesa de padre católico y madre pro-
testante de la que Brecht recuerda: Me
crié como el hijo de gente rica. Mis padres me
pusieron un cuello duro y me educaron en el
hábito de ser atendido y me instruyeron en el
arte de dar órdenes.
Se graduó en Medicina en 1917 y ese
mismo año entró en el ejército y se con-
virtió en camillero en un hospital de
Augsburgo. De su vivencia en este hospi-
tal nació su poesía en 1923 Leyenda del
Soldado Muerto, que le valió aparecer en
la lista negra de Hitler.
La guerra entró en su cuarta primavera
la paz no asomaba en ningún frente.
El soldado cansado de tanta espera
se decidió y murió heroicamente.
El autor y su obra
Bertolt Brecht
Época de juventud
En esta época de juventud, Brecht reci-
bió las influencias del expresionismo. La
juventud alemana se oponía a la tradi-
ción y las convenciones sociales. El mo-
vimiento expresionista supuso una rup-
tura con el arte establecido. En música,
en pintura, incluso en sintaxis y gramáti-
ca se rompió con la tradición. El cuadro
El Grito de Eduard Munch, se convirtió
en el exponente de este movimiento que
incluye varios ismos, como el dadaísmo,
el surrealismo, el futurismo. La drama-
turgia expresionista representó una re-
volución intelectual contra la burguesía;
era idealista y subjetiva. El yo era el cen-
tro creativo. En los años que van de 1918
a 1926, el joven Brecht recibió estas in-
fluencias aunque nunca se identificó
plenamente con ellas. Nunca tuvo la do-
sis de romanticismo suficiente. El amor
como tema de su teatro no es frecuente
y siempre es tratado como amor frater-
nal o compañerismo. El sentimiento ro-
mántico del amor le parecía una trampa
burguesa. El romanticismo no iba con su
naturaleza; era un hombre pragmático,
como él mismo se describió … a gusto en
el asfalto de las ciudades donde me aprovisio-
no de los últimos sacramentos: diarios, tabaco
y whisky. Sus biógrafos resaltan el éxito
que Brecht tenía con las mujeres aun-
que él decía de sí mismo que soy el tipo en
el que ellas no pueden confiar. Aún así se ca-
só en dos ocasiones. La primera en 1922
con Marianne Zoff de la que tuvo una
hija y de la que se divorció cinco años
después. La segunda en 1928 con la ac-
triz Helene Weigel. Desde entonces fue
su compañera y colaboradora. Tuvieron
dos hijos. Helene fue la actriz que mejor
ha sabido encarnar los personajes feme-
ninos del teatro brechtiano y continuó
su labor después de muerto él.
En su época de juventud, ya residien-
do en Berlín, conoció al crítico alemán
Feuchtwanger. Este hombre de letras te-
nía enorme prestigio y fue de una gran
ayuda para Brecht. Feuchtwanger descu-
brió la obra Baal, escrita en 1919 y reco-
noció en ella la calidad del autor.
De esta primera época son también
En la Jungla de las Ciudades (1923), Un
Hombre es un Hombre (1923) y Vida de
Eduardo II de Inglaterra (1923-24) adapta-
ción de la obra de Marlowe.
En búsqueda de un cambio teatral
Su teatro evolucionó en busca de formas
de expresión en las que el ambiente so-
MADRE CORAJE Y SUS HIJOS
10
Brecht con Helene Weigel en un mercadillo de Berlín.
cial fuera el condicionante de la acción.
El individualismo del yo expresionista no
le valía. Se centró en actitudes colectivas
que le ayudaron a criticar la moral bur-
guesa. Además conoció y mantuvo una
gran amistad con el músico Kurt Weill.
Utilizaron la música de manera no con-
vencional. La orquesta se situaba en el
escenario y se iluminaba. Las agradables
melodías de Kurt Weill y la letra durísi-
ma de Brecht, tenían el objetivo de sor-
prender a la audiencia e incitarla a pen-
sar. De esta época fueron La Pequeña Ma-
hagonny (1927) y La ópera de los cuatro
cuartos (1928).
La música adquirió gran importancia
en las puestas en escena de Brecht, y to-
dos los elementos que componían su tea-
tro sufrieron con ella una transforma-
ción. Los interpretes, el público, la for-
ma y el contenido de la obra exigían un
cambio total de viejos elementos. Bertolt
Brecht usó la teoría general del marxis-
mo para dar este cambio. Los revolucio-
narios montajes de Edwin Piscator influ-
yeron mucho en él. Piscator cambió por
completo el sentido de las posibilidades
escénicas sacando al teatro del realismo
decimonónico y apuntando las formas
que luego desarrollaría Brecht. Además
Piscator fue el iniciador de un tipo de tea-
tro comprometido políticamente y con
funciones didácticas. Bertolt Brecht en
su escrito Cinco dificultades para decir la
verdad en 1934 planteaba el problema de
escribir un teatro de partido, para la cla-
se obrera, que fuera útil y pedagógico
para ellos y al mismo tiempo no perder
el espectador de la clase media.
El resultado: el teatro épico
La solución que Brecht encontró a ese pro-
blema es el llamado teatro épico: se unen
las historias populares con el planteamien-
to político. Se fusiona la dialéctica marxis-
ta con elementos estético-formales.
Lo más importante del teatro didácti-
co para que cumpla su función es que
no debe enajenar al espectador. El es-
pectador debe poder reflexionar y para
ello no puede estar completamente ab-
sorbido por la trama. Por tanto el actor y
todo el montaje deben mantener un
cierto distanciamiento. El actor debe
mostrar el papel, pero no identificarse
con él. De esta forma el espectador no
olvidará que lo que está viendo es teatro,
evitará la alienación y conseguirá una re-
flexión crítica. Se utilizará todo lo nece-
EL AUTOR Y SU OBRA
Cartel original de La ópera de los cuatro cuartos, 1929.
11
12
MADRE CORAJE Y SUS HIJOS
sario para evitar la enajenación del pú-
blico: la risa, el baile, la música…
En este sentido Brecht admiraba mu-
cho la técnica del actor chino, llena de
gestos, que fue un referente en el teatro
épico.
En palabras de Brecht “el distancia-
miento de un incidente o de un perso-
naje, sencillamente significa sacar de ese
incidente o personaje aquello que es evi-
dente en sí mismo, conocido u obvio y
sostener lo que nos genera sorpresa o
curiosidad. El distanciamiento tiene las
mismas cualidades que el historicismo;
es decir, considera a las personas como
históricamente condicionales y transito-
rias. El espectador ya no verá a los per-
sonajes sobre un escenario como si fue-
ran inalterables o entregados sin más a
su destino. Los verá en cambio como un
hombre con determinadas característi-
cas, de acuerdo a las circunstancias.”
El teatro épico tal y como Bertotl
Brecht lo concibió no tiene ninguna
connotación de heroísmo o grandeza.
Quería significar que el teatro no fuera
excitante, “dramático”, con tensiones y
conflictos. Prefería que fuese lento y re-
flexivo para dar lugar a la meditación.
Brecht resumió este concepto en un
cuadro comparativo que él mismo defi-
nió años después como demasiado es-
cueto, pero que resulta muy explicativo.
(Del libro Brecht dramaturgo de Ronald
Gray citado en bibliografía).
Forma dramática del teatro
Se actúa
Envuelve al espectador en la acción escénica
Anula su capacidad de actuar
Vivencia
Sugestión
Se preservan las sensaciones
El espectador está dentro de la acción, simpatiza
con los personajes
Se supone que el hombre es conocido
Tensión esperando lo que sucederá
Sentimiento
Forma épica del teatro
Se narra
El espectador es observador
Despierta su capacidad de actuar
Visión del mundo
Argumento
Se insta a que las sensaciones se transformen en
realizaciones.
El espectador se enfrenta a lo que ve y lo estudia
El hombre es objeto de investigación
Tensión en el proceso
Razonamiento
13
EL AUTOR Y SU OBRA
Del teatro épico son sus mejores
obras: Galileo, (1938 primera versión,
1948 segunda), Madre Coraje y sus hijos
(1939), El señor Puntila y su criado Mati
(1940), El círculo de tiza caucasiano (1943-
45) y La buena persona de Sezuan (1938 a
1942).
El exilio: de 1933 a 1948
Bertolt Brecht se vio obligado a abando-
nar Alemania en 1933 cuando Hitler su-
bió al poder. Antes de marchar escribió
Cabezas Redondas y Cabezas Puntiagudas,
una dura crítica contra el nazismo. Con
su familia viajó a Moscú, Praga, Viena y
Zurich, ciudad en la que se refugiaron
gran número de artistas del expresionis-
mo. Su obra Terror y Miseria del III Reich,
de esa época se distribuyó clandestina-
mente en Alemania. Como represalia se
le retiró la ciudadanía alemana.
Finalmente se exilió en Estados Uni-
dos, en California, donde algunos de sus
viejos amigos estaban haciendo cine.
Aunque nunca militó en el Partido Co-
munista se vio sometido a un proceso
por el Comité de Actividades Antinorte-
americanas, el 19 de septiembre de
1947. El proceso se inició a raíz del es-
treno de Galileo (1937) y aunque no tuvo
importantes consecuencias para al au-
tor, sí le decidió a abandonar el país.
Después de vivir algún tiempo en dis-
tintas ciudades europeas, en 1948 volvió
a Alemania, ya por entonces dividida. Se
asentó en el Berlín oriental donde creó
la compañía Berliner Ensemble, que se
ubicó en el teatro Schiffbauerdamm.
Allí trabajó junto con su mujer hasta que
la muerte le sorprendió en un ensayo de
Galileo el 14 de agosto de 1956. ●
Brecht declarando ante la Comisión de Actividades
Antinorteamericanas, 1947.
14
A
la vuelta de su exilio en 1948, Bertolt
Brecht se afincó en el Berlín oriental. Allí
fundó el Berliner Ensemble, compañía y
taller de dramaturgia con presupuestos clara-
mente políticos. Se hacían lecturas de clásicos
marxistas y se dedicaban dos horas semana-
les al estudio del tema. Tenían un generoso
subsidio estatal de más de tres millones de
marcos anuales, lo que permitió a Brecht pro-
fundizar en su labor de investigación y estre-
nar después de muchos ensayos. Normal-
mente se presentaba una función al año y ca-
si siempre de obras del propio autor.
Brecht trabajó intensamente con esta
compañía los últimos años de su vida. Sus en-
sayos eran un laboratorio teatral donde desa-
rrolló su propio estilo. Según sus palabras: en-
cuentro necesario ensayar todas las escenas
al mismo tiempo para que ninguna esté coci-
da antes que otra.
Caspar Neher fue su escenógrafo. Ambos
trabajaron con gran meticulosidad los detalles
del decorado y de la utilería. Normalmente
Brecht prefería puestas en escena sencillas
que resultaban de gran plasticidad. En mu-
chas ocasiones la iluminación era muy inten-
sa para evitar que el espectador se sumergie-
ra en un ensueño. Los focos no se escondían
para ayudar a recordar que lo que se estaba
contemplando era teatro.
Los programas de mano de la Berliner En-
semble eran muy cuidados. Presentaban mu-
cho material gráfico, comentarios y notas in-
formativas no sólo de gran belleza, sino tam-
bién muy didácticos.
Después de su muerte, su mujer, Helene
Weigel, continuó su labor al frente de la com-
pañía. Probablemente ella sea la actriz que
mejor haya comprendido los personajes fe-
meninos de Brecht. ●
Berliner Ensemble
Brecht y Helene Weigel en el Berliner Ensemble,
Berlín, 1954.
La sede del Berliner Ensemble, Berlín, 1950.
15
Brecht y el compositor Paul Dessau al piano.
Análisis de la obra
Mutter Courage und ihre Zinder, Madre Coraje y sus hijos es una de las
grandes obras de Bertolt Brecht, ejemplo de su teatro épico. Fue escrita en 1939 y
estrenada en Zurich el 19 de abril de 1941. Brecht la revisó y dirigió para el Berliner
Ensemble en Berlín en 1949 con música de Paul Dessau.
Brecht ambientó la trama de Madre Co-
raje en la Guerra de los 30 años, cuyo
paisaje fue el mismo en el que se desa-
rrollaba, en el momento que se escribió
la obra, la Segunda Guerra Mundial, au-
téntico objetivo de las críticas y denun-
cias de Brecht. La obra está inspirada en
la novela del siglo XVII Landstörzerin
Courasche, La pícara coraje del escritor ale-
mán Hans Jacob Christoph von Grim-
melshausen. Grimmelshausen fue solda-
do en la Guerra de los 30 años siendo un
niño y en esta novela y en Simplicius Sim-
plicissimus describe sus aventuras al mis-
mo tiempo que hace un relato realista y
satírico de la devastación sufrida en Eu-
ropa.●
Argumento
16
A
na Fierling, Madre Coraje, es la
dueña de un carro de venta ambu-
lante que sigue a las tropas en la
Guerra de los 30 años consiguiendo así
hacer negocio. Le ayudan sus tres hijos,
Eilif, Caradequeso y Catalina, que es mu-
da. Eilif y Caradequeso son reclutados
por el ejército protestante y la mujer si-
gue su periplo con su única hija. Madre
Coraje es codiciosa y pragmática y su
preocupación es el beneficio que consi-
gue vendiendo entre los soldados. La
guerra no parece importarle, al contra-
rio asegura que es buena para sus ingre-
sos. A medida que transcurren los años
de contienda la situación se hace cada
vez más difícil y el negocio se vuelve rui-
noso. Catalina es una muchacha sensible
que sufre mucho con las desgracias que
continuamente ve a su alrededor. Para
evitar una emboscada enemiga que su-
pondría la muerte de muchos civiles, ni-
ños y mujeres, se expone al ejército ene-
migo y es asesinada. Madre Coraje deja a
unos campesinos el cuerpo de su hija pa-
ra que lo entierren y se aferra al carro
para seguir a las tropas y continuar su
negocio sola. ●
17
La versión
Antonio Buero Vallejo
Antonio Buero Vallejo el dramaturgo español autor de la versión de
Madre Coraje y sus hijos que se representa en el teatro Valle-Inclán dirigida
por Gerardo Vera.
T
rabajé con el mayor cuidado en es-
ta versión. Procuré obtener, en cas-
tellano, un lenguaje de resonancia
popular equivalente al del texto origi-
nal que, sin olvidar la época de la ac-
ción, resultase desenfadado e inteligi-
ble en la nuestra. Cuidé cuanto pude la
letra de las canciones, que guardan fi-
delidad al contenido de las originales.
Enfrentémonos ahora con Ana Fier-
ling y con sus hijos. Con sus hijos, que
mueren, como podrían morir los nues-
tros, en una guerra, y con ella, que nos
enseñe a todos la terrible mezcla de hu-
manidad y de egoísmo a que pueden
llegar las personas que no mueren en la
guerra y han de sufrir las más penosas
deformaciones bajo la presión implaca-
ble de un mundo injusto y torpe.
Antonio Buero Vallejo
(Fragmento de la nota al programa
del estreno de 1966).
18
La Guerra de los Treinta Años
1618-1648
E
n 1617 Matías era emperador de
Austria y rey de Bohemia. Murió sin
descendencia. La familia Habsbur-
go pretendía la herencia de estos reinos
y a la muerte de Matías nombraron a
Fernando de Estiria rey de Bohemia. El
nombramiento no gustó a la población
checa por doble motivo; por un lado
Fernando era un firme partidario de la
religión católica, mientras que el pueblo
y la nobleza local eran protestantes. Por
otro lado los nobles veían en el nombra-
miento de un Habsburgo el peligro de
perder sus privilegios políticos y econó-
micos. Por este motivo no aceptaron al
rey Fernando II y el 23 de mayo de 1618
protagonizaron un levantamiento que
ahora se conoce como la Segunda Defe-
nestración de Praga. Tiraron por la ven-
tana del palacio de la capital a dos mi-
nistros del imperio y un secretario. Nom-
braron un protestante para que los re-
presentara, Federico del Palatinado.
Bertolt Brecht ambientó Madre Coraje y sus hijos en el siglo XVII durante la Guerra
de los Treinta Años. La elección no fue casual. Se trató de una guerra larga y cruel
que sumergió a casi toda Europa en años de hambre, enfermedad y sufrimiento.
Era, por tanto, el escenario idóneo para el propósito de su obra, denunciar los
abusos de la guerra especialmente para los menos favorecidos y llamar la atención
sobre la codicia del ser humano.
Las miserias de la guerra, grabado de J. Callot. Los ejércitos de la guerra de los Treinta Años estaban formados
por mercenarios que vivían del pillaje y de la devastación.
19
Fernando de Estiria pidió ayuda a la
Liga Católica y Felipe III respondió a la
llamada con tropas españolas, en aquel
momento el ejército más poderoso de
Europa. Federico también se procuró
aliados, aunque menos numerosos, en-
tre países protestantes; Holanda, Vene-
cia y Hungría. Comenzó así una con-
tienda que se extendió por buena parte
de Europa Central y que se prolongó de
1618 a 1648. A partir de 1630 se sumó
Suecia que pretendía el control estraté-
gico del mar Báltico y en 1635 Francia
luchó contra España en lo que ya no era
una guerra religiosa sino una lucha por
la supremacía política de Europa: la
Guerra de los Treinta Años.
La Guerra de los Treinta Años fue
muy dura no sólo para los soldados sino
para la población civil. El ejército se for-
mó en gran parte por mercenarios. La
disciplina militar apenas existía y los sis-
temas de avituallamiento eran muy pre-
carios. Los soldados arrasaban los cam-
pos y las poblaciones por las que pasa-
ban. Cometían todo tipo de excesos con
los habitantes y Europa fue víctima de
hambrunas y epidemias.
Como testimonio transcribimos un
párrafo de la novela Simplicius Simplicissi-
mus escrita en 1668 por Grimmelshausen
que fue soldado durante la Guerra de los
Treinta Años y que describe fielmente el
comportamiento de los ejércitos:
…Cada uno se ocupó de dedicarse a su
trabajo particular, que parecía ser el de des-
truirlo y saquearlo todo…Otros hacían gran-
des paquetes de ropa, vestidos, toda clase de
utensilios, como si fueran a abrir en cualquier
parte un mercado de chamarileros; en cuanto
a las cosas que no podían llevarse, las destro-
zaban…Otros demolían la estufa y las venta-
nas, aparentemente para anunciar que el ve-
rano iba durar eternamente. Rompían con es-
trépito las vajillas de cobre y estaño; quema-
ban las camas, las mesas, las sillas, los ban-
cos, aunque había en el patio bastantes esté-
reos de madera seca.
…Se pusieron entonces a sacar de la tuer-
ca de las pistolas las piedras de fuego; pero pa-
ra remplazarlas por los pulgares de los cam-
pesinos y torturar de este modo a esos pobres
diablos, como si se tratara de quemar bru-
jas… A otro (campesino) le habían atado al-
rededor de la cabeza una cuerda que apreta-
ban con un garrote y a cada vuelta la sangre
le brotaba por la boca, la nariz y las orejas…
En este paisaje desolador Bertolt Brech
hizo pasear su carro a Madre Coraje. ●
Portada de la primera edición del Simplicius
Simplicissimus, 1668.
LA GUERRA DE LOS TREINTA AÑOS
21
Utiliza para su espectáculo la versión
de Antonio Buero Vallejo, ¿ha hecho al-
guna modificación?
Efectivamente hemos utilizado la ver-
sión de Buero Vallejo y hemos hecho
una pequeña reducción porque no que-
ría un espectáculo más largo de las dos
horas y también, por otra parte, porque
quería que el lenguaje fuese más conci-
so y más directo. La versión de Buero es
extraordinaria pero un poco larga y yo,
como todos los directores, llevamos el
texto al punto que nos interesa. He he-
cho una pequeñísima reducción, casi
imperceptible. La base del espectáculo
es la versión de Antonio Buero Vallejo.
Además me ha inspirado el prólogo que
el propio autor hizo en la publicación
que editó el Centro Dramático Nacional
con el equipo de Lluís Pasqual, dirigida
por él mismo, en 1986. Me iluminó mu-
cho el camino porque era sumamente
interesante lo que proponía. Hablaba
del mundo de Brecht basado en la orto-
doxia del teatro comprometido, objeti-
vo, dialéctico que en aquel momento
creó en España los brechtianos dogmáti-
Gerardo Vera es director del Centro Dramático Nacional desde junio de 2004.
Fue Premio Nacional de Teatro en 1988 por su contribución al desarrollo del tea-
tro y de la ópera en España. Es miembro del Patronato del teatro de la Abadía de
Madrid desde su fundación. Desde 1970 trabaja como escenógrafo, figurinista,
director artístico y director de cine y teatro habiendo conseguido entre otros
galardones, el Goya a la mejor dirección artística por La niña de tus ojos de
Fernando Trueba, Goya al mejor decorado y vestuario por El amor brujo de Carlos
Saura, Antonio Gades. Le pedimos que nos hable de su trabajo en esta nueva
propuesta para el Centro Dramático Nacional.
La dirección de
Gerardo Vera
cos. Ellos decían que Brecht tenía unos
cánones de los que no se podía salir. El
propio Antonio Buero Vallejo proponía
en su prólogo que representar Brecht en
nuestra época suponía reflejar nuestra
realidad más cercana. Me iluminó mu-
cho esa lucidez, ese talento de hombre
de teatro que se sobreponía a las tiraní-
as de la época.
¿Qué me puede decir de Madre Cora-
je y sus hijos?
Creo que es una de las grandes obras
de Brecht. Con el tiempo se ha converti-
do en un clásico. No es casual que en es-
te momento se esté representado en Ale-
mania, en Estados Unidos y en Inglate-
rra en el Nacional Theatre en versión de
Tony Cusber. La obra es un discurso de
la guerra. La madre sacando provecho
de la guerra se engaña a sí misma por-
que en el fondo es la guerra la que saca
provecho arrebatándole a su familia. Es-
ta parábola, que es una metáfora de la
realidad humana, nunca se ha entendi-
do tanto como a la luz de los aconteci-
mientos de hoy. Yo creo que la dureza de
la obra tiene que ver con la esencia de la
guerra, una guerra que siempre hacen
los poderosos, los que sacan partido.
Grandes frases de la obra, como la que
dice el predicador: la guerra nunca está en
peligro porque cuando se debilitan los caño-
nazos, ya se encarga el Emperador y el Papa
de echar la gasolina para que siga funcio-
nando. Los poderes políticos se encargan
de que la llama de la guerra siga viva pe-
ro la guerra la hace la gente de la calle,
las víctimas son la gente corriente. Esa
lectura tremenda de la realidad que nos
MADRE CORAJE Y SUS HIJOS
22
23
LA DIRECCIÓN
rodea, de la realidad que anega los tele-
diarios, es la que tenemos en el escena-
rio. Y todo a partir de un personaje; Ma-
dre Coraje. Tiene atisbos de Celestina,
de personajes de la tragedia griega, de
los grandes personajes femeninos de la
historia del teatro. Brecht plantea con
ella un juego intelectual poderosísimo,
Madre Coraje, por encima de cualquier
relación emocional, cree estar sacando
partido de la guerra y al final se ve in-
mersa en su propia torpeza porque no
ha sabido calibrar bien que la guerra,
siempre acaba ganando. Brecht parte de
una mujer, de una familia, que va pasan-
do por los países y por las épocas. Yo he
recurrido a un montaje muy atemporal.
Intento crear un entorno en el que el es-
pectador se sienta identificado, pero al
mismo tiempo le haga reflexionar. No
sólo que se produzca una comunicación
emocional sino se plantee por qué he-
mos llegado a este momento en el que
para nosotros la guerra es una pantalla
del telediario. Vemos todos los días imá-
genes dolorosísimas pero convivimos
con ellas. Las vemos pero ni nos con-
mueven ni nos afectan. Hemos llegado
al punto que tienen que ser imágenes de
muchísimo morbo para que nos impre-
sionen. Creo que este es el mal de nues-
tra sociedad contemporánea y Madre Co-
raje es una muestra de cómo llegamos a
esta insensibilidad. Voy a empezar el es-
pectáculo intentado hacer una pequeña
llamada de atención sobre ello. Presen-
taremos la proyección de una película
mientras el público se va sentando, es
una película de los años 30, Cruces de ma-
dera del gran creador francés Raymond
Bernard. Esta película, rescatada de mi
faceta de cinéfilo, se va a proyectar en la
sala mientras el público va entrando, de
tal manera que van a estar viendo unas
imágenes de guerra casi como desde el
salón de su casa mientras hablan, se sa-
ludan, quedan para tomar una copa des-
pués… De repente habrá una explosión
en el patio de butacas para que el espec-
tador se pregunte qué está pasando y al
mirar arriba verá un soldado con la cara
ensangrentada. Pretendo sacar al espec-
tador de la apatía con la que, con una fa-
miliaridad enfermiza, vemos imágenes
de la destrucción humana.
“Madre Coraje y sus hijos
exige una mirada profunda.
Hacia dentro para ver qué
descubrimos y hacia fuera
porque es una obra que no se
puede hacer sin una honda
observación de la realidad.
Realidad que nos llega todos
los días en forma de Bosnia
Hercegovina, en forma de
Sarajevo, Gaza, Cisjordania,
Sahara, Haití, interminable
lista de guerras, calamidades,
terremotos, destrucciones
donde los más débiles son los
que protagonizan la noticia.”
24
MADRE CORAJE Y SUS HIJOS
La obra tiene muchos actores y tran-
siciones complejas, ¿cómo ha preparado
este aspecto formal?
Las transiciones y el movimiento es-
cénico no tienen que parecer comple-
jos. Estamos ensayando ahora para que
no lo parezcan. La escenografía es senci-
llísima, es un entorno abstracto, una
chapa metálica con elementos que re-
cuerden un horno crematorio y un han-
gar. Habrá una pantalla móvil y unas
proyecciones. No tiene que ser comple-
ja, he partido de un espacio muy sencillo
fiel a mi norma: cuanto menos, más.
¿Qué me puede decir del reparto de
actores?
Estoy rodeado de un reparto excep-
cional. Mercè Aranega es Madre Coraje.
He hecho una apuesta personal para es-
te personaje y estoy cada día más con-
tento. Tiene humanidad, pero tiene la
fuerza, la dedicación y el coraje necesa-
rio para el papel. Los hijos, Malena Alte-
rio haciendo esa muda, Fernando Soto,
Críspulo Cabezas, familia impagable que
parecen titiriteros a los que sólo les falta
el pandero pero hace que los quieras
desde el primer momento. Carmen Co-
nesa que hace esa colaboración en el pa-
pel de Ivette Portier la prostituta sifilíti-
ca memorable. Walter Vidarte, que voy a
decir de este gran actor. José Pedro Ca-
rrión y Gonzalo Cunill el predicador y el
cocinero en ese juego de payaso listo pa-
yaso tonto, aire de teatro grotesco lleno
25
LA DIRECCIÓN
de intensidad. Roberto San Martín ha
aceptado hacer un personaje múltiple
por debajo de sus posibilidades pero le
saca un brillo y un partido impagable.
La compañía de chicos que trabajan
conmigo habitualmente, algunos desde
Divinas Palabras, Paco Déniz, Román St.
Gregory, Juan Pedro Schwart... son una
gente con la que yo me siento muy iden-
tificado y tienen mi lenguaje. Paco Obre-
gón y Abel Vitón que hacen intervencio-
nes memorables. Todos realizan un tra-
bajo extraordinario y les estoy muy agra-
decido. Esta Madre Coraje es la mirada
de todos ellos, y en este punto estamos;
mirando hacia dentro para ver qué des-
cubrimos y mirando hacia fuera porque
es una obra que no se puede hacer sin
una profunda observación de la reali-
dad. Realidad que nos llega todos los dí-
as en forma de Bosnia Hercegovina, en
forma de Sarajevo, Gaza, Cisjordania, Sa-
hara, Haití, interminable lista de gue-
rras, calamidades, terremotos, destruc-
ciones donde los más débiles son los que
protagonizan la noticia. No la crean, la
crean otros y ellos la protagonizan. ●
“Pretendo sacar al especta-
dor de la apatía con la que,
con una familiaridad enfermi-
za, vemos imágenes de la
destrucción humana.”
27
Entrevista con
Mercè Aranega
Háblenos, por favor, de su personaje.
Madre Coraje es la protagonista abso-
luta en el sentido de que todo el peso de
la función recae sobre ella. Ana Fierling,
Madre Coraje, es una mujer que trabaja
en la guerra y vive de ella. Va con un
carro vendiendo comida, botas, todo
aquello que la tropa necesita; es un
almacén ambulante. Sus tres hijos,
Caradequeso, Eilif y Catalina van con
ella. Definiría a Madre Coraje como un
ave carroñera; va viviendo de los desper-
dicios de la guerra, le da igual si tiene
que quitarle los pantalones a un soldado
muerto para revenderlos. Está, por así
decirlo, anestesiada contra todo. Es un
personaje autoritario, una mujer muy
lista, muy viva. No se da cuenta que que-
riendo controlar todo y queriendo pro-
teger a sus hijos los está llevando a la
muerte. Brecht utiliza este personaje
para enseñar lo que de horrible tiene la
guerra y cómo embrutece a las personas.
Hay escenas que son auténticas metáfo-
ras. Por ejemplo, aquella en la que su
hijo Eilif es reclutado para la guerra, ella
finalmente se percata de que se lo han
llevado cuando se despista con la venta
de un cinturón a los mismos soldados
con los que peleaba para que no le
reclutaran. Por no perder un marco y
medio de la venta, pierde al hijo.
Antepone el negocio a cualquier cosa.
En otra escena llega a regatear con el
dinero que podría salvar a Caradequeso
de su fusilamiento inminente. Lo único
que podría disculparla es que está con-
vencida de que este regateo llegará a
buen puerto. Está segura de que no lo
28
MADRE CORAJE Y SUS HIJOS
van a matar porque piensa que todo es
negociable, incluso la vida.
¿Cómo está trabajando el personaje,
largo, intenso, casi omnipresente en la
obra?
Es un personaje muy difícil porque
está escrito y tratado de manera que está
en un registro de actuación muy alto
durante toda la obra. Parece que nada le
afecta y nada le emociona y esto no
puede ser porque en ese caso no sería
una persona, sería un robot. Mi trabajo
consiste en transmitir al espectador que
Madre Coraje está sintiendo algo pero
no se permite dejarlo ver. Si se viera ya
no sería La Coraje. Este es el matiz en el
que estoy investigando desde hace unos
días. Ya tengo afianzado el comporta-
miento, el carácter y ahora estoy buscan-
do todas estas cosas que le hagan un ser
humano, un ser humano horrible, pero
un ser humano. Intento plantear la
lucha interna del personaje, siempre
fuerte y siempre segura de su actitud
pero con sus momentos de debilidad.
En la escena cinco, el asalto a Catalina,
está a punto de tirar la toalla. Madre
Coraje dice: Al Caradequeso ya no lo veré
más, y el Eilif, sabe Dios dónde andará.
¡Maldita sea la guerra! Pero se sobrepone
y en la siguiente escena le puede su codi-
cia: No me diga que ha estallado la paz ahora
que he comprado provisiones. ●
29
¿Le ha resultado difícil crear la esce-
nografía de una obra que se desarrolla
continuamente en la calle, en exteriores?
Hacer un exterior en teatro es muy
complicado, porque evidentemente es-
tamos en un espacio cerrado. Se parte
de la convención de que el espacio tea-
tral es neutro y que funciona con validez
para expresar todo tipo de situaciones
más o menos fácilmente. El público pac-
ta enseguida con la realidad de que eso
corresponde a un día, una noche, a un
espacio que luego se define minima-
mente con otro tipo de elementos de
apoyo.
El carromato es la pieza más repre-
sentativa de la función, alrededor de la
cual gira toda la historia. Otros montajes
de Madre Coraje han utilizado el carro pa-
ra recrear los saltos en el tiempo. Las
transiciones se solían hacer dando vuel-
tas con él por el escenario. En este mon-
taje queremos que tenga una pulsación
mucho más extraña. Va a aparecer y de-
saparecer del escenario y pretendemos
imprimirle una función dinámica. La
convención de que los intervalos de
tiempo se superan a base de dar vueltas
con el carro por el escenario es algo ex-
cesivamente simple para definir la com-
plejidad de la historia. Nosotros hemos
procurado que las transiciones sean ela-
boradas, tengan otro tipo de desarrollo y
La escenografía de
Ricardo Sánchez Cuerda
30
MADRE CORAJE Y SUS HIJOS
hemos intentado no usar siempre el mis-
mo recurso. La escenografía tiene ele-
mentos puramente prácticos que inten-
tan complementar a esta pieza esencial
que es el carro. Recreamos una cantina
y algún otro espacio concreto. Hay ade-
más dos bandos; católicos y protestantes.
Esto aparece muy claramente diferencia-
do con elementos significativos como
son las banderas y también con los au-
diovisuales. La idea es que quede un es-
pacio diáfano y muy oscuro. La oscuri-
dad, el negro tienen la capacidad de su-
gerencia y de magia que otros colores y
otros recursos no dan.
Usted ha trabajado en teatros euro-
peos, ¿es diferente la forma de trabajar
en ellos que en España?
En Europa no se distingue tanto en-
tre escenógrafo y figurinista. Es frecuen-
te que ambos trabajos los realice la mis-
ma persona porque realmente forman
parte de lo mismo, del aspecto formal
de una obra de teatro.
En España, al haber mayor especiali-
zación, tanto el escenográfo como el fi-
gurinista tienen que concretar mucho su
trabajo. Allí, se preparan conceptos más
amplios. Normalmente los teatros tie-
nen un escenógrafo residente que se en-
carga de todos los montajes y que traba-
“El carromato es la pieza más
representativa de la función,
alrededor de la cual gira toda
la historia. Otros montajes de
Madre Coraje han utilizado el
carro para recrear los saltos
de tiempo. las transiciones se
solían hacer dando vueltas
con él por el escenario. En
este montaje queremos que
tenga una pulsación mucho
más extraña”.
31
LA ESCENOGRAFÍA
ja siempre con el mismo taller. Esto im-
plica que hay una comunicación estre-
cha y una costumbre de trabajar ya co-
nocida que por ejemplo aquí no tene-
mos. La relación con los talleres es espo-
rádica.
No conozco todos los teatros europeos
pero por ejemplo en Alemania la forma
de trabajar es como he comentado. Son
sistemas que no tienen nada que ver con
el español.
¿Le ayuda su formación de arquitec-
to en sus trabajos de escenografía?
Estudié arquitectura pero hace doce
años que trabajo en teatro. Es verdad que
como arquitecto se adquieren unos co-
nocimientos que impregnan cualquier
creación, pero en ocasiones no es tanto
la utilización de estos conocimientos co-
mo los vicios que puedan suponer, de
manera que yo creo que tiene una parte
muy positiva y una parte muy negativa.
Por ejemplo en arquitectura no se ad-
quiere ni se maneja el concepto de lo te-
atral, concepto que a mí me cuesta y que
es además muy intangible. Yo pienso mu-
cho espacialmente, y utilizo este ámbito
en mis escenografías, pero todo el tema
del color, de las texturas me cuesta mu-
cho, no estoy familiarizado. Tengo que
trabajar mucho más sobre ello que un es-
cenógrafo que esté formado en el mun-
do de la creación plástica. ●
“La idea es que quede un
espacio diáfano y muy
oscuro. La oscuridad, el
negro tienen la capacidades
de sugerencia y de magia
que otros colores y otros
recursos no dan”.
32
Videoescena
Álvaro Luna
33
VIDEOESCENA
Este es quizá es el más curioso de los
proyectos que hemos preparado Gerar-
do Vera y yo. Hemos creado un vestuario
con elementos comunes a todas las gue-
rras, tanto a la Guerra de los Treinta
Años, como a las guerras del siglo XIX,
a la Primera Guerra Mundial e incluso a
la Segunda Guerra Mundial. Los perso-
najes principales están ambientados en
la época en la que Brecht escribió la
obra, en la segunda gran guerra y algu-
nos trajes están inspirados en las guerras
más actuales, la guerra de Bosnia y los
Balcanes. Podríamos decir que se trata
de una ambientación intemporal pero
con elementos concretos de cada época.
Por ejemplo, unos morriones* de la épo-
ca de Rembrant, un casco inglés de la
Primera Guerra Mundial, una hopalan-
da* inspirada en Calvino y un vestido de
pedrería de los años 40 para el persona-
je de Ivette.
La obra se desarrolla a lo largo de
muchos años, en las acotaciones se reco-
gen claramente estos saltos en el tiempo,
¿se refleja esto también en el vestuario?
Casi ninguno de los personajes cam-
bia a pesar de que en las acotaciones,
efectivamente, se describen pasos de
tiempo muy grandes, de años incluso.
Esto no se refleja en el vestuario ni el la
caracterización. Madre Coraje mantiene
una base y sólo cambia las prendas ex-
ternas, un abrigo, una rebeca. Los per-
sonajes principales están congelados. In-
cluso no hay diferencias de prendas en-
tre los soldados católicos y los protestan-
El vestuario de
Alejandro Andújar
Alejandro Andújar es licenciado en Bellas Artes por la Universidad Complutense
de Madrid y en Escenografía por la RESAD. Ha ampliado sus estudios becado por la
Akademie der Bildende Künste de Munich, por la Unión de Teatros Europeos y por
la Fundación José Estruch. Es investigador por la Facultad de Arquitectura de
Madrid. Es un colaborador habitual en los montajes de Gerardo Vera con el que
preparó el vestuario para Divinas palabras, Un enemigo del pueblo, Rey Lear y
Platonov. Hablamos con él para que nos explique qué veremos en cuanto a indu-
mentaria se refiere en Madre Coraje y sus hijos.
“Podríamos decir que se trata
de una ambientación intem-
poral pero con elementos
concretos de cada época”.
35
EL VESTUARIO
tes. El director ha resuelto la diferencia-
ción entre ellos con un gesto, los católi-
cos en un momento de la obra se pintan
una cruz en la cara, pero los uniformes
apenas cambian.
La obra se desarrolla casi todo el
tiempo en exteriores, en invierno, en un
clima muy hostil, ¿ha influido esto a la
hora de elegir los colores?
Sí, es importante. Todos los persona-
jes viven en la calle, son como nómadas.
Empezamos la creación de vestuario de
una manera muy neutra. Comencé a co-
laborar con Gerardo Vera en el Teatro
Real con Macbeth e hicimos un experi-
mento, que consistió en hacer trajes con
apariencia de que les ha caído nieve. Hi-
cimos la nieve con espuma de tul y vol-
vemos a utilizar este recurso ahora, in-
cluso estamos aprovechando los mismos
uniformes, que son unas chaquetas sue-
cas. Los personajes principales tienen
un tratamiento de color con rojos vi-
brantes y colores muy chillones que con-
trastan con los trajes nevados de toda la
tropa. Aquí esta muy señalado el trabajo
con el color.
Usted ha completado su formación
como figurinista y escenógrafo en Ale-
mania. ¿Le ha ayudado esto para afron-
tar su trabajo en una obra de Bertolt
Brecht?
36
MADRE CORAJE Y SUS HIJOS
Sí. Lo bueno que tiene Brecht es que
es internacional tanto por la repercu-
sión que ha tenido como por los temas
de los que habla. A mí siempre me ha
gustado mucho estudiar la historia ale-
mana; el periodo de entreguerras me ha
parecido muy interesante. He encontra-
do un fotógrafo que ha sido recurrente
en mis creaciones, quizá te haya hablado
de él en otras ocasiones. Es August San-
der y me he inspirado en imágenes de él
para el vestuario, sobre todo para la mu-
da Catalina. Haber estado en Alemania
por supuesto que me ha ayudado, lo que
ocurre es que la Alemania actual tiene
muy poco que ver con el pasado, fue tan
arrasada que no conservamos nada de lo
que era. ●
Morrión: Es un casco de forma cónica con una cresta afilada y alas laterales levantadas que se
unen en forma de punta delante. Fue muy usado por la infantería y los peones en los siglos XVI
y XVII por la mayor parte de los países europeos. En la actualidad es el casco que lleva la Guardia
suiza en el Vaticano.
Hopalanda: Prenda de vestir tanto masculina como femenina que prevaleció en Europa los
siglos XIV y XV. Se trataba de un abrigo largo, ampuloso y llamativo y se solía adornar con bor-
dados o pedrería. A veces se hacía corta, apenas cubriendo los muslos para pajes y criados.
Madre Coraje se estrenó en Berlín con
música de Paul Dessau, ¿hay alguna in-
fluencia de esta música en el montaje
actual?
Para esta versión, Gerardo Vera ha
querido generar una partitura nueva,
prescindiendo de lo ya conocido, aun-
que incluye tanto músicas compuestas
previamente, como composiciones origi-
nales. Si bien esto se separa de la idea
original de Brecht, aporta una dimen-
sión distinta al montaje, proyectándola
hacia un concepto universal, menos lo-
calizado en el tiempo y en el espacio.
¿Qué tipo de música podremos escu-
char?
Por poner algún ejemplo de la diver-
sidad musical del montaje, cabe mencio-
nar el prólogo de la función con una
canción interpretada por Yvette. Se trata
de ‘O surdato ‘nnammurato, una composi-
ción de origen napolitano, escrita a fina-
les del siglo XIX por Aniello Califano y
Enrico Canniola. En la escena tres, en-
contramos la canción J´attendrai, una
versión del tema italiano Tornerai, con
música esta escrita por Dino Oliveri, y
texto der Nino Rastelli, en 1933. La letra
fue traducida al francés por Louis Pote-
rat para que la cantase Rina Ketty en
1938. Fue un éxito muy popular entre
los soldados de la II Guerra Mundial.
En Madre Coraje aparece como una alu-
sión a un mundo ajeno a la guerra, que
trae recuerdos y sueños a la memoria de
los personajes femeninos, Yvette y Cata-
lina.
Suenan también músicas identificati-
vas de las ideologías protestantes y cató-
licas, como el himno luterano, escrito
por el propio Martin Lutero en 1529 o el
universal Dies Irae católico, que nos lleva
37
La música de
Luis Delgado
Luis Delgado es colaborador habitual de Gerardo Vera en sus montajes. Con él
hizo el espacio sonoro de Divinas palabras, Un enemigo del pueblo (por el que reci-
bió el premio Max a la mejor composición musical de 2008), Rey Lear y Platonov.
Ha compuesto y dirigido bandas sonoras para series de televisión, ballet y teatro y
ha publicado 20 discos como solista, 22 como miembro de distintos grupos, ha pro-
ducido más de 50 trabajos y ha colaborado en más de 100 grabaciones. En todas
ellas ha utilizado instrumentos originales pertenecientes a su colección privada de
más de un millar de piezas.
38
MADRE CORAJE Y SUS HIJOS
a imaginar musicalmente el entierro del
Maestre Imperial Tilly en la escena cin-
co.
Por otra parte, también se han gene-
rado partituras nuevas, principalmente
para los cambios de escena, que apoyan
el carácter épico de los movimientos, su-
brayando la enorme dimensión de los
personajes. La estética de estas transicio-
nes esta basada en partituras para cuer-
da, metales y elementos de percusión
muy enérgicos.
Supongo que el espacio sonoro será
muy importante con tanto ruido de guerra,
cañones, etc ¿Cómo será este sonido?
Efectivamente, ha habido que gene-
rar varios “paisajes sonoros” que inclu-
yen guerras de diferentes características,
en cuanto a la distancia y a la intensidad.
Durante varias escenas, los personajes
están rodeados por un horizonte bélico,
que nos hace percibir la presencia cons-
tante de batallas intemporales, que in-
cluyen tanto sirenas antiaéreas, como es-
padas y caballos. Tampoco faltan los ele-
mentos naturales, como la lluvia y el
viento, que ayudan a convertir la escena
en un lugar desapacible, en el que des-
cubrimos la profundidad de los persona-
jes de Brecht. ●
E
l movimiento escénico es una di-
mensión más del espectáculo. En
cualquier representación podemos
fijarnos en la historia que se narra y en
cómo se narra. El director marca la pau-
ta y todos los profesionales de su equipo
creativo colaboran; el escenógrafo, el di-
señador de sonido, el vestuario, el movi-
miento escénico, etc. El movimiento es-
cénico atañe a los desplazamientos de
los actores por el escenario, a las transi-
ciones* entre escenas, a la actuación de
coro o grupo de actores, a prólogos y
epílogos de la obra y a escenas que se de-
finen con otros códigos que no sean los
textuales. A nivel actoral puede contri-
buir o ayudar a definir un personaje, su
ficisidad, sus gestos, su forma de cami-
nar, su forma de estar en escena. Puede
ayudar al actor a crear su personaje. Por
ejemplo Malena Alterio que interpreta a
Catalina, la hija muda de Madre Coraje,
me ha pedido ayuda para redondear las
propuestas que ella ha planteado con su
personaje. Es difícil dar con un tono
adecuado para que no caigamos en un
registro de pantomima que desentona-
ría de la obra.
Otro aspecto importante del movi-
miento escénico es dotar de un criterio
estético a los distintos momentos que
quizá no sean cruciales a la obra pero
que pueden aportar coherencia a la to-
talidad. Contribuye a revalorizar la for-
ma, no por encima del contenido sino
en colaboración con él.
El movimiento escénico puede asimi-
larse con aspectos generales en cuanto a
la arquitectura de la obra y su armonía
con la escenografía y a momentos muy
puntuales como gestos, acrobacias, caí-
das, luchas o peleas en la escena.
39
Movimiento escénico
Sol Garre
Vamos a ocuparnos en este apartado de un aspecto de la función teatral que hasta
ahora no hemos tratado y que parece interesante hacerlo en esta obra en la que
estarán en escena un gran número de actores. Se trata del movimiento escénico.
¿Qué es exactamente el movimiento escénico? ¿En qué notaremos que está
correctamente tratado? ¿En qué se diferencia y en qué se complementa de las
labores de dirección? Para contestar a estas preguntas y su aplicación práctica en
Madre Coraje y sus hijos hablamos con Sol Garre, profesora de esta disciplina en
la RESAD y responsable del movimiento escénico en esta propuesta:
MADRE CORAJE Y SUS HIJOS
En cuanto a su segunda cuestión, pa-
ra mí es muy importante que el movi-
miento enriquezca al espectáculo, es de-
cir que contribuya a la dimensión estéti-
ca de la obra y a la dimensión narrativa
de la misma. Si el ensamblaje de todos
los elementos; luz, escenografía, movi-
miento… contribuyen a dar una dimen-
sión estética conjunta y se apoyan mu-
tuamente, el trabajo está logrado. Perso-
nalmente pienso que cuando uno de los
elementos destaca en demasía por enci-
ma de los otros la armonía se pierde. A
este respecto me gustaría apuntillar que
a veces la coherencia, la sensación de to-
talidad, no consiste sólo en unificar cri-
terios, sino en contraponer distintos to-
nos, distintos matices.
Tanto lo que es el movimiento escé-
nico como si está correctamente tratado
depende un poco de su tercera cuestión
que es la relación con las labores de di-
rección. Desde luego tiene que ser una
relación estrecha. Comenzamos siempre
teniendo muy en cuenta la dramaturgia
específica sobre la que trabajamos. Hay
“El movimiento escénico
atañe a los desplazamientos
de los actores por el
escenario, a las transiciones
entre escenas, a la actuación
de coro o grupo de actores, a
prólogos y epílogos de la
obra y a escenas que se
definen con otros códigos
que no sean los textuales.”
MOVIMIENTO ESCÉNICO
dramaturgias cuyo mayor valor es el tex-
to y otras en las que lo es el movimiento.
Por otro lado un texto contemporáneo
no tiene nada que ver con un texto clá-
sico. El enfoque del director tiene mu-
cho que ver con el trabajo de movimien-
to escénico porque nos va a marcar el
grado de contribución para su espectá-
culo. Este también depende de la prepa-
ración de los actores y de su experiencia
previa en temas de movimiento. En fun-
ción de esto se pueden investigar unas u
otras líneas.
En el caso concreto de Madre Coraje y
sus hijos la colaboración ha consistido en
ayudar a crear la atmósfera general de la
obra y ambientes especiales en momen-
tos concretos. Gerardo me iba propo-
niendo ideas para momentos concretos
de la obra en los que él consideraba pre-
sente el movimiento escénico y me pro-
porcionaba muchas imágenes. Quiere
despertar sensaciones en el espectador y
con estas premisas empezamos a traba-
jar. Además en Madre Coraje hay un fuer-
te trabajo con las transiciones. Son mu-
chos actores en escena y mueven objetos
grandes, muy visibles y muy difíciles de
manipular. Las transiciones tienen que
ser por un lado rápidas, concretas y di-
rectas, para que no rompan el fluir de la
obra, y deben tener una carga dramática
para que no caiga la tensión. ●
* Las transiciones son los cambios de escena cuando no suceden dejando el escena-
rio en completa ausencia de luz, lo que se llama hacer un oscuro. Los propios actores
transitan de una escena a otra o preparan los objetos para la siguiente escena.
CENTRO DRAMÁTICO NACIONAL
Tamayo y Baus, 4 28004 Madrid
Tel.: 91 310 29 49 Fax: 91 319 38 36
cdn@inaem.mcu.es http//cdn.mcu.es
●
DEPARTAMENTO DE ACTIVIDADES CULTURALES Y EDUCATIVAS
Concepción Largo Ferreiro
Tel.: 91 310 94 30
actpedagogicas.cdn@inaem.mcu.es http//cdn.mcu.es
Papel
Reciclado
Diseño, maquetación y preimpresión: Vicente A. Serrano / Esperanza Santos
BRECHT, Bertolt. Teatro Completo; tra-
ducción de Miguel Sáez. Madrid.
Alianza Editorial. 1998.
BRECHT, Bertolt. Narrativa completa.
Madrid. Alianza Editorial, 1988.
BRECHT, Bertolt. Poemas y Canciones
Madrid. Alianza Editorial. 2001.
BENJAMÍN, Walter Tentativas sobre
Brecht Madrid. Taurus, 1979.
CASTRI, Máximo Por un teatro político:
Piscator, Brecht, Artaud. Madrid,
A-Kal, D.L: 1978 (Colección Ma-
nifiesto: Serie teoría y Crítica).
DESUCHE, Jacques. La Técnica teatral
de Bertotl Brecht Traducción,
prólogo y notas adicionales Ri-
card Salvat. Barcelona: Oikos-Tau
(1968).
DORT, Bernard. Lectura de Brecht.
(Traducción de Juan Viñoly). Bar-
celona: Seix Barral, 1973.
EWEN, Frederic. Bertold Brecht, su vi-
da, su obra, su época. Adriana
Hidalgo Editora, S.A. 2001.
GRAY, Ronald. Brecht dramaturgo.
(Traducción del inglés Antonia
Kerrigan). Madrid: Ultramar,
1979.
SALVAT, Ricard. Una fábrica de teatro
El Berliner Ensemble . Siglo XX,
nº 13 Barcelona 24 de julio de
1965 pag 55-58.
La revista PRIMER ACTO dedicó un mo-
nográfico a Bertolt Brecht en España.
Es el número 64 del año 1965 e in-
cluye artículos de José María Rodrí-
guez Méndez y Alfonso Sastre entre
otros.
Bibliografía
No te pierdas los videos de los ensayos de la obra de Madre Coraje y sus
hijos en nuestra página web http://cdn.mcu.es. Podrás ver y escuchar a
todos los miembros del equipo artístico que han participado en la función y
en la elaboración de este cuaderno.
Teatro Valle-Inclán
Don Carlos
Manca solo la domenica
La tierra
Drácula
El baile
Madre Coraje y sus hijos
Urtain
Tórtolas, crepúsculo y
... telón
de Friedrich Schiller
Dirección de Calixto Bieito
Dramaturgia de Marc Rosich y Calixto Bieito a partir
de una traducción en verso blanco de Adan Kovacsics
Coproducción Centro Dramático Nacional,
Teatre Romea, Grec’09 Festival de Barcelona
y XV Internationalen Schillertage
de Silvana Grasso
Dirección de Licia Maglietta
Teatri Uniti (Italia)
Sala Francisco Nieva
UNA MIRADA AL MUNDO
de José Ramón Fernández
Dirección de Javier G. Yagüe
Producción Centro Dramático Nacional
Sala Francisco Nieva
Texto y dirección de Ignacio García May
basado en la novela de Bram Stoker
Producción Centro Dramático Nacional
de Irène Némirovsky
Dirección de Sergi Belbel
Coproducción Centro Dramático Nacional
y Teatre Nacional de Catalunya
Sala Francisco Nieva
de Bertolt Brecht, versión de Antonio Buero Vallejo
Dirección de Gerardo Vera
Producción Centro Dramático Nacional
de Juan Cavestany
Dirección de Andrés Lima
Coproducción Centro Dramático Nacional
y Animalario
Reposición
Sala Francisco Nieva
Texto y dirección de Francisco Nieva
Producción Centro Dramático Nacional
17.09 > 08.11.2009
25.09 > 27.09.2009
19.11 > 27.12.2009
03.12.2009 > 10.01.2010
14.01 > 14.02.2010
11.02 > 04.04.2010
04.03 > 11.04.2010
06.05 > 20.06.2010
N.I.P.O.: 556-10-010-5

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  • 1. CuadernoPedagógico16 Teatro Valle-Inclán Temporada 2009 / 2010 Centro Dramático Nacional Dirección: Gerardo Vera de Bertolt Brecht Dirección Gerardo Vera Madre Coraje y sus hijos Versión Antonio Buero Vallejo
  • 2. Teatro María Guerrero 1984 Rojo reposado Hey Girl! Sí, pero no lo soy Bodas de sangre Realidad Encuentros con Tom Stoppard Lecturas de dramaturgia italiana contemporánea El avaro 24.09 > 27.09.2009 01.10 > 04.10.2009 08.10 > 11.10.2009 15.10 > 22.11.2009 12.11.2009 > 03.01.2010 28.01 > 07.03.2010 enero > marzo 2010 febrero 2010 08.04 > 23.05.2010 de George Orwell Dirección de Tim Robbins The Actors’Gang de Los Ángeles (EE UU) UNA MIRADA AL MUNDO basado en la novela de Jeroen Brouwers Dirección de Guy Cassiers Coproducción Toneelhuis (Bélgica) y ro theater (Holanda) UNA MIRADA AL MUNDO de Romeo Castellucci Socìetas Raffaello Sanzio (Italia) UNA MIRADA AL MUNDO Texto y dirección de Alfredo Sanzol Producción Centro Dramático Nacional Reposición Sala de la Princesa de Federico García Lorca Dirección de José Carlos Plaza Coproducción Centro Dramático Nacional y Centro Andaluz de Teatro de Tom Stoppard versión de Juan Vicente Martínez Luciano Dirección de Natalia Menéndez Sala de la Princesa en colaboración con Festival Escena Contemporánea Sala de la Princesa de Molière versión y adaptación de Jorge Lavelli y José Ramón Fernández Dirección de Jorge Lavelli Coproducción Centro Dramático Nacional y Galiardo Producciones CENTRO DRAMÁTICO NACIONAL TEMPORADA 2009 / 2010
  • 3. Teatro Valle-Inclán Temporada 2009 / 2010 CENTRO DRAMÁTICO NACIONAL Madre Coraje y sus hijos
  • 4. Madre Coraje y sus hijos Catalina, la hija muda Malena Alterio El de la venda Mario Angulo Madre Coraje Mercè Aranega Campesina Maite Blasco Caradequeso Críspulo Cabezas Predicador José Pedro Carrión Yvette Pottier Carmen Conesa Cocinero Gonzalo Cunill Otro sargento Paco Déniz Labrador Tino Martínez Reclutador Paco Obregón Soldado con picas / Segundo soldado Andrés Ruiz Sargento armero / Primer soldado Roberto San Martín Joven campesino Agustín Sasián Escribiente / Tercer soldado Juan Pedro Schwartz Músico Yury Sidar Eilif, el hijo mayor Fernando Soto Campesino Román St. Gregory General / Coronel Walter Vidarte Sargento Abel Vitón Reparto (por orden alfabético) de Bertolt Brecht Versión Antonio Buero Vallejo Dirección Gerardo Vera Realización escenografía Pinto´s Realización vestuario Sastrería Cornejo Utilería Mateos Realización del telón rojo Miguel Crespi Director de fotografía y operador de cámara Ángel Esteban Ambientación María Calderón Semoviente Zooko Agradecimientos: Ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid; E.P.M. Espacios para la Memoria. Equipo técnico Músicas La nuit y War, de Goran Bregovic; J’attendrai, de Dino Oliveri y Luis Poterat; Entreacte, de Ernest Gold; Vüstyi, vüstyi, de Irén Lovasz y Jirí Plocek, O surdato ‘nnammuratto, de Aniello Califano y Enrico Cannio
  • 5. Equipo artístico Escenografía Ricardo Sánchez-Cuerda Gerardo Vera Vestuario Alejandro Andújar Iluminación Juan Gómez-Cornejo Ion Anibal Música Luis Delgado Vídeoescena Álvaro Luna Diseño de sonido Pepe Bel Movimiento escénico Sol Garre Caracterización Romana González Piano Mariano Marín Ayudantes de dirección José Luis Arellano José Manuel Mora Ayudante de escenografía Laura Frieyro Ayudante de vestuario Carmen Mancebo Fotos de ensayo David Ruano Diseño de cartel Isidro Ferrer y Sean Mackaoui
  • 6.
  • 7. Índice El autor y su obra, Bertolt Brecht El Berliner Ensemble Análisis de la obra Argumento Versión de Antonio Buero Vallejo La Guerra de los Treinta Años Entrevista con el director Gerardo Vera Entrevista con Mercè Aranega La escenografía Videoescena El Vestuario El espacio sonoro Movimiento escénico Bibliografía 7 9 14 15 16 17 18 21 27 29 32 34 37 39 42
  • 8.
  • 9. 9 Primeros años: Me crié como el hijo de gente rica Bertolt Brecht nació en Ausgsburgo, Ba- viera, el 10 de febrero de 1898. Diez años antes de su nacimiento, Guillermo II subió al trono de Alemania. Heredó de su abuelo Guillermo I y del Canciller de Hierro Otto Von Bismarck una Ale- mania unificada y fuerte con uno de los ejércitos más poderosos de Europa. Con Guillermo II hubo años de cre- cimiento industrial, económico y tecno- lógico muy fuerte. Por ende hubo tam- bién un aumento de las clases obreras y una enorme expansión del movimiento socialista alemán. Este crecimiento eco- nómico convivía con una mentalidad de- cimonónica. Se respetaba la autoridad casi como derecho divino. La familia de Brecht poseía un nego- cio de tabaco que todavía existe en la Selva Negra. Era una próspera familia burguesa de padre católico y madre pro- testante de la que Brecht recuerda: Me crié como el hijo de gente rica. Mis padres me pusieron un cuello duro y me educaron en el hábito de ser atendido y me instruyeron en el arte de dar órdenes. Se graduó en Medicina en 1917 y ese mismo año entró en el ejército y se con- virtió en camillero en un hospital de Augsburgo. De su vivencia en este hospi- tal nació su poesía en 1923 Leyenda del Soldado Muerto, que le valió aparecer en la lista negra de Hitler. La guerra entró en su cuarta primavera la paz no asomaba en ningún frente. El soldado cansado de tanta espera se decidió y murió heroicamente. El autor y su obra Bertolt Brecht
  • 10. Época de juventud En esta época de juventud, Brecht reci- bió las influencias del expresionismo. La juventud alemana se oponía a la tradi- ción y las convenciones sociales. El mo- vimiento expresionista supuso una rup- tura con el arte establecido. En música, en pintura, incluso en sintaxis y gramáti- ca se rompió con la tradición. El cuadro El Grito de Eduard Munch, se convirtió en el exponente de este movimiento que incluye varios ismos, como el dadaísmo, el surrealismo, el futurismo. La drama- turgia expresionista representó una re- volución intelectual contra la burguesía; era idealista y subjetiva. El yo era el cen- tro creativo. En los años que van de 1918 a 1926, el joven Brecht recibió estas in- fluencias aunque nunca se identificó plenamente con ellas. Nunca tuvo la do- sis de romanticismo suficiente. El amor como tema de su teatro no es frecuente y siempre es tratado como amor frater- nal o compañerismo. El sentimiento ro- mántico del amor le parecía una trampa burguesa. El romanticismo no iba con su naturaleza; era un hombre pragmático, como él mismo se describió … a gusto en el asfalto de las ciudades donde me aprovisio- no de los últimos sacramentos: diarios, tabaco y whisky. Sus biógrafos resaltan el éxito que Brecht tenía con las mujeres aun- que él decía de sí mismo que soy el tipo en el que ellas no pueden confiar. Aún así se ca- só en dos ocasiones. La primera en 1922 con Marianne Zoff de la que tuvo una hija y de la que se divorció cinco años después. La segunda en 1928 con la ac- triz Helene Weigel. Desde entonces fue su compañera y colaboradora. Tuvieron dos hijos. Helene fue la actriz que mejor ha sabido encarnar los personajes feme- ninos del teatro brechtiano y continuó su labor después de muerto él. En su época de juventud, ya residien- do en Berlín, conoció al crítico alemán Feuchtwanger. Este hombre de letras te- nía enorme prestigio y fue de una gran ayuda para Brecht. Feuchtwanger descu- brió la obra Baal, escrita en 1919 y reco- noció en ella la calidad del autor. De esta primera época son también En la Jungla de las Ciudades (1923), Un Hombre es un Hombre (1923) y Vida de Eduardo II de Inglaterra (1923-24) adapta- ción de la obra de Marlowe. En búsqueda de un cambio teatral Su teatro evolucionó en busca de formas de expresión en las que el ambiente so- MADRE CORAJE Y SUS HIJOS 10 Brecht con Helene Weigel en un mercadillo de Berlín.
  • 11. cial fuera el condicionante de la acción. El individualismo del yo expresionista no le valía. Se centró en actitudes colectivas que le ayudaron a criticar la moral bur- guesa. Además conoció y mantuvo una gran amistad con el músico Kurt Weill. Utilizaron la música de manera no con- vencional. La orquesta se situaba en el escenario y se iluminaba. Las agradables melodías de Kurt Weill y la letra durísi- ma de Brecht, tenían el objetivo de sor- prender a la audiencia e incitarla a pen- sar. De esta época fueron La Pequeña Ma- hagonny (1927) y La ópera de los cuatro cuartos (1928). La música adquirió gran importancia en las puestas en escena de Brecht, y to- dos los elementos que componían su tea- tro sufrieron con ella una transforma- ción. Los interpretes, el público, la for- ma y el contenido de la obra exigían un cambio total de viejos elementos. Bertolt Brecht usó la teoría general del marxis- mo para dar este cambio. Los revolucio- narios montajes de Edwin Piscator influ- yeron mucho en él. Piscator cambió por completo el sentido de las posibilidades escénicas sacando al teatro del realismo decimonónico y apuntando las formas que luego desarrollaría Brecht. Además Piscator fue el iniciador de un tipo de tea- tro comprometido políticamente y con funciones didácticas. Bertolt Brecht en su escrito Cinco dificultades para decir la verdad en 1934 planteaba el problema de escribir un teatro de partido, para la cla- se obrera, que fuera útil y pedagógico para ellos y al mismo tiempo no perder el espectador de la clase media. El resultado: el teatro épico La solución que Brecht encontró a ese pro- blema es el llamado teatro épico: se unen las historias populares con el planteamien- to político. Se fusiona la dialéctica marxis- ta con elementos estético-formales. Lo más importante del teatro didácti- co para que cumpla su función es que no debe enajenar al espectador. El es- pectador debe poder reflexionar y para ello no puede estar completamente ab- sorbido por la trama. Por tanto el actor y todo el montaje deben mantener un cierto distanciamiento. El actor debe mostrar el papel, pero no identificarse con él. De esta forma el espectador no olvidará que lo que está viendo es teatro, evitará la alienación y conseguirá una re- flexión crítica. Se utilizará todo lo nece- EL AUTOR Y SU OBRA Cartel original de La ópera de los cuatro cuartos, 1929. 11
  • 12. 12 MADRE CORAJE Y SUS HIJOS sario para evitar la enajenación del pú- blico: la risa, el baile, la música… En este sentido Brecht admiraba mu- cho la técnica del actor chino, llena de gestos, que fue un referente en el teatro épico. En palabras de Brecht “el distancia- miento de un incidente o de un perso- naje, sencillamente significa sacar de ese incidente o personaje aquello que es evi- dente en sí mismo, conocido u obvio y sostener lo que nos genera sorpresa o curiosidad. El distanciamiento tiene las mismas cualidades que el historicismo; es decir, considera a las personas como históricamente condicionales y transito- rias. El espectador ya no verá a los per- sonajes sobre un escenario como si fue- ran inalterables o entregados sin más a su destino. Los verá en cambio como un hombre con determinadas característi- cas, de acuerdo a las circunstancias.” El teatro épico tal y como Bertotl Brecht lo concibió no tiene ninguna connotación de heroísmo o grandeza. Quería significar que el teatro no fuera excitante, “dramático”, con tensiones y conflictos. Prefería que fuese lento y re- flexivo para dar lugar a la meditación. Brecht resumió este concepto en un cuadro comparativo que él mismo defi- nió años después como demasiado es- cueto, pero que resulta muy explicativo. (Del libro Brecht dramaturgo de Ronald Gray citado en bibliografía). Forma dramática del teatro Se actúa Envuelve al espectador en la acción escénica Anula su capacidad de actuar Vivencia Sugestión Se preservan las sensaciones El espectador está dentro de la acción, simpatiza con los personajes Se supone que el hombre es conocido Tensión esperando lo que sucederá Sentimiento Forma épica del teatro Se narra El espectador es observador Despierta su capacidad de actuar Visión del mundo Argumento Se insta a que las sensaciones se transformen en realizaciones. El espectador se enfrenta a lo que ve y lo estudia El hombre es objeto de investigación Tensión en el proceso Razonamiento
  • 13. 13 EL AUTOR Y SU OBRA Del teatro épico son sus mejores obras: Galileo, (1938 primera versión, 1948 segunda), Madre Coraje y sus hijos (1939), El señor Puntila y su criado Mati (1940), El círculo de tiza caucasiano (1943- 45) y La buena persona de Sezuan (1938 a 1942). El exilio: de 1933 a 1948 Bertolt Brecht se vio obligado a abando- nar Alemania en 1933 cuando Hitler su- bió al poder. Antes de marchar escribió Cabezas Redondas y Cabezas Puntiagudas, una dura crítica contra el nazismo. Con su familia viajó a Moscú, Praga, Viena y Zurich, ciudad en la que se refugiaron gran número de artistas del expresionis- mo. Su obra Terror y Miseria del III Reich, de esa época se distribuyó clandestina- mente en Alemania. Como represalia se le retiró la ciudadanía alemana. Finalmente se exilió en Estados Uni- dos, en California, donde algunos de sus viejos amigos estaban haciendo cine. Aunque nunca militó en el Partido Co- munista se vio sometido a un proceso por el Comité de Actividades Antinorte- americanas, el 19 de septiembre de 1947. El proceso se inició a raíz del es- treno de Galileo (1937) y aunque no tuvo importantes consecuencias para al au- tor, sí le decidió a abandonar el país. Después de vivir algún tiempo en dis- tintas ciudades europeas, en 1948 volvió a Alemania, ya por entonces dividida. Se asentó en el Berlín oriental donde creó la compañía Berliner Ensemble, que se ubicó en el teatro Schiffbauerdamm. Allí trabajó junto con su mujer hasta que la muerte le sorprendió en un ensayo de Galileo el 14 de agosto de 1956. ● Brecht declarando ante la Comisión de Actividades Antinorteamericanas, 1947.
  • 14. 14 A la vuelta de su exilio en 1948, Bertolt Brecht se afincó en el Berlín oriental. Allí fundó el Berliner Ensemble, compañía y taller de dramaturgia con presupuestos clara- mente políticos. Se hacían lecturas de clásicos marxistas y se dedicaban dos horas semana- les al estudio del tema. Tenían un generoso subsidio estatal de más de tres millones de marcos anuales, lo que permitió a Brecht pro- fundizar en su labor de investigación y estre- nar después de muchos ensayos. Normal- mente se presentaba una función al año y ca- si siempre de obras del propio autor. Brecht trabajó intensamente con esta compañía los últimos años de su vida. Sus en- sayos eran un laboratorio teatral donde desa- rrolló su propio estilo. Según sus palabras: en- cuentro necesario ensayar todas las escenas al mismo tiempo para que ninguna esté coci- da antes que otra. Caspar Neher fue su escenógrafo. Ambos trabajaron con gran meticulosidad los detalles del decorado y de la utilería. Normalmente Brecht prefería puestas en escena sencillas que resultaban de gran plasticidad. En mu- chas ocasiones la iluminación era muy inten- sa para evitar que el espectador se sumergie- ra en un ensueño. Los focos no se escondían para ayudar a recordar que lo que se estaba contemplando era teatro. Los programas de mano de la Berliner En- semble eran muy cuidados. Presentaban mu- cho material gráfico, comentarios y notas in- formativas no sólo de gran belleza, sino tam- bién muy didácticos. Después de su muerte, su mujer, Helene Weigel, continuó su labor al frente de la com- pañía. Probablemente ella sea la actriz que mejor haya comprendido los personajes fe- meninos de Brecht. ● Berliner Ensemble Brecht y Helene Weigel en el Berliner Ensemble, Berlín, 1954. La sede del Berliner Ensemble, Berlín, 1950.
  • 15. 15 Brecht y el compositor Paul Dessau al piano. Análisis de la obra Mutter Courage und ihre Zinder, Madre Coraje y sus hijos es una de las grandes obras de Bertolt Brecht, ejemplo de su teatro épico. Fue escrita en 1939 y estrenada en Zurich el 19 de abril de 1941. Brecht la revisó y dirigió para el Berliner Ensemble en Berlín en 1949 con música de Paul Dessau. Brecht ambientó la trama de Madre Co- raje en la Guerra de los 30 años, cuyo paisaje fue el mismo en el que se desa- rrollaba, en el momento que se escribió la obra, la Segunda Guerra Mundial, au- téntico objetivo de las críticas y denun- cias de Brecht. La obra está inspirada en la novela del siglo XVII Landstörzerin Courasche, La pícara coraje del escritor ale- mán Hans Jacob Christoph von Grim- melshausen. Grimmelshausen fue solda- do en la Guerra de los 30 años siendo un niño y en esta novela y en Simplicius Sim- plicissimus describe sus aventuras al mis- mo tiempo que hace un relato realista y satírico de la devastación sufrida en Eu- ropa.●
  • 16. Argumento 16 A na Fierling, Madre Coraje, es la dueña de un carro de venta ambu- lante que sigue a las tropas en la Guerra de los 30 años consiguiendo así hacer negocio. Le ayudan sus tres hijos, Eilif, Caradequeso y Catalina, que es mu- da. Eilif y Caradequeso son reclutados por el ejército protestante y la mujer si- gue su periplo con su única hija. Madre Coraje es codiciosa y pragmática y su preocupación es el beneficio que consi- gue vendiendo entre los soldados. La guerra no parece importarle, al contra- rio asegura que es buena para sus ingre- sos. A medida que transcurren los años de contienda la situación se hace cada vez más difícil y el negocio se vuelve rui- noso. Catalina es una muchacha sensible que sufre mucho con las desgracias que continuamente ve a su alrededor. Para evitar una emboscada enemiga que su- pondría la muerte de muchos civiles, ni- ños y mujeres, se expone al ejército ene- migo y es asesinada. Madre Coraje deja a unos campesinos el cuerpo de su hija pa- ra que lo entierren y se aferra al carro para seguir a las tropas y continuar su negocio sola. ●
  • 17. 17 La versión Antonio Buero Vallejo Antonio Buero Vallejo el dramaturgo español autor de la versión de Madre Coraje y sus hijos que se representa en el teatro Valle-Inclán dirigida por Gerardo Vera. T rabajé con el mayor cuidado en es- ta versión. Procuré obtener, en cas- tellano, un lenguaje de resonancia popular equivalente al del texto origi- nal que, sin olvidar la época de la ac- ción, resultase desenfadado e inteligi- ble en la nuestra. Cuidé cuanto pude la letra de las canciones, que guardan fi- delidad al contenido de las originales. Enfrentémonos ahora con Ana Fier- ling y con sus hijos. Con sus hijos, que mueren, como podrían morir los nues- tros, en una guerra, y con ella, que nos enseñe a todos la terrible mezcla de hu- manidad y de egoísmo a que pueden llegar las personas que no mueren en la guerra y han de sufrir las más penosas deformaciones bajo la presión implaca- ble de un mundo injusto y torpe. Antonio Buero Vallejo (Fragmento de la nota al programa del estreno de 1966).
  • 18. 18 La Guerra de los Treinta Años 1618-1648 E n 1617 Matías era emperador de Austria y rey de Bohemia. Murió sin descendencia. La familia Habsbur- go pretendía la herencia de estos reinos y a la muerte de Matías nombraron a Fernando de Estiria rey de Bohemia. El nombramiento no gustó a la población checa por doble motivo; por un lado Fernando era un firme partidario de la religión católica, mientras que el pueblo y la nobleza local eran protestantes. Por otro lado los nobles veían en el nombra- miento de un Habsburgo el peligro de perder sus privilegios políticos y econó- micos. Por este motivo no aceptaron al rey Fernando II y el 23 de mayo de 1618 protagonizaron un levantamiento que ahora se conoce como la Segunda Defe- nestración de Praga. Tiraron por la ven- tana del palacio de la capital a dos mi- nistros del imperio y un secretario. Nom- braron un protestante para que los re- presentara, Federico del Palatinado. Bertolt Brecht ambientó Madre Coraje y sus hijos en el siglo XVII durante la Guerra de los Treinta Años. La elección no fue casual. Se trató de una guerra larga y cruel que sumergió a casi toda Europa en años de hambre, enfermedad y sufrimiento. Era, por tanto, el escenario idóneo para el propósito de su obra, denunciar los abusos de la guerra especialmente para los menos favorecidos y llamar la atención sobre la codicia del ser humano. Las miserias de la guerra, grabado de J. Callot. Los ejércitos de la guerra de los Treinta Años estaban formados por mercenarios que vivían del pillaje y de la devastación.
  • 19. 19 Fernando de Estiria pidió ayuda a la Liga Católica y Felipe III respondió a la llamada con tropas españolas, en aquel momento el ejército más poderoso de Europa. Federico también se procuró aliados, aunque menos numerosos, en- tre países protestantes; Holanda, Vene- cia y Hungría. Comenzó así una con- tienda que se extendió por buena parte de Europa Central y que se prolongó de 1618 a 1648. A partir de 1630 se sumó Suecia que pretendía el control estraté- gico del mar Báltico y en 1635 Francia luchó contra España en lo que ya no era una guerra religiosa sino una lucha por la supremacía política de Europa: la Guerra de los Treinta Años. La Guerra de los Treinta Años fue muy dura no sólo para los soldados sino para la población civil. El ejército se for- mó en gran parte por mercenarios. La disciplina militar apenas existía y los sis- temas de avituallamiento eran muy pre- carios. Los soldados arrasaban los cam- pos y las poblaciones por las que pasa- ban. Cometían todo tipo de excesos con los habitantes y Europa fue víctima de hambrunas y epidemias. Como testimonio transcribimos un párrafo de la novela Simplicius Simplicissi- mus escrita en 1668 por Grimmelshausen que fue soldado durante la Guerra de los Treinta Años y que describe fielmente el comportamiento de los ejércitos: …Cada uno se ocupó de dedicarse a su trabajo particular, que parecía ser el de des- truirlo y saquearlo todo…Otros hacían gran- des paquetes de ropa, vestidos, toda clase de utensilios, como si fueran a abrir en cualquier parte un mercado de chamarileros; en cuanto a las cosas que no podían llevarse, las destro- zaban…Otros demolían la estufa y las venta- nas, aparentemente para anunciar que el ve- rano iba durar eternamente. Rompían con es- trépito las vajillas de cobre y estaño; quema- ban las camas, las mesas, las sillas, los ban- cos, aunque había en el patio bastantes esté- reos de madera seca. …Se pusieron entonces a sacar de la tuer- ca de las pistolas las piedras de fuego; pero pa- ra remplazarlas por los pulgares de los cam- pesinos y torturar de este modo a esos pobres diablos, como si se tratara de quemar bru- jas… A otro (campesino) le habían atado al- rededor de la cabeza una cuerda que apreta- ban con un garrote y a cada vuelta la sangre le brotaba por la boca, la nariz y las orejas… En este paisaje desolador Bertolt Brech hizo pasear su carro a Madre Coraje. ● Portada de la primera edición del Simplicius Simplicissimus, 1668. LA GUERRA DE LOS TREINTA AÑOS
  • 20.
  • 21. 21 Utiliza para su espectáculo la versión de Antonio Buero Vallejo, ¿ha hecho al- guna modificación? Efectivamente hemos utilizado la ver- sión de Buero Vallejo y hemos hecho una pequeña reducción porque no que- ría un espectáculo más largo de las dos horas y también, por otra parte, porque quería que el lenguaje fuese más conci- so y más directo. La versión de Buero es extraordinaria pero un poco larga y yo, como todos los directores, llevamos el texto al punto que nos interesa. He he- cho una pequeñísima reducción, casi imperceptible. La base del espectáculo es la versión de Antonio Buero Vallejo. Además me ha inspirado el prólogo que el propio autor hizo en la publicación que editó el Centro Dramático Nacional con el equipo de Lluís Pasqual, dirigida por él mismo, en 1986. Me iluminó mu- cho el camino porque era sumamente interesante lo que proponía. Hablaba del mundo de Brecht basado en la orto- doxia del teatro comprometido, objeti- vo, dialéctico que en aquel momento creó en España los brechtianos dogmáti- Gerardo Vera es director del Centro Dramático Nacional desde junio de 2004. Fue Premio Nacional de Teatro en 1988 por su contribución al desarrollo del tea- tro y de la ópera en España. Es miembro del Patronato del teatro de la Abadía de Madrid desde su fundación. Desde 1970 trabaja como escenógrafo, figurinista, director artístico y director de cine y teatro habiendo conseguido entre otros galardones, el Goya a la mejor dirección artística por La niña de tus ojos de Fernando Trueba, Goya al mejor decorado y vestuario por El amor brujo de Carlos Saura, Antonio Gades. Le pedimos que nos hable de su trabajo en esta nueva propuesta para el Centro Dramático Nacional. La dirección de Gerardo Vera
  • 22. cos. Ellos decían que Brecht tenía unos cánones de los que no se podía salir. El propio Antonio Buero Vallejo proponía en su prólogo que representar Brecht en nuestra época suponía reflejar nuestra realidad más cercana. Me iluminó mu- cho esa lucidez, ese talento de hombre de teatro que se sobreponía a las tiraní- as de la época. ¿Qué me puede decir de Madre Cora- je y sus hijos? Creo que es una de las grandes obras de Brecht. Con el tiempo se ha converti- do en un clásico. No es casual que en es- te momento se esté representado en Ale- mania, en Estados Unidos y en Inglate- rra en el Nacional Theatre en versión de Tony Cusber. La obra es un discurso de la guerra. La madre sacando provecho de la guerra se engaña a sí misma por- que en el fondo es la guerra la que saca provecho arrebatándole a su familia. Es- ta parábola, que es una metáfora de la realidad humana, nunca se ha entendi- do tanto como a la luz de los aconteci- mientos de hoy. Yo creo que la dureza de la obra tiene que ver con la esencia de la guerra, una guerra que siempre hacen los poderosos, los que sacan partido. Grandes frases de la obra, como la que dice el predicador: la guerra nunca está en peligro porque cuando se debilitan los caño- nazos, ya se encarga el Emperador y el Papa de echar la gasolina para que siga funcio- nando. Los poderes políticos se encargan de que la llama de la guerra siga viva pe- ro la guerra la hace la gente de la calle, las víctimas son la gente corriente. Esa lectura tremenda de la realidad que nos MADRE CORAJE Y SUS HIJOS 22
  • 23. 23 LA DIRECCIÓN rodea, de la realidad que anega los tele- diarios, es la que tenemos en el escena- rio. Y todo a partir de un personaje; Ma- dre Coraje. Tiene atisbos de Celestina, de personajes de la tragedia griega, de los grandes personajes femeninos de la historia del teatro. Brecht plantea con ella un juego intelectual poderosísimo, Madre Coraje, por encima de cualquier relación emocional, cree estar sacando partido de la guerra y al final se ve in- mersa en su propia torpeza porque no ha sabido calibrar bien que la guerra, siempre acaba ganando. Brecht parte de una mujer, de una familia, que va pasan- do por los países y por las épocas. Yo he recurrido a un montaje muy atemporal. Intento crear un entorno en el que el es- pectador se sienta identificado, pero al mismo tiempo le haga reflexionar. No sólo que se produzca una comunicación emocional sino se plantee por qué he- mos llegado a este momento en el que para nosotros la guerra es una pantalla del telediario. Vemos todos los días imá- genes dolorosísimas pero convivimos con ellas. Las vemos pero ni nos con- mueven ni nos afectan. Hemos llegado al punto que tienen que ser imágenes de muchísimo morbo para que nos impre- sionen. Creo que este es el mal de nues- tra sociedad contemporánea y Madre Co- raje es una muestra de cómo llegamos a esta insensibilidad. Voy a empezar el es- pectáculo intentado hacer una pequeña llamada de atención sobre ello. Presen- taremos la proyección de una película mientras el público se va sentando, es una película de los años 30, Cruces de ma- dera del gran creador francés Raymond Bernard. Esta película, rescatada de mi faceta de cinéfilo, se va a proyectar en la sala mientras el público va entrando, de tal manera que van a estar viendo unas imágenes de guerra casi como desde el salón de su casa mientras hablan, se sa- ludan, quedan para tomar una copa des- pués… De repente habrá una explosión en el patio de butacas para que el espec- tador se pregunte qué está pasando y al mirar arriba verá un soldado con la cara ensangrentada. Pretendo sacar al espec- tador de la apatía con la que, con una fa- miliaridad enfermiza, vemos imágenes de la destrucción humana. “Madre Coraje y sus hijos exige una mirada profunda. Hacia dentro para ver qué descubrimos y hacia fuera porque es una obra que no se puede hacer sin una honda observación de la realidad. Realidad que nos llega todos los días en forma de Bosnia Hercegovina, en forma de Sarajevo, Gaza, Cisjordania, Sahara, Haití, interminable lista de guerras, calamidades, terremotos, destrucciones donde los más débiles son los que protagonizan la noticia.”
  • 24. 24 MADRE CORAJE Y SUS HIJOS La obra tiene muchos actores y tran- siciones complejas, ¿cómo ha preparado este aspecto formal? Las transiciones y el movimiento es- cénico no tienen que parecer comple- jos. Estamos ensayando ahora para que no lo parezcan. La escenografía es senci- llísima, es un entorno abstracto, una chapa metálica con elementos que re- cuerden un horno crematorio y un han- gar. Habrá una pantalla móvil y unas proyecciones. No tiene que ser comple- ja, he partido de un espacio muy sencillo fiel a mi norma: cuanto menos, más. ¿Qué me puede decir del reparto de actores? Estoy rodeado de un reparto excep- cional. Mercè Aranega es Madre Coraje. He hecho una apuesta personal para es- te personaje y estoy cada día más con- tento. Tiene humanidad, pero tiene la fuerza, la dedicación y el coraje necesa- rio para el papel. Los hijos, Malena Alte- rio haciendo esa muda, Fernando Soto, Críspulo Cabezas, familia impagable que parecen titiriteros a los que sólo les falta el pandero pero hace que los quieras desde el primer momento. Carmen Co- nesa que hace esa colaboración en el pa- pel de Ivette Portier la prostituta sifilíti- ca memorable. Walter Vidarte, que voy a decir de este gran actor. José Pedro Ca- rrión y Gonzalo Cunill el predicador y el cocinero en ese juego de payaso listo pa- yaso tonto, aire de teatro grotesco lleno
  • 25. 25 LA DIRECCIÓN de intensidad. Roberto San Martín ha aceptado hacer un personaje múltiple por debajo de sus posibilidades pero le saca un brillo y un partido impagable. La compañía de chicos que trabajan conmigo habitualmente, algunos desde Divinas Palabras, Paco Déniz, Román St. Gregory, Juan Pedro Schwart... son una gente con la que yo me siento muy iden- tificado y tienen mi lenguaje. Paco Obre- gón y Abel Vitón que hacen intervencio- nes memorables. Todos realizan un tra- bajo extraordinario y les estoy muy agra- decido. Esta Madre Coraje es la mirada de todos ellos, y en este punto estamos; mirando hacia dentro para ver qué des- cubrimos y mirando hacia fuera porque es una obra que no se puede hacer sin una profunda observación de la reali- dad. Realidad que nos llega todos los dí- as en forma de Bosnia Hercegovina, en forma de Sarajevo, Gaza, Cisjordania, Sa- hara, Haití, interminable lista de gue- rras, calamidades, terremotos, destruc- ciones donde los más débiles son los que protagonizan la noticia. No la crean, la crean otros y ellos la protagonizan. ● “Pretendo sacar al especta- dor de la apatía con la que, con una familiaridad enfermi- za, vemos imágenes de la destrucción humana.”
  • 26.
  • 27. 27 Entrevista con Mercè Aranega Háblenos, por favor, de su personaje. Madre Coraje es la protagonista abso- luta en el sentido de que todo el peso de la función recae sobre ella. Ana Fierling, Madre Coraje, es una mujer que trabaja en la guerra y vive de ella. Va con un carro vendiendo comida, botas, todo aquello que la tropa necesita; es un almacén ambulante. Sus tres hijos, Caradequeso, Eilif y Catalina van con ella. Definiría a Madre Coraje como un ave carroñera; va viviendo de los desper- dicios de la guerra, le da igual si tiene que quitarle los pantalones a un soldado muerto para revenderlos. Está, por así decirlo, anestesiada contra todo. Es un personaje autoritario, una mujer muy lista, muy viva. No se da cuenta que que- riendo controlar todo y queriendo pro- teger a sus hijos los está llevando a la muerte. Brecht utiliza este personaje para enseñar lo que de horrible tiene la guerra y cómo embrutece a las personas. Hay escenas que son auténticas metáfo- ras. Por ejemplo, aquella en la que su hijo Eilif es reclutado para la guerra, ella finalmente se percata de que se lo han llevado cuando se despista con la venta de un cinturón a los mismos soldados con los que peleaba para que no le reclutaran. Por no perder un marco y medio de la venta, pierde al hijo. Antepone el negocio a cualquier cosa. En otra escena llega a regatear con el dinero que podría salvar a Caradequeso de su fusilamiento inminente. Lo único que podría disculparla es que está con- vencida de que este regateo llegará a buen puerto. Está segura de que no lo
  • 28. 28 MADRE CORAJE Y SUS HIJOS van a matar porque piensa que todo es negociable, incluso la vida. ¿Cómo está trabajando el personaje, largo, intenso, casi omnipresente en la obra? Es un personaje muy difícil porque está escrito y tratado de manera que está en un registro de actuación muy alto durante toda la obra. Parece que nada le afecta y nada le emociona y esto no puede ser porque en ese caso no sería una persona, sería un robot. Mi trabajo consiste en transmitir al espectador que Madre Coraje está sintiendo algo pero no se permite dejarlo ver. Si se viera ya no sería La Coraje. Este es el matiz en el que estoy investigando desde hace unos días. Ya tengo afianzado el comporta- miento, el carácter y ahora estoy buscan- do todas estas cosas que le hagan un ser humano, un ser humano horrible, pero un ser humano. Intento plantear la lucha interna del personaje, siempre fuerte y siempre segura de su actitud pero con sus momentos de debilidad. En la escena cinco, el asalto a Catalina, está a punto de tirar la toalla. Madre Coraje dice: Al Caradequeso ya no lo veré más, y el Eilif, sabe Dios dónde andará. ¡Maldita sea la guerra! Pero se sobrepone y en la siguiente escena le puede su codi- cia: No me diga que ha estallado la paz ahora que he comprado provisiones. ●
  • 29. 29 ¿Le ha resultado difícil crear la esce- nografía de una obra que se desarrolla continuamente en la calle, en exteriores? Hacer un exterior en teatro es muy complicado, porque evidentemente es- tamos en un espacio cerrado. Se parte de la convención de que el espacio tea- tral es neutro y que funciona con validez para expresar todo tipo de situaciones más o menos fácilmente. El público pac- ta enseguida con la realidad de que eso corresponde a un día, una noche, a un espacio que luego se define minima- mente con otro tipo de elementos de apoyo. El carromato es la pieza más repre- sentativa de la función, alrededor de la cual gira toda la historia. Otros montajes de Madre Coraje han utilizado el carro pa- ra recrear los saltos en el tiempo. Las transiciones se solían hacer dando vuel- tas con él por el escenario. En este mon- taje queremos que tenga una pulsación mucho más extraña. Va a aparecer y de- saparecer del escenario y pretendemos imprimirle una función dinámica. La convención de que los intervalos de tiempo se superan a base de dar vueltas con el carro por el escenario es algo ex- cesivamente simple para definir la com- plejidad de la historia. Nosotros hemos procurado que las transiciones sean ela- boradas, tengan otro tipo de desarrollo y La escenografía de Ricardo Sánchez Cuerda
  • 30. 30 MADRE CORAJE Y SUS HIJOS hemos intentado no usar siempre el mis- mo recurso. La escenografía tiene ele- mentos puramente prácticos que inten- tan complementar a esta pieza esencial que es el carro. Recreamos una cantina y algún otro espacio concreto. Hay ade- más dos bandos; católicos y protestantes. Esto aparece muy claramente diferencia- do con elementos significativos como son las banderas y también con los au- diovisuales. La idea es que quede un es- pacio diáfano y muy oscuro. La oscuri- dad, el negro tienen la capacidad de su- gerencia y de magia que otros colores y otros recursos no dan. Usted ha trabajado en teatros euro- peos, ¿es diferente la forma de trabajar en ellos que en España? En Europa no se distingue tanto en- tre escenógrafo y figurinista. Es frecuen- te que ambos trabajos los realice la mis- ma persona porque realmente forman parte de lo mismo, del aspecto formal de una obra de teatro. En España, al haber mayor especiali- zación, tanto el escenográfo como el fi- gurinista tienen que concretar mucho su trabajo. Allí, se preparan conceptos más amplios. Normalmente los teatros tie- nen un escenógrafo residente que se en- carga de todos los montajes y que traba- “El carromato es la pieza más representativa de la función, alrededor de la cual gira toda la historia. Otros montajes de Madre Coraje han utilizado el carro para recrear los saltos de tiempo. las transiciones se solían hacer dando vueltas con él por el escenario. En este montaje queremos que tenga una pulsación mucho más extraña”.
  • 31. 31 LA ESCENOGRAFÍA ja siempre con el mismo taller. Esto im- plica que hay una comunicación estre- cha y una costumbre de trabajar ya co- nocida que por ejemplo aquí no tene- mos. La relación con los talleres es espo- rádica. No conozco todos los teatros europeos pero por ejemplo en Alemania la forma de trabajar es como he comentado. Son sistemas que no tienen nada que ver con el español. ¿Le ayuda su formación de arquitec- to en sus trabajos de escenografía? Estudié arquitectura pero hace doce años que trabajo en teatro. Es verdad que como arquitecto se adquieren unos co- nocimientos que impregnan cualquier creación, pero en ocasiones no es tanto la utilización de estos conocimientos co- mo los vicios que puedan suponer, de manera que yo creo que tiene una parte muy positiva y una parte muy negativa. Por ejemplo en arquitectura no se ad- quiere ni se maneja el concepto de lo te- atral, concepto que a mí me cuesta y que es además muy intangible. Yo pienso mu- cho espacialmente, y utilizo este ámbito en mis escenografías, pero todo el tema del color, de las texturas me cuesta mu- cho, no estoy familiarizado. Tengo que trabajar mucho más sobre ello que un es- cenógrafo que esté formado en el mun- do de la creación plástica. ● “La idea es que quede un espacio diáfano y muy oscuro. La oscuridad, el negro tienen la capacidades de sugerencia y de magia que otros colores y otros recursos no dan”.
  • 34. Este es quizá es el más curioso de los proyectos que hemos preparado Gerar- do Vera y yo. Hemos creado un vestuario con elementos comunes a todas las gue- rras, tanto a la Guerra de los Treinta Años, como a las guerras del siglo XIX, a la Primera Guerra Mundial e incluso a la Segunda Guerra Mundial. Los perso- najes principales están ambientados en la época en la que Brecht escribió la obra, en la segunda gran guerra y algu- nos trajes están inspirados en las guerras más actuales, la guerra de Bosnia y los Balcanes. Podríamos decir que se trata de una ambientación intemporal pero con elementos concretos de cada época. Por ejemplo, unos morriones* de la épo- ca de Rembrant, un casco inglés de la Primera Guerra Mundial, una hopalan- da* inspirada en Calvino y un vestido de pedrería de los años 40 para el persona- je de Ivette. La obra se desarrolla a lo largo de muchos años, en las acotaciones se reco- gen claramente estos saltos en el tiempo, ¿se refleja esto también en el vestuario? Casi ninguno de los personajes cam- bia a pesar de que en las acotaciones, efectivamente, se describen pasos de tiempo muy grandes, de años incluso. Esto no se refleja en el vestuario ni el la caracterización. Madre Coraje mantiene una base y sólo cambia las prendas ex- ternas, un abrigo, una rebeca. Los per- sonajes principales están congelados. In- cluso no hay diferencias de prendas en- tre los soldados católicos y los protestan- El vestuario de Alejandro Andújar Alejandro Andújar es licenciado en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid y en Escenografía por la RESAD. Ha ampliado sus estudios becado por la Akademie der Bildende Künste de Munich, por la Unión de Teatros Europeos y por la Fundación José Estruch. Es investigador por la Facultad de Arquitectura de Madrid. Es un colaborador habitual en los montajes de Gerardo Vera con el que preparó el vestuario para Divinas palabras, Un enemigo del pueblo, Rey Lear y Platonov. Hablamos con él para que nos explique qué veremos en cuanto a indu- mentaria se refiere en Madre Coraje y sus hijos. “Podríamos decir que se trata de una ambientación intem- poral pero con elementos concretos de cada época”.
  • 35. 35 EL VESTUARIO tes. El director ha resuelto la diferencia- ción entre ellos con un gesto, los católi- cos en un momento de la obra se pintan una cruz en la cara, pero los uniformes apenas cambian. La obra se desarrolla casi todo el tiempo en exteriores, en invierno, en un clima muy hostil, ¿ha influido esto a la hora de elegir los colores? Sí, es importante. Todos los persona- jes viven en la calle, son como nómadas. Empezamos la creación de vestuario de una manera muy neutra. Comencé a co- laborar con Gerardo Vera en el Teatro Real con Macbeth e hicimos un experi- mento, que consistió en hacer trajes con apariencia de que les ha caído nieve. Hi- cimos la nieve con espuma de tul y vol- vemos a utilizar este recurso ahora, in- cluso estamos aprovechando los mismos uniformes, que son unas chaquetas sue- cas. Los personajes principales tienen un tratamiento de color con rojos vi- brantes y colores muy chillones que con- trastan con los trajes nevados de toda la tropa. Aquí esta muy señalado el trabajo con el color. Usted ha completado su formación como figurinista y escenógrafo en Ale- mania. ¿Le ha ayudado esto para afron- tar su trabajo en una obra de Bertolt Brecht?
  • 36. 36 MADRE CORAJE Y SUS HIJOS Sí. Lo bueno que tiene Brecht es que es internacional tanto por la repercu- sión que ha tenido como por los temas de los que habla. A mí siempre me ha gustado mucho estudiar la historia ale- mana; el periodo de entreguerras me ha parecido muy interesante. He encontra- do un fotógrafo que ha sido recurrente en mis creaciones, quizá te haya hablado de él en otras ocasiones. Es August San- der y me he inspirado en imágenes de él para el vestuario, sobre todo para la mu- da Catalina. Haber estado en Alemania por supuesto que me ha ayudado, lo que ocurre es que la Alemania actual tiene muy poco que ver con el pasado, fue tan arrasada que no conservamos nada de lo que era. ● Morrión: Es un casco de forma cónica con una cresta afilada y alas laterales levantadas que se unen en forma de punta delante. Fue muy usado por la infantería y los peones en los siglos XVI y XVII por la mayor parte de los países europeos. En la actualidad es el casco que lleva la Guardia suiza en el Vaticano. Hopalanda: Prenda de vestir tanto masculina como femenina que prevaleció en Europa los siglos XIV y XV. Se trataba de un abrigo largo, ampuloso y llamativo y se solía adornar con bor- dados o pedrería. A veces se hacía corta, apenas cubriendo los muslos para pajes y criados.
  • 37. Madre Coraje se estrenó en Berlín con música de Paul Dessau, ¿hay alguna in- fluencia de esta música en el montaje actual? Para esta versión, Gerardo Vera ha querido generar una partitura nueva, prescindiendo de lo ya conocido, aun- que incluye tanto músicas compuestas previamente, como composiciones origi- nales. Si bien esto se separa de la idea original de Brecht, aporta una dimen- sión distinta al montaje, proyectándola hacia un concepto universal, menos lo- calizado en el tiempo y en el espacio. ¿Qué tipo de música podremos escu- char? Por poner algún ejemplo de la diver- sidad musical del montaje, cabe mencio- nar el prólogo de la función con una canción interpretada por Yvette. Se trata de ‘O surdato ‘nnammurato, una composi- ción de origen napolitano, escrita a fina- les del siglo XIX por Aniello Califano y Enrico Canniola. En la escena tres, en- contramos la canción J´attendrai, una versión del tema italiano Tornerai, con música esta escrita por Dino Oliveri, y texto der Nino Rastelli, en 1933. La letra fue traducida al francés por Louis Pote- rat para que la cantase Rina Ketty en 1938. Fue un éxito muy popular entre los soldados de la II Guerra Mundial. En Madre Coraje aparece como una alu- sión a un mundo ajeno a la guerra, que trae recuerdos y sueños a la memoria de los personajes femeninos, Yvette y Cata- lina. Suenan también músicas identificati- vas de las ideologías protestantes y cató- licas, como el himno luterano, escrito por el propio Martin Lutero en 1529 o el universal Dies Irae católico, que nos lleva 37 La música de Luis Delgado Luis Delgado es colaborador habitual de Gerardo Vera en sus montajes. Con él hizo el espacio sonoro de Divinas palabras, Un enemigo del pueblo (por el que reci- bió el premio Max a la mejor composición musical de 2008), Rey Lear y Platonov. Ha compuesto y dirigido bandas sonoras para series de televisión, ballet y teatro y ha publicado 20 discos como solista, 22 como miembro de distintos grupos, ha pro- ducido más de 50 trabajos y ha colaborado en más de 100 grabaciones. En todas ellas ha utilizado instrumentos originales pertenecientes a su colección privada de más de un millar de piezas.
  • 38. 38 MADRE CORAJE Y SUS HIJOS a imaginar musicalmente el entierro del Maestre Imperial Tilly en la escena cin- co. Por otra parte, también se han gene- rado partituras nuevas, principalmente para los cambios de escena, que apoyan el carácter épico de los movimientos, su- brayando la enorme dimensión de los personajes. La estética de estas transicio- nes esta basada en partituras para cuer- da, metales y elementos de percusión muy enérgicos. Supongo que el espacio sonoro será muy importante con tanto ruido de guerra, cañones, etc ¿Cómo será este sonido? Efectivamente, ha habido que gene- rar varios “paisajes sonoros” que inclu- yen guerras de diferentes características, en cuanto a la distancia y a la intensidad. Durante varias escenas, los personajes están rodeados por un horizonte bélico, que nos hace percibir la presencia cons- tante de batallas intemporales, que in- cluyen tanto sirenas antiaéreas, como es- padas y caballos. Tampoco faltan los ele- mentos naturales, como la lluvia y el viento, que ayudan a convertir la escena en un lugar desapacible, en el que des- cubrimos la profundidad de los persona- jes de Brecht. ●
  • 39. E l movimiento escénico es una di- mensión más del espectáculo. En cualquier representación podemos fijarnos en la historia que se narra y en cómo se narra. El director marca la pau- ta y todos los profesionales de su equipo creativo colaboran; el escenógrafo, el di- señador de sonido, el vestuario, el movi- miento escénico, etc. El movimiento es- cénico atañe a los desplazamientos de los actores por el escenario, a las transi- ciones* entre escenas, a la actuación de coro o grupo de actores, a prólogos y epílogos de la obra y a escenas que se de- finen con otros códigos que no sean los textuales. A nivel actoral puede contri- buir o ayudar a definir un personaje, su ficisidad, sus gestos, su forma de cami- nar, su forma de estar en escena. Puede ayudar al actor a crear su personaje. Por ejemplo Malena Alterio que interpreta a Catalina, la hija muda de Madre Coraje, me ha pedido ayuda para redondear las propuestas que ella ha planteado con su personaje. Es difícil dar con un tono adecuado para que no caigamos en un registro de pantomima que desentona- ría de la obra. Otro aspecto importante del movi- miento escénico es dotar de un criterio estético a los distintos momentos que quizá no sean cruciales a la obra pero que pueden aportar coherencia a la to- talidad. Contribuye a revalorizar la for- ma, no por encima del contenido sino en colaboración con él. El movimiento escénico puede asimi- larse con aspectos generales en cuanto a la arquitectura de la obra y su armonía con la escenografía y a momentos muy puntuales como gestos, acrobacias, caí- das, luchas o peleas en la escena. 39 Movimiento escénico Sol Garre Vamos a ocuparnos en este apartado de un aspecto de la función teatral que hasta ahora no hemos tratado y que parece interesante hacerlo en esta obra en la que estarán en escena un gran número de actores. Se trata del movimiento escénico. ¿Qué es exactamente el movimiento escénico? ¿En qué notaremos que está correctamente tratado? ¿En qué se diferencia y en qué se complementa de las labores de dirección? Para contestar a estas preguntas y su aplicación práctica en Madre Coraje y sus hijos hablamos con Sol Garre, profesora de esta disciplina en la RESAD y responsable del movimiento escénico en esta propuesta:
  • 40. MADRE CORAJE Y SUS HIJOS En cuanto a su segunda cuestión, pa- ra mí es muy importante que el movi- miento enriquezca al espectáculo, es de- cir que contribuya a la dimensión estéti- ca de la obra y a la dimensión narrativa de la misma. Si el ensamblaje de todos los elementos; luz, escenografía, movi- miento… contribuyen a dar una dimen- sión estética conjunta y se apoyan mu- tuamente, el trabajo está logrado. Perso- nalmente pienso que cuando uno de los elementos destaca en demasía por enci- ma de los otros la armonía se pierde. A este respecto me gustaría apuntillar que a veces la coherencia, la sensación de to- talidad, no consiste sólo en unificar cri- terios, sino en contraponer distintos to- nos, distintos matices. Tanto lo que es el movimiento escé- nico como si está correctamente tratado depende un poco de su tercera cuestión que es la relación con las labores de di- rección. Desde luego tiene que ser una relación estrecha. Comenzamos siempre teniendo muy en cuenta la dramaturgia específica sobre la que trabajamos. Hay “El movimiento escénico atañe a los desplazamientos de los actores por el escenario, a las transiciones entre escenas, a la actuación de coro o grupo de actores, a prólogos y epílogos de la obra y a escenas que se definen con otros códigos que no sean los textuales.”
  • 41. MOVIMIENTO ESCÉNICO dramaturgias cuyo mayor valor es el tex- to y otras en las que lo es el movimiento. Por otro lado un texto contemporáneo no tiene nada que ver con un texto clá- sico. El enfoque del director tiene mu- cho que ver con el trabajo de movimien- to escénico porque nos va a marcar el grado de contribución para su espectá- culo. Este también depende de la prepa- ración de los actores y de su experiencia previa en temas de movimiento. En fun- ción de esto se pueden investigar unas u otras líneas. En el caso concreto de Madre Coraje y sus hijos la colaboración ha consistido en ayudar a crear la atmósfera general de la obra y ambientes especiales en momen- tos concretos. Gerardo me iba propo- niendo ideas para momentos concretos de la obra en los que él consideraba pre- sente el movimiento escénico y me pro- porcionaba muchas imágenes. Quiere despertar sensaciones en el espectador y con estas premisas empezamos a traba- jar. Además en Madre Coraje hay un fuer- te trabajo con las transiciones. Son mu- chos actores en escena y mueven objetos grandes, muy visibles y muy difíciles de manipular. Las transiciones tienen que ser por un lado rápidas, concretas y di- rectas, para que no rompan el fluir de la obra, y deben tener una carga dramática para que no caiga la tensión. ● * Las transiciones son los cambios de escena cuando no suceden dejando el escena- rio en completa ausencia de luz, lo que se llama hacer un oscuro. Los propios actores transitan de una escena a otra o preparan los objetos para la siguiente escena.
  • 42. CENTRO DRAMÁTICO NACIONAL Tamayo y Baus, 4 28004 Madrid Tel.: 91 310 29 49 Fax: 91 319 38 36 cdn@inaem.mcu.es http//cdn.mcu.es ● DEPARTAMENTO DE ACTIVIDADES CULTURALES Y EDUCATIVAS Concepción Largo Ferreiro Tel.: 91 310 94 30 actpedagogicas.cdn@inaem.mcu.es http//cdn.mcu.es Papel Reciclado Diseño, maquetación y preimpresión: Vicente A. Serrano / Esperanza Santos BRECHT, Bertolt. Teatro Completo; tra- ducción de Miguel Sáez. Madrid. Alianza Editorial. 1998. BRECHT, Bertolt. Narrativa completa. Madrid. Alianza Editorial, 1988. BRECHT, Bertolt. Poemas y Canciones Madrid. Alianza Editorial. 2001. BENJAMÍN, Walter Tentativas sobre Brecht Madrid. Taurus, 1979. CASTRI, Máximo Por un teatro político: Piscator, Brecht, Artaud. Madrid, A-Kal, D.L: 1978 (Colección Ma- nifiesto: Serie teoría y Crítica). DESUCHE, Jacques. La Técnica teatral de Bertotl Brecht Traducción, prólogo y notas adicionales Ri- card Salvat. Barcelona: Oikos-Tau (1968). DORT, Bernard. Lectura de Brecht. (Traducción de Juan Viñoly). Bar- celona: Seix Barral, 1973. EWEN, Frederic. Bertold Brecht, su vi- da, su obra, su época. Adriana Hidalgo Editora, S.A. 2001. GRAY, Ronald. Brecht dramaturgo. (Traducción del inglés Antonia Kerrigan). Madrid: Ultramar, 1979. SALVAT, Ricard. Una fábrica de teatro El Berliner Ensemble . Siglo XX, nº 13 Barcelona 24 de julio de 1965 pag 55-58. La revista PRIMER ACTO dedicó un mo- nográfico a Bertolt Brecht en España. Es el número 64 del año 1965 e in- cluye artículos de José María Rodrí- guez Méndez y Alfonso Sastre entre otros. Bibliografía No te pierdas los videos de los ensayos de la obra de Madre Coraje y sus hijos en nuestra página web http://cdn.mcu.es. Podrás ver y escuchar a todos los miembros del equipo artístico que han participado en la función y en la elaboración de este cuaderno.
  • 43. Teatro Valle-Inclán Don Carlos Manca solo la domenica La tierra Drácula El baile Madre Coraje y sus hijos Urtain Tórtolas, crepúsculo y ... telón de Friedrich Schiller Dirección de Calixto Bieito Dramaturgia de Marc Rosich y Calixto Bieito a partir de una traducción en verso blanco de Adan Kovacsics Coproducción Centro Dramático Nacional, Teatre Romea, Grec’09 Festival de Barcelona y XV Internationalen Schillertage de Silvana Grasso Dirección de Licia Maglietta Teatri Uniti (Italia) Sala Francisco Nieva UNA MIRADA AL MUNDO de José Ramón Fernández Dirección de Javier G. Yagüe Producción Centro Dramático Nacional Sala Francisco Nieva Texto y dirección de Ignacio García May basado en la novela de Bram Stoker Producción Centro Dramático Nacional de Irène Némirovsky Dirección de Sergi Belbel Coproducción Centro Dramático Nacional y Teatre Nacional de Catalunya Sala Francisco Nieva de Bertolt Brecht, versión de Antonio Buero Vallejo Dirección de Gerardo Vera Producción Centro Dramático Nacional de Juan Cavestany Dirección de Andrés Lima Coproducción Centro Dramático Nacional y Animalario Reposición Sala Francisco Nieva Texto y dirección de Francisco Nieva Producción Centro Dramático Nacional 17.09 > 08.11.2009 25.09 > 27.09.2009 19.11 > 27.12.2009 03.12.2009 > 10.01.2010 14.01 > 14.02.2010 11.02 > 04.04.2010 04.03 > 11.04.2010 06.05 > 20.06.2010