2. JUAN MONTALVO
Juan Montalvo nace en Ambato en el país de Ecuador, el 13 de abril de 1832 y muere en París el 17 de enero de 1889. Siendo
niño fue testigo de las intransigencias políticas al ver a su hermano y tío marchar al exilio. Cursó primero estudios en el
Colegio de San Fernando (1846-1848) y luego en el Seminario de San Luis en Quito (1848-1851), donde obtuvo el título de
Maestro en Filosofía. Inició también estudios de jurisprudencia en la Universidad de Quito sin llegar a terminarlos. En realidad
Montalvo es un autodidacta. Su formación se debe más a sus lecturas y a su experiencia europea, primero como miembro de
la legación diplomática en Roma (1856-1858) y luego en París (1858-1859). En 1859 regresa a Ecuador y desde el comienzo
toma una postura activa contra la dictadura de Gabriel García Moreno. Su vocación de escritor le induce a crear una revista, El
Cosmopolita (1866-1869), desde la cual difunde sus escritos, pero que le llevaría al destierro de Ambato por sus críticas a
García Moreno (murió asesinado en 1875). La muerte de un tirano dio paso a la entrada de otro, Ignacio Veintenilla, y
Montalvo se vio de nuevo combatiendo en pro de la libertad. Primero lo hace a través de las páginas de El Regenerador
(1876-1877), más tarde con sus Catilinarias que se empiezan a publicar en el periódico La Estrella de Panamá, donde había
salido exiliado, y que se recogerán luego en libro en 1880; en estos ensayos surge con fuerza su espíritu polémico, su ironía y
su lucha contra la tiranía. Su oposición a la dictadura lo mantiene fuera de Ecuador, primero exiliado en Panamá y luego en
Francia. En 1881 viajó a París con el manuscrito de otros libros suyos. El libro de ensayos Siete tratados, quizás la obra que
mejor caracteriza la cultura de Montalvo, se publicó en 1882; los demás sólo después de su muerte (Capítulos que se le
olvidaron a Cervantes, 1895; Geometría moral, 1902).
3. Influencia de sus obras
Antigüedad clásica
Montalvo leyó todo cuanto entonces se podía leer
acerca de Historia, Filosofía y Literaturas Helénicas, y
citó en sus obras de manera directa o glosada a
bastantes griegos de la antigüedad. Del mismo modo,
aunque en menor grado, sentía admiración por la
antigua Roma. El teatro romano de Terencio, Plauto y
Séneca sirvió, si no de inspiración, de modelo, a los
cinco dramas que escribió y que fueron recopilados en
su Libro de las pasiones: La Leprosa, Jara, El
descomulgado, Granja y El dictador. En definitiva, lo
grecolatino llegó al escalón más alto de su saber,
siendo el cimiento sólido de su formación y el arma que
esgrimió en sus enconadas polémicas. Admiraba de
Grecia a Sócrates, y de Roma a Julio César, como
ejemplo del soldado, y a Cicerón, por su oratoria.
4. Literatura española
Conocía buena parte de la literatura española, desde
los romances hasta el romanticismo. En más de una
ocasión hizo críticas a varias obras literarias
españolas y dedicó su ensayo El buscapié a
exaltarlas. Sentía especial admiración y respeto por
Cervantes y consideraba a su Don Quijote de la
Mancha como lo más acabado en el mundo de las
letras, al mismo tiempo que despreciaba la
continuación escrita por Avellaneda. Por otro lado,
Montalvo consideraba a las letras españolas
contemporáneas a él (segunda mitad del siglo XIX)
como vagas e improductivas, impugnando
especialmente las malas traducciones de textos,
aunque supo apreciar a los intelectuales españoles
de la época.
5. Literatura francesa
Las letras francesas, antes y después de las guerras de la
Independencia, tuvieron decisiva influencia sobre los
escritores hispanoamericanos. El romanticismo tanto
español como hispanoamericano tuvo sus simientes en
Francia, y en América brotó primero y duró más. Montalvo
fue un ideólogo romántico del liberalismo; sus modelos
fueron Chateaubriand, Rousseau y Victor Hugo, mientras
que por Lamartine sentía un profundo aprecio. Asimismo
admiraba a Montaigne y Montesquieu, quienes junto a
Rousseau inspiraron su pensamiento político. De
Montaigne tomó no sólo la exaltación del hombre en su
estado natural, sino varios temas y la técnica literaria que
usaba en sus ensayos. Muchas de las ideas de Montalvo,
sin ser necesariamente copiadas, son eco de El espíritu de
las leyes de Montesquieu, y Rousseau tuvo su influencia
en el escritor ecuatoriano por sus ideas sobre educación,
gobierno, Estado, ciudadanía etc., expresadas en Emilio y
El Contrato Social.
6. Otras influencias
En cuanto a la literatura en inglés, admiraba mucho a
Byron y a Milton, y probablemente sus ensayos fueron
también inspirados por Bacon. Su revista El
Espectador se inspiró en The Spectator de Addison.
La literatura estadounidense también fue citada por
Montalvo, aunque sin juicios críticos. Conocía las
grandes obras literarias publicadas en italiano, aunque
no se dejó influir, al parecer, por el estilo, los temas y
las ideas de los maestros italianos. En cuanto a la
literatura en alemán, estudió los clásicos del siglo
XVIII, aunque no conocía el idioma. Sentía admiración
por Goethe; sobre él, Schiller y Klopstock dijo que
eran "ingenios de primer orden, de esas antorchas
altísimas que se hallan a la vista de todas las
naciones". De Hispanoamérica conocía la prosa de
Bolívar, la poesía y especialmente la Gramática de
Andrés Bello, la poesía de Olmedo y los argentinos
precursores del romanticismo.
7. Obras relevantes
Capítulos que se le olvidaron a Cervantes
Es el título de una novela del ensayista y pensador ecuatoriano Juan Montalvo, publicada por
primera vez en 1895, pocos años después de la muerte de su autor. Es una continuación de la
novela de Cervantes Don Quijote de la Mancha.
La obra tiene un extenso prólogo, que lleva por título El buscapié, y refiere nuevas aventuras
de Don Quijote de la Mancha. Se diferencia notablemente de otras continuaciones del Quijote
en que la acción se inicia a partir de un momento indeterminado de la obra cervantina, en el
contexto de la tercera salida, y se interrumpe dejando a Don Quijote con vida, aunque después
de haber redactado un testamento en verso octosilábico.
El texto contiene numerosas referencias a los libros de caballerías, evidentemente tomadas de
las notas de Diego Clemencín a su edición del Quijote, y hace también alusión a una serie de
personajes de la política ecuatoriana de su tiempo, en particular el presidente Ignacio de
Veintemilla, de quien Montalvo era furibundo adversario, y al que presenta en la figura de un
ladrón ajusticiado, cuyo cadáver hallan Don Quijote y Sancho. Otra característica de la obra es
su notorio anticlericalismo, expresado en reiteradas burlas y censuras a la Iglesia Católica y la
conducta y actitudes del clero.
Según la enciclopedia española Monitor(editorial Salvat, 1970, tomo 6, pag.2099), en su
artículo dedicado a Don Quijote, esta obra de Montalvo es la mejor aproximación al personaje
cervantino, en términos novelísticos, pues logra reproducir en gran medida su esencia.
Textualmente el artículo declara:"En el siglo XIX hemos de destacar la valiosa interpretación del
ecuatoriano J. Montalvo, quien en los "Capítulos que se le olvidaron a Cervantes" trazó una
semblanza del héroe que no desdeñaría su mismo autor: el sentido de raza, tragedia y
sublimación fueron magníficamente destacados por el eximio polígrafo ecuatoriano"
8. El Cosmopolita
Es el nombre de una revista de enfoque político, periodístico y ensayístico
redactada por el escritor ecuatoriano Juan Montalvo. Sus entregas,
llamadas libros por su autor, fueron en total nueve, publicadas de enero
de 1866 a enero de 1869. Se cumpiló por primera vez en dos volúmenes,
publicados en Imbabura, en 1894.1 Su primer número contenía la
siguiente advertencia: "De cosmopolita hemos bautizado a este periódico
y procuraremos ser ciudadanos de todas las naciones, ciudadanos del
universo, como decía un filósofo de los sabios tiempos".2
El Cosmopolita podría considerarse como una de las primeras obras del
ensayo moderno en el mundo hispano, y como precursor del
modernismo en Hispanoamérica. Entre los muchos ensayos publicados en
El Cosmopolita, destacan la "Carta de un padre joven", escrita por
Montalvo para su hija María del Carmen, a quien no había visto en mucho
tiempo, y los virulentos ataques contra Gabriel García Moreno.
9. Siete tratados
Es un conjunto de ensayos publicados por el escritor ecuatoriano
Juan Montalvo en dos tomos, en 1882 y 1883. De marcado
carácter filosófico, fue su obra más famosa, gracias a la cual
recibió elogios tanto en América como en Europa. Había sido
escrita en su mayor parte entre 1873 y 1875 mientras su autor se
encontraba proscrito en Ipiales,1 ya que durante ese período
gobernaba el Ecuador Gabriel García Moreno, enemigo suyo,
conocido por reprimir todo intento de oposición. Se publicó en
París, el tomo I en 1882 y el II en 1883.2
Los Siete tratados están escritos con tal abundancia de citas
históricas, parábolas y ejemplos, que su lectura no es fácil: el
lector puede perder el interés en la obra por el derroche de
erudición del autor y por sus digresiones, no siempre acertadas.2
El tomo I contiene: "De la nobleza", "De la belleza en el género
humano" y "Réplica a un sofista seudocatólico"; el tomo II: "Del
genio", "Los héroes de la emancipación hispanoamericana", "Los
banquetes de los filósofos" y "El buscapié", que luego aparecerá
como prólogo de su novela Capítulos que se le olvidaron a
Cervantes.