4. • Mostrar que la fe genuina
produce buenas obras;
• para que dependamos
obedientemente de Dios y
su palabra y
• así nos dejemos conducir
del Espíritu para hacer su
voluntad.
PROPÓSITO:
5. • Los muertos
no pueden
obrar.
• Los vivos si
lo pueden
hacer.
• De la misma
manera, la fe
viva obra, la
muerta no.
INTRODUCCIÓN
6. Santiago
2:14-17
Santiago
2:18
Santiago
2:19-20
Santiago
2:21-24
Santiago
2:25-26
FE
«la fe, si no
tiene obras,
es muerta en
sí misma»
«yo te
mostraré mi
fe por mis
obras»
«la fe sin
obras es
muerta»
«la fe actuó
juntamente
con sus
obras»
«la fe sin
obras está
muerta»
QUE
OBRA
La fe en
acción
La
demostración
de la fe
La fe de los
demonios
La fe de
Abraham
La fe de
Rahab
Relación entre
fe y obras
Ejemplos de fe
7. «Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no
tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle? Y si un hermano o una hermana están
desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, y alguno de
vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas
que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha? Así también la fe, si
no tiene obras, es muerta en sí misma» (Santiago 2:14-17)
¿Existe una fe que salva y una fe que no salva?
La fe salvífica es una fe viva. La fe, si está
muerta, no puede salvar.
¿Cómo puedo saber si mi fe está viva o
muerta?
Según Santiago, por la forma en que me
relaciono con los demás.
Cuando reconocemos una necesidad pero no
hacemos nada acerca de ella, perdemos la
oportunidad de ejercer fe. La fe se debilita y
muere un poco. Por eso la fe sin obras muere.
8. «Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin
tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras» (Santiago 2:18)
La fe genuina se demuestra en acciones
desinteresadas, «las cuales Dios preparó de
antemano para que anduviésemos en ellas»
(Efesios 2:10).
Pablo, tras asegurar que Dios «nos salvó, no
por obras de justicia que nosotros
hubiéramos hecho, sino por su misericordia»
(Tito 3:5), nos exhorta de la siguiente manera:
«Palabra fiel es esta, y en estas cosas
quiero que insistas con firmeza, para que
los que creen en Dios procuren ocuparse
en buenas obras. Estas cosas son buenas
y útiles a los hombres» (Tito 3:8)
Tanto Santiago como Pablo están de acuerdo
en que la fe y las obras son inseparables. Pero,
al contrario de la fe, las obras de ninguna
manera nos pueden salvar.
9. «Nuestros caracteres se revelan por lo que hacemos.
Las obras muestran si la fe es genuina o no.
No es suficiente que creamos que Jesús no es un
impostor, y que la religión de la Biblia no consiste en
fábulas arteramente compuestas. Podemos creer que
el nombre de Jesús es el único nombre debajo del cielo
por el cual el hombre puede ser salvo, y sin embargo,
no hacer de él, por la fe, nuestro Salvador personal.
No es suficiente creer la teoría de la verdad. No es
suficiente profesar fe en Cristo y tener nuestros
nombres registrados en el libro de la iglesia. “El que
guarda sus mandamientos, está en él, y él en él. Y en
esto sabemos que él permanece en nosotros, por el
Espíritu que nos ha dado”. “Y en esto sabemos que
nosotros le hemos conocido, si guardamos sus
mandamientos”. Esta es la verdadera evidencia de la
conversión. No importa cuál sea nuestra profesión de
fe, no nos vale de nada a menos que Cristo se revele en
obras de justicia» E.G.W. (Palabras de vida del gran Maestro, cp. 24, pg. 254)
10. «Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los
demonios creen, y tiemblan. ¿Mas quieres saber, hombre
vano, que la fe sin obras es muerta?» (Santiago 2:19-20)
La fe de la que habla Santiago aquí es
simplemente una convicción intelectual de que
ciertas doctrinas son verdaderas. La mente se
convence debido a la abrumadora evidencia de la
Palabra de Dios, pero el corazón permanece
frío e inconverso.
Así pues, la fe como mera creencia intelectual de
la verdad, aunque es necesaria, no nos puede
salvar. Ésta es la fe del «hombre vano» (vacío,
hueco). Es un fe muerta; la fe de los demonios.
Es la fe en Jesús como mi Salvador personal la que
me puede salvar. Esta fe será visible en mi vida,
como lo fue en las vidas de Abraham y de Rahab.
11. «¿No fue justificado por las
obras Abraham nuestro
padre, cuando ofreció a su
hijo Isaac sobre el altar?
¿No ves que la fe actuó
juntamente con sus obras, y
que la fe se perfeccionó por
las obras? Y se cumplió la
Escritura que dice: Abraham
creyó a Dios, y le fue
contado por justicia, y fue
llamado amigo de Dios.
Vosotros veis, pues, que el
hombre es justificado por
las obras, y no solamente
por la fe» (Santiago 2:21-24)
LA FE DE ABRAHAM
«¿Qué, pues, diremos que
halló Abraham, nuestro padre
según la carne? Porque si
Abraham fue justificado por
las obras, tiene de qué
gloriarse, pero no para con
Dios. Porque ¿qué dice la
Escritura? Creyó Abraham a
Dios, y le fue contado por
justicia. Pero al que obra, no
se le cuenta el salario como
gracia, sino como deuda; mas
al que no obra, sino cree en
aquel que justifica al impío, su
fe le es contada por justicia»
(Romanos 4:1-5)
A partir de la experiencia de Abraham, Santiago llega a la conclusión de que el
hombre es justificado por las obras y Pablo llega a la conclusión de que el hombre
es justificado por la fe. ¿Cómo se puede resolver esta aparente contradicción?
SANTIAGO PABLO
12. Observemos la teología de Pablo
respecto a Abraham.
1. Abraham no hizo ninguna obra que lo
hiciese justo ante Dios (Romanos 4:1-5)
2. Por la fe, obedeció a Dios saliendo hacia
Canaán (Hebreos 11:8)
3. Por la fe, creyó que Dios podía darle un
hijo de Sara (Romanos 4:19)
4. Por la fe, ofreció a Isaac (Hebreos 11:19)
En definitiva, Pablo (al igual que Santiago)
considera que Abraham PERFECCIONÓ su fe
por sus obras, dando pasos cada vez más
firmes en la fe.
Por su parte, Santiago nos dice que
Abraham fue justificado por sus obras; es
decir, las obras demuestran la validez de la
fe por la cual una persona es justificada.
LA FE DE ABRAHAM
13. «Asimismo también Rahab la ramera, ¿no fue justificada
por obras, cuando recibió a los mensajeros y los envió por
otro camino? Porque como el cuerpo sin espíritu está
muerto, así también la fe sin obras está muerta»
(Santiago 2:25-26)
¿Le habría salvado su fe si no
hubiese escondido a los espías?
¿Le habría salvado su fe si no
hubiese colocado el cordón grana
en su ventana?
¿Se habrían salvado por fe sus
familiares si no se hubiesen
quedado en casa de Rahab?
La conclusión de Santiago es
clara: Si eres salvo por la fe,
debes vivir de acuerdo con tu fe.
De otro modo, tu fe está muerta.
Rahab creía firmemente que el Dios de los israelitas iba a conquistar Canaán
(incluyendo Jericó)
14. «Necesitamos hoy la fe de Abrahán
para iluminar las tinieblas que nos
rodean, que impiden que nos lleguen
los dulces rayos del amor de Dios y
que detienen nuestro crecimiento
espiritual. Nuestra fe debiera ser
fecunda en buenas obras, pues la fe
sin obras es muerta. Cada tarea que
realizamos, cada sacrificio que
hacemos en nombre de Jesús, produce
una recompensa enorme. En el mismo
acto del deber Dios habla y nos da su
bendición»
E.G.W. (Reflejemos a Jesús, 6 de marzo)
15. • Nadie puede salvarse por sus obras, pero si las
obras no siguen a la fe, ésta fe, en realidad ha
muerto.
• Luego de la fe siempre deberán aparecer las
obras.
• La fe genuina obra; la falsa no obra.
RESUMEN Y CONCLUSIÓN
16. SANTIAGO,
EL HERMANO DEL SEÑOR
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las 13 lecciones que
tratan sobre el tema:
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