El documento presenta la historia de Coquin, un gusanito que nació más delgado, pálido e inapetente que sus hermanos. Sus padres le dedicaron más tiempo y cuidados, dándole de comer en la boca y acomodándole una cama de musgo para que descansara. Después de los cuidados de sus padres, Coquin se recuperó y engordó lo normal, poniendo felices a sus padres al ver su progreso y saber que iba a vivir.