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Vicios
1. Hay diferentes maneras de definir qué es el
vicio.
En primer lugar, la palabra vicio, proviene del
latín “vitium”,que lo define como una "excesiva
afición a algo, especialmente si es perjudicial",
como una "mala costumbre, el hábito de obrar
mal" y como una "cosa a la que es fácil
aficionarse", por supuesto, el significado social
que se le ha dado a la palabra vicio se ha ido
ampliando para incluir muchas otras
acepciones; como la mala condición del alma
de las personas para inclinarse a abusar de
determinadas cosas; es el acto de ejecutar una
acción, frecuentemente o en demasía, es la
afición por determinadas costumbres, que
incitan a excederse en el goce de los deleites,
es el gusto o la manía, que provoca excesivo
apego hacia las cosas que perjudican a la
salud, es la libertad ilimitada, para adoptar las
tendenciosas o malas costumbres, es la
tendencia que incita a procurar cualquier
perjuicio en contra de nuestros semejantes, es
el acto de consumar alguna acción con
2. perversidad; es el estado inconsciente que
convierte al hombre en un ente despreciable;
es también la degeneración producida por el
uso excesivo del alcohol, de los juegos de azar
y de las drogas enervantes.
El vicio es un mal que debemos combatir en
nosotros mismos y en los demás. Por lo tanto,
y en consecuencia, es muy justo conocer en
detalle, cuáles son esos sentimientos que
emanan de nuestra conciencia, para procurar
huir de las malas tentaciones, de las perversas
costumbres, y de los hábitos que pervierten
todo instinto de moralidad en el hombre para
poder apartarse del camino; que de una
manera directa, conduce a la humanidad hacia
los vicios.
Por lo que respecta a la definición Masónica,
de lo que es el vicio, se refiere precisamente al
acto de contentar nuestras insanas pasiones;
es el hábito que pervierte a los instintos
humanos, cuando viene la desesperación si no
se satisfacen; así como la perversión de la
sana moral y de las buenas costumbres
sociales.
Consecuentemente, debemos tomar en
consideración, que una de nuestras principales
misiones ante los ojos de la Humanidad entera,
consiste en combatir en forma práctica y
3. radical, a todos los vicios, cualquiera que sea
su origen, o las causas que concurran en el
ánimo de quienes los hayan adquirido; o bien,
en atención a las circunstancias en que el
hombre se haya visto obligado a contraer tales
hábitos, tomando en cuenta que, son también
perjudiciales para la salud de la propia familia y
por lo mismo, los son igualmente para la
colectividad humana.
Sabemos que las causas primordiales que
conducen al hombre, hasta adquirir el hábito de
los vicios, lo son por lo regular, la ignorancia, la
ausencia de la voluntad propia, la debilidad de
carácter y la falta de preparación intelectual.
Pudiera decirse que el vicio, cualquiera que sea
su inclinación o la tendencia que lo origina,
constituye también una peligrosa enfermedad
física, un defecto moral, y una afección
espiritual, para quienes se dejan arrastrar por la
influencia de las bajas pasiones; en cuyo caso,
todos sus actos, sus acciones o sus obras,
constituirán una cadena interminable de errores
morales y materiales, tomando en conside-
ración, que el gobierno que se ejerce sobre si
mismo, y dirigido por la propia voluntad, se
considera como una virtud, muy difícil de llevar
a la práctica.
Siempre que se empleen todos los principios,
basados en los más puros razonamientos, y
4. bajo la convicción de una conciencia sana, se
considera como una serie de hechos que
demandan un bien definido, el sacrificio de la
voluntad, del esfuerzo físico e intelectual del
individuo; razón por la cual, hemos llegado al
convencimiento de que, el esclavo de sus
propios instintos, en el orden moral, lo es
también de su cuerpo, en el sentido material,
tomando en consideración que, quien
desciende hasta tan bajo nivel moral, jamás
tendrá la satisfacción de anteponer su voluntad,
para lograr una justa coordinación de sus
ideas, una adecuada aplicación a sus acciones
o una fiel ejecución para sus obras; puesto que
para ello se necesita atender a los dictados que
su conciencia le determina, dentro del buen
orden de cosas.
Pero no podemos olvidar, que si llegamos a
adquirir el honroso titulo de masón, sin lograr
desprendemos de nuestra envoltura material
simbólica, y continuamos conservando y
sosteniendo los vicios propios de la vida
profana, o seguimos aceptando todas las
debilidades propias de un hombre no
preparado; en esas condiciones, el individuo
sólo llegará a demostrar, dentro de sus activi-
dades masónicas, que es un profano
disfrazado con la augusta investidura del
iniciado, lo cual vendría a agravar su situación,
5. porque se convertiría en uno de tantos
obstáculos que impiden la propagación de los
ideales, de las máximas y de los principios
contenidos dentro de la filosofía, de las ciencias
y de la ética masónica.
Por otra parte, vicio es también lo opuesto a la
virtud y filosóficamente, la masonería considera
que cada uno de nosotros es un ser imperfecto;
el hombre en su imperfección y utilizando las
herramientas del libre albedrío, tiene la
alternativa de elegir entre el bien y el mal, entre
virtudes y vicios. Nosotros como masones,
pulimos nuestra piedra bruta, nuestra piedra
natural, nuestra personalidad con el estudio de
la simbología masónica en una disciplina
hermética y ritualista con la finalidad de
acercarnos a la verdad, con la finalidad de
tender al perfeccionamiento humano dentro de
nosotros mismos e irradiándolo y aplicándolo al
mundo externo y cotidiano.
En el aspecto individual, se considera que la
condición masónica se adquiere cuando el que
aspira a serlo se halla dispuesto a seguir la
senda de la virtud y la verdad, tiene la mente
exenta de errores y prejuicios y la conciencia
tranquila; no puede ser esclavo de vicios y
pasiones.
6. Justamente el hombre que ingresa a la
masonería, llega a ella procedente de una
sociedad en la cual reinan la envidia, el
fanatismo, la discordia, el egoísmo, la vanidad,
la injusticia y otras pasiones que lo degradan y
lo esclavizan, como aquella soga que el
iniciado lleva al cuello y que simboliza los vicios
y las pasiones del mundo profano, a los que le
consideramos amarrado, y a los que ha de
combatir, tenaz y denodadamente, desde el
momento que se llame masón.
Finalmente, considero propicio recordar a
todos, tener siempre presente uno de los tantos
conceptos que dice, la masonería es una
organización iniciática, esotérica, filantrópica,
de carácter universal, conformada por hombres
libres y de buenas costumbres, que practican
un sistema de moralidad perfectamente
definido, enalteciendo la práctica de las
virtudes para lograr una transformación
próspera de su personalidad, alejándose
progresivamente de los Vicios que destruyen al
hombre.