10. ANÁLISIS DEL TEXTO: “El viaje sobre el tiempo o la lectura de los clásicos
El arte de leer y reinterpretar esos textos inolvidables desde nuestra perspectiva sigue siendo el más sólido e ineludible fundamento de La ausencia
CRISIS de lectura
la formación humanística, una educación que está marginada y angustiosamente amenazada por presiones pragmáticas, urgencias
LECTORA rompe la
sociales y modas pedagógicas. De modo que la enseñanza de humanidades, en un tiempo prestigiosa, está en honda y extensa crisis. Tal relación con
vez se nota más en nuestras aulas, pero no se trata sólo de un fenómeno escolar. Se trata de una crisis amplia de la lectura y de la el pasado.
relación con el pasado. Es el pasado el que ha perdido prestigio.
Lo que ha consagrado y define como clásicos a determinados textos y autores es la lectura reiterada, fervorosa y permanente de los Los libros
LIBROS
cásicos son
CÁSICOS mismos a lo largo de tiempos y generaciones. Clásicos son aquellos libros leídos con una especial veneración a lo largo de siglos. Un libro
leídos a lo
clásico es un texto enormemente sugestivo, que invita a nuevas relecturas. Italo Calvino, en un estupendo ensayo recogido en su libro largo de los
Por qué leer a los clásicos, daba 14 definiciones. Me gusta especialmente la que dice: "Un clásico es un libro que nunca termina de decir siglos
lo que tiene que decir".
Los libros
LO El misterioso atractivo fundamental de esos textos reside en su inagotable capacidad de sugerencias. Siempre se puede encontrar en clásicos son
ATRACTIVO ellos algo nuevo, sugerente y aleccionador. Frente a tantos y tantos libros sólo entretenidos, ingeniosos, eruditos o muy doctos, pero de novedosos,
un solo encuentro, frente a tantos papeles de usar y tirar, los textos literarios se definen por admitir más de una apasionada lectura. Y inspiradores
los clásicos invitan a relecturas incontables. y edificantes.
Se puede calificar a los libros clásicos como "la literatura permanente" -según frase de Schopenhauer-, en contraste con las lecturas de Los libros
PERMANENCIA uso cotidiano y efímero, en contraste con los best sellers y los libros de moda y de más rabiosa actualidad. Suelen llegarnos rodeados de clásicos se
DE LOS un prestigio y una dorada pátina añeja, pero conservan su agudeza y su frescura por encima del tiempo. Son los que han pervivido en los mantienen en
CLÁSICOS incesantes naufragios de la cultura, imponiéndose al olvido, la censura y la desidia. Algo tienen que los hace resistentes, necesarios, el tiempo.
insumergibles. Son los mejores, libros "con clase", como sugiere la etimología latina del adjetivo classicus.
Pero eso no significa que esos textos se sitúen más allá de la historia, sino que su recepción, su fulgor y permanencia dependen de la
EL VALOR DE Los libros cásicos
LOS CLÁSICOS estima más o menos constante de sus lectores y, por lo tanto, de las alternativas del gusto. Si se han mantenido como clásicos es porque
trasmiten
siguen diciendo algo valioso a muchos, como una parte del "capital cultural" de una lengua o una nación o una cultura. mensajes valiosos.
No todos los clásicos poseen igual grandeza ni paralelos atractivos o idénticos méritos, y no todos están situados a la misma distancia,
en el tiempo y el idioma, de la sensibilidad del lector. Podríamos insinuar aquí una distinción sencilla entre los clásicos universales Los libros pueden
(aunque queda bien entendido que "universales" quiere decir los de nuestra civilización occidental) y los nacionales (en los que el uso ser clásicos
DISTINCIONES universales o
del propio idioma resulta un rasgo decisivo para su valoración).
nacionales.
Entre los primeros tenemos a Homero, Esquilo, Platón, Virgilio, Dante, Shakespeare, Cervantes o Molière. Son los gigantes de la
literatura, cuya obra se alza esplendorosa por encima de su lengua, época y nación. Los nacionales son los mejores representantes de Los libros clásicos
una lengua y cultura, pero cuya grandeza resulta mejor valorada en su propia tradición cultural. Su uso del idioma los ha convertido en sobrepasan sus
referencias indispensables de la escuela y la literatura nacional. Son Quevedo, Góngora, Chaucer, Sterne, Corneille, Racine, Schiller o límites
CLASIFICACIÓN geográficos,
Pushkin.
Y quizás podemos abrir una tercera lista, del todo subjetiva, de los clásicos que calificaríamos de "personales". Como decía Calvino, son temporales y
los que con amor has seleccionado como "tus" clásicos, aquellos que uno considera amigos. lingüísticos.
Leer clásicos procura no solo conocimiento, sino también un variado, vivaz, inmenso placer.