1. Una persona activa afronta los problemas mientras que una persona pasiva los evita y se desanima fácilmente. Una persona tranquila se enfada con menos frecuencia que una persona emocional porque reflexiona antes de hablar. 2. Para no enfadarse, es importante perdonar los errores de los demás, reflexionar sobre la propia culpa y disculparse aunque no se haya empezado la discusión. 3. La historia trata sobre un niño llamado Luis que se quedó solo y decidió emprender un viaje para encontrar comida y gente con la que hacer