LA MUJER Y SU ROL EN LA SOCIEDAD Asignatura 501.pptx
La enseñanza del siglo xix
1. La enseñanza del siglo XIX, muy influenciada aún por el clero. La iglesia católica tenía
un concepto funcional de la mujer: el de perfecta casada, reina del hogar, piadosa,
buena madre y buena esposa. Este prototipo correspondía a un discurso ideológico
sobre lo doméstico, del cual la iglesia católica era su más agresivo portavoz.
La integración de las mujeres al estudio y ejercicio de lascarreras liberales en México
no fue tarea fácil. Como en otras partes del mundo, este proceso implicó largo tiempo
y, sobre todo, el pujante esfuerzo de una minoría para enfrentar la serie de prejuicios
que durante siglos impidieron el avance intelectual y profesional de este sexo. En
nuestro país fue hasta bien avanzado este siglo cuando las mexicanas irrumpieron de
manera significativa en las aulas universitarias. Sin embargo, los antecedentes de esta
especie de conquista de las profesiones "masculinas" se remontan a las postrimerías
del XIX, cuando un reducido grupo de mujeres, "contra viento y marea" logró abrirse
paso en lasescuelas superiores de aquella época. Con ello, no sólo dieron la primera
batalla contra quienes temían que su entrada al mundo cultural y laboral masculino
rompiera el "equilibrio" existente, sino que su ejemplo contribuyó a abrir la brecha
por la que habrían de transitar las nuevas generaciones. Tales fueron los casos de
Matilde Montoya, Columba Rivera, Guadalupe Sánchez, Soledad Régules, Ma. Asunción
Sandoval de Zarco y Dolores Rubio Ávila, cuyas difíciles trayectorias
académicas representan un hito en las historia cultural del país.
El General José Vicente Villada durante su gobierno del Estado de México propició la
creación y transformación de:
El 11 de septiembre de 1889, el Hospicio de Pobres de la ciudad de Toluca en la
Escuela de Artes y Oficios.
En 1872, el Asilo de Niñas Huérfanas, convirtiéndose el 26 de septiembre 1891
en Escuela Normal para Profesoras y de Artes y Oficios para Señoritas.
En 1890, la Escuela Teórico-Práctica de Sericultura de Tenancingo.
El 26 de marzo de 1896, la Escuela Teórico-Práctica de Obstetricia para
mujeres en el Hospital de Maternidad e Infancia “Concepción Cardoso de
Villada”.
En 1891, el Conservatorio de Música.
El 20 de enero de 1895, en Chalco, la Escuela Regional de Agricultura, con la
finalidad de elevar la productividad del campo. Lamentablemente, cerró el
mismo año de su apertura.
En 1896, la Escuela Teórico-Práctica de Obstetricia para mujeres.
2. En 1899, la mujer tuvo la oportunidad de acceder a las carreras de
farmacéutica y telegrafista.
En 1867, se instituyó la Ley de Instrucción Pública, estableciendo dos niveles de
enseñanza: el primario y el secundario; este último dividido en Secundaria,
Preparatoria y Profesional; con esto se constituyó la gratuidad y obligatoriedad,
siendo lo más novedoso la creación de la Escuela Nacional Preparatoria.
Se le dio gran importancia a la instrucción técnica como complemento del desarrollo
del individuo, pero en ocasiones se vio como una educación diferente a la científica;
con relación a esto, se definió a la Instrucción Técnica como “el desarrollo de las
habilidades teórico-prácticas, para manejar y/o producir los medios y procesos del
trabajo artesanal, aunque se manifiesta la intención de desarrollar las habilidades
para el trabajo” (Baranda, 1987).
En este periodo se dio mucha relevancia a la educación de la mujer; así, en septiembre
de 1891 se estableció la Escuela Normal para Profesoras que, además de impartir la
carrera normalista, le daba opción a la mujer para aprender distintos oficios, como la
construcción de aparatos telefónicos y telegráficos, relojería, modas y confecciones.
Por otra parte, en el Estado de México, la mujer tuvo otras alternativas; por ejemplo, la
carrera de farmacéutica (1899), cuyo acceso todavía no prevalecía en la capital de la
República.
Los reformadores ilustrados querían educar a las mujeres en el sentido más amplio
del término: preparar madres responsables, esposas ahorrativas y compañeras útiles
para los hombres. Además de un sólido aprendizaje de la lectura, la escritura y la
aritmética, se proponían cultivar su desarrollo espiritual.
Inicialmente, en la Escuela Profesional y de Artes y Oficios para Señoritas, sólo se
establecieron los talleres de telegrafía y teneduría de libros; para fines del siglo XIX,
aumentaron los de mecanografía, filigrana, fotografía, fotograbado, contabilidad
superior, flores artificiales, corte y confección; después, comercio y farmacia. Esta
escuela regularmente contó con alrededor de setenta alumnas, quienes recibieron
también la instrucción primaria (Milada, 1999).