El documento describe diferentes tipos de mobiliario y técnicas utilizadas en la escultura religiosa. Detalla elementos como andas, atriles, confesionarios y cruces, así como técnicas de modelado en barro y yeso, tallado en madera, vaciado interior, colocación de ojos de cristal, aplicación de policromía con temple al huevo u óleo, y dorado al agua con láminas de oro. El documento proporciona detalles sobre los procesos artesanales empleados en la creación de imá
1. Descripciones del Mobiliario:
Andas: Tablero que, sostenido por dos varas paralelas
y horizontales, sirve para conducir efigies, personas
o cosas.
Atril: Mueble en forma de plano inclinado, con pie o
sin él, que sirve para sostener libros, partituras, etc., y
leer con más comodidad.
Banquetas: Banco corrido y sin respaldo.
Confesionario: Recinto aislado dentro del cual
se coloca el sacerdote para oír las confesiones
sacramentales.
Crucifijo: Efigie o imagen de Cristo crucificado.
Custodia:
1. En el culto católico, pieza de oro, plata u otro metal,
donde se expone la hostia consagrada a la adoración
de los fieles.
2. En el culto católico, templete o trono, generalmente
de plata y de grandes dimensiones, donde se coloca
la custodia para trasladarla en las procesiones.
Efigie: Imagen, representación de una persona.
Imagen de bulto: O de talla completa, bloque de
madera trabajado en sus tres dimensiones.
Imagen de candelero: O bastidor; consiste en un
armazón de madera, con la parte inferior del cuerpo en
forma de cono invertido, en la que se insertan rostro
y manos tallados y encarnados. El cuerpo de este
maniquí es vestido luego profusamente de acuerdo a
la advocación de la imagen.
Imagen de tela encolada: Usada desde mediados del
siglo XVIII; se constituye básicamente igual que el tipo
anterior con rostro y manos de madera policromada
sujetas en un bastidor de madera recubierto luego de
tela basta a la cual se daba una mano de cola para
endurecerla y en seguida se policromaba al modo
tradicional.
Mesa de comunión:
Potencias: Cada uno de los grupos de rayos de luz
que en número de tres se ponen en la cabeza de las
imágenes de Jesucristo, y en número de dos en la
frente de las de Moisés.
Púlpito: Plataforma pequeña y elevada con antepecho
y tornavoz, que hay en algunas iglesias para predicar
desde ella, cantar la epístola y el evangelio y hacer
otros ejercicios religiosos.
Retablo: Obra de arquitectura, hecha de piedra,
madera u otra materia, que compone la decoración
de un altar.
Sagrario:
1. m. Parte interior del templo, en que se reservan o
guardan las cosas sagradas, como las reliquias.
2. m. Lugar donde se guarda y deposita a Cristo
sacramentado.
3. m. En algunas iglesias catedrales, capilla que sirve
de parroquia.
Sillas de altar:
Sitiales: Asiento de ceremonia, especialmente el que
usan en actos solemnes ciertas personas constituidas
en dignidad.
Tabernáculo: Sagrario donde se guarda el Santísimo
Sacramento.
Viril: Caja de cristal con cerquillo de oro o dorado,
que encierra la forma consagrada y se coloca en
la custodia para la exposición del Santísimo, o que
guarda reliquias y se coloca en un relicario.
2. Técnicas usadas:
Escultura:
Modelado en barro y yeso: Una vez determinada la forma
y aspecto que va a tener la obra, se procede a realizar
mediante modelado en barro la imagen a tamaño natural.
Sobre una estructura de madera y malla metálica se va
añadiendo el barro. Este se modela a mano y con palillos
hasta obtener la forma y expresión que tendrá la obra.
La maqueta de barro se cubre totalmente con escayola
pigmentada, creando un molde que nos permitirá una
única reproducción. Cuando fragua la escayola, se retira
el barro y aplicamos un desmoldeante para evitar que la
réplica se pegue al molde. A continuación se vierte dentro
el yeso del modelo definitivo.
Tras fraguar el yeso del interior, se procede al desmoldeado,
rompiendo el molde por partes con cuidado de no dañar
la reproducción. Esta técnica se conoce como «molde
perdido».
El modelo definitivo de yeso se completa añadiendo
las telas de los ropajes y otros elementos como manos
y postizos (cinturones, botones, broches…), que son
moldeados aparte y, en muchos casos, son desmontables
para facilitar el trabajo.
Concluido este proceso, disponemos del modelo para
copiar en madera.
Preparación del bloque
Mediante tablones de diferentes medidas se va
construyendo el bloque de madera con las dimensiones
necesarias para la talla en tamaño definitivo.
La dirección de la veta y la orientación de los anillos de
crecimiento son muy importantes a la hora de unir los
tablones.
Para evitar dilataciones y tensiones que puedan originar
grietas y deformaciones en la pieza, es imprescindible
la colocación de cada tablón teniendo en cuenta la
orientación de los anillos de crecimiento. La dirección
de la veta es determinante para conseguir una mayor
resistencia del bloque y trabajar mejor la madera.
A veces se llega incluso a inclinar todo el bloque
orientándolo según la disposición de la figura a tallar. Ya
desde la creación del primer boceto se está pensando en
la composición y distribución del material.
Los tablones se pegan con cola de carpintero o cola
de conejo, utilizando unas prensas llamadas sargentos
o gatos. En algunos casos se usan clavos para que la
madera no se deslice en el apriete; estos luego se retiran
junto con las prensas.
Hay que tener previsto que en un proceso posterior, va
a ser necesario acceder al interior de la imagen para
su vaciado. Por lo tanto, la sección central del bloque
requiere un encolado provisional que permita la apertura
de la pieza a la mitad. Colocando papel en esta sección,
se crea una película que retiene la cola y evita el contacto
directo de madera con madera, facilitando que se puedan
despegar las dos mitades.
3. Silueteado de la figura: Sobre el bloque de madera se
marca la silueta de la figura para proceder a eliminar el
material sobrante. Serrando se van definiendo los planos
generales de la pieza. Durante este proceso el bloque
va perdiendo sus aristas y, poco a poco, se vislumbra la
forma de la figura.
Se emplea herramienta de carpintería como las sierras
y formones que ayudan a quitar la mayor cantidad de
material sobrante del bloque.
Sacado de puntos y desbastado: El sacado de puntos
consiste en determinar las distancias en el modelo de yeso
y traspasarlas al bloque de madera mediante un punzón o
aguja de puntos. Es una técnica empleada en escultura
desde miles de años atrás.
Colocamos el bloque de madera y el modelo de yeso
dentro de un bastidor a una distancia fija. Con la aguja
de puntos, se procede a medir y marcar los puntos más
salientes y esenciales.
A medida de que se va midiendo, se va desbastando
la madera con gubias a golpe de maza, obteniendo así
el volumen aproximado de la imagen para su posterior
tallado y modelado.
Tallado y modelado: Una vez sacados todos los puntos,
retiramos la imagen del bastidor para comenzar el tallado.
En este proceso obtendremos la imagen y el volumen ya
definidos de la escultura.
En este proceso se emplean las gubias con más precisión
que en el desbastado. Los pinceles son al pintor lo que
las gubias al escultor. Existen diversas formas y tamaños
para facilitar un buen dominio sobre la talla y acceso a los
puntos más delicados de la imagen.
Las manos y postizos son partes de la imagen que van
separadas del bloque, permitiendo escoger la dirección
más apropiada de la veta de la madera y así facilitar su
talla y consistencia.
Durante el modelado, siempre se pulen los últimos detalles
a golpe de gubia. La madera nunca se lija, quedando la
talla con carácter, con ese bonito aspecto seccionado de
pieza única, donde se nota cada golpe artesano.
Vaciado interior
Para evitar que la madera se agriete por las tensiones
que se producen en un bloque de estas dimensiones, se
procede al vaciado interior de la imagen.
Para ello, antes de concluir el proceso completo de talla,
se abre la figura a la mitad por la sección prevista donde
se había empleado papel, y se dibuja la silueta a vaciar,
dejando un grosor uniforme de dos a tres centímetros. Las
partes inferiores de la imagen serán las más gruesas al
tener que soportar más peso. El vaciado se hace a golpe
de gubia.
La pieza sin vaciar puede llegar a pesar 400 Kg. A veces
hay que buscar soluciones a medida para sujetar la pieza y
poder manejarla. Tras el vaciado, la imagen ha reducido su
peso considerablemente, lo cual facilitará su manipulación
en el taller y su salida sobre las andas en las procesiones.
4. Técnicas
Armado:
Colocación de ojos de cristal
Con el interior de la imagen vaciado, se aprovecha para
colocar los ojos de cristal. Estos se sujetan con cola de
conejo y tela de lino. Se emplea, en algunos casos, cera
por su elasticidad.
Los ojos son de procedencia artesana específicos para
escultura y de forma esférica. Antiguamente eran de media
esfera con el iris pintado a mano. En ocasiones se metían
dentro papeles con oraciones o detalles de la fecha y taller
de origen.
La técnica tradicional de fabricación consiste en calentar
al fuego un ladrillo (octogonal) en el que previamente se
ha hecho una concavidad circular del tamaño del globo
del ojo acorde con el de la mascarilla (de plomo), luego se
coloca sobre esta superficie un pedazo de vidrio, que al
fundirse por efecto del calor adquiere la forma deseada.
Una vez frío, se lo pinta por el interior y se lo pega a la
mascarilla con cera de “Micalau”.
Ensamblaje y preparación
Tras el vaciado se eliminan los restos de papel y se vuelven
a encolar las dos mitades.
También se pegan los elementos postizos (peana, o
atributos de la imagen como espada, llave…)
La figura cuenta con unas clavijas en la base (toritos)
previstas desde un principio para ensamblarse a la peana.
Esta unión a la peana permitirá una sujeción sólida y
estable para trabajar más a fondo los restantes procesos.
La labor de talla concluye dando aspereza a la madera
preparándola para la policromía. Se utilizan herramientas
de raspado como las escofinas y colas de ratón.
Es importante destacar que existe cierta flexibilidad en el
orden de los procesos. A veces se aplican las policromías
parcialmente antes de cerrar o ensamblar todas las piezas
de la imagen para facilitar el trabajo en zonas de reducido
acceso.
Técnicas
Pintura:
Temple al huevo: se emplea una mezcla de pigmentos
naturales y yema de huevo para obtener colores planos,
sin tonalidades. Resiste bien al paso del tiempo.
Pintado al óleo: mezcla de tierras y pigmentos naturales
con aceite de linaza para obtener varias tonalidades en
un mismo color. Se emplea en el pelo y las carnaciones
(manos, rostro, pies) de una figura.
Aplicación de ajo y lino: El ajo frotado sobre la madera es
un tapaporos ideal y un eficaz fungicida que se emplea
en la preparación de la base para la policromía.
Aplicando lino natural con cola de conejo sobre las juntas
de unión de la madera, conseguimos una elasticidad
que amortigua la tensión de la madera y evitará el
agrietamiento de la base de yeso que se aplicará
posteriormente. Antiguamente se entelaba toda la figura
como los lienzos utilizados en la pintura clásica.
Aplicación de yeso
Yeso muerto mezclado con cola de conejo al baño maría
es la preparación de la base para poder policromar. Se
trata de un proceso que requiere la aplicación sucesiva
de varias manos.
Primero se aplican dos manos de yeso muerto y cernido
(imprimación). El yeso se machaca en un mortero y se
mezcla con agua y cola de conejo caliente (al baño
maría) para conseguir una masa uniforme y fluida. Estas
primeras manos cubren totalmente la madera creando
una superficie áspera. El tiempo de secado de cada
mano es aproximadamente de un día.
Posteriormente se emplea un yeso más cribado y
tamizado (yeso de dorador), llegándose a aplicar de
cuatro a cinco manos, que se van lijando sucesivamente
hasta obtener una superficie suave y perfecta para
admitir policromía.
5. Dorado al agua: Consiste en la aplicación sobre
determinadas partes de la imagen de oro fino (24K) en
orlas y el posterior bruñido. Se trata de una labor muy
delicada y laboriosa debido a la fragilidad y ligereza
de las láminas de oro. Requiere además de un utillaje
específico para la labor.
La lámina de oro se coloca en el pomazón (almohadilla
especial para dorar), donde se le dan los cortes
adecuados al tamaño deseado mediante un cuchillo
específico de dorador.
Primero se prepara el «embolado», que consiste en
aplicar sobre el yeso un número de capas de bol, entre
dos y cinco, que se dejaran secar antes de extender la
siguiente, se disolverá en agua y una pequeña cantidad
de cola (de ahí la definición de «dorado al agua»). El bol
es una arcilla muy fina que permitirá el bruñido posterior
de la superficie y del oro. Hay varios tipos de bol, siendo
el bol de Armenia (conocido por el nombre de la zona
de donde se extrae), el más utilizado en imaginería; este
tiene un color rojizo.
A continuación se colocará la lámina de oro para lo que
se recurre a una brocha ancha y plana de pelo muy fino
llamada polonesa con la que se irá disponiendo poco a
poco el oro hasta cubrir toda la superficie procurando
evitar la superposición de los panes. Tan pronto el oro
llegue a entrar en contacto con la superficie húmeda,
quedara adherido.
Durante un margen de tiempo, y cuando la superficie llega
a un punto de humedad idóneo, se procede al bruñido.
Esta técnica consiste en estirar el oro presionando con
una piedra de ágata o bruñidor. Este se pasa repetidas
veces sobre el oro puliendo la superficie hasta conseguir
el acabado liso y brillante que tendría una pieza maciza
de ese metal. Este mismo procedimiento se puede
realizar con la plata.
En siglos pasados a los artesanos por contrato se les
exigía dorar la obra en toda su superficie. El dorado al
agua puede ser de por sí un acabado definitivo, pero en
muchos casos se añade una capa de temple al huevo
para realizar la denominada técnica de estofados.
Técnicas
Cabe mencionar que la regla general en cuanto a los
estilos arquitectónicos de las iglesias de Valparaíso es
que éstos coexistan en un mismo templo, pues a lo
largo del tiempo varias han sufrido daños estructurales
y se ha reparado según el estilo predominante en el
momento de cada reconstrucción.
Neo-gótico / Neo-románico / Neo-clásico
Neoclásico: reproduce elementos característicos de
templos griegos y romanos, como las columnas dóricas
(estriadas), jónicas, dominio de líneas rectas, cúpulas y
bóvedas espaciosas, frontones triangulares.
Neo-románico: rescata elementos del estilo románico,
surgido en la baja edad media y que es resultado de
la fusión de elementos constructivos y ornamentales
de procedencia latina, oriental (bizantinos, sirios,
persas y árabes) y septentrional (celtas, germánicos,
normandos). Característicos son el arco de medio
punto, pilares compuestos, planta basilical, ábsides
semicirculares.
Neo-gótico: Se basa en las iglesias construidas en la alta
edad media, donde son característicos el arco ojival, el
pilar fasciculado, la bóveda de crucería, fachadas con
puertas profusamente decoradas (portadas), el uso de
vitrales.
Estilos arquitectónicos observados: