2. Alivia los problemas digestivos
Su principal propiedad es neutralizar el nivel del ácido clorhídrico en
el organismo, de allí que sea considerado un antiácido estomacal
natural. Su efecto alcalinizante permite, además, nivelar el nivel de
pH en la sangre.
Modo de uso: disolver una cucharadita en un vaso con agua.
Tomar trascurrida una hora después de la comida.
3. Disminuye los niveles de colesterol LDL,
ácido úrico y grasa en el hígado
No sólo neutraliza el ácido clorhídrico, sino el ácido úrico y el
ácido oxálico. De manera que optimiza la depuración del exceso
de grasa en el organismo y previene la progresión de
enfermedades renales.
Modo de uso: disolver una cucharita en un vaso de agua.
Tomar en ayuno dos o tres veces al año por un período no mayor
de dos semanas.
4. Combate el mal aliento y restituye el
esmalte dental
Sus ácidos también disminuyen las bacterias orales causantes del
mal aliento y el desgaste del esmalte. De manera que también
funciona para prevenir la formación de placa bucodental y devolver
la blancura a los dientes.
Modo de uso: aplica un poco de bicarbonato sobre la crema
dental. Sin embargo, no es recomendable emplearlo en cada
limpieza dental.
5. Alivia las afecciones de la piel
Al ser un antiséptico natural, disminuye el picor, ardor y dolor
por mordeduras de insectos, irritaciones, dermatitis del pañal,
hongos, acné y quemaduras. De manera que alivia los síntomas,
optimiza el proceso de cicatrización y mejora la apariencia de la
zona afectada. Además, aclara las manchas en la piel
ocasionadas por la edad.
Modo de uso: prepara una pasta con agua y aplica en la zona
afectada (previamente limpia). Deja actuar por unos minutos y
retira con abundante agua.