El bicarbonato de sodio se obtiene químicamente a través de la reacción de sodio, cloro, amoníaco, agua y dióxido de carbono. Se usa principalmente en repostería para dar volumen y sabor a la masa, así como en medicina para tratar hiperacidez gástrica y acidosis. Sin embargo, debe consumirse con precaución porque una dosis mayor a una cucharadita puede producir una ruptura gástrica al reaccionar con el ácido estomacal y generar dióxido de carbono.