El misterio pascual de Jesús, que incluye su Pasión, Muerte, Resurrección y Glorificación, es fundamental para la fe cristiana porque cumplió el plan de salvación de Dios al morir para redimirnos de nuestros pecados. Jesucristo es el Hijo de Dios hecho hombre que nos salvó al ofrecerse a sí mismo como sacrificio de valor infinito en la cruz para dar gloria a Dios, dar gracias, reparar el pecado y pedir lo que necesitamos.