1. Primera Comunión
Tema 3: El misterio pascual de Jesús
Objetivo: Descubrir el misterio pascual de Jesús (paso de la humillación y
de la muerte a la glorificación y la vida) y en la existencia diaria del
creyente.
Oración: “Señor, que sepamos comprender el misterio de tu muerte y
resurrección como instrumentos de nuestra Salvación”.
El misterio pascual es un movimiento de descenso a los infiernos y
su Resurrección total en cuerpo y alma. Jesús pudo superar su propia
muerte y esperar con segura confianza que en su muerte, su Padre iba a
triunfar. Al leer los pasajes de la pasión según San Marcos (Mc. 8, 31; 9,
31; 10, 33-34) Jesús nos describe su destino en tres pasos: el Hijo del
Hombre es desechado por el pueblo y entregado a los gentiles, luego es
atormentado, humillado e inmolado; y al tercer día resucita. El anuncio de
la resurrección al término de la Pasión no tiene por única finalidad
iluminar el cuadro con una ráfaga de luz. A los ojos de Jesús la
resurrección forma parte de su misión junto con la muerte; por eso está
vinculado su destino mesiánico y así se explica en mateo 16, 21: “Desde
entonces empezó Jesús a explicar a sus discípulos que tenía que ir a
Jerusalén y padecer allí mucho por parte de los sumos sacerdotes y los
ancianos, y tenía que ser ejecutado y resucitar al tercer día”. Ante esta
manifestación desconcertante Jesús confía en su Padre, tiene la seguridad
que Él le librará. Dios saca la vida desde la muerte. Esta es la confianza
del pueblo creyente. El alimento de Jesús es hacer la voluntad del Padre.
La confianza no es vana, sino que se cumplirá totalmente: al tercer día
resucitará. La esperanza que todos tenemos en la resurrección de los
muertos y en la vida eterna es el fundamento de nuestra fe en Cristo Jesús
y lo manifestamos en el Credo: nuestra profesión de fe. El misterio pascual
de Jesús se desenvuelve en el contexto de la pascua judía. Jesús celebra
su muerte como un paso, como un éxodo. (Lc. 22, 15-16). El marco
pascual de la última cena establece una relación intencionada entre la
muerte de Cristo y el sacrificio del Cordero Pascual. Jesús viene a ser
nuestra Pascua, el cordero inmolado inaugura en su sangre la nueva
alianza, realiza la expiación de los pecados, la reconciliación entre Dios y
los hombres. La sangre de Jesús (su muerte) es derramada en favor
nuestro. Fe inquebrantable ante el horror de la Cruz. La vida del creyente
está señalada por la cruz. Aceptamos la Cruz de Cristo no en cuanto lugar
2. de dolor, sino porque en ella se manifiesta la fuerza de Dios. Llevamos
siempre en nuestros cuerpos el morir de Jesús, dice pablo, porque así
también la vida de Jesús se manifiesta en nuestra carne. El misterio
pascual de cada día lo experimentamos en la fe inquebrantable que
tenemos en Dios Padre: “Tú levantas mi cabeza “ (Sal.3, 4)
Para reflexionar y compartir:
1) Por qué mataron a Jesús?
2) Jesús entra a Jerusalén en un asno humilde y pacífico, sin pompas.
¿Qué significa esto para nosotros hoy?
3) Mc. 11, 12-19 Jesús purifica el Templo. ¿Es preciso purificar hoy el
Templo de Dios? ¿Son los templos de hoy como una higuera estéril?
4) Reflexionemos y comentemos: El proceso de Jesús como
cumplimiento del Salmo 21
5) La Cruz: locura para los sabios, escándalo para los piadosos,
perturbación para los poderosos. ¿Cómo permanece la cruz en
nuestra vida cotidiana?