Antonio García, jefe militar del ELN: “Ojalá fuera mañana el momento de firmar los acuerdos”
En la primera entrevista exclusiva después de la realización del V Congreso del Ejército de Liberación Nacional -ELN-,
¿Cuál es la agenda concreta que ya está acordada entre el ELN y el gobierno? Hasta ahora, los puntos que se han ido trabajando y aún faltan concluirse son: 1. Participación de la sociedad. 2. Democracia para la paz. 3. Transformaciones necesarias para la paz (aún sin tratar). 4. Víctimas. 5. Fin del conflicto armado (aún sin tratar). 6. Implementación del acuerdo y refrendación de los mismos.
Antonio García, jefe militar del ELN, revela que ya acordaron con el Gobierno una agenda de 6 puntos
1. Antonio García, jefe militar del ELN, revela que ya acordaron
con el Gobierno una agenda de 6 puntos
Exclusivo El Primer Café de Canal Capital
Antonio García, jefe militar del ELN: “Ojalá fuera mañana el
momento de firmar los acuerdos”
En la primera entrevista exclusiva después de la realización
del V Congreso del Ejército de Liberación Nacional -ELN-,
¿Cuál es la agenda concreta que ya está acordada entre el ELN y el
gobierno? Hasta ahora, los puntos que se han ido trabajando y aún
faltan concluirse son: 1. Participación de la sociedad. 2. Democracia
para la paz. 3. Transformaciones necesarias para la paz (aún sin
tratar). 4. Víctimas. 5. Fin del conflicto armado (aún sin tratar). 6.
Implementación del acuerdo y refrendación de los mismos.
Aún con dos aspectos decisivos pendientes, ¿cuál es el margen
de avance en cada punto?
En el primero, participación de la sociedad, el objetivo es que el
proceso de paz incida o modifique el curso mismo de la dinámica
política que el país conoce y ve. Del segundo, democracia para la paz,
la discusión y definición de qué debe hacerse para darle vida a una
democracia plena, real, aspecto que le corresponde asumirlo a la
sociedad en pleno. En el tercero, transformaciones necesarias para la
paz, los aspectos por transformar los debe identificar la misma gente,
tomando en cuenta que la paz no tomará forma y contenido un día
después de firmar los acuerdos. Para el cuarto, víctimas, es
fundamental superar en conjunto: el desplazamiento y sus causas,
verdad, justicia, reparación, no repetición, perdón y no olvido. … Y sí,
no olvido, pues es la única manera de proceder para que el cúmulo
de violaciones a los derechos humanos que los más pobres del país
2. han vivido, no llegue a repetirse: son temas, enfoques y
reivindicaciones que deben abordarse de manera directa con las
víctimas, no con nosotros.
¿El tema del narcotráfico no está entre los puntos hasta ahora
tratados?
Cuando el ELN tuvo el interés para trabajar por la superación de este
fenómeno pocos se interesaron. Nosotros hemos sido claros y
explícitos en que nada tenemos que ver con el narcotráfico, no
tenemos ni hemos tenido cultivos, ni laboratorios, menos rutas o
negocios, tampoco distribución de ningún tipo. Entendemos que es un
fenómeno que ha permeado a la sociedad y al Estado, y el ELN estará
dispuesto a hablar sobre el tema cuando la sociedad pueda tratarlo
en su conjunto. Por otro lado el Estado le dio la franquicia de ese
negocio a los paramilitares y usarán sus utilidades para agredir a las
comunidades y hacer contrainsurgencia. El Estado fue un aliado de
los paramilitares.
¿Cómo, en qué circunstancia, se dio el primer encuentro con el
gobierno del presidente Santos?
Santos nos buscó. Sucedió hace dos años, a finales de agosto de
2012, justo cuando oficializaron el acuerdo de La Habana con las
Fuerzas Armadas Revolucionarias -FARC-. Fue el gobierno venezolano
quien propició la ocasión: aprovechó una cita que nos brindó para
escuchar nuestra lectura sobre la realidad vivida en Colombia y
nuestra visión sobre la paz en el momento.
¿Cuál fue la reacción de ustedes?
El gobierno colombiano conoce de sobra nuestra disposición para el
diálogo, pero nosotros no queríamos apostarle a la incertidumbre,
pues Santos tiene un discurso ambiguo, habla de paz y de guerra al
tiempo. Pero ante la sugerencia del presiente Chávez aceptamos
escuchar a los emisarios del gobierno de Santos.
¿Qué resultó de ese cara a cara?
Escuchamos sus puntos de vista, que no eran nuevos y que tienen
que ver con lo que ellos llaman criterios para establecer un diálogo
con la insurgencia: confidencialidad, diálogo directo y en el exterior.
Varios de esos criterios no los compartimos, pero de todas formas
acordamos que en un mes nos veríamos de nuevo.
¿Cómo se inició ese diálogo, qué tema trataron en primer
orden?
3. Como sucedió en otras ocasiones, esta tampoco fue distinta. El mes
de plazo se transformó por obra de ellos en siete, y la siguiente
jornada de trabajo acordada para dentro de cuatro semanas se pudo
realizar con 8 meses de retraso. El inicio de la exploración tuvo un
alargue o incumplimiento de treinta y dos semanas. Es decir, hubo
una pérdida de 15 meses, que no es culpa nuestra. Pese a eso, el
gobierno en ocasiones dice que este proceso “marcha lento” o “con
retardo” por culpa nuestra. Para nosotros la lección quedó aprendida:
el gobierno no tiene prisa ni urgencias por la paz, así diga lo
contrario.
¿Cuántas reuniones directas entre las partes se han realizado
hasta ahora?
Van cerca de 15 reuniones y tres largos ciclos de intercambio durante
un año. Cada ciclo toma, en promedio, dos o tres semanas de trabajo
contínuo. Las reuniones son útiles para desatrancar asuntos de la
agenda y detalles operativos.
¿De los que ya mencionó como parte de la agenda común,
cuáles han sido los temas más empantanados?
Todos. Aunque suene raro, esto es así como resultado de una lógica
de imposición con la cual el gobierno llega a cada cita. El Gobierno
veda, impide acercarnos a temas como son: Fuerzas Armadas,
economía, Estado, soberanía nacional, cuestiones todas vinculadas a
la génesis del conflicto. Son tantas las prohibiciones, que surge una
pregunta: ¿de qué vamos a dialogar? Es evidente que la pretensión
del gobierno Santos es someternos. Una intención sin preocupación
por la solución de los problemas del país. La única materia que les
interesa, es la de las armas y la rendición.
Teniendo en cuenta los resultados negativos de anteriores
procesos de diálogo, ¿cree que este intento sí saldrá airoso?
¿Con qué certezas se presentan a este nuevo intento?
Por nuestra parte, podemos enumerar cinco certezas:
1. La insurgencia no va a negociar por la sociedad, ni la llegada al
acuerdo de paz garantizará que la vida cotidiana sea menos
traumática que la vivida con el conflicto.
2. Una solución política del conflicto colombiano será viable en la
medida que el Estado reconozca la naturaleza política del conflicto.
De tal reconocimiento se desprende el carácter de las mismas
medidas o reformas que es necesario cumplir para remover las
causas del conflicto, entre las cuales hay entre otras, una importante:
el cambio de la doctrina militar que orienta el accionar de las Fuerzas
Armadas.
4. 3. Para que la negociación que apenas estamos redondeando en su
estructura formal gane dinámica, es fundamental que el Estado deje
a un lado su insuperable lógica de que la contraparte va a incumplir.
4. La paz no es un problema de simulacro político y manejo
mediático, con una dosificación que el establecimiento va entregando
a la sociedad de acuerdo a los intereses del Estado o del mismo
Ejecutivo. No puede ser así. Es necesario un manejo abierto de las
Mesas de paz, que motive y haga partícipe en estos procesos al
conjunto nacional.
5. Es fundamental una democratización de la sociedad colombiana. Es
indispensable que el estado y que la clase política reconozcan el
carácter político del conflicto. Un sine quanom para nosotros, para
poder arrancar y ganar confianza en las posibilidades de un diálogo.
El ELN es una fuerza alzada en armas. ¿Por qué esa insistencia
en remarcar la naturaleza política del conflicto?
Mientras no acepten esta premisa, las soluciones que definan serán
erróneas…. No podemos aceptar que el carácter del conflicto es
ideológico, como sucedió en la Guerra Fría, porque no lo es. Tampoco
que tiene por motivación el enriquecimiento ilícito, y por tanto, que
su motor es el narcotráfico, porque esta no es la realidad ni es
nuestro quehacer. Menos, que su naturaleza descansa en el
terrorismo. No, su naturaleza es política pues así permite afirmarlo el
contexto en medio del cual surgió y en el cual se prolonga por
cincuenta años.
¿Cómo calificaría al gobierno de Santos y su interés por la
paz?
La política de paz de Santos es de pacificación, de sometimiento. El
poder quiere aumentar tranquilo las ganancias; resalta que con el
acuerdo de paz pretenden institucionalizar todo lo que es funcional al
modelo neoliberal. Asumen convencidos que cuentan con una ventaja
militar y que la pueden aprovechar políticamente.
Entonces, ¿qué pretende el ELN de estas negociaciones?
Establecer una agenda que abra y permita a la sociedad colombiana,
por si misma (nosotros no podemos negociar en su nombre),
identificar y definir el país que sueña y que es posible hacer realidad.
Un mal acuerdo puede ser más perjudicial que el mismo conflicto que
vivimos. Nosotros no tenemos afán de firmar cualquier acuerdo.
Pues, dada su trascendencia puede perjudicar al país. Hacer un
correcto uso del tiempo en la construcción de una agenda y su diseño
para una solución es esencial en cualquier diálogo.… Los delegados
del gobierno insisten en que todo será cumplido. Nosotros
demandamos realizaciones inmediatas, medibles. Que la sociedad
5. pueda gozar de inmediato transformaciones en su vida cotidiana,
como garantía de que sí hay un cambio en el establecimiento. No solo
repetir promesas.
¿Qué ejemplo puede mencionar de eso que define como
indefinición gubernamental?
Ante demandas nuestras referidas a la ausencia de democracia real,
ellos ofrecen garantías que ya están en la Constitución pero que no
se cumplen. Lo correcto sería evaluar por qué no se cumple el
mandato de la Constitución. Es decir, para el gobierno en Colombia
hay democracia y para nosotros no es así. ¿Cómo nos pueden ofrecer
como garantía una Carta de Derechos que ellos mismos violan
constantemente?
¿Por qué a pesar de los intentos por dialogar, el conflicto no
mengua?
. Este gobierno, así como los anteriores, no tiene una política de paz
propiamente. Están parados en los manuales de negociación, por eso
apenas repiten la premisa de que la insurgencia está derrotada. Una
postura que supuestamente les permitiría un acuerdo rápido, en
tanto la insurgencia estaría urgida de firmar y salvarse.
¿Cómo cree que va a afectar este proceso a la coyuntura
electoral 2015?
Ya lo afectó. El gobierno utilizó la paz para polarizar al país con
propósitos partidistas. Pero hay que resaltar que la paz no puede ser
objeto de los intereses privados, la paz debe ser un proyecto
colectivo. Por eso, en las elecciones que vienen sería muy importante
que la paz sea bandera de todos los movimientos y partidos,
constituyéndose en una manera de vincular a todas las regiones a
esta coyuntura de solución política del conflicto.
¿Qué tiempo le dan a esta negociación?
Nadie puede determinarlo pues las variables son muchas. Para
nosotros, ojalá fuera mañana el momento de firmar los acuerdos.
Como hemos dicho, basados en hechos reales no en supuestos; para
facilitar el desarrollo de cualquier agenda estamos dispuestos a
trabajar con la intensidad y dedicación que sea requerida.
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