Decio Machado, es un sociólogo hispano-brasileño vinculado a diversos movimientos sociales de América Latina. Ejerció como asesor en la campaña electoral de Alberto Acosta (Unidad Plurinacional de las Izquierdas) en las elecciones presidenciales del Ecuador del pasado 17 de febrero.
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Sociedades latinoamericanas abandonan su rol como actores protagonistas del cambio: Entrevista a Decio Machado
1. “Sociedades latinoamericanas abandonan su rol como actores
protagonistas del cambio"
Decio Machado, es un sociólogo hispano-brasileño vinculado a diversos
movimientos sociales de América Latina. Ejerció como asesor en la
campaña electoral de Alberto Acosta (Unidad Plurinacional de las
Izquierdas) en las elecciones presidenciales del Ecuador del pasado 17
de febrero.
Entrevista realizada a Decio Machado por Txema Abaigar, para Info
Gaia. Internacionalista y Anticapitalista
(http://bolgaia.blogspot.com.es)
http://deciomachado.blogspot.com/2013/02/las-sociedades-
latinoamericanas.html. miércoles, 20 de febrero de 2013
TxA: Antes de que hablemos del reciente proceso electoral y sus
resultados, quiero preguntarte: ¿tras algo más de seis años de
gobierno del presidente Rafael Correa, cuál es tu visión de la
situación en la que se encuentra el Ecuador respecto a su
pasado más reciente?
DM: El Ecuador previo al triunfo electoral de Rafael Correa, era un país
en el cual el sistema de partidos establecidos tras el régimen militar de
la década de los 70 había perdido toda legitimidad social. La deuda
externa anulaba toda posibilidad de inversión pública y social y la
impunidad campaba a sus anchas en un sistema político muy corrupto
establecido en torno a gobiernos que se caracterizaban por su
2. debilidad política.
A esto hay que sumar que tras casi tres décadas de neoliberalismo, el
Estado se había visto reducido a su mínima expresión y la dolarización
efectuada en el año 2000 había eliminado la soberanía monetaria y los
instrumentos clásicos de política cambiaria. De igual manera la política
comercial estaba maniatada por tratados internacionales y gran
dependencia hacia los EEUU.
En estos seis años de gobierno del presidente Correa se han
desarrollado políticas de intervención pública en la economía nacional,
lo que ha conllevado su dinamización. De igual manera, se ha
priorizado la inversión social, anteponiendo políticas de subsidios e
inversión en salud y educación a los requerimientos provenientes de
las instituciones de Bretton Woods.
La reinstitucionalización del Estado ha conllevado una serie de logros
en política fiscal y la renegociación de los contratos petroleros. Esta
situación, sumada al incremento de precios de los commodities en el
mercado internacional, los créditos obtenidos por el Estado del
Instituto Ecuatoriano de la Seguridad Social, los logros de una exitosa
recompra –en 2009- de una parte de los Bonos Global, así como la
estabilización del beneficio indirecto que suponen las remesas
provenientes del exterior, ha permitido a este gobierno dotarse de
importantes recursos para afrontar inversión social y modernización de
infraestructuras.
El gobierno dejó de ser débil y tal y como le corresponde a la tradición
caudillista latinoamericana, el poder del régimen pasó a emanar de la
adoración popular al líder. Lamentablemente, mi percepción es que en
materia de corrupción, la situación no ha evolucionado demasiado.
TxA: Por tu respuesta entiendo entonces que a nivel general
3. consideras positiva la gestión del actual gobierno…
DM: Esta conclusión depende de a través de que cristal quieras mirar
las realidades existentes. Si lo haces desde un visión despolitizada o
de un analista convencional, la situación ha mejorado notablemente
respecto a su pasado inmediato. Sin embargo, siendo tu mirada la de
un activista social, te diré que si bien es cierto que los trabajadores del
país han incrementado su nivel salarial durante la gestión del actual
gobierno, y que por lo tanto existe un crecimiento de la clase media y
del consumo en el mercado interno ecuatoriano, también lo es que
dicho incremento en ingresos dista mucho de los beneficios
económicos obtenidos por los grandes grupos del capital existentes
históricamente en el país.
La optimización de los recursos económicos gestionados por el Estado,
así como el crecimiento económico del Ecuador, no ha significado
cambios estructurales en el aparato productivo tradicional heredado
del neoliberalismo. Vale la pena referenciar que en Ecuador, 62 grupos
económicos concentran el 41% del PIB; la riqueza no petrolera
continúa en manos de importadores, intermediadores financieros y
sector comercial; en los hogares se carece de cultura de ahorro y se
tiende al consumo externo; la industria manufacturera excluyendo
refinación de petróleo no supera el 14% del PIB y la agricultura
continúa estancada siendo el feudo del agrobusiness exportador.
Paralelamente la tendencia al consumo de importados se mantiene,
situación que hace que la Balanza Comercial no petrolera sea
claramente deficitaria a pesar de los gravámenes arancelarios
implementados sobre determinados productos. El país sigue anclado al
petróleo y la exportación de productos primarios, se vive de
transportar productos hacia fuera y no de transformarlos generando
valor agregado. Tras seis años de gobierno lo que existe es una
reafirmación del Ecuador como “país producto”, con escasísimos
avances en materia de cambio de matriz productiva.
De igual manera, a pesar de los incrementos en inversión en educación
y salud, la calidad de estos deja mucho que desear. No existe
correspondencia entre logros y la inversión realizada, lo cual podría
entenderse como cierta ineficiencia en la gestión del régimen.
En resumen, si comparas al actual gobierno con la mediocridad de los
gobiernos anteriores, la gestión del presidente Correa es
indiscutiblemente mejor y ahí están sus logros. Eso viene a significar
que el gobierno del presidente Correa es mejor gestor del capital que
los gobiernos neoliberales anteriores. El propio presidente lo explicitó
en enero del año pasado ante un medio gubernamental indicando
textualmente que su éxito consisten en que “básicamente estamos
haciendo mejor las cosas con el mismo modelo de acumulación”.
4. TxA: ¿Y no te da que pensar que mientras otros gobiernos del
planeta viven de rodillas ante el poder del sector financiero, en
Ecuador se ha golpeado duramente a la Banca Privada con la
medida adoptada por el presidente Correa de que sean ellos
quienes financien con parte de sus beneficios el incremento de
30 a 50 dólares del Bono al Desarrollo Humano?
El incremento del Bono al que haces referencia, por cierto, un subsidio
proveniente de la época neoliberal, no es más que una medida
populista adoptada en medio de la campaña electoral. La estrategia
fue buena, a la par que se resolvía parcialmente problemas para llegar
a fin de mes a unos 2 millones de receptores del subsidio, se
capturaba a través de una clásica medida clientelar a más del 17% del
electorado ecuatoriano.
Debes tener en cuenta también que el crecimiento acumulado de
utilidades por la Banca Privada durante estos seis años de gobierno ha
sido un 70% superior respecto al mismo periodo de los gobiernos
neoliberales inmediatamente anteriores. El beneficio de la Banca
Privada en el Ecuador se estima en un 17% sobre su patrimonio neto,
mientras que en la cuna del capitalismo mundial, los EEUU, dicho
porcentaje se mueve entre los 6 y 8 puntos. De igual manera, si
comparas entre los mismos períodos de tiempo los beneficios de las
100 principales empresas privadas que operan en el país, podrás
apreciar que estos se elevan también por encima del 50%. Si el
presidente Correa hubiera querido golpear al sector financiero por sus
desorbitados beneficios, lo normal es que hubiera puesto límites a los
tipos de interés que aplica la banca sobre sus clientes. Con la actual
medida, quien pagará realmente el incremento del Bono serán los
usuarios del sistema financiero, mientras que la Banca seguirá
manteniendo tasas de beneficio muy superiores a las que corresponde
a un servicio de utilidad pública.
En resumen, la dinamización económica está permitiendo que los
grupos de capital ecuatoriano rentabilicen como nunca esta situación
de bonanza. El incremento en las remuneraciones percibidas por los
trabajadores está lejos de afectar a la plusvalía de las que se apropian
las empresas y la presión fiscal, aunque se recauda notablemente
más, esta lejos ejercer un papel realmente socializador de la riqueza
nacional. Ten en cuenta que la evasión fiscal, a pesar de los logros del
gobierno en este sentido, aun se estima en torno al 40%. El sector
privado se queja de forma permanente porque “quien no llora no
mama”, pero no es más que una estrategia utilizada por las cámaras
de producción y comercio. En ese contexto, se genera empleo, aunque
se carece de estudios serios sobre la calidad de estos, y se incrementa
el consumo. Así el sistema sigue siendo funcional a su lógica de
5. perpetuación.
TxA: Tu has asesorado varias campañas electorales a diferentes
candidatos de izquierdas en América Latina, ¿qué diferencias
encuentras entre la campaña electoral de Alberto Acosta y
otras en las que has estado implicado? ¿cómo explicas los
malos resultados obtenidos por la Unidad Plurinacional de las
Izquierdas el pasado 17 de febrero?
DM: Respecto a tu primera pregunta, debo indicar que cada campaña
electoral es una historia diferente en función de las realidades políticas
existentes en cada lugar. En lo referente al proceso ecuatoriano,
todavía el Consejo Nacional Electoral (CNE) está en fase de
procesamiento de datos, con lo cual hay que esperar para poder hacer
un análisis pormenorizado. De todas formas me voy a atrever a
indicarte algunas cuestiones.
Empiezo por la autocrítica interna, proceso que según entiendo está en
evaluación al interior de la Unidad Plurinacional. Entre los muchos
elementos que podrían ser referenciados, quiero destacar lo siguiente:
el proceso de conformación de esta alianza política es reciente, lo cual
explica que no estén debidamente engranados los mecanismos de
coordinación entre direcciones provinciales, direcciones nacionales y
demás. Esto se evidenció en eslóganes diversos, variados jingles de
campaña, dificultades en la ágil distribución de materiales e incluso
diversidad de mensajes electorales en función del territorio y los
candidatos. Esa dispersión en los mensajes y falta de coordinación
tiene un costo electoral, como también lo tiene no haber leído
adecuadamente el momento político que vivimos.
Respecto a lo externo, también hay muchas cuestiones que se podrían
señalar. Voy a indicar tan solo algunas. La candidatura de la Unidad
Plurinacional es a todas luces la que menos recursos económicos
dispuso durante la contienda electoral, lo que la situó en una posición
de inferioridad respecto a sus oponentes. También hay que destacar
que la campaña se desarrolló en un marco legal perfectamente
diseñado para beneficiar al oficialismo. La implementación del Sistema
d´Hont potencia a las grandes opciones políticas en una lógica que
buscó el bipartidismo, y dentro de este, la priorización sobre-
ponderada de la opción más votada. De igual manera, los
posicionamientos del Consejo Nacional Electoral, teórico órgano
autónomo rector de la democracia en el país, fueron bastante
arbitrarios, inclinó la cancha a favor de unos y en contra de otros.
Por último, la campaña de desprestigio realizada por el oficialismo y
sus herramientas de comunicación sobre alguna de las organizaciones
políticas de la alianza electoral fue desinformadora y malintencionada.
Más allá de los errores y aciertos que las organizaciones políticas de la
6. izquierda tradicional puedan haber cometido en diferentes momentos
de la reciente historia del Ecuador, es evidente que dicha estrategia
consistió en desprestigiar la candidatura de Acosta en lugar de debatir
sus propuestas políticas y plan de gobierno. Cabe indicar que mientras
el oficialismo se dedicó mostrar las infraestructuras creadas en los
últimos seis años, y la derecha a cuestionar la labor gubernamental, el
único candidato que habló de política en esta campaña fue Acosta.
De todas fomas, no quiero que mis palabras sean entendidas como
excusas o justificaciones de la Unidad Plurinacional. El análisis que allá
se haga y su socialización ante el conjunto de la sociedad deben
posicionarlo sus voceros y líderes.
TxA: ¿Cuál es el costo político para Alberto Acosta?
DM: Esa pregunta debería contestarla Alberto Acosta. En todo caso te
voy a dar mi opinión personal. Para gentes que, con sus aciertos y
errores, están/estamos de una u otra forma implicados colectivamente
en transformar el mundo en algo mejor, hay una exposición cotidiana
a las derrotas. En este sentido, que lo mejor para la salud física y
mental es aplicar la filosofía del bushido: “un guerrero acepta la
derrota como una derrota, sin transformarla en victoria”.
Ecuador vive su momento post-electoral. Digamos que es algo similar
a cuando tras las batallas del Medioevo, los escenarios de guerra se
llenaban de especímenes carroñeros a la búsqueda de su alimento. Leo
en periódicos oficialistas y privados, crónicas y análisis escritos con
cierta saña sobre los errores de Acosta: lo que debería haber hecho y
lo que no, con quien se juntó o se dejó de juntar, lo que dijo o dejó de
decir. Refleja ese momento en el que tras la caída de un guerrero, tras
una batalla claramente desigual, este se ve rodeado de todo un
ejército de cobardes que por un momento se llenan de valor para
sacar sus armas y rematarlo. ¿Recuerdas el episodio del 9 de octubre
de 1967 en la escuelita de La Higuera?
Alberto Acosta es el pensador actual más interesante, políticamente
hablando, de este país, y representa a la izquierda más interesante
existente por acá en este momento. Mi opinión es que Acosta aceptó el
reto de ponerse en la primera fila de la resistencia al proceso
neodesarrollista por requerimiento de amplios sectores sociales y de
las resistencias activas. Tras ese primer paso, se definió un proceso de
primarias al interior de la Unidad y su elección por parte de las bases
de organizaciones políticas más tradicionales fue abrumadora. El
mismo presidente Correa reconocía recientemente que la izquierda no
podía contar con un candidato mejor a pesar de su derrota. Ahora leo
a la periodistas, analistas variopintos y funcionarios del régimen
indicando que el fracaso de Acosta es el fruto de una campaña con
marcado perfil ideológico, que debería haber hablado de bajar
7. impuestos y no sobre alternativas al extractivismo o la necesidad de
construir el socialismo desde la democracia, que si su error fue atacar
al régimen al que ayudó a llegar al poder mientras otros indican que
no lo atacó suficientemente. Personalmente pienso que Acosta hizo lo
que debía hacer y fue coherente consigo mismo y los postulados que
históricamente ha defendido. Desarrolló una campaña donde trató de
posicionar debates importantes en la sociedad ecuatoriana, de forma
propositiva e ignoró la bronca sobre quien había financiado a Correa,
sobre titulaciones académicas falsas de altos funcionarios públicos o
sobre diversos casos de corrupción del régimen. Que la sociedad
ecuatoriana entienda estas propuestas o tenga voluntad de debatir
sobre ellas en este momento requiere otro tipo de análisis.
Alberto, como persona inteligente que es, se recuperará de este
fracaso. En todo caso, son las personas menos inteligentes las que
demuestran su incapacidad para recuperarse del éxito cuando
coyunturalmente lo obtienen.
TxA: Desde tu perspectiva y tras estos resultados, ¿crees que
existen condiciones para la conformación de una alternativa
izquierdas mientras se mantenga el gobierno del presidente
Correa?
DM: El gobierno actual tiene una visión desarrollista basada en el
neoextractivismo por la cual pretende, sobre la base de la renovación
técnica y científica, llevar adelante un proceso de sustitución de
importaciones, desarrollando la industrialización nacional y
acompañándola de ampliación del mercado interno que implique la
creciente producción nacional. Para esta finalidad entiende que el
sector empresarial es su aliado fundamental, y ello explica que no
exista conflicto entre Capital y Estado. El propio presidente Correa ha
afirmado públicamente que en el “socialismo del siglo XXI” no hay
espacio para lógicas vinculadas al conflicto de clases.
La visión gubernamental es la búsqueda de la construcción de una
clase media con capacidad de consumo y una aproximación al Estado
del Bienestar (Estado proveedor de ciertos servicios o garantías
sociales a la población) que tiene mucho que ver con el modelo
keynesiano desarrollado en la Europa tras la guerra. Se confunde así el
concepto del Estado de Bienestar con el objetivo constitucional del
Buen Vivir –Sumak Kawsay-, dado que este último tiene una
profundidad de contenidos superador de la estricta providencia y del
concepto clásico de desarrollo. Por su complejidad, se hace de difícil
comprensión para economistas de corte cepalino.
Es por ello que se carece de voluntad para transformar el sistema
económico en algo que vaya más allá de lo que se ha venido en definir
como “capitalismo de rostro humano”. Ha sido el propio presidente
8. Correa durante la campaña electoral quien indicó que uno de los
errores de la izquierda es haber negado el espacio para lo que él llama
una “economía capitalista moderna”.
Es desde ahí desde donde se explica que pasados seis años que
gobierno no existan cambios en el sistema de acumulación heredado
de la época anterior. Por poner tan solo un ejemplo: en Ecuador, el
5% de propietarios sigue concentrando el 52% de tierras agrícolas,
mientras el 60% de pequeños propietarios accedan tan solo al 6,4%
de estas. Ni se democratiza el acceso a la tierra ni tampoco al agua,
otro elemento en poder de pocas manos. Esta situación se agravará en
un futuro inmediato con la implementación de amplias zonas para el
desarrollo de biocombustibles y la voluntad presidencial de modificar la
Constitución con el fin de facilitar el cultivo de semillas transgénicas.
Todo ello nos lleva a determinar que lo que se vive en Ecuador en este
momento es, estrictamente hablando, el más serio proceso de
modernización capitalista que ha vivido el país en toda su historia. La
novedad en todo caso consiste en dicho proceso se reviste de un
discurso de izquierdas, cosa que no había ocurrido con anterioridad.
Si como vemos, el presidente Correa habla de “economía capitalista
moderna”, igual que su homóloga argentina habla de “capitalismo
serio”, y así podríamos proseguir por la mayoría de los países región,
sin duda hace falta algo nuevo y no solo en Ecuador. Mientras los
apólogos europeos del populismo siguen definiendo a estos procesos
como revolucionarios, socialistas, transformadores y demás, la
realidad social hace necesario que se re-articulen organizaciones
sociales que propugnen una transformación social real hacia
sociedades justas y equitativas, la defensa de la naturaleza, el Estado
Plurinacional como un nuevo concepto superador de los Estado-control
o criminalizador de resistencias, la superación del modelo consumista
como lógica de realización personal y del modelo social patriarcal.
Es fundamental que este nuevo espacio de confluencia, esta por ver
cual es el modelo de articulación más idóneo, entienda que los
modelos de desarrollo tradicionales nos llevan al colapso civilizatorio,
que el planeta ya no aguanta más, que el petróleo se agota y que la
sustitución del crudo por la minería a gran escala u otros factores
extractivos no soluciona el problema de fondo. Es necesario que se
entienda también que la producción de alimentos será en breve
insuficiente a escala planetaria, que ello conlleva un replanteamiento
sobre el convertir alimentos en combustibles y que la solución no pasa
por cultivar semillas genéticamente modificadas, sino por políticas
reales que desemboquen en la soberanía alimentaria. Ese nuevo
movimiento emancipador, debe entender también que los efectos del
cambio climático y la sociedad de consumo nos llevan a derivas
catastróficas, y por lo tanto de lo que se trata es de modificar los
9. esquemas de sociedad y no de imitar modelos externos que en algún
momento fueron considerados exitosos. Sobre el poder social y la
autogestión local, la economía social y solidaria, así como la
conformación de mercados justos y orgánicos, se sostienen las bases
para la construcción de alternativas civilizatorias.
TxA: ¿No podría parecer algo utópica tu posición?
DM: Lo que me parece utópico es pensar que consecuencia de
coyunturales bonanzas económicas de carácter regional que conllevan
al desarrollo de modelos sociales basados en el incremento del
consumismo, se pueda superar la actual crisis multifacética existente a
nivel planetario. También me parece utópico pensar que existe alguna
posibilidad de construir procesos de transformación social en los países
del Sur, a través de los recursos obtenidos por la hiper-explotación de
la naturaleza, que tienen como destino alimentar las necesidades del
capitalismo global. Que decir también sobre la utopía de pensar que a
través de la democracia representativa, en un sistema globalmente
corrompido por el poder de las transnacionales y del capital financiero,
se pueden articular las bases para una verdadera transformación
social.
En América Latina se vive la construcción de un nuevo modelo de
dominación que se caracteriza por una fuerte injerencia del aparato
público. No es una novedad histórica, pero en todo caso tiene que ver
con la nueva versión del capitalismo en su fase pos-neoliberal. En el
marco de la reinstitucionalización del Estado, una demanda
proveniente de los sectores en resistencia durante la era neoliberal, se
han articulado gobiernos que en su mayoría se caracterizan por
captación o destrucción de cualquier capacidad autónoma de
organización social. ¿Qué es lo que viene a significar esto? Pues
vivimos nuevos procesos de conservadurismo social, las sociedades
latinoamericanas se entregan a la tutela estatal, abandonando su rol
como actores protagónicos del cambio. El protagonismo queda
entonces en manos de líderes carismáticos cierto alto grado de
personalismo que anulan los procesos colectivos, generando lógicas de
autoritarismo a diferentes escalas según el proceso o país al que
hagamos referencia. A esto, pensadores afines a estos regímenes, lo
llaman “gobiernos populares fuertes”. ¿No te parece surrealista?
TxA: ¿Entonces se equivocó el pueblo ecuatoriano votando
arrasadoramente por Correa?
DM: Mientras exista condiciones de bonanza económica, lo normal es
que estos procesos políticos -en Ecuador y resto de la región-, tengan
continuidad. La gente está mejor que antes, eso es indiscutible y en
estas condiciones los procesos de concienciación social son lentos y
tediosos. Eso explica la estrategia desarrollada por el zapatismo en los
10. últimos años, desapareciendo sin haber nunca desaparecido, para
rescatar su fuerza desde las profundidades de su territorio.
Por otro lado, mientras no suceda algo catastrófico en China, situación
que no se atisba en el horizonte inmediato, sus necesidades para el
desarrollo interno seguirán manteniendo precios altos de
los commodities, lo cual mantendrá en América Latina a todo el mundo
feliz y contento. “Pan para hoy y hambre para mañana” si hablamos
desde una mirada más global pensamos en la sostenibilidad planetaria.
Respecto al voto de la población ecuatoriana el pasado 17 de febrero
solo puedo decirte aquello que ya dijo Sartre hace más de treinta
años: “el ser humano nace libre, responsable y sin excusas”. La gente
votó lo que consideró mejor para su devenir personal y familiar. Eso
no exime a los movimientos contestatarios de su legitimidad para
plantear sus alternativas o tener una visión política distinta al nuevo
pensamiento único regional. Tu eres miembro del movimiento conocido
internacionalmente como “Indignados”, que te voy a decir que no
sepas al respecto, pero a pesar de ello somos optimistas, porque el
pesimismo es algo que fue permisible para personas sensatas en
momentos menos difíciles que este.
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