El documento discute los efectos de aumentar el salario mínimo en México. Aunque suene atractivo ganar más dinero, un incremento podría conducir a mayores precios e inflación, así como pérdidas de empleos. En lugar de ello, se recomienda fomentar la estabilidad económica, el ahorro, la inversión privada y la competencia para mejorar los ingresos a largo plazo. Los partidos políticos que proponen aumentos solo buscan ganar votos sin entender realmente las implicaciones macroecon
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A qué le tiras cuando sueñas mexicano- salario mínimo
1. A qué le tiras cuando sueñas mexicano
Por LAE. Jorge Peregrino Colín
16 de noviembre de 2014
Ahora es posible entender lo que decía Chava Flores “¿A qué le tiras cuando
sueñas, mexicano?”. Y no es que el mexicano viva en una utopía, sino que sus
gobernantes paternalistas no lo han enseñado a merecer las cosas dejándolo vivir en
un sueño, dejando al destino, a Dios y a su suerte lo que considera justo recibir por
tan poco a cambio, me refiero al salario que percibe por su trabajo diario.
Quien piense que aumentando el salario mínimo de los trabajadores termina la
desigualdad y la pobreza está muy equivocado, tendría que aprender los conceptos
básicos en las principales variables macroeconómicas para entender los efectos en
el bienestar de la población. Una de las principales variables que se toman en cuenta
para medir la situación económica de un país a nivel internacional es el empleo.
De acuerdo con datos del Banco Mundial México tiene tan solo el 4.9% de
desempleo, una tasa muy baja a comparación de países como España donde se
ubica en el 25.2% en 2012, siendo este un país desarrollado a comparación del
nuestro: en vías de desarrollo. México es uno de los 34 miembros de la Organización
para la Cooperacióny el Desarrollo Económico (OCDE), mejor conocido como el “club
de los países ricos” por su disposición a rápido crecimiento y ayuda a países
necesitados, sin embargo también es el país con el salario mínimo más bajo del club,
que aunque ha aumentado en la última década, hoy se posiciona en 67.29 pesos por
jornada de 8 horas en la zona A.
Después de la polémica política desatada en el entorno al tema recientemente,
existen argumentos a favor refutables que favorecen una postura en contra de dicha
iniciativa, es decir, que traerán efectos más negativos que positivos.
El único argumento sólido a favor de esto es que desde 1970 la Organización
Internacional del Trabajo (OIT) recomendó que la fijación de salarios debe ser un
elemento de toda política establecida para eliminar la pobreza y para asegurar la
satisfacción de las necesidades de todos los trabajadores y sus familias. Además,
tendría que ajustarse con el tiempo para tomar en cuenta los cambios en el costo de
la vida.
2. Ahora comencemos por lo básico y elemental, según el director general del
Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico, José Luis de la Cruz
el salario mínimo puede aumentarse con acuerdos de Gobierno, empresas y
trabajadores, en pocas palabras, un “decreto acordado”. Sin embargo, no se puede
aumentar en el DF por capricho de Miguel Ángel Mancera como lo propone, ya que
depende de la Ley Federal del Trabajo, que como su nombre lo dice es federal mas
no local. Para lograr un aumento en el salario mínimo en el DF se necesitaría reformar
dicha Ley y ponerse de acuerdo con los Congresos estatales de la zona A para la
homologación. Si solo aumentara el salario mínimo en el DF, las empresas se irían a
otros estados para evitar pagar más, cayendo la inversión en la capital del país. De
estos puntos nacen los siguientes, atención.
De acuerdo con Gerardo Esquivel, académico del Colegio de México, la
productividad no está ligada con el salario mínimo, y la prueba más fiable es que en
los últimos 25 años el salario mínimo real ha caído al menos 70%, mientras que la
productividad no ha bajado dicha magnitud. Sin embargo, recordemos que la
productividad es la eficiencia en cantidad que produce una empresa, ya sean bienes
o servicios, entre más bienes se produzcan mayor ingreso habrá para poder pagar
más salarios altos, por lo tanto sí está ligada.
Al contar con más recursos por sus ventas, las empresas tendrían más
posibilidad de pagar más a los trabajadores, los trabajadores tendrían más ingresos
y estos tendrían más capacidad de compra, todo depende de la productividad.
Actualmente la productividad en México es muy baja, que de aumentarse los salarios,
se incrementarían los costos de producción y los precios de los productos se
elevarían, generando inflación, lo que terminaría afectando al consumidor final y
fomentaría el desempleo. Aquí el por qué.
La inflación aumentaría, esto quiere decir que los precios aumentarían
generalizadamente, es decir la comida, el transporte público, los boletos de avión, la
ropa, la entrada al cine, la asistencia a un restaurante, la visita al médico particular, el
agua embotellada, las tortillas, una computadora y otros bienes y servicios que la
gente compra para llevar a cabo sus actividades cotidianas costarían más.
Por el lado del empleo, al tener que pagar más por el mismo trabajo, el
empresario tomaría decisiones de despido y aumento de precios para solventar dicha
política. La última Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del INEGI arrojó que el
58% de la población ocupada se encuentra en la informalidad. Así, quienes sufran de
3. estos despidos aumentarían su oferta laboral en este sector, disminuyendo el alza al
salario y la baja productividad que se tiene actualmente. Como quien dice
coloquialmente, “saldría más caro el caldo que las albóndigas”. El alza del salario
mínimo aumenta el salario nominal, mas no real, de quien pudo haber conservado su
empleo.
Ahora bien, suena muy bonito ganar más dinero, produciendo lo mismo, sin
conocer el efecto dominó que esto traería, así piensa la mayoría de mexicanos.
¿Estos mexicanos quisieran un aumento de salario mínimo si les recordamos que
dicho salario va ligado a los precios de multas, créditos de INFONAVIT, presupuesto
por partido político, entre otros? La gente ya no estaría dispuesta a ganar más para
pagar más. La única solución sería desvincularlo de este tipo de gastos, tal como lo
indica el secretario de economía del DF, Salomón Chertorivski. Pero este sería uno
de los últimos pasos.
¿Qué se debe hacer entonces? Promover la estabilidad monetaria, el ahorro y
la acumulación de capital, respetar la propiedad privada, recortar el gasto público,
bajar los impuestos y abrir todos los mercados de nuestra economía a la competencia
empresarial. Eso es primero, luego vienen los mejores ingresos, nunca al revés.
Por eso, cuando una izquierda gobernante que ha perdido popularidad a cargo
de Mancera en el DF habla del aumento de salario mínimo por decreto local y la
incongruencia de un partido de centro- derecha como el PAN que adopta una iniciativa
populista, se dejan ver las verdaderas intenciones de ambos partidos: ganar votos en
las próximas elecciones intermedias de 2015.
No se trata de convencer al elector con simples discursos que persuadan su
voto, sino con otorgar las mejores políticas públicas responsables que favorezcan a
la mayoría, que beneficien a los que menos tienen sin engaños y con una clara
objetividad sobre el tema, por eso, en lugar de preguntar mediante un referéndum a
la sociedad mexicana si está de acuerdo en aumentar el salario mínimo, la pregunta
debería ser ¿Conoce usted los efectos económicos de un incremento en el salario
mínimo? veamos si esta pregunta sigue siendo una invitación a responder sí.