2. María Zambrano: datos biográficos
María Zambrano nace en
Vélez-Málaga el 22 de
abril de 1904, hija de D.
Blas José Zambrano
García de Carabante y
Dª. Araceli Alarcón
Delgado, ambos
maestros en la escuela
graduada de Vélez.
3. María Zambrano: datos biográficos
Tras una breve estancia en Madrid sus padres son
trasladados a la ciudad de Segovia donde ella paso su
infancia y adolescencia cursando el bachiller.
4. María Zambrano: datos biográficos
En 1921 inicio sus estudios de filosofía en la universidad
central de Madrid, pero no se traslado a Madrid hasta
1924, con la carrera de filosofía a medias.
Allí completa sus estudios
asistiendo a las clases de Ortega
y Gasset, Manuel García Morente,
Julián Besteiro y a las primeras de
Xavier Zubiri con quien mantiene
una gran amistad y quién prestó
ayuda a Zambrano en sus inicios
filosóficos.
5. María Zambrano: datos biográficos
En Madrid comenzó su colaboración en prensa escribiendo en
Libertad y El liberal de la ciudad de Madrid.
No solo publico en periódicos
madrileños ya que su artículo
más importante de esta época
aparece en el número 4 (julio-
agosto) del machadiano El
Manantial de Segovia:
“Ciudad Ausente”,
prefigurando tanto su soñada
ciudad de la libertad como la
propia razón poética, apuesta
filosófica de su madurez.
6. María Zambrano: datos biográficos
En 1931, hasta 1936, fue profesora auxiliar de la
Cátedra de Metafísica en la Universidad Central.
7. María Zambrano: datos biográficos
El 14 de septiembre de 1936 contrajo matrimonio con
el historiador Alfonso Rodríguez Aldave. Al ser éste
nombrado secretario de la embajada española en
Santiago de Chile, se fueron por un tiempo a vivir allí.
La angustia por estar lejos de España en aquellos
momentos impele a Zambrano a volver a ella.
8. María Zambrano: datos biográficos
- Su marido se incorpora al frente, y ella se integra a la
revista Hora de España.
Tras esto, el 28 de enero de
1939 María Zambrano
comenzó su exilio: París,
Nueva York, siendo
profesora en La Habana y
México. Publica
Pensamiento y Poesía en la
vida española, y Filosofía y
Poesía.
9. María Zambrano: datos biográficos
En 1946 muere su madre en París. Tras esto,
en 1949 vuelve a la Habana hasta 1953 que se
instala en Roma.
Alguna de sus obras más
importantes escritas
durante este periodo son:
El hombre y lo divino, Los
sueños y el tiempo,
Persona y democracia.
10. María Zambrano: datos biográficos
En 1964 abandona Roma, siempre acompañada de su
hermana instalándose en el Jura francés.
Araceli muere en 1972 y
María sigue en su retiro de La
Pièce, donde permaneció dos
años, hasta que en 1980 se
fue a Ginebra. Escribe Claros
del bosque y empieza De la
aurora.
11. María Zambrano: datos biográficos
En 1981 obtuvo el Premio Príncipe de Asturias de
Comunicación y Humanidades.
3 años después, el 20
de noviembre de
1984, volvió a España
instalándose en
Madrid, después de
cuarenta y cinco años
de exilio.
12. María Zambrano: datos biográficos
En 1984 la Real Academia de Historia y Arte de San
Quirce de Segovia le nombra académica de mérito,
aunque su salud le impidió recoger el nombramiento.
Con relación a otros premios, en 1988 le fue
concedido el Premio Cervantes.
13. María Zambrano: datos biográficos
Murió el 6 de febrero de 1991, en Madrid, y fue enterrada
en su pueblo natal.
15. España en el primer tercio del XX
Repercusión por la pérdida de las últimas
colonias. Conflictividad social.
Culturalmente,
apuesta por la
regeneración moral y
social, y “edad de
plata” de la cultura
española.
16. SEGOVIA EN EL
PRIMER TERCIO
DEL SIGLO XX
Gutiérrez Solana:
Trajinantes de Segovia, 1929
17. Segovia en el primer tercio del XX
La vida pública se caracterizó por su alto ambiente
intelectual y de compromiso de social, posible por la
coincidencia de cualificados profesionales
segovianos y providenciales incorporaciones.
Luis Martí Alonso: Personajes segovianos
18. Segovia en el primer tercio del XX
Alto ambiente intelectual y de compromiso de
social, posible por la coincidencia de
cualificados profesionales segovianos y
providenciales incorporaciones.
En 1909 llega Blas Zambrano destinado a la Escuela
de Maestros. Al año siguiente, su mujer Araceli
Alarcón, destinada al colegio de Santa Eulalia, con la
pequeña María de 4 años. En 1911 nacería Araceli
En 1919, Antonio Machado es destinado al Instituto
como profesor de francés. Estará en Segovia dieciséis
años.
19. Segovia en el primer tercio del XX
Emiliano Barral: El arquitecto del Rafael Peñuelas: Retrato de D.
acueducto. Antonio Machado
El busto representa a Blas Zambrano
20. Segovia en el primer tercio del XX
Entre todos fundan la
Universidad Popular, donde
imparten clases y
conferencias gratuitamente.
Muchos de sus impulsores
consideraron las reformas
pedagógicas como el inicio
de las reformas sociales.
21. Segovia en el primer tercio del XX
Profesores de la Universidad Popular en el curso
1920-1921. Pronto se incorporará, entre otros, Blas
Zambrano.
22. Segovia en el primer tercio del XX
Fruto del nivel intelectual y el grado de compromiso social es el acto de
constitución de la Asociación al Servicio de la República en el teatro Juan
Bravo de Segovia, con Machado, Ortega y Gasset, Pérez de Ayala y
Gregorio Marañón, en 1931
24. María Zambrano en Segovia
María Zambrano llega en 1910, con cinco años, debido a que
su madre, Araceli Alarcón, es destinada como maestra a esta
ciudad.
Su padre, Blas Zambrano había llegado un año antes.
25. María Zambrano en Segovia
De niña, ya le impresionaron la persona y obra de San Juan
de la Cruz.
26. María Zambrano en Segovia
También tuvo muy presente a los Caballeros
templarios, conociéndolos debido a la iglesia de la
Veracruz. Esto hizo que quisiese ser Caballero de
niña.
27. María Zambrano en Segovia
Estudia en el Instituto. Recuerda con especial cariño a sus
profesores Mariano Quintanilla, Moisés Sánchez Barrado, Agustín
Moreno, y Antonio Machado, quien, aunque no llegó a darle clase,
era gran amigo de su padre.
28. María Zambrano en Segovia
Por ejemplo, al hablar de Mariano Quintanilla (uno
de sus profesores) decía: “parecía no creer en nada
y, desde luego, en ninguna vacuidad creyó nunca”.
29. María Zambrano en Segovia
A lo largo de toda su vida, su padre fue una figura sagrada
para ella. También él fue quien la inició en la filosofía
30. María Zambrano en Segovia
En 1926 la familia se traslada a Madrid. María ha pasado en
Segovia toda su infancia y adolescencia.
El exilio le impedirá volver, aunque también lo hacía la emoción
hacia esta ciudad. En 1957 decía: “allá en Segovia, donde nunca,
creo, tendré el valor de volver. Tampoco es necesario. El corazón
va y vuelve por su cuenta y la memoria teje su tela preciosa”
Su deuda con Segovia es tal, que quería que sus padres fuesen
enterrados allí. En 1964: “Algún día, espero, iremos a Segovia mi
hermana y yo a llevar a ella los restos de mi Madre que están en
París y los de mi Padre que se quedaron en Barcelona”.
31. María Zambrano en Segovia
Al volver a Madrid desde el exilio, con 80 años, lo
primero que pide es el libro Segovia: itinerario
sentimental, ya que todo lo relacionado con esta ciudad
le interesa.
32. María Zambrano en Segovia
En 1984 la Academia de Historia y Arte de San Quirce de Segovia,
heredera de la Universidad Popular en la que trabajó su padre, le
nombra “académica de mérito”, hecho que le emociona: “Para mí es un
gran honor que acepto conmovida ya que en Segovia he pasado los
años decisivos de mi vida”.
Su salud le impidió recoger el
nombramiento, no siéndole entregado
hasta el 29 de octubre de 2010, se le
otorgó a título póstumo a la Fundación
María Zambrano
34. Apéndice: Texto sobre Segovia (1)
“Ciudad ausente”, Manantial, IV-V, julio-
agosto 1928
35. “El verde de los árboles y el tostado de los
mezquinos trigales se sustituían por una
línea ascendente en ritmo de energía y una
lisa y compacta superficie, dura faz de una
oculta resistencia”.
“Ciudad ausente”, Manantial, IV-V, julio-agosto 1928
36. Apéndice: Textos sobre Segovia (2)
“San Juan de la Cruz. (De la noche
obscura a la más clara mística)”,
Sur, Buenos Aires, 1939
37. “Hay una tierra amarilla abrasada por un
fuego que no es el sol, que parece nacer
de ella misma, y sobre ella una ciudad
pequeña que también tiembla.”
“San Juan de la Cruz. (De la noche obscura a la más clara mística)”, Sur,
Buenos Aires, 1939
38. “Allá en la roca más alta, más
pelada, más difícil, cuatro paredes y
un tejadillo con un ciprés, plantado
sin duda con posterioridad, en los
dos metros de tierra que lo
defienden de no despeñarse: es la
casa de San Juan de la Cruz”
“San Juan de la Cruz. (De la noche obscura a la más clara
mística)”, Sur, Buenos Aires, 1939.
39. “¿Qué relación puede haber entre
la transparencia del aire
castellano que deja dibujarse tan
limpia y fielmente los perfiles de
cada cosa, y esta transparencia
del alma que permite una tan
clara mística?”
“San Juan de la Cruz. (De la noche obscura a la más clara
mística)”, Sur, Buenos Aires, 1939.
40. Apéndice: textos sobre Segovia (3)
“Segovia: un lugar de la palabra”, en
España, sueño y verdad, 1965
41. “Cuando un ciudad lo es de
verdad, no es solamente
porque sea lo que por
ciudad suele entenderse,
especialmente en los días
de hoy en que tan pocos
vestigios quedan de la
antigua fe en la ciudad”.
“Segovia: un lugar de la palabra”, en
España, sueño y verdad, 1965
42. “La ciudad es lo que más se acerca a la persona, a
ser a modo de una persona o al modo de la persona,
en la vida histórica.
Tiene figura, rostro, fisonomía, lo que el Estado se
afana por tener”.
“Segovia: un lugar de la palabra”, en España, sueño y verdad, 1965
43. “Una especial luz asiste a ciertas veras
ciudades; una luz que sólo allá se da, que
conserva su identidad a través de
innumerables ciclos de variaciones; una luz
que, como es vida, tiene su pasión y que llega
a las cosas de una cierta manera. No cae la luz
en Segovia: la ciudad toda se alza hasta ella,
la alcanza en su crecimiento hasta llegar al
nivel en que esa luz se da”.
“Segovia: un lugar de la palabra”, en España, sueño y verdad, 1965
44. “Entra en el nivel de la luz simplemente, como si
hubiera sido plantada, como esos árboles que
crecen hasta que la encuentran y allí se quedan sin
avidez ni esfuerzo; temblando, eso sí.”
“Segovia: un lugar de la palabra”, en España, sueño y verdad, 1965
45. “La altura del cielo en Segovia se haya al
nivel justo”.
“Segovia: un lugar de la palabra”, en España, sueño y verdad, 1965
46. “Nunca en Segovia se siente el foso, la
hondonada, ninguna calle en cuesta va
hacia abajo”.
“Segovia: un lugar de la palabra”, en España, sueño y verdad, 1965
47. “No existe el vértigo, ese vértigo que, por
un desnivel que pudiera llenarse con tres
escalones, acomete en otros lugares.
Porque todo ha logrado estar al nivel de
esa última manifestación de las luz que es
la claridad”.
“Segovia: un lugar de la palabra”, en España, sueño y verdad, 1965
48. Hay otro elemento: el
“
agua, que en la ciudad
de Segovia se conduce
de una singular manera,
dándose a ver y a sentir
como agente de vida y
de orden; vida y orden
en sí misma”.
“Segovia: un lugar de la palabra”, en
España, sueño y verdad, 1965
49. “Todo ello viene en los dos ríos, que más que rodear
delimitan, definen la ciudad, corriendo por cauces de
modo y significado diferente, en dos vertientes que
vienen a ser como dos aspectos esenciales de una
misma historia; dos dimensiones –inevitable siempre
la dualidad en lo humano- de una historia y su
misterio”.
“Segovia: un lugar de la palabra”, en España, sueño y verdad, 1965
50. “De una parte, el Eresma que corre como si no corriera,
remansándose en la vocación de espejar, en un valle
que se ensancha hasta terminar en una alameda al pie
de las rocas más sagradas de la ciudad y que cierran
este valle que podría llamarse de los templos”.
“Segovia: un lugar de la palabra”, en España, sueño y verdad, 1965
51. “El primero es el de San Lorenzo
con su torre de ladrillo
requemada, abrasada.
Pertenece a un barrio autónomo,
que guardaba una fisonomía
medieval, como otros que rodean
la ciudad”.
“Segovia: un lugar de la palabra”, en España,
sueño y verdad, 1965
52. “Bajaban los habitantes de la ciudad a la
romería de San Lorenzo el día más
caluroso del año, como se sabe. Un
fuego casi invisible, celeste, se prendía
en las casas, y la plaza olía a llama, a
incendio solar”.
“Segovia: un lugar de la palabra”, en España, sueño y verdad, 1965
53. “Viene después la iglesia de San Vicente, edificada sobre
las ruinas de un templo romano a Júpiter, según la tradición,
que suscita la idea de que tal lugar estuviese desde antes
consagrado a una divinidad solar, en su aspecto de fuego
que domina, rige y arrebata; de fuego vivo”.
“Segovia: un lugar de la palabra”, en España, sueño y verdad, 1965
54. “Más allá, en la parte en que la ribera se allana y se ensancha, al
pie de la cornisa de peñas que ha ido cediendo en tiempo ya
histórico, surge como allí nacido el monasterio y la iglesia de Santa
María del Parral, fundado por el marqués de Villena.
Análogamente a como el agua se hace espejo, espeja el monasterio
también el tiempo de la plenitud de la ciudad y de Castilla toda”.
“Segovia: un lugar de la palabra”, en España, sueño y verdad, 1965
55. “Si seguimos el camino del río, en seguida, tras un
recodo, se alzan de muy diversa manera dos históricos
monumentos. Aquello que se construye en lo alto, es
sabido, es expresión de un designio, manifestación de
una voluntad. Son el Alcázar plantado en la roca, roca él
mismo, y enfrente, en una de piedra con algo de
cráneo, como un concentrado pensamiento, el templo
circular de la Vera Cruz, edificado por los templarios.
Entre ellos corre el río pegándose a la roca del Alcázar,
y dejando un remanso de tierra al pie del templo donde
aparece un barrio y su iglesia románica, muy simple:
San Marcos. Es el lugar del pan, así como San Lorenzo
es el del fuego”.
“Segovia: un lugar de la palabra”, en España, sueño y verdad, 1965
56. “Como la palabra, el pan alcanza la
plenitud de su ser, dándose. Símbolo y
realidad de un don que por principio, en su
esencia, no puede ser concedido a uno
solo. Y sin embargo la palabra se le ha
dado al hombre porque está solo como
individuo; porque no es parte, propiamente
hablando de la humanidad, trozo de ella,
sino ejemplar de ella”.
“Segovia: un lugar de la palabra”, en España, sueño y verdad, 1965
57. “Acompañado, coronando este lugar del pan en modo
tan verdadero que resulta casi imperceptible, aparecen
dos templos casi tocándose: la Vera Cruz, ya señalado,
y la iglesia y convento fundado por san Juan de la Cruz,
donde su cuerpo reposa”.
“Segovia: un lugar de la palabra”, en España, sueño y verdad, 1965
58. “Mientra el Eresma espeja, el clamores recoge
vertederos de sangre, sombras, detritus de las
tenerías. La muralla encinta la ciudad, pero sobre
ella se desborda ese aluvión oscuro que despide
toda ciudad: sus pecado, se diría. Los pecados
ciudadanos o que se han civilizado en la ciudad;
los pecados con carta de ciudadanía. La avaricia
tiene su lugar en la casa que dicen fue del tacaño
de Quevedo. Y al lado, como no podía por menos
de ser, el matadero donde se sacrifican las reses”.
“Segovia: un lugar de la palabra”, en España, sueño y verdad, 1965
59. “Al retirarse la historia, quedaron esos muros, estas
fachadas que un día se desprenden y otro se
esconden, dejando espacios de un silencio que a
veces parece que va a estallar”.
“Segovia: un lugar de la palabra”, en España, sueño y verdad, 1965