SlideShare una empresa de Scribd logo
1 de 71
Descargar para leer sin conexión
1
2 
Índice 
Sobre el origen 
3 
Tumaco es hija de Barbacoas 
7 
El diablo enrielado 
22 
De resinas, cauchos y semillas 
26 
De Guayacanes y Cedros 
31 
Sobre la palma, los palmares y el despojo 
35 
Llorente es un capítulo aparte 
40 
De dónde venimos 
41 
La época de la hacienda 
46 
De cómo llegaron las guerrillas y los paras a Llorente 
49 
El oro negro inunda la selva verde 
55 
Coca y bonanza en Llorente 
56 
En la tierra de los Guyacanes 
63 
San Juan de Pasto 
2014
3 
SOBRE EL ORIGEN 
Para interpretar la tierra hay que hundirse en ella como las raíces, y sentir las semillas que germinan como sembradas en el propio corazón. 
Guillermo Edmundo Chaves 
Escritor Nariñense 
1902 – 1984 
La costa pacífica nariñense no fue nunca escenario de solemnes fundaciones, en las que se desplegaran protocolos y galas propias del conquistador europeo en América; con pocas excepciones, el territorio se fue delimitando en torno a una red de poblamientos espontáneos, siguiendo los linderos de la explotación de los recursos naturales; demarcándose así, espacios socio geográficos en los que las sucesivas economías extractivas, financiadas con capitales foráneos al ritmo caprichoso de la demanda internacional, promovieron la apropiación de la riqueza natural del territorio por parte del extranjero, con la fiel complicidad de los mandatarios de turno y a costa de la explotación del nativo, indígena o afro, percibido como un servidor natural incluso mucho después de abolida la esclavitud, motivo por el cual nunca fue necesario remunerarle con lo suficiente o con lo justo. La paradoja de este territorio es que su obstinada pobreza es resultado de la explotación de su riqueza. 
Las economías de enclave; la pobre visión de dirigentes y mandatarios, o más bien una visión perfeccionada con los años para el inmoral enriquecimiento, sumadas a la histórica indiferencia del estado, el conflicto armado y las economías ilícitas no han facilitado la construcción de un proyecto de región. 
Históricamente estas economías, fuentes de bonanza y migración, marcaron los ritmos y momentos de un poblamiento en el que los asentamientos espontáneos fueron la norma; siendo muchos de estos resultado y prolongación de las dinámicas sociales que se dieron al interior de las cuadrillas de afros esclavizados durante la colonia, cuyos descendientes conforman hoy en día el noventa y cinco por ciento de la población tumaqueña. 
A partir del siglo XVI, el poblamiento del territorio siguió el trazado de los incontables ríos, riachuelos y quebradas que recorren la llanura, la selva y el mangle en su serpentino devenir rumbo del mar; pero el poblamiento ancestral tuvo como cauce al océano mismo, como motor a las corrientes marinas y por brújula los códigos celestes. Existen en Tumaco registros arqueológicos bien documentados del paso y asentamiento de antiguos grupos humanos desde hace al menos dos mil quinientos años. 
La cultura Tumaco - La Tolita se desplegó a lo largo de la sinuosa costa de Nariño y del norte de Ecuador durante un lapso de mil años, quinientos antes de nuestra era y quinientos después. Se supone que estos navegantes llegaron provenientes de Mesoamérica pero hay investigadores
4 
SOBRE EL ORIGEN 
que afirman con convicción que los Tumaco fueron, en realidad, producto del arcaico mestizaje entre gentes llegadas de la China y la Polinesia en antiquísimas migraciones transpacíficas. 
Eran orfebres y ceramistas expertos, trabajaron el platino mil quinientos años antes que los europeos, representando en su arte la maternidad, la sexualidad y la vejez; (...) “fray Juan de Santa Gertrudis visitó la costa pacífica a finales del siglo XVIII y relató su experiencia en el libro maravillas de la naturaleza: “Hállanse allí por lo regular varias figuritas hechas de barro con mucha perfección… Hállanse también hechas de oro con los ojos de esmeraldas, hállanse también unas cuentecitas de oro hechas de filigrana, tan chicas como la cabeza de un alfiler.”1 
Los Tumaco eran un grupo numeroso y altamente jerarquizado; dependían de la pesca, la caza y la recolección; aprovechando sabiamente el mar, la selva y los ríos. Cuando el conquistador europeo posó su pie en suelo americano, los Tumaco habían desaparecido hacía ya mil años, siendo al día de hoy su desaparición todavía un misterio; (...) “según algunos historiadores este pueblo abandonó el área que ocupaba a causa del clima -insoportable para la vida humana- y se desplazó hacia el sur hasta situarse en las actuales provincias ecuatorianas de Esmeraldas y Manabí (de idéntico clima). Según otros emigró hacia el norte para luego penetrar Colombia, por las estribaciones de la cordillera oriental, en donde se desvaneció en otros pueblos.”2 
Cuando los primeros europeos llegaron por mar a la Tumaco precolombina, el territorio estaba habitado por los Tumas3, pueblo emigrante del actual Perú que llamaban a su tierra Tumatai, “tierra del hombre bueno"; al interior del cual había un sector conocido como Tumaco, “tierra de los entierros", donde habían encontrado gran cantidad de ollas de barro enterradas en la orilla del mar; posiblemente alfarería de la desaparecida cultura Tumaco; el notable hallazgo fue reconocido por los Tumas como un regalo de los dioses. 
Tenemos entonces el poblado Tumatai, asentamiento de los Tumas, donde había una tierra de los entierros, o sea Tumaco, sin embargo, tan precolombino origen parece no ostentar abolengo suficiente, por lo que se buscó una "real" fundación y por supuesto fundadores han ido apareciendo. 
Se acepta comúnmente la versión del sacerdote español José Garrido, especialmente después de ser reconocida por las autoridades locales mediante acuerdo municipal en la recientísima fecha de 1988; más con el afán de fijar las celebraciones populares que de promover una investigación histórica sobre el particular. 
Según cuenta Garrido, el sacerdote italiano Francisco Ruggi fundó Tumaco el 30 de noviembre de 1640. Ruggi había llegado a Santafé en 1618 y se desempeñó como rector del colegio de San Bartolomé; más tarde sería trasladado a Quito y en 1632 a la costa pacífica del actual 
1 Tumaco en la exposición del museo del oro, extraído el 28 de junio de 2013 en: http://www.banrepcultural.org/museo-del-oro/sociedades/tumaco/en-el-museohttp://www.banrepcultural.org/museo- del-oro/sociedades/tumaco/en-el-museo 
2 Leusson Telmo,1996, “Tumaco, Historia y Cultura” Tumaco, si editor, pág. 65 
3 No descendientes de la mítica cultura Tumaco
5 
SOBRE EL ORIGEN 
Nariño, como sacerdote del curato de Santa Bárbara, población ya desaparecida de la cual se desconoce su original emplazamiento pero que se sabe pertenecía a la provincia de Barbacoas. 
En 1635, el padre Ruggi se radica temporalmente en el Cauca, donde en compañía del sacerdote jesuita Juan Enhebra fundó la población de Timbiquí, para volver nuevamente a Santa Bárbara en 1640 con la noble intención de trasladar la población a un mejor emplazamiento, una playa “más sana”, un puerto natural en la desembocadura del rio Mira: “fértil de maíz, plátano y frutas. Fáltale agua; esa que se puede traer con facilidad del Mira para beber.” 4 
Escribió Ruggi en 1644: "Yo la fundé en el sitio que hoy está, ayudado por los soldados, traje más de mil novecientas almas que hoy sirven, los saque del monte, los reduje, los catequicé, los bauticé con mucho riesgo y de vida, trabajo y pobreza.” 
Hay quien sitúa la fundación de Tumaco en 1610 adjudicándosela al sacerdote Onofre Esteban, quien llevara a cabo actividades misionales entre 1598 y 1613 en la región; estableciendo las parroquias de Atacámes, San Mateo y Esmeraldas en la costa ecuatoriana y de San Andrés de Tumaco en Colombia. 
Por otro lado (...) “el historiador y poeta Doctor Sofonías Yacup, en su obra 'Litoral Recóndito' sostiene y afirma que el fundador de Tumaco fue Francisco Pizarro, quien arribó a la isla en el año de 1526, encontrándose con una pobre tribu de indios pescadores.” 5 
Algunos historiadores aseguran que Vasco Núñez de Balboa desembarcó en costas de Tumaco en 1513; esta versión se sustenta posiblemente en una errónea interpretación geográfica de los relatos sobre el encuentro entre Balboa y el cacique Tumaco que hicieran Huber Siegfried, Amado Melón y Ruiz de Gordejuela, entre otros autores, y que serian interpretados por historiadores modernos como Telmo Leusson. 
En este histórico encuentro, bien documentado, el cacique comunica al español la existencia del imperio Inca siguiendo la costa del litoral rumbo al sur; le cuenta Tumaco a Balboa sobre la ostentosa riqueza de estos personajes que periódicamente visitaban la zona en sus embarcaciones, trayendo consigo unos curiosos animales, cuyo dibujo en la arena tradujo el español como ovejas con cabeza de camello; se trataba por supuesto de las llamas y las alpacas. 
El encuentro entre Balboa y Tumaco tuvo lugar en una pequeña isla y en un extremo del golfo de San Miguel que es como bautizó Balboa a la zona más occidental de lo que hoy conocemos como el golfo de Panamá, y a donde llegara cuasi naufrago Balboa tras atravesar su expedición de ocho canoas una fuerte tempestad buscando la isla de las perlas, el 17 de octubre de 1513, poco menos de una mes después de descubrir el mar del sur. 
4 Leusson Telmo, 1996, “Tumaco, Historia y Cultura” Tumaco, si editor, pág. 69 
5 Ídem, pág. 78
6 
SOBRE EL ORIGEN 
"Una mala tarde en que los españoles navegan en las cercanías del Buey, los temporales septembrinos les fuerzan a refugiarse en una islita diminuta y baja. Cae la noche, asciende el flujo de la marea y el agua les llega al cuello mientras se aprietan contra la roca y entrelazan sus manos por mejor buscar ayuda y defensa. Horas de intensa angustia hasta que amanece, baja la mar y amaina el temporal. Entretanto y al correr de los días y continuar los tanteos, toman con las tierras del Cacique Tumaco o Chitaraga, cuyo dominio llega hasta la costa de la ancha mar brava del Golfo de Panamá. A las tierras de Tumaco… Balboa mandó llamar provincia de San Lucas, porqué se tomó y ganó el día de San Lucas en una noche." 6 
Será tarea de los historiadores indagar por el posible origen común de los Tumas y del pueblo liderado por el legendario cacique Tumaco en el istmo panameño. 
El que si llegó a Tumaco en 1526 fue Francisco Pizarro quien, en compañía de Diego de Almagro, surcó la desembocadura del rio San Juan, buscando una ruta para conquistar el reino del Perú; Almagro se devuelve a Panamá para buscar refuerzos mientras Pizarro continúa explorando la costa, llegando a la isla del Gallo en la ensenada de Tumaco. 
“Cuenta la historia que Pizarro en la isla de Gallo (ensenada de Tumaco) tuvo que vencer muchos peligros. Los bastimentos fueron consumiéndose y la posibilidad de regreso iba alejándose. No tardó en producirse un fuerte malestar. En momentos de cólera los componentes de la expedición se sublevaron exigiendo volver a Panamá. En una acalorada asamblea en la playa, discutieron la continuación de la empresa o el retorno y cuando los ánimos no se podían controlar, Pizarro autoritariamente impuso el silencio y con su espada trazó en la arena una raya de levante o poniente y dijo: Al norte de esta línea se espera una vida tranquila, sin peligro, más también la pobreza y un oscuro destino. Al sur os aguardan esfuerzos duros, arduos y penurias, pero si triunfamos la riqueza y la gloria ¡Escoged pues ahora!”7 De los ciento cincuenta expedicionarios que acompañaban a Pizarro solo trece se decidieron a continuar la aventura, los demás iniciaron viaje de regreso a Panamá. 
6 Rubio Ángel, 1965, "La Ruta de Balboa y el Descubrimiento del Océano Pacífico", México D.F., Instituto Panamericano de Geografía e Historia; extraído el 5 de septiembre de 2013 en: http://www.mareaustrale.org/la-ruta- de-balboa-y-el-descubrimiento-del-oceano-pacifico/ 
7 Óp. Cit. pág. 78
7 
TUMACO ES HIJA DE BARBACOAS 
Que ingenuos fuimos. Hay que saber que nuestras riquezas son de los poderosos y de nadie más.8 
Así como los linderos de explotación de los recursos naturales de la costa pacífica nariñense delimitaron su geografía social; las bonanzas resultantes de las economías de extracción, algunas claramente de enclave, han marcado lapsos más o menos bien delimitados en el devenir de Tumaco y de sus gentes, que bien sirven de referencia para el análisis histórico. 
Iniciando el siglo XVII la costa del actual departamento de Nariño empieza a ser objeto de una dominación efectiva por parte de los colonizadores españoles; ya desde 1540 se habían llevado a cabo expediciones a la costa nariñense, motivadas por los relatos sobre la abundancia del oro, pero lo inclemente del clima, lo inaccesible de la selva y los ataques feroces de las tribus indígenas frustraron el intento colonizador del siglo XVI. 
En 1600 Francisco de Posada logró someter temporalmente a las tribus indígenas de las riveras del rio Telembí, por orden del gobernador de Popayán, y fundó el poblado de Nuestra Señora del Puerto de Toledo, sobre los “cimientos” del principal asentamiento de la tribu de los Barbacoas; en todo caso este sería abandonado pocos años después a causa de la renovada resistencia indígena y la inmensa dificultad del aprovisionamiento. 
Solo en 1621 el capitán Pedro Martin Navarro funda el poblado de Santa María del Puerto de las Barbacoas sobre las ruinas de Nuestra Señora del Puerto de Toledo y consigue dominar definitivamente a la nación constituida por Barbacoas, Telembíes e Iscuandes; quienes son sometidos a las instituciones de la encomienda y la mita para emplearlos en la dura explotación de las minas, el transporte de suministros y la servidumbre. 
A partir de este momento se desintegra esta nación indígena, que no solo es resquebrajada en su estructura social sino que es aniquilada progresivamente a causa de la sobre explotación. Se calcula que para 1590 la población indígena de la zona había disminuido a un diez por ciento de su número original. 
La provincia de Barbacoas fue durante los siguientes dos siglos un distrito minero de suma importancia, dependiente de los gobernadores de Popayán, que nunca perdieron la ocasión de viajar a Barbacoas para hacerse al oro que pudieran conseguir, obligando a los notables del pueblo a que les obsequiaran el mineral en polvo, las alhajas y las joyas.9 
8 Corella Hurtado, José María, 2013, “Don Arsenio y la Ciudad de los Pianos”, Pasto, Tipografía Cabrera, pág. 240 
9 Así narra fray Juan de Santa Gertrudis una de las visitas rutinarias del gobernador de Popayán al distrito minero en 1760: “Ya pasados los días del convite, lo ha de llevar cada minero a su mina con gran ostentación y regalos, y allí es que ha de ostentar su bizarría en convite y hospedaje, y cuando se va, le da de la visita cuatro onzas de oro en polvo. Este pues, después que hubo sacado cuanto pudo, y más a su mujer de regalos de joyas y preseas que le
8 
TUMACO ES HIJA DE BARBACOAS 
Desde la última década del siglo XVI llegan a Barbacoas los europeos que desembarcaron en la costa pacífica de Nariño, después de atravesar el Atlántico y las tupidas selvas del Darién, y de surcar la costa del Pacífico; llegaron también aquellos que arribaron provenientes de Popayán y Quito y los criollos blancos nacidos de la ciudad de Pasto. 
Hacia Barbacoas zarparon trescientos españoles contagiados de la leyenda del oro del Telembí, de los cuales llegaron solo diez. Los europeos que se asientan en Barbacoas en el siglo XVII se hicieron pasar por nobles y los nativos no tuvieron objeción; (…) “dijeron que eran nobles y los negros les creyeron y lo creyeron los habitantes de todo el litoral y lo creyeron en los pueblos de las faldas andinas y se quedaron de nobles y aristócratas por siempre” 10 
El oro de Barbacoas fue un imán irresistible y un motor de poblamiento durante más de doscientos años; atrajo a europeos, criollos, mestizos; sometió a indígenas nativos y a los afros, que como esclavos llegaron a orillas del Telembí para trabajar las minas de los señoritos con sombrero de cubilete. Encantó el oro también a los americanos del norte que llegaron con la Colombian Placers, mejor conocida como la Choco – Pacífico, dragando ríos y despojando tierras y títulos. 
“El dragado de los ríos y el monopolio alcanzado allí por la empresa Chocó Pacífico sobre la extracción de los metales, motivaron intensos conflictos sociales. Esta empresa impidió a los nativos la navegación por esos ríos y prohibió la explotación de los yacimientos en los mismos, prolongándose, hasta décadas recientes, los conflictos en medio de transacciones ficticias de nacionalización y de escandalosas quiebras.”11 
Era tal la cantidad de oro en Barbacoas que en la Europa de Isabel I se narraban las “maravillas de un pueblo perdido en la selva donde los peses defecaban oro, las sirvientas se ataviaban con corpiños dorados, y los niños jugaban al hoyo con canicas macizas.”12 
Los señores de Barbacoas se constituyeron en elite europeizada y europeizante a costa de la mano de obra esclavizada. Barbacoas solo produce oro, plátanos en reducida cantidad y algo de caña de azúcar; por lo que depende para su supervivencia de los productos agrícolas de la cordillera y del Patía. 
presentaron las señoras de Barbacoas, para dejarlos a todos del todo pelados, estableció allí un gobierno militar de coronel, teniente, capitanes, alféreces sargentos y cabos de escuadra en que entró a todos los que tenían minas.” - Fray Juan de Santa Gertrudis, Maravillas de la naturaleza, Bogotá, Banco de la República, tomo III, 1956 
10 Corella Hurtado, José María; 2013, “Don Arsenio y la Ciudad de los Pianos”, Pasto, Tipografía Cabrera, pág. 20 
11 Echeverry María Cristina, 1993, “Minería y Desarrollo Marginal”, Colombia Pacífico, Tomo II, Pablo Leyva Ediciones; Extraído el 15 de octubre de 2013 en: http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/geografia/cpacifi2/52.htm 
12 Extraído de la obra: “Don Arsenio y la Ciudad de los Pianos” una nóvela histórica fruto de la pluma de José María Corella Hurtado, miembro de la Academia Nariñense de Historia y de la Asociación Colombiana de Historia de la Medicina. Sin embargo del género literario, magistralmente abordado por el autor, la exactitud histórica de muchos de los relatos contenidos en la obra, al ser contrastados con la data existente, amerita de sobra ser citado en un contexto histórico de la costa pacífica nariñense.
9 
TUMACO ES HIJA DE BARBACOAS 
La ubicación geográfica de Barbacoas era por decir lo menos estratégica; además de la inmensa riqueza mineral del suelo y de sus ríos, era paso obligado entre la sierra y el mar por lo que era, sin duda, el más importante centro comercial de la región. 
Llegar al puerto fluvial, hasta finales del siglo XIX, era otra historia; desde la capital de Nariño se cabalgaba por un camino de herradura con los equipajes y mercancías a lomo de mula; para atravesar la tierra de los pastos, conquistando la sierra en Tuquerres, y de ahí hasta el pie de monte, donde se desmontaban caballos y mulas para seguir por una trocha de a pie durante catorce días, con sus noches, en un recorrido de treinta y dos leguas; un camino tejido de raíces, con los equipajes y mercancías a “lomo de indio”; y a lomo de indio también alguno que otro señorito; se descansaba en los tambos a la vera del camino; (…) “en algunos sitios era tan estrecho que la persona no cabía con los codos extendidos hacia los lados y cuando se cruzaban dos viajeros uno de ellos tenía que colocarse a horcajadas sobre la pared mientras el otro pasaba por entre sus piernas”.13 
En 1890 la trocha se adecuó como camino de herradura, obra de los ingenieros Stael y Findley; el primer caballo llegó a Barbacoas el diez de agosto de 1891, donde no se había visto jamás al noble animal, motivo por el cual los nativos lo confundieron con una vaca sin cuernos. 
Desde Barbacoas se navegaba a través del rio Telembí para llegar al finalmente al puerto de Tumaco. 
“En Barbacoas la codicia del oro no ha hecho habitable y proveído de víveres, volviendo a los indios cargueros bestias de trabajo por un tan corto salario como son cuatro pesos que ganan en catorce días de un trabajo tan grave; (…) la vida que tienen estos indios en este camino es esta: sólo llevan para mantenerse habas tostadas. Por la mañana comen un puñado de ellas, y parten con la carga a la espalda. Al tomar el tercio, aprietan a caminar bien aprisa, porque el peso los estimula a ello; y al hallarse ya fatigados, se paran un rato, y para ello hay en todo el camino palos tendidos donde en estas paradas ponen los tercios de modo que después sean fáciles de volverlo a cargar. A estas paradas las llaman sentadas y hacen siete cortitas por la mañana, y a la séptima llaman el almorzadero, porque descansan un rato largo de media hora. A la tarde hacen sólo cinco sentadas, y ya se llega al tambo donde se arranchan a pasar la noche.”14 
El primer camino carreteable, levantado en la década de 1920, pasaba por el célebre cerro de Chambú tras circundar el valle del Cumbal; bordeado el camino los más espeluznantes abismos en la nariz del diablo. 
13 Moreno de Ángel, Pilar; Melo González, Jorge Orlando; 2010, “Caminos Reales de Colombia”, -Caminos de los Andes del Sur-, Bogotá, Biblioteca Virtual Luis Ángel Arango; extraído el 7 de octubre de 2013 en: http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/historia/caminos/rutas3a.htm 
14 Fray Juan De Santa Gertrudis, 1970, “Maravillas de la Naturaleza”, Bogotá, Ediciones del Banco Popular; extraído el 1 de octubre de 2013 en: http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/faunayflora/mara/mara0.htm
10 
TUMACO ES HIJA DE BARBACOAS 
Conquistar el Chambú (roca, en dialecto nativo) significo un extraordinario esfuerzo y sacrificio del hombre de la sierra, para edificar la obra sobre la piel vertical del cerro e inspiro a Guillermo Edmundo Chávez a escribir la novela “Chambú” en 1946. 15 
Así encontró a Barbacoas Fray Juan De Santa Gertrudis en 1760: “La ciudad es corta, que tendrá unas sesenta casas, aun que tiene mucha gente, porque allí cada caballero tiene su casa, y en el río donde tiene la mina, tiene otra casa, y como todos tienen muchos negros y negras esclavos el trabajo de la mina continuamente van y vienen de la mina a Barbacoas, y de aquí a la mina, y así sólo por Pascuas y Semana Santa se juntan toda la gente en la ciudad, o por alguna grande función.”16 
Una vez decaído el distrito minero salieron de Barbacoas los miles de afros que poblarían las costas y las riberas de los ríos en toda la costa; como también los descendientes de europeos que se constituirían en élite en la capital del departamento: los Días del Castillo, los Perini, los Albán, los Corella, los Zarama. 
En 1650 llegan los primeros afros a Barbacoas, cuando se hizo indudable el colapso de la población indígena; pertenecían estos muy seguramente a los grupos étnicos Arará, Mina, Lucumí, Carabalí, Congo, Mandinga, Chamba y Bambara, que prevalecieron durante este periodo en la Nueva Granada; procedían de diferentes regiones del continente africano, motivo por el cual no compartían ni la cultura ni la lengua; así se les obligó a adoptar el idioma del amo español como único medio de comunicación, incluso entre ellos. 
Para 1778 mal vivían en Popayán y Barbacoas más de seis mil afros esclavizados, que en todo caso no fueron la solución del problema que tenían mineros esclavistas para explotar efectivamente la riqueza minera de la región, pues esta población de esclavos presentaba un muy bajo crecimiento demográfico a causa de la altísima morbimortalidad, causada por la inclemencia del clima, la sobre explotación y las epidemias. 
La esclavitud como practica económica, política y social fue rechazada por las naciones cristianas desde el siglo XII, como respuesta a las practicas esclavistas de los árabes, que mantenían para la época un dinámico comercio de esclavos europeos; pero por primera vez en la historia se asumió como una práctica industrial cuando estas mismas naciones cristianas esclavizaron al África a partir del siglo XVI; incorporando a más de cincuenta millones de esclavos en su aparato productivo, dibujando un triángulo que conecta a África, de donde se obtienen los esclavos, con América, donde se los pone a trabajar, y con Europa en donde se acumula el capital. 
15 Alejandro Kerk filmaría, en 35 mm, la película “Chambú” inspirada en la novela de Edmundo Chávez, en 1962, año en que se estrenó el film en el teatro Imperial de la ciudad de Pasto; posteriormente el director alemán viajó a España para sonorizar la película y nunca se supo más ni de él, ni de la filmación, de la cual se recuperaron, en el año 2012, algunos rollos, copiones originales, que están en poder de Patrimonio Fílmico. 
16 Fray Juan De Santa Gertrudis, 1970, “Maravillas de la Naturaleza”, Bogotá, Ediciones del Banco Popular; extraído el 1 de octubre de 2013 en: http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/faunayflora/mara/mara0.htm
11 
TUMACO ES HIJA DE BARBACOAS 
Los esclavos recién llegados a Barbacoas fueron organizados en cuadrillas de trabajo bajo el mando de un capataz,17 y pretendía el esclavizador que la cuadrilla no fuera deliberante; obviamente la energía concentrada en esta tarea fue un desperdicio, pues los miembros que iban de cuatro a setenta personas, compartían un escenario de cosificación y sometimiento tan deshumanizantes que era imposible no surgieran, más temprano que tarde, acciones comunicativas efectivas para la construcción de una definición de realidad común; (…) “con la vida amenazada, la familia destruida, perdida la tierra y sumergidos en la incertidumbre bajo el sol, en la sombra o debajo de la luna, las víctimas buscaron momentos de interacción. Un primer gesto de compasión mutua pudo convertirse en un hilo de comunicación que con otros similares urdiría la trama de futuros tejidos sociales.”18 
Una vez la cuadrilla se establecía en una zona de explotación aurífera, primera gran economía extractiva en la región, urdía una trama compleja de relaciones sociales, basada en cierto grado de especialización en el trabajo y en el establecimiento de jerarquías; tejido social que muchas veces fue la semilla de futuros poblamientos espontáneos, especialmente en la riveras de los ríos y en a las orillas del mar. 
La cuadrilla -unidad funcional de trabajo- se transformó en la cuadrilla -núcleo social generador de identidad y pertenencia-; desde donde emergieron formas y estructuras sociales basadas en la solidaridad que despertaba entre los afros compartir el destierro y el nuevo territorio. 
Los señores de las minas, dueños de esclavos, establecían un vínculo muy efímero con el territorio, fueran estos europeos o blancos criollos, pues su interés no era establecerse en haciendas para ejercer su señorío sino exclusivamente dar con la ubicación del filón de oro y tomar posesión temporal del terreno previa autorización de la gobernación; (...) "los mineros recorrían la costa y penetraban por los ríos acompañados de dos o tres baquianos, inicialmente indígenas, posteriormente negros, con los que iban chequeando el curso de los ríos, especialmente en los remansos para reconocer los placeres o sitios de alta sedimentación de arena aurífera; localizado el sitio, se demarcaba y se tomaba una posesión transitoria del mismo para, con muestras del mineral y de un mapa de localización en mano, solicitar su registro y ante la autoridad más cercana, y ante la Gobernación."19 
17 "El capataz, representante en la mina de un propietario ausentista, era la máxima autoridad y establecía el orden y la jerarquía entre los hombres y las actividades. Era la presencia del propietario blanco en la mina y al tiempo el vocero de la mina ante el amo."- Zuluaga Francisco, 2006, "Esclavitud, Resistencia, Libertad en el Suroccidente Colombiano", Cali, Universidad del Valle, pág. 18 
18 Friedemann Nina, 1992," Huellas de Africania en Colombia - Nuevos Escenarios de Investigación, Bogotá, Centro Virtual Cervantes, Thesaurus. Tomo XLVII. Núm. 3, pág. 4 
19 Zuluaga Francisco, 2006, "Esclavitud, Resistencia, Libertad en el Suroccidente Colombiano", Cali, Universidad del Valle, pág. 14
12 
TUMACO ES HIJA DE BARBACOAS 
Al mismo tiempo, el afro se adapta material y simbólicamente al territorio, desarrollando la habilidad de reconocer y aprovechar las propiedades del entorno selvático; reinterpretando sus experiencias sociales, políticas y religiosas ancestrales. 
El pensamiento mágico del africano fue clave en la apropiación del territorio, a través de la manipulación que de los elementos de la naturaleza hacia el curandero para sanar los males del cuerpo y las hechiceras para curar los del alma.20 
La palabra hablada fue siempre el agente activador de los poderes mágicos de la naturaleza y el sustento de la memoria colectiva, en clara resistencia a la institucionalidad religiosa que reconocía en las prácticas y ritos mortuorios del afro un vínculo con lo oscuro, lo maligno y en definitiva con el demonio; despertando la ira incluso de aquellos misioneros reconocidos por la historia como protectores de los afros esclavos en la Nueva Granada; 21 en todo caso la costa pacífica, en razón de lo inexpugnable de su geografía, no fue objeto de un control tan rígido por parte de la iglesia, lo que favoreció la reconstrucción y reinterpretación de los ritos mágicos de origen africano. 
La iglesia católica justificaba la esclavitud del afro como necesaria por cuanto (...) "la degradación temporal del cuerpo del negro, aseguraba la salvación de su alma, estableciendo a través de la institución eclesiástica unos lazos místicos con los grupos dominados";22 adicionalmente popularizó ideas falsas, como la de que el afro era sometido en América a una esclavitud más benigna a la que era sometido por sus reyes en África o que resistía mejor el trópico que los indígenas y que fue traído a las colonias para salvar al otro. La verdad es que el afro no llegó para sustituir al indígena, sino para unirse a él en su sometimiento. 
La iglesia pretendió evangelizar a la población esclavizada, reconociendo tácitamente que el negro esclavo poseía alma y reconociendo así su condición humana, sin embrago actuó de 
20 "A finales de la década de los ochenta, un equipo de investigación de la Universidad de Antioquia se dio a la tarea de investigar la práctica de curar la enfermedad de la malaria con plantas, indagando entre los curanderos más reconocidos en el municipio de Tumaco; presenciando las consultas y realizando recorridos en busca de las terapéuticas plantas (...) se concluyó sobre la importancia de su conocimiento, pero también la fragilidad del mismo, pues muchos curanderos han tenido que abandonar el municipio, como tantos de sus coterráneos, y la gente tiende a prestar cada vez menos atención a los conocimientos ancestrales." En: Jiménez Meneses Orian, Hernández López David, Pérez Morales Edgardo, González Vélez Estefanía, 2005, “Tumaco Historia Memoria e Imagen”, Medellín, Imprenta Universidad de Antioquia, pág. 120 
21“Cuando Pedro Claver ejercía su misión evangelizadora, estos ritos fúnebres, los cantos y los tambores con danza en torno al muerto, ya causaban gran desazón entre las autoridades civiles y eclesiásticas. Tanto que al oír el tambor que retumbaba en la ciudad, Pedro Claver corría a las casas de cabildo y amenazándolos con látigo, les arrebataba las viandas que allí se preparaban para el sacrificio nocturno de acompañamiento al espíritu del difunto en su salida hacia el otro mundo. Llevándose como rehenes a los tambores, exigía un pago de rescate, en tanto que los tambores regresaban al cabildo.” -Friedemann Nina, 1992," Huellas de Africania en Colombia - Nuevos Escenarios de Investigación, Bogotá, Centro Virtual Cervantes, Thesaurus. Tomo XLVII. Núm. 3, Pág. 9 
22 Borja G. Jaime, 1992, "Creando la Realidad”, Ponencia VII Congreso Nacional de Historia, Bucaramanga, pág.78, Citado por: Chamorro Chamorro Doramaría, 1999, "Esclavitud y Mentalidad en Pasto Siglo XIX", pág. 118, en: "Manual de Historia de Pasto, Tomo III, Pasto, Ed. Graficolor
13 
manera contradictoria; (...) "primero autorizó su esclavitud por no ser cristianos; ya cristianizados continuó tolerando su sujeción y aún impulsó al Estado a que fuera contradictorio en los casos en que admitió en las colonias negros que por ser ya cristianos, no se aceptaba su introducción como esclavos pero sustentaba la permanencia de los cristianizados en América como tales."23 
Así narra el profesor Arturo Chávez Benítez, el encuentro de los primeros afros llegados de África con los Indígenas sometidos ambos bajo el modelo de explotación del oro en la actual Nariño; (…) “muy en breve traerían esclavos de ébano para laborar nuestras minas y los esclavos recién llegados de la playa del África como los aborígenes que huyeron a la selva desde Tumaco, se encontrarían en los socavones para mezclar al salir agotados y hambrientos sus lágrimas con las chontas de sus marimbas y los aborígenes, algunos con raza de estirpe imperial con los lamentos silvestres del rondador.”24 
Barbacoas, como lo fuera también Tumaco, fue saqueada por piratas europeos en los últimos años del siglo XVII; pero también por los gobernadores que estuvieran de turno en Popayán y por el propio libertador: 
“En 1821 el coronel Ángel María Varela, por mandato de Simón Bolívar, apareció en Barbacoas con el fin de conseguir recursos para la gesta libertadora. Decían que iba a venir el mismo libertador pero se encontraba enfermo en Pativilca acosado de unas fiebres raras. Entonces envió a su lugarteniente para cobrar en especie y dinero de las familias acaudaladas y les dio un plazo de trece días para que alleguen el oro. Barbacoas soportaba un estío mayor y las ataguías se encontraban secas por lo cual era muy difícil extraer el oro solicitado. 
Pasado el plazo y al ver que los mineros no volvían, asaltó la basílica de la virgen de Atocha e hizo que su soldadesca tomara las joyas que cubrían el altar y por supuesto el vestido de la patrona. La noticia corrió y ante la sacrílega decisión, las matronas propusieron al coronel, construir una balanza y cubrir con el peso de sus propias joyas, el peso de las prendas propias y salvar así las joyas de la esfinge sagrada. Fue una curiosa decisión.”25 
Así se salvó al ajuar de la patrona de los barbacoanos, avaluado en más de mil millones de pesos actuales, durante ciento setenta y un años, hasta el nueve de junio de 1992, cuando dos ladrones disfrazados de recolectores de chatarra despojaran a Barbacoas del último vestigio de su antigua riqueza y señorío. 
Los mineros barbacoanos negociaban directamente con joyeros en Londres y Paris, a donde viajaban con regularidad; no se interesaron nunca, hasta la caída de Barbacoas, en las ciudades andinas del departamento. Desde la década de 1910, con la apertura del canal de Panamá, la mercancía europea llegó a raudales a Barbacoas, transportada en los barcos a vapor que 
23 Zuluaga Francisco, 2006, "Esclavitud, Resistencia, Libertad en el Suroccidente Colombiano", Cali, Universidad del Valle, pág. 9 
24 Extraído del artículo: “Manco-Capac secundado por los pescadores Tumas, virtual fundador de Tumaco –Huáscar y Atahualpa (Príncipe Hermoso) publicado en la revista “Vigía” , citado por Leusson Telmo, “Tumaco, Historia y Cultura”, 1996, Tumaco, si editor, pág. 71 
25 Corella Hurtado, José María; 2013, “Don Arsenio y la Ciudad de los Pianos”, Pasto, Tipografía Cabrera, pág. 41
14 
transitaban el rio con juiciosa regularidad; llegaron así los primeros pianos de cola y el primer Ford modelo T. 
Las formas sociales europeizadas de la elite barbacoana eran tan rígidas que desde noviembre, cuando Europa empezaba a soportar los rigores del invierno, los barbacoanos vestían de paño estrictamente negro, chaleco y leontinas; esto en el asfixiante calor de la selva húmeda y hasta bien entrado el siglo XX. En sus casas había siempre dos pianos uno de cola para las fiestas y uno pared para los ensayos. 
En 1921 llegó al puerto fluvial el presidente Marco Fidel Suarez prometiendo la carretera asfaltada Pasto – Barbacoas que hasta el día de hoy, casi un siglo después, es una trocha intransitable. Prometió también (…) “la aviación comercial que había inaugurado una año antes en la costa Atlántica, los cables del telégrafo y el Banco de la Republica; así lo dijo en el discurso de la fiesta de gala ante un pueblo enajenado por los acontecimientos.”26 
Se reconoce a Tumaco como heredera de la tradicional Barbacoas, cuya producción minera sumada a la de Choco significaba, a finales de la colonia, más de la mitad del oro producido en Colombia; se sabe también que la decadencia del distrito minero fue directamente proporcional al florecimiento del puerto. 
Declive de larga data que motivó a la elite blanca criolla a abandonar poco a poco el poblado para instalarse, unos en las capitales andinas y otros en Europa donde se reencontraron con sus familias de origen. Mientras que los afros una vez libres y frente a la decaída realidad del puerto fluvial huyeron en masa hacia la costa y hacia las riveras de los ríos, dando vida a caseríos y veredas, muchos de los cuales permanecen hasta el día de hoy; como es el caso de la actual Llorente; se dedicaron estos afros a la pesca, la cacería, la recolección y el mantenimiento de los platanales hasta que en la segunda mitad del siglo XIX la bonanza del caucho y de la tagua traería de nuevo la lógica extractivista a la vida social de las comunidades. 
La decadencia de Barbacoas se originó en el agotamiento progresivo de los yacimientos superficiales de oro de aluvión, siendo no solo menor la cantidad de oro obtenido por cada afro esclavizado sino también menor el kilataje del oro obtenido. El decaimiento se acentuó, ente otros factores, con la abolición de la esclavitud en 1851; el gran incendio de Barbacoas en 1902; el trazado del ferrocarril de Tumaco en la década de 1920, que dejaría al poblado por fuera de la ruta entre la sierra y el mar; la explotación de las zonas auríferas por parte de compañías extrajeras, que implementaron la minería industrial con la utilización de las dragas en el Telembí, y que despojaron de sus tierras y sus títulos de explotación a las familias acomodadas de Barbacoas, que tradicionalmente habían explotado el oro desde la primera mitad del siglo XVIII, especialmente a la familia Del Castillo; esto con artimañas jurídicas frente a las cuales las autoridades regionales y nacionales se hicieron de la vista gorda. 
“Las familias se iban con despedidas o sin despedidas, con redobles o sin redobles, las más de las veces con honores municipales y muchas veces sin ellos. Fue un éxodo doloroso y constante; con sus descendencias partían alegres con los cachivaches de quienes abandonaron 
26 Ídem, pág.48
15 
TUMACO ES HIJA DE BARBACOAS 
vetas y aluviones sepultados en las cuencas inexploradas y en los filones inconmensurables que yacen bajo las calles de la ciudad. Se fueron además por los incendios, por el tren lejano, por los forasteros y la inminencia de una draga tan grande como un edificio.”27 
La llegada de “los gringos” a Barbacoas en la década de 1930 para explotar el oro con extraordinarias dragas mecánicas, que devoraron sin compasión alguna las cuencas de los ríos, marcó un punto de no retorno en la decadencia del puerto, con la instauración de una economía de enclave auspiciada por las autoridades del departamento y también desde Bogotá, en concierto con las compañías extranjeras. 
La filosofía del negocio era sencilla: la ganancia para los extranjeros y para los funcionarios corruptos del gobierno en Pasto y Bogotá; la pobreza y el irremediable daño en el medio ambiente para Barbacoas y para los barbacoanos; el grosero oportunismo convertido en filosofía de negocios, cobardía política, falta de visión, desconocimiento de las necesidades urgentes pero siempre aplazadas de los nativos de la costa nariñense; despojo y migración forzada; capitalismo salvaje, estado invisible y siempre ausente, indiferente, mezquino. 
Se segregó a todo nativo barbacoano; desde los más humildes hasta a los que ostentaban su abolengo y tradición; (…) “levantaron casas americanas para los americanos, talleres americanos para los americanos, y el último día del mes de abril de mil novecientos treinta y cinco dieron luz eléctrica a sus casas como si fuera el mismo día y se convirtió en una leyenda propagada como alucinación. La ciudad encantada emergió de las entrañas de la selva. Era Mongón.”28 
Algunas calles de Barbacoas se destinaron para el transito exclusivamente de los norteamericanos, si un trabajador afro se atrevía a atravesarlas podía ser destituido. 
Los mineros artesanales que se hacían al oro bateando la arenisca olvidaron su tradición para emplearse como obreros en la compañía norteamericana; por supuesto ellos no tenían lugar en la Manhattan de la selva, como se conocía al campamento de Mongón; la regalía recibida por la municipalidad consistió en un barril diario de ACPM para encender la planta eléctrica del pueblo durante los treinta años durante los cuales los norteamericanos explotaron sin misericordia a Barbacoas y a sus gentes; (…) “De allí en adelante la minería reinó con sapiencia y las cosas pasaron al silencio y al olvido, porque la draga se comió al pueblo y las riberas del rio durante los treinta y seis años siguientes, al cabo de los cuales también se fue, dejando la pobreza y la miseria indigna. Era el oro Barbacoano.” 29 
Las concesiones que dio el estado colombiano a las empresas extractoras extranjeras no generaron el crecimiento económico de la región, ni mucho menos el bienestar de los habitantes de la costa pacífica nariñense; sin embrago la lógica de explotar los recursos de la región a costa de sus habitantes y del medio ambiente continuaría en el territorio. Mientras la madre se sumía 
27 Ídem, pág.119 
28 Ídem, pág.127 
29 Ídem, pág.293
16 
TUMACO ES HIJA DE BARBACOAS 
en la tristeza casi de muerte, la hija rebosaba de alegría y vida nueva, al ritmo de las recién estrenadas bonanzas: “Tumaco es hija de Barbacoas”, comentaba el ingeniero Santafereño Miguel Triana en 1905: 
“No de otra manera se explica el transeúnte observador como existe en un pueblo de negros un núcleo social que poco tiene que envidiar a las pequeñas ciudades del Cauca, la amabilidad y corrección de maneras de los blancos de Tumaco y la suavidad de carácter y cultura de los negros, que en la costa atlántica y el Cauca son cínicos e indómitos, proviene del régimen de libertad industrial que la localidad le ha ofrecido a estos sin la opresión de los otros. (…) las familias blancas, olvidadas de su preocupación aristocrática, saben apreciar esas distinciones (las buenas maneras y costumbres de los afro tumaqueños) y les abren campo a los negros que por su talento y aplicación empiezan a ser notabilidades lugareñas."30 
Tumaco era poco más que un punto de entrada y salida de las mercaderías desde y hacia los distritos mineros, pero estaba en expansión; (...) "existían en la ciudad (1782) Real Estanco y Casa Real, guarnición armada y cárcel pública, en 60 casas habitaban 70 familias con 391 personas, sin contar 32 que vivían en El Morro. La ciudad y sus lugares inmediatos albergaban entonces a 2.497 habitantes."31 
El puerto podía albergar buques de gran calado y comunicaba a Barbacoas con Ecuador, Chile, Perú y Panamá; de Guayaquil llegaba la sal, de Chile el vino y la ropa de España, del Perú llegaba la munición, las pailas de cobre, el tocino, el jabón y el aceite; carne de diablo de Prusia; mantequilla irlandesa; de regreso a Perú y Ecuador los barcos se cargaban con brea para la fabricación de navíos. 
El oro de Barbacoas, que enriquecía a los esclavizadores europeos y criollos, fue también clave para que muchos afros, realizando un trabajo extraordinario en su escaso tiempo libre, pudieran hacerse a pequeñas cantidades del metal, que con el paso de los años sería suficiente para comprar al amo la anhelada libertad; si este estaba de acuerdo, claro está. 
Muchos de los afros que lograban escapar del sometimiento en las minas de Barbacoas escapaban a la costa y a las orillas de los ríos buscando su libertad pero incluso más importante salvando sus vidas, pues en condición de esclavos no sobrevivían más de diez años de trabajo forzado; (...) "desde finales del siglo XVIII los esclavos negros y mulatos que habían comprado su libertad o sus padres lo habían hecho antes y eran conocidos como libres daban origen a nuevos poblamientos espontáneos que bien podían ser lineales a la costa o las bocanas de los ríos o en algunos casos al interior de las selvas.”32 
30 Triana Miguel, 2004, “Por el Sur de Colombia”, Pasto, Empresa Editora de Nariño -EDINAR- 
31 Sánchez Gutiérrez Jairán, 2012, “Caracterización y Diagnostico Socioeconómico y Ambiental de la Costa Pacífica en el Departamento de Nariño”, Formación en gestión ambiental y cadenas productivas 
Convenio SENA-Tropenbos-, pág.56 
32 Jiménez Meneses Orian, Hernández López David, Pérez Morales Edgardo, González Vélez Estefanía, 2005, “Tumaco Historia Memoria e Imagen”, Medellín, Imprenta Universidad de Antioquia
17 
TUMACO ES HIJA DE BARBACOAS 
El difícil acceso a los poblamientos era clave para mantener la resistencia; la topografía, el clima, la distancia o la densa vegetación debían ser consideradas; además el asentamiento era protegido con estacas para convertirse en palenque; levantados primero por afros recién llegados a los que más tarde se unirían esclavos criollos que construían, día a día, un proceso de reintegración étnica. 
En la nueva organización social, al interior de los palenques, salían a relucir prácticas y jerarquías en las que se entremezclaban las formas de organización tribal africanas y las aprendidas del amo español; en todos los casos siempre asumían formas comunitarias de trabajo en las que el parentesco y el compadrazgo marcaban las pautas de socialización. 
Existen referencias del levantamiento de palenques en las cercanías de Barbacoas, como lo comenta Fernando Jurado Noboa: (...)"los esclavos de don José y los de don Francisco Javier Mosquera se rebelaron a mediados del siglo y se fueron a fundar los primeros palenques del Pacífico cerca a Barbacoas en donde se encontraban negros libres desde 1732 lavando oro en las riberas o sembrando maíz y plátano."33 
En Nariño se ha evidenciado la existencia de palenques en el valle del Cumbal y en el norte del departamento: "algunos esclavos se fueron a formar palenques en el Castigo34, otros por el antiguo camino de Mayasquer, cerca del cerro de Cumbal, donde hasta ahora se conservan nombres como Ciénaga, Camino, Picacho, Páramo y El Tablón de Simarronas y un sitio denominado el Porvenir de los Mineros, que es un peñasco por la vereda Násate, entre el páramo alto de Panám, por el paso del Granizo, para finalmente pasar al valle del Chota (Ecuador)."35 
El palenque del Castigo fue tal vez el más importante; ahí se levantaron dos poblamientos en los que establecen una economía estacional. Nachao y Nalgua, serían los dos poblados en los que vivieron al menos cuatrocientas familias provenientes de Barbacoas; este poblamiento seria la semilla de la cultura cimarrona del Patía, a mediados del siglo XVIII, dando origen a una comunidad estable en el valle del mismo nombre; se auto reconocían como bandoleros y el 
33 Jurado Noboa, Fernando, 1990, “Esclavitud en la Costa Pacífica”, Ediciones ABYA - YALA, Centro afroecuatoriano, Quito, Corporación Ecuatoriana de “Amigos de la Genealogía” Pág.146 - Citado por: Umaña Carrizosa Hugo, 1993, "Impactos Ambientales en el Pacífico" en: Leiva Pablo, "Colombia Pacífico”, tomo II, Proyecto Editorial del Fondo FEN - Colombia, Extraído el 8 de julio de 2013 en: http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/geografia/cpacifi2/61.htm 
34 El palenque del Castigo existió entre los años 1635 y 1726. “Los primeros datos que se tienen los aporta Fray Juan de Santa Gertrudis en el texto „Maravillas de la Naturaleza‟, quien visitó la zona en 1759. El fraile mallorquino señala que procedían de ese territorio los ladrones que habían robado “un situado que bajaba con treinta mulas cargadas de plata del Rey, de Pasto para Popayán”. Según el mismo fraile, a pesar de las empresas llevadas a cabo por órdenes del virrey y del gobernador de Popayán esta población no pudo ser controlada. Debido a que la zona era rica en oro, lo que generaba la presencia de mercaderes, los apalencados podían comprar ropas, armas de fuego y las municiones necesarias para la defensa del territorio.” - Fray Juan de Santa Gertrudis, Maravillas de la naturaleza, Bogotá, Banco de la República, tomo III, 1956, pp. 68-69 
35 Chamorro Chamorro Doramaría, 1999, "Esclavitud y Mentalidad en Pasto Siglo XIX" en: "Manual de Historia de Pasto, Tomo III, Pasto, Ed. Graficolor, Pág. 147
18 
TUMACO ES HIJA DE BARBACOAS 
asalto de los caminos era parte de su forma de vida, en la época de las guerras de independencia se declararon realistas y en más de una ocasión pelaron junto a los pastusos en contra de los generales del ejército patriota, convirtiéndose en una guerrilla realista. 
No hay que olvidar que el cimarrón,36 afro esclavizado que huía de sus amos en actitud de resistencia, fue perseguido tenazmente incluso con perros de jauría especialmente adiestrados para la tarea; si era capturado podía sufrir la mutilación de sus genitales o eran untados en brea para ser quemados vivos. Cuando un palenque era arrasado por las autoridades, los cimarrones sobrevivientes levantaban otro en pocos días. 
Los que lograban escapar y los que podían comprar su libertad se adaptaron con rapidez a un entorno natural que ofrecía muchas oportunidades; José María Córdoba describe en 1824 su encuentro con una de estas comunidades de afros libres asentados en la costa nariñense; (...) "la pródiga, cuanto fecunda naturaleza, todo se lo proporcionaba con sólo alargar la mano para recoger; ni aun la ley universal del trabajo parecía que se cumpliera entre ellos ni que fuera necesaria. Vimos retirar las redes repletas, como las de la pesca milagrosa, de sábalos, langostas y otros peces con tal profusión, que soltaron los que no podían consumir; dejaron que bajara la marca para presentarnos ostiones mejores que los de Ostende; si tenían pereza para pescar, recogían almejas, caracoles, cangrejos y otros mariscos, que quedaban varados en la playa al bajar la marea; y si les aburría la despensa marina, les era fácil recoger caza entre la gran variedad de aves acuáticas que acuden por millares en busca del diario e inagotable sustento que encuentran en aquellas abandonadas regiones".37 
Pero incluso sesenta y cuatro años antes, en 1760, el buen fraile De Santa Gertrudis38 se topó con una comunidad de afros libres en las orillas del rio Telembí que se habían convertido en 
36 El término era utilizado por los españoles para referirse al animal doméstico que una vez amansado huía, volviendo a la vida salvaje; por supuesto era un término despectivo para referirse al afro esclavo que huía de su amo; sin embargo, la palabra cimarrón fue adoptada por los afros rebeldes como sinónimo de resistencia a la esclavitud y de lucha contra la discriminación. 
37 Leal Claudia, 2000, "Manglares y Economía Extractiva. Sobre cómo algunos de los recursos que utilizan los habitantes del manglar en el pacífico colombiano se convierten en dinero y cómo éste se aleja", Artículo publicado en: Arocha Rodríguez Jaime, Machado Caicedo Martha Luz, Villa William, Leal Claudia, "Geografía Humana de Colombia: Los Afrocolombianos.” Tomo VI, editorial: Instituto Colombiano de Cultura Hispánica, extraído el 10 de julio de 2013 en: http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/geografia/afro/manglare 
38 “Según datos aportados por el historiador fray Luis Carlos Mantilla R, fray Juan de Santa Gertrudis Serra, debió nacer en Mallorca en el año de 1724 y recibir la ordenación sacerdotal en 1748/49. De los documentos encontrados por el padre Mantilla, se desprende que era “blanco, sonrosado y de pelo negro “y que en enero de 1757 se embarcó en compañía de otros catorce sacerdotes con destino al colegio de la Virgen de Gracia en Popayán, siendo asignado a las misiones del Putumayo, donde, en 1758, funda el pueblo de Agustinillo. Durante los siguientes nueve años su vida transcurre entre su pueblo en el Putumayo y dos salidas a Santa Fe y a Quito. Regresó a Cádiz en septiembre de 1768 y allí reingresa al colegio de Arcos de la Frontera donde había estudiado en la juventud y del cual llegó a ser guardián. Luego vivió en la natal Mallorca hasta su muerte acaecida el 8 de agosto de 1799. 
Fuera de las Maravillas de la Naturaleza, fray Juan de Santa Gertrudis escribió una obra titulada Medicina Luliana, que contiene comentarios a la obra de Raymundo Lulio. También se conservan los Tomos II, III y IX de la recopilación de sus sermones bajo el título La virtud en su palacio.”
19 
TUMACO ES HIJA DE BARBACOAS 
proveedores de sus antiguos amos: (…) “Estos que se rescatan lo pasan muy bien, porque río abajo siembran buenos platanares y buenos cañaverales de caña dulce, y con sólo esto ya tienen para mantenerse; porque los señores de las minas tienen pocos plátanos y el que tiene más, no le alcanza para sus negros y cada mes han de comprar a estos negros y mulatos libres una o dos canoas de plátanos, que le vendrán a costar cincuenta o sesenta pesos, y con esta plata se surten ellos de carne y cuanto han menester.”39 
En 1851 durante la presidencia de José Hilario López se decretó la abolición de la esclavitud; proceso que tiene antecedentes directos en: la constitución de Cartagena de 1812 que prohibía el comercio de afros; en la decisión del dictador Juan del Corral que en 1814 sentenció la libertad de todo hijo de esclavo en Antioquia40 y en la ley de libertad de vientres de 1821 que nunca llegó a cumplirse a cabalidad.41 
A partir de esta fecha se dio una intensa migración de afros libres, que salieron del distrito de Barbacoas, algunos para establecerse en Tumaco; otros en el rio Patía y en Salahonda y los últimos en las orillas del rio Mira, en la zona de la llanura del pacifico colindante con Tumaco; donde se levantaron espontáneamente poblados tales como San Carlos que se convertiría, con el paso del tiempo, en el actual Llorente. 
Para el momento en que se prohíbe la esclavitud, la mayoría de los afros en Colombia eran ya libres, en parte a causa del “cimarronaje”, pero especialmente porque al ser reclutados masivamente por las milicias realistas e independentistas recibían la libertad; (...) “según Manuel Restrepo había en 1810, en el virreinato de la Nueva Granada 138.000 esclavos y 650.000 personas de color libres.”42 
Incluso algunos amos otorgaron la libertad a sus esclavos antes de ser una obligación jurídica, por diversos motivos: "por los servicios prestados, por las ideas filantrópicas de la ilustración, porque eran reclutados para participar en las luchas independentistas";43 pero también porque la producción basada en la mano de obra esclavizada ya no era tan rentable como en el pasado; a muchos dueños de esclavos les resultaba más rentable contratar la mano de obra de los afros, pagando un salario muy bajo, sin contraer obligaciones adicionales como tener que proveerles un lugar de habitación, vestido y alimentación. 
39 Fray Juan De Santa Gertrudis, 1970, “Maravillas de la Naturaleza”, Bogotá, Ediciones del Banco Popular; extraído el 1 de octubre de 2013 en: http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/faunayflora/mara/mara0.htm 
41 La ley de libertad de vientres, de julio de 1821, establecía que todos los hijos de esclavos nacidos a partir de esta fecha quedarían libres una vez cumplieran 18 años; después la edad subió a 21 años, pero aun a esa edad quedarían sujetos al amo, pues debían indemnizarlo por todos los gastos en que hubiese incurrido en razón de su crianza. 
42 Rahier Jean, Decima Poesía Oral Negra del Ecuador, citado por Leusson Telmo, 1996, “Tumaco, Historia y Cultura”, Tumaco, si editor, pág. 38 
43 Chamorro Chamorro Doramaría, 1999, "Esclavitud y Mentalidad en Pasto Siglo XIX" en: "Manual de Historia de Pasto, Tomo III, Pasto, Ed. Graficolor, pág. 118
20 
TUMACO ES HIJA DE BARBACOAS 
La sociedad de la época empezó a reconocer en la esclavitud un inconveniente, al margen de consideraciones éticas, humanistas o republicanas; (...) "la esclavitud genera malas costumbres; si los esclavos eran holgazanes, maliciosos, hipócritas, embusteros, se debía a su estado y era el reflejo de las costumbres de sus dueños. No era extraño que fueran perezosos pues no podían amar un trabajo del que no les resultaba beneficio alguno. Por otra parte se consideraba que la servidumbre era el taller de todos los crímenes. Es necesario transformar al esclavo en un hombre libre para poder incorporarlo a la producción".44 
Ya en 1779 los afros libres constituían el setenta por ciento de la población de Tumaco que era de dos mil setecientos habitantes y que incluía solo treinta y seis esclavos; es claro entonces que el afro no sufrió la esclavitud en Tumaco con la misma intensidad que la sufriera en Barbacoas; no se debe entender por esto una ausencia de diferencias sociales, que por su puesto las había y muy marcadas; sino que estas diferencias no pasaron necesariamente por la relación amo – esclavo. 
Para finales del siglo XIX (...) “Tumaco se reducía a una pequeña área urbana asentada en la isla que lleva su nombre. Una calle de pequeños almacenes paralela a la orilla del mar donde se desembarcan y embarcan las más disimiles mercancías, y a partir de las cuales se hallaban construidas algunas residencias y ranchos que conformaban el núcleo del poblado de aquel entonces.”45 
Durante este periodo, las territorialidades de la actual Colombia se construían y reconfiguraban todos los días a sangre y fuego. Los límites serán siempre cambiantes, agrupando y suprimiendo territorios en su organización político - administrativa; reflejándose así la inestabilidad política que generaba la lucha entre centralistas y federalistas. Periodo en el que transitamos de la confederación granadina de 1857 a los Estados Unidos de Colombia de 1863, y a la regeneración en 1886. 
Mientras tanto, la muy soleada, Tumaco formo parte de la jurisdicción del Cauca, de la de Quito, de la provincia de Buenaventura y finalmente de la provincia de Pasto; dicen los pastusos que con justicia, pues ellos defendieron, en más de una ocasión, a la isla del ataque de piratas y filibusteros europeos en el siglo XVII;46 mientras que los Tumaqueños, por su lado, no pierden ocasión para remarcar el abandono al que han estado sometidos por parte del poder regional ejercido desde la capital nariñense. 
44 Chamorro Doramaría, 1999, "Esclavitud y Mentalidad en Pasto Siglo XIX", en: "Manual de Historia de Pasto, Tomo III, Pasto, Ed. Graficolor, pág. 121 
45 Restrepo Eduardo, 1999, “Hacia la Periodización de la Historia de Tumaco”, Artículo publicado en: “Tumaco, Haciendo Ciudad” Agier M. Álvarez M. Restrepo E; Cali, Imprenta Universidad del Valle, pág. 58 
46 En el siglo XVII, Tumaco fue objeto de saqueo y hostilización por parte de filibusteros ingleses y holandeses. En 1681, el teniente gobernador Juan de Godoy se trasladó con su tropa desde Pasto a Tumaco y se enfrentó con un pirata ingles de apellido Wolmen a quien derrotó; pero en 1684 Eduardo David, un corsario de origen flamenco, saqueó Tumaco y se llevó consigo a cuanta riqueza y mujeres pudo embarcar en su navío.
21 
TUMACO ES HIJA DE BARBACOAS 
Lo que fue y sigue siendo una constante en el pacifico sur de Colombia es que las capitales andinas mantienen el control político sobre las regiones costeras, frustrándose permanentemente cualquier iniciativa de autonomía regional, tal como fuera la de “las provincias del litoral” entre 1852 y 1860; Tumaco se constituiría en municipio en el año 1862, en el gobierno de Tomas Cipriano de Mosquera. 
“A diferencia del Chocó, la parte sur del pacífico no conoce una identificación temprana ni tiene nombre propio para el conjunto de la región, y se va dividiendo o reunificando según las épocas y los intereses de los actores dominantes.”47 
Solo como curiosidad vale anotar que Tumaco fue un departamento independiente, integrado por las provincias de Núñez y Barbacoas, donde ejerció como gobernador el general Micolta Concha, entre el 5 y el 31 de agosto de 1908; marcando escasísimos veintiséis días de autonomía tumaqueña. 
47 Óp. Cit. pág.59
22 
EL DIABLO ENRIELADO 
José montó de niño en el tren que iba del Diviso a Tumaco, de la mano de su abuela llegada hacía pocos años de Barbacoas: 
“Mi abuelita me subía en ese diablo enrielado para salir a Tumaco; a mí no me gustaba porque cuando enchufaban esos vagones chillaba el fierro como un espanto. Parábamos en cada estación y se armaba la algarabía. Todos nos saludaban con la mano desde la orilla del riel, porque el que se iba en el tren de pronto ya no volvía más.” 
Tras la independencia, Nariño estuvo primero bajo la jurisdicción de la provincia de Popayán y luego bajo la del estado y departamento del Cauca, hasta 1904, cuando nace oficialmente el departamento, que para aquel entonces abarcaba los territorios de los actuales Putumayo, Guaviare, Vaupés, Caquetá, Amazonas y Guainía. 
La creación del décimo departamento de Colombia no fue una concesión del gobierno central a los nariñenses, sino el resultado de una ardua lucha política liderada, entre otros, por Daniel Zarama y Julián Buchelli Ayerbe. La iniciativa contó con el apoyo de los comerciantes e intelectuales de la región y respondía a la manifiesta necesidad de liberarse de la histórica atadura con el Cauca; buscando por este medio mayor participación en las decisiones de la recién creada república. 
Establecido el departamento el 6 de agosto de 1904, el presidente Rafael Reyes designó como primer gobernador a Julián Buchelli: juez, diputado, escritor y periodista; reconocido como un político visionario que impulsó la construcción de la carretera del sur, la fundación de la universidad de Nariño y el trazado del ferrocarril Pasto - Tumaco para unir la sierra con el puerto marítimo. 
Tenía muy claro el recién estrenado gobernador que la situación geográfica de Nariño era insuperable por cuanto presentaba el trayecto más corto entre la amazonia, los andes y la costa pacífica; que en Nariño tiene una extensión de trescientos setenta kilómetros. 
Muchos de los proyectos de Buchelli se truncaron y sus buenas intenciones no fueron suficientes para materializar las obras planificadas; principalmente porque en Bogotá no se veía con buenos ojos el deseo de autonomía de la elite nariñense; (...) "era un despropósito que una región tan marginal como Nariño, aspirará a comunicarse en forma expedita con el Pacifico o con el Ecuador, puesto que estos proyectos no corresponden a los corredores viales trazados y
23 
EL DIABLO ENRIELADO 
priorizados por el nuevo gobierno nacional. Les preocupaba también la autonomía del sur, que se podía dar en esencia y apelando al criterio de unidad nacional."48 
El proyecto original del Ferrocarril de Nariño tenía una extensión de seiscientos cuarenta y dos kilómetros desde la isla de El Morro, pasando por el actual Diviso, Altaquer y Tuquerres para llegar a Pasto y continuar en dirección norte, a través del valle del Patía hasta Popayán empatando con el ferrocarril del Pacífico. 
Desde 1905 se adelantan los primeros estudios técnicos; siete años más tarde se declaró de utilidad pública, condición ratificada en 1915 con la destinación de un porcentaje de los ingresos del departamento, por concepto de las aduanas, para su construcción. 
Solo hasta 1925 se inician los trabajos desde un punto medio entre Pasto y Tumaco, desde donde se va instalando gradualmente la vía; al el oriente para alcanzar Tumaco y en orientación contraria para llegar algún día a Pasto; (…) “los materiales traían por el río Mira y salían por Candelillas, de allí las cuadrillas que tenían veinticinco hombres sacaban el material en carretas y con eso iban aplanando el terreno, poco a poco, sobre balastros y ponían los rieles y los polines de madera fina, sobre todo de guayacán; el tren también llegó por agua y cuando iba llegando a cada pueblo se celebraba por tres días.”49 
En 1928 se inauguró el tramo entre Aguaclara y San Carlos (actual Llorente), cuando llegaron los primeros vagones para carga de ganado procedentes de Checoslovaquia; en 1930 la vía férrea llega hasta el actual Diviso, kilómetro 103 al occidente de Tumaco, y en 1942 hasta Tumaco conectando el continente con la isla de Tumaco y con la isla del Morro. 
“Desde Aguaclara, a doce kilómetros de Tumaco, y desde el mismo límite de las marcas salinas, partía el trazado del ferrocarril hacia el Diviso, para encontrar un día la carretera que bajaba desde Pasto. El trazado desarrollaba una recta perfecta de 30 kilómetros, de Aguaclara a San Bernardo50 en un plano de absoluta horizontalidad donde el agua lodosa no corría. Los esteros se extienden a la altura del pleamar y de ahí que toda esa inmensa extensión costanera, bajo el dominio hidrográfico de la selva, tuviera siempre la permanencia mefítica de un pantano.”51 
Las familias blancas acomodadas, descendientes de los primeros mineros europeos, cargadas de abolengo y distinción, y que no habían salido aún de Barbacoas, presentían que el tren sería nefasto para su ya golpeada existencia por cuanto dejaba al puerto fluvial por fuera de la ruta del comercio entre la sierra y el mar. Bajaban los domingos al poblado del Diviso; bautizado así 
48 Fundación Estanislao Merchancano, 2012, “El Tren Fantasma de Nariño” extraído el 14 de junio de 2013 en: http://www.isidorohistoria.com/historia/?p=1179 
49 Testimonio de Don Dimas Cortes, octogenario habitante de la Guayacana, entrevista realizada por los profesores de la escuela del pueblo, el 19 de noviembre de 2005 
50 El poblado de San Bernardo, referido aquí por el ilustre escritor nariñense Guillermo Edmundo Chaves, corresponde al actual corregimiento de la Espriella. En la sección dedicada a Llorente se explica la transformación de los nombres de los poblados de la zona, en razón del impacto que significo para estas poblaciones la llegada del diablo enrielado. 
51 Chaves, Guillermo Edmundo, 2010, “Chambú”, Pasto, Editorial Letras Colombianas, pág. 79
24 
EL DIABLO ENRIELADO 
porque desde este punto se divisaba muy bien el pronto arribo de la locomotora de leña; bajaban para conocer ese diablo enrielado que habían visto solo en las películas europeas proyectadas en el cinema del pueblo: 
“El ferrocarril recorría las planicies con itinerarios rigurosos sobre rieles largos tendidos en la recta, por túneles de fronda y cocoteros, helechos rojos entre hortensias y magnolias a la vera de los corotos corpulentos. Mangles altos y delgados y la inminencia del mar. El maquinista cobró importancia de mayoral, tal como lo fueron los arrieros del camino y los capitanes de los buques del rio, (…) cuando elevaba el silbato se alborotaban las estaciones; lanzaba encomiendas con precisión certera en cada pascana y daba inicio al bullicio.” 52 
La construcción del ferrocarril trajo consigo a cientos de trabajadores provenientes de la sierra y del pie de monte costero, que era un puente entre dos razas y dos culturas; muchos de ellos se quedaron para siempre en la llanura del pacífico poblando los pueblos existentes y levantando pueblos nuevos; en todo caso fueron muchos más mestizos serranos que afros los que llegaron en esta ola migratoria, pues estos últimos estaban más que satisfechos recogiendo la semilla de la tagua que estaba en furor para la época en Estados Unidos y Europa y que representaba un trabajo menos riguroso y mejor pagado que construir un ferrocarril. 
A los pueblos de la sierra y del pie de monte llegaban los reclutadores del ferrocarril; (…) “recorrían las veredas, entran a los poblados entre grandes manifestaciones patrióticas; describían la vida de Aguaclara como llena de un confort perfecto y ofrecían salarios dobles de los que pagaban en los campos.”53 
Esta composición demográfica afro – mestiza, con mayor proporción del componente serrano mestizo, configuró la estructura racial que se conserva hasta el día de hoy en poblaciones como la Guayacana y Llorente; (...) “la construcción del ferrocarril de Nariño abría un enorme campo de colonización a lo largo de la vía, y como era de esperarse, tuvo un ensanche de progreso muy prospero, que vislumbra como el cimiento del desarrollo del departamento.”54 
La construcción de la obra fue por supuesto titánica; murieron decenas de trabajadores y una veintena de ingenieros, a pesar de que estos últimos vivían en campamentos bien acondicionados y contaban atención médica oportuna. Tal vez un sacrificio que no se compensó por los escasos veinte y cinco años que funcionó el tren; (…) “los hombres tuvieron que trabajar, en aquella labor, con el agua fangosa a la cintura, bajo la lluvia de todas las horas, enfebrecidos por las emanaciones putrefactas de la selva, y succionados por millonadas de mosquitos que hacen odiar hasta el aire.”55 
52 Corella Hurtado, José María; 2013, “Don Arsenio y la Ciudad de los Pianos”, Pasto, Tipografía Cabrera, pág. 181 
53 Óp. Cit. pág.81 
54 Leusson Telmo, “Tumaco, Historia y Cultura”, 1996, Tumaco, si editor, pág. 128 
55 Chaves, Guillermo Edmundo, 2010, “Chambú”, Pasto, Editorial Letras Colombianas, pág. 79
25 
EL DIABLO ENRIELADO 
Se levantaron pueblos y veredas en las orillas de la carrilera y los que ya existían se rebautizaron en honor de los ingenieros del tren que iban cayendo, uno a uno, por causa las fiebres de la manigua. 
El ferrocarril dejaría su huella no solo en el poblamiento de la zona, también en la degradación de la selva, que dos décadas más tarde empeoraría con la bonanza de la madera; seis décadas después con las haciendas ganaderas y ocho décadas más tarde con el advenimiento de la coca y del terrorismo contra el oleoducto trasandino; (…) “La locomotora comenzaba a andar y se comía los arboles de la selva colindante y fue acabando la vía. Los leñeros debieron traer maderos cada vez más lejanos, porque la caldera acabó con las palmas de chontaduro y los guayacanes hermosos. Más tarde echaron mano a los mangles con sus pajillas de los fangales del mar.”56 
El ferrocarril nunca logró la extensión originalmente proyectada, ni mucho menos conectarse con el ferrocarril del pacífico. Nueve años después de su llegada a Tumaco, en 1951, se decidió dar punto final al proyecto a causa de su pobre rendimiento económico; la recomendación de un comité departamental conformado para evaluar la situación fue remplazarlo por una carretera; entonces se procedió a retirar los rieles desde el Diviso hasta la Guayacana. 
Hoy el ferrocarril solo existe en la memoria de los viejos que viven en Tumaco y en los sueños de los que obligadamente tuvieron que migrar a las gélidas capitales andinas; que cuando se acuestan contentos sueñan con el tren fantasma, con su algarabía y su ilusión de progreso. 
56 Corella Hurtado, José María; 2013, “Don Arsenio y la Ciudad de los Pianos”, Pasto, Tipografía Cabrera, pág. 58
26 
DE RESINAS, CAUCHOS Y SEMILLAS 
Entre 1850 y 1940 Tumaco se vio inundado de capitales y agentes extranjeros ligados a la explotación y comercialización del caucho negro y de la semilla de la Tagua, la bonanza del momento. El caucho era indispensable para la naciente industria automotriz y era el único caucho conocido en Europa antes del descubrimiento de la especie amazónica. La tagua, el "marfil vegetal" era muy apreciada para la fabricación de piezas de ajedrez, juguetes, peines, trompos y botones; antes de la bonanza los nativos aprovechaban de la tagua sus hojas para entechar las chozas. 
La bonanza del caucho en Tumaco, como todas las bonanzas, estuvo condenada desde el principio a ser solo eso. El caucho silvestre del pacifico sería remplazado primero por el caucho del putumayo y amazonas; más tarde por el caucho del continente asiático y finalmente por el caucho sintético. Caucho y tagua fueron explotados enganchando a los nativos bajo la modalidad del endeude, un adelanto en alimentos, herramientas, mercancías, medicamentos; que persiste hasta el día de hoy en la explotación de la palma; en todo caso, esta explotación no fue ni de lejos similar al régimen de esclavitud a que fueron sometidos los indígenas del putumayo y el amazonas a manos de la casa comercial fundada por Julio Cesar Arana en compañía del propio Rafael Reyes y sus socios británicos y con el apoyo del ejercito peruano. 
No obstante el fracaso del ferrocarril, Tumaco se consolidó como el centro más importante del pacífico sur en la extracción y comercialización de productos forestales; alemanes, españoles e italianos atraídos a la isla por el boom exportador, establecieron casas comerciales que incluso acuñaban su propia moneda para facilitar el intercambio comercial. 
Estos comerciantes compraban a un precio irrisorio la tagua y el caucho a los pobladores, que extraían el producto sangrando los arboles de caucho y recolectando la semilla en los bosques del área, y lo embarcaban a los puertos de destino; a la vez que modelaban una Tumaco acorde con su visión de desarrollo y sus necesidades particulares; siendo esta visión de la élite blanca base de futuros planes de ordenamiento territorial que responden al modelo de desarrollo del hombre andino, en un territorio donde el noventa y cinco por ciento de la población es afro. 
"Algunos viejos recuerdan aquellos lejanos días en que se picaba caucho. Con sus sesenta años a cuestas, Ángel María Hurtado, habitante de Salahonda, es uno de ellos. Cuando era niño los adultos, entre quienes estaba su padre: 'iban a picar a un estero que le dicen Tablones. Eso queda a más de cuatro horas a canalete. Se iban el día domingo, pasaban la semana y bajaban al otro domingo. Se iban sólo los hombres, los que sabían, porque todos no sabían. Cogían un cabo, o sea una escalera de guadua y la paraban y ahí iban con machetico rayando el árbol. El árbol botaba la leche hasta el fogón. Lo dejaban picado y se bajaban, a los tres o cuatro días esa leche que salía iba regando, entonces había que otra vez subir e irla sacando y echándola al canasto. Ese caucho se vendía en Tumaco. Los contratistas les traían a los picadores unas
27 
DE RESINAS, CAUCHOS Y SEMILLAS 
escopeticas llamadas caucheras. Con esas ellos se cuidaban de la culebra, del tigre, que en ese entonces había mucho tigre, y mataban el saíno, mataban el venado para el sustento diario.57 
En algunas ocasiones los pobladores salían a Tumaco después de semanas de recolectar la materia prima para venderla y abastecerse de lo necesario para la subsistencia, en otras ocasiones la vendían a los intermediarios que recorrían los caseríos comprando los bloques de caucho y los costales de tagua a un menor precio, pero encargándose del transporte de la materia prima; para recolectar el látex era necesario recorrer grandes distancias pues los arboles de caucho silvestre estaban muy dispersos en el bosque. 
Existió también una explotación comunitaria de la tagua, en la que un conjunto de pequeños emprendedores nativos la recolectaban en buena cantidad para transportarla por su propia cuenta hasta Panamá donde se comercializaba: 
“La generalidad de los habitantes de esta sección son labradores, quienes al concluir la labranza de una embarcación hasta de cinco toneladas o un poco más, colectan entre sus vecinos la tagua, sabe Dios a costa de cuantos sacrificios, hambres y compromisos para el futuro; se lanzan al mar con aparejos que verdaderamente no prestan seguridad ninguna, soportan privaciones sinnúmero en su largo viaje, venden en Panamá sus frutos y la embarcación la cambian a víveres para el regreso, una escopeta, algo de pólvora, una caja de jabón, un galón de kerosene, algo de manteca, un paquete de fósforos, su vestido, un traje para su esposa y una camisa para algún chico, y quedan debiendo en Panamá porque no les alcanzó el producto llevado y se comprometen a pagar en tagua el saldo; consiguen con sus compañeros el pasaje en otra embarcación, pasaje que pagan con su trabajo; regresan y se lanzan con los elementos traídos a labrar nuevamente, a colectar tagua y a cumplir con su trabajo, siempre con privaciones y ahorcajadas los compromisos del viaje anterior.”58 
Al sector de la Taguera, que todavía existe en Tumaco, llegaban las canoas cargadas de la semilla para descargar el producto recién recolectado en los bosques; aquí las mujeres limpiaban la pepa para proceder a su empaque; (...) "la tagua, o marfil vegetal como la denominaban algunos, era el eje sobre el cual giraba la parte más valiosa de la vida económica y fiscal de la región, sin que dejaran de jugar un papel importante el caucho negro, la batata, el cacao, y el oro."59 Uno de los destinos más importantes de la semilla tumaqueña era el puerto de Hamburgo en Alemania. 
57 Leal Claudia, 2000, "Manglares y Economía Extractiva. Sobre cómo algunos de los recursos que utilizan los habitantes del manglar en el pacífico colombiano se convierten en dinero y cómo éste se aleja", Artículo publicado en: Arocha Rodríguez Jaime, Machado Caicedo Martha Luz, Villa William, Leal Claudia, "Geografía Humana de Colombia: Los Afrocolombianos.” Tomo VI, editorial: Instituto Colombiano de Cultura Hispánica 
58 Ramírez, Juan, 1909, Informe dirigido al Gobernador del departamento de Quibdó. Archivo Nacional de Colombia, Sección República, Fondo Ministerio de Gobierno, Sección Primera, Tomo 628, FIs. 6-10.; En: Echeverry María Cristina, 1993, “Minería y Desarrollo Marginal”, Colombia Pacífico, Tomo II, Pablo Leyva Ediciones, extraído el 15 de octubre de 2013 en: http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/geografia/cpacifi2/52.htm 
59 Yacup Sonia, 1934, citada por: Restrepo Eduardo, 1999, “Hacia la Periodización de la Historia de Tumaco”, Artículo publicado en: “Tumaco, Haciendo Ciudad” Agier M. Álvarez M. Restrepo E; Cali, Imprenta Universidad del Valle, pág. 62
28 
DE RESINAS, CAUCHOS Y SEMILLAS 
Los muchos comerciantes extranjeros llegados a Tumaco en esta época, conformaron un núcleo cohesionado de colonos comerciantes que fueron estableciendo para sí un estilo europeo en sus formas sociales y de consumo junto a la elite barbacoana, antiguos propietarios de minas desplazados a Tumaco a causa de la decadencia definitiva del distrito minero; (...) "cuando el auge prospero de la tagua y el caucho aturdía a Tumaco, muchos de sus visitantes tenían el exótico privilegio de ser de las pocas personas en el país que se permitían leer con alguna regularidad periódicos europeos como Der Spiegel, Le Figaro, The London Times, Le Monde y otros.60 
El surgimiento y consolidación de esta elite social tiene consecuencias obvias en la población afro, pues generó la estructura económica a la que se integrarán casi obligatoriamente los campesinos de la zona y marcaría una nueva ola de migración de la población negra desde Barbacoas hacia las zonas de tagual. 
El campesino afro, que antes tenía diversas fuentes de subsistencia, agricultura, pesca, casa, madera; quedó sujeto al modelo del gran capital de la industria de extracción como un simple asalariado; (...) "al fomentar las actividades de extracción a gran escala, los negociantes dan las pautas para la integración de los trabajadores negros en las redes laborales y comerciales que ellos controlan, inaugurando o fortaleciendo así las relaciones clientelares que se expresan luego en términos políticos."61 
Entre 1870 y 1873 salió por Tumaco el veinte por ciento de las exportaciones totales del país (67.000 pesos oro por año). En esta época se levantaron edificaciones elegantemente talladas en madera, algunas de ellas legendarias como el palacio municipal, el colegio de señoritas, la prefectura apostólica, entre otras. Sucesivos incendios, especialmente el de 1947, no dejaran rastro de estos referentes arquitectónicos de la época de la bonanza del caucho y la tagua. 
La apertura del canal de Panamá fue clave para Tumaco, pues los buques mercantes hicieron de este un puerto de escala en medio de sus trayectos a lo largo de la costa suramericana. Así el humilde poblado se convirtió momentáneamente en una pequeña metrópoli del pacifico sur colombiano. 
"De día en día se nota aumento de la población, mejoras en su localidad e incremento en su riqueza y comercio, y no hay duda, que bajo la protección de la bandera colombiana y las leyes liberales del Cauca que patrocina la vida, la industria, la propiedad y el comercio, está llamada a colocarse a la altura de otros pueblos hoy muy grandes y como estos a tener un porvenir lisonjero y feliz."62 
60 Jiménez Meneses Orian, Hernández López David, Pérez Morales Edgardo, González Vélez Estefanía, 2005, “Tumaco Historia Memoria e Imagen”, Medellín, Imprenta Universidad de Antioquia, Pág. 64 
61 Hoffmann Odile, 1999, "Sociedades y Espacios en el Litoral Pacífico Sur Colombiano", Artículo publicado en: “Tumaco, Haciendo Ciudad” Agier M. Álvarez M. Restrepo E; Cali, Imprenta Universidad del Valle, pág.16 
62 "El Vapor", Tumaco, trimestre 2° , número 9, 10 de febrero de 1878, (El Vapor sería uno de los 24 periódicos publicados en Tumaco entre 1877 y 1938, como parte del proyecto cultural de la elite blanca de Tumaco para la
29 
DE RESINAS, CAUCHOS Y SEMILLAS 
En 1893 Rufino Gutiérrez llegó a Tumaco en compañía del General Rafael Reyes, en plena bonanza del caucho, ambos quedaron gratamente sorprendidos con lo que encontraron (...) "llegamos a Tumaco, bella población, bastante grande, construida toda de madera y con techos de paja. Su calle principal que casi pudiera llamarse el malecón, corre recta a la orilla del mar por varias cuadras. Hay bastantes edificios cómodos y elegantes, y los almacenes, que son muchos, están ricamente surtidos de toda clase de mercancías, pues Tumaco en la metrópoli comercial del sur; (...) estamos alojados en una buena casa situada en La Puntilla, en el extremo más avanzado de la isla sobre la bahía, y donde principia la calle del comercio; comemos cerca, en un restaurante donde sirven tan bien como en los mejores de Bogotá."63 
Entre 1916 y 1919 se presentó otro gran momento del puerto exportador cuando el cuarenta y tres por ciento de la producción nacional salió por Tumaco, sin embargo, la bonanza que enriquecía a los extranjeros no hacía mucho por la economía tumaqueña; (...) "los ingresos obtenidos por estas exportaciones en su mayoría no permanecieron en la región y lo captado en impuestos de salida se utilizó para el mantenimiento de la aduana de Tumaco, establecida desde 1936, con lo cual no podía esperarse que el caucho y la tagua dinamizaran la economía local más allá de incentivar levemente la circulación de víveres, que una vez terminada la “bonanza” retornaba a sus ritmos normales."64 
Para finales del siglo XIX la extracción del caucho en la zona había disminuido considerablemente, pues el recurso empezó a agotarse en las cercanías de los ríos en donde era más fácil extraer la resina; esto a pesar de que en años anteriores se habían hecho algunas plantaciones de caucho a orillas del rio Mira. 
A partir de 1920 la semilla de la tagua empieza también a escasear al tiempo que el perfeccionamiento industrial en la producción de plástico, en la década del treinta, acabaría progresiva pero inexorablemente a la tagua como insumo para la fabricación de utensilios; aun así, Tumaco seguiría exportando mínimas cantidades de tagua hasta mediados de la década de 1950. 
"Millares de toneladas de tagua fueron exportadas en los últimos treinta años (escrito en 1940). La explotación de los bosques fue cedida por la nación al municipio de Tumaco y este alcanzaba a recaudar más de $80.000 anuales, como impuesto sobre la exportación. En los últimos años el precio de la tagua bajo tanto en el exterior que solo se exportan cantidades exiguas y hoy no 
época) Citado por: Jiménez Meneses Orian, Hernández López David, Pérez Morales Edgardo, González Vélez Estefanía, 2005, “Tumaco Historia Memoria e Imagen”, Medellín, Imprenta Universidad de Antioquia, pág. 40 
63 Gutiérrez Rufino, 1920, "Monografías", Bogotá, Imprenta Nacional; extraído el m8 de septiembre de 2013 en: http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/historia/uno/indice.htm 
64 Sosa Guillermo, 2003, "Redes Comerciales en las Provincias Suroccidentales de Colombia en el Siglo XIX", Bogotá, Revista "Historia Critica" - Universidad de Los Andes -, pág.113
30 
DE RESINAS, CAUCHOS Y SEMILLAS 
representa, esta fabulosa riqueza natural, el motivo de progreso y bienestar económico de la provincia."65 
65 Restrepo Eduardo, 1999, “Hacia la Periodización de la Historia de Tumaco”, Artículo publicado en: “Tumaco, Haciendo Ciudad” Agier M. Álvarez M. Restrepo E; Cali, Imprenta Universidad del Valle, pág. 68
31 
DE GUAYACANES y CEDROS 
El periodo comprendido entre 1945 y 1980 estuvo demarcado por el gran incendio de 1947 y el terremoto de 1979 que en su momento devastaron a Tumaco; primero a fuego y después con un tsunami que trastocó la vida de los tumaqueños, originando la migración de miles de ellos a la ciudad de Cali. 
Tras el gran incendio de 1947, se construyen los puentes que unen la isla de Morro con la isla de Tumaco y a esta con el continente, así como los rellenos que unirían definitivamente a la isla de Tumaco con la isla Viciosa. 
Durante este lapso el puerto fue escenario de una explotación maderera a gran escala, incluyendo la explotación de la corteza del mangle para extraer el tanino, utilizado en la industria del curtido de cueros. 
La explotación maderera se financió también con capitales extranjeros, especialmente españoles y norteamericanos, convirtiendo a Tumaco en el principal centro exportador de madera acerrada en el país; compitiendo solo con turbo el primer lugar en exportación de madera en bruto. 
Esta explotación intensiva de los recursos madereros trajo consigo un marcado deterioro ambiental en las zonas rurales de Tumaco, pues se perdió la capa vegetal de bosque primario, que se convertiría luego en potreros de grandes haciendas ganaderas, zonas de cultivos de palma africana y a partir de la segunda mitad de la década de 1990 en cultivos de coca. 
Las especies preferidas por las empresas exportadoras de madera fueron el Cuángare y el Sajo que se encuentran en los bosques de guandal y que fueron los primeros en desaparecer. Esta explotación nunca consideró la perdurabilidad del recurso ni se desarrolló tecnología ni investigación para hacer de la madera un negocio sostenible. Los aserríos más importantes se ubicaron en las riveras de los ríos Satinga y Sanquiangas, así como en Salahonda. 
A la par de estas especies maderables, la corteza del mangle fue intensamente explotada para extraer el tanino, insumo utilizado en la industria de cuero; las empresas transportaban en sus embarcaciones a los corteros a través de los bosques inundados, donde confluye el agua dulce y salada, para talar los árboles adultos de mangle y extraer la corteza, causando un daño del cual aun no se recuperan estas "sala cunas" del pacifico, como calificó Alfredo Molano al manglar, donde los nutrientes retenidos por las raíces de mangle permiten el desarrollo de un ecosistema complejo de crustáceos, moluscos, aves, reptiles y mamíferos. 
Don Ariel, un llorenteño que en los últimos años de la década de los noventa tuvo que desplazarse forzadamente a la ciudad de Pasto, a causa de la violencia generalizada en el corregimiento, recuerda como en compañía de sus familiares y vecinos recorría los bosques en la zona de la Aduana y la Playa en los años sesentas, en la margen sur del rio Mira, cortando los árboles; transportaban la madera en improvisadas balsas a través de las, no pocas veces, arremolinadas aguas del rio, para finalmente venderla a los intermediarios; quienes se
32 
DE GUAYACANES, y CEDROS 
enriquecían con la bonanza, mientras Ariel y su familia apenas sobrevivían, explotando la jungla en extenuantes jornadas de trabajo: 
“En esa época todos vivíamos de la madera; nos reuníamos mis hermanos y yo con los vecinos de la vereda; en total arrancábamos un grupo de diez y nos adentrábamos en la selva tupida, del otro lado del Mira. Llevábamos carne de Guagua ahumada para el avío, los machetes, las hachas y la sierra de mano; en ese tiempo no sabíamos lo que era una motosierra. 
Había que buscar el Guayacán o el Cuajo que eran los palos que pagaban mejor, por la dureza y calidad de la madera. Una vez se ubicaba el árbol se decidía de qué lado debía caer y ¡manos a la obra! lo echábamos a tierra a punta de hacha y lo troceábamos ahí mismo; después había que levantar un andamio, se encaramaban los trozos ahí y se empezaba a trabajar con la sierra de mano. 
Uno de nosotros se subía al árbol mientras otro trabajaba desde el piso; entonces mediamos los tajos de madera; en una jornada de cuatro días sacábamos doscientas pulgadas de material; eso era como veinte troncos. 
Desde bien adentro de la selva había que sacar la madera al hombro hasta el rio; en eso se nos iban días enteros; mientras los otros compañeros ya habían construido la balsa con la madera que flota, para montarle encima la pesada que no flota y entonces se amarraba; nos montábamos en los troncos y nos íbamos remando; esquivando las rocas de río y a contra corriente, porque si no se desbarata la balsa y usted perdió todo. 
En esta travesía se ahogó mucha gente; el que cae al agua y no lo sacan, se consume en el agua y se vuelve un espanto; por eso cuando el agua sube se pueden ver unos trozos de madera en medio de la corriente con una luz en el centro, esa luz lo sigue a uno para donde vaya rio arriba o abajo; lo persigue hasta hacerlo zozobrar y así el espanto descansa en paz. 
Íbamos desde La Aduana hasta la Playa donde entraban los carros y los comerciantes que nos compraban la madera, los días sábados; apenas nos daba para sobrevivir; hoy en día esos bosques están muy disminuidos, no por la bonanza de la madera sino porque tumbaron los bosques para sembrar coca.” 
Tal como ocurriera con las bonanzas del oro, el caucho negro y la tagua; los grandes capitales que fluyeron en Tumaco durante este periodo de bonanza maderera no se reflejaron en un fortalecimiento real de la economía local; (...) "la noción de extracción tiene dos referentes distintos: de una parte el hecho de tomar algo de la tierra, los bosques o las aguas, algo que existe al margen de la voluntad o el esfuerzo humano, y de otra, el hecho de que los beneficios económicos derivados de tal actividad no se quedan en la región, sino fuera de ella."66 
En la primera mitad de la década del setenta cae la demanda internacional, situación que se suma al progresivo agotamiento del recurso natural para marcar el fin del boom maderero en 
66 Leal Claudia, 2000, "Manglares y Economía Extractiva. Sobre cómo algunos de los recursos que utilizan los habitantes del manglar en el pacífico colombiano se convierten en dinero y cómo éste se aleja", Artículo publicado en: Arocha Rodríguez Jaime, Machado Caicedo Martha Luz, Villa William, Leal Claudia, "Geografía Humana de Colombia: Los Afrocolombianos.” Tomo VI, editorial: Instituto Colombiano de Cultura Hispánica
33 
DE GUAYACANES y CEDROS 
Tumaco. De especial importancia en la decadencia de la industria fue la apertura del canal del Naranjo en 1979 que redirigió hacia el norte la desembocadura del rio Patía, que desembocaba en Salahonda; los flujos comerciales relacionados con la explotación de la madera se trasladaron a Bocas de Satinga, en el norte de la costa pacífica nariñense; (...) "los aserraderos dejaron las costas de Tumaco y Salahonda para instalarse en la parte norte, los compradores de madera llegaron, con su cortejo de trabajadores, comerciantes, aventureros y otros menos bienvenidos."67 
Al día de hoy, existen en Tumaco aserríos artesanales, de escasa tecnología, que no agregan valor al producto, satisfacen únicamente la demanda local y generan mínimos ingresos económicos, situación que ha facilitado la invasión de los cultivos de uso ilícito. 
"Las especulaciones fantasiosas sobre los grandes tesoros naturales que encierran las tierras bajas del Pacífico colombiano y sus áreas adyacentes han sido frecuentes desde la conquista española. Sin embargo, la pobreza ha sido la característica más sobresaliente de la economía local en los últimos 300 años."68 
En este periodo se consolidó en Tumaco uno de los pocos proletariados urbanos de la costa pacífica colombiana y se acentuó el éxodo de población rural hacia el centro poblado, que atrae a causa de las momentáneas oportunidades laborales pero también por ser un punto intermedio en la ruta de migración hacía ciudades como Cali y Bogotá; (...) "a pesar de una alta emigración, lo que se podría explicar por el “efecto ciudad”: Tumaco, polo regional, sigue atrayendo poblaciones de los ríos vecinos que “pasan” por la ciudad antes de emigrar a otras partes, o se instalan ahí guardando nexos familiares y económicos con sus veredas de origen, desarrollando así un sistema bipolar que hace posible la sobrevivencia en ambos lugares."69 
“Desde la década del setenta ha sido persistente un éxodo rural en el municipio de Tumaco que se ha intensificado a partir de los noventas a causa de los ciclos de las economías extractivas recientes y la agudización del conflicto armado. Estas migraciones vinculan la zona rural del municipio con el casco urbano y a este con otras ciudades del interior especialmente Cali.”70 
67 Hoffman Odile, 2004, "Espacios, Movilidad y Región en el Pacífico Sur ¿Hacía la Construcción de una Sociedad Regional?, artículo publicado en: “Gente Negra en Colombia: Dinámicas Sociopolíticas en Cali y el Pacífico” Barbary Oliver y Urrea Fernando; pág.9 
68 Geógrafo estadounidense R. West, Citado por: Sánchez Gutiérrez Jairán, 2012, “Caracterización y Diagnostico Socioeconómico y Ambiental de la Costa Pacífica en el Departamento de Nariño”, Formación en gestión ambiental y cadenas productivas Convenio SENA-Tropenbos-, Pág.37 
69 Hoffman Odile, 2004, "Espacios, Movilidad y Región en el Pacífico Sur ¿Hacía la Construcción de una Sociedad Regional?, artículo publicado en: “Gente Negra en Colombia: Dinámicas Sociopolíticas en Cali y el Pacífico” Barbary Oliver y Urrea Fernando; pág.5 
70 Jiménez Meneses Orian, Hernández López David, Pérez Morales Edgardo, González Vélez Estefanía, 2005, “Tumaco Historia Memoria e Imagen”, Medellín, Imprenta Universidad de Antioquia, pág. 120
34 
DE GUAYACANES y CEDROS 
El tumaqueño no siempre es bien recibido en Cali, que ha sido históricamente un lugar receptor de población desplazada procedente de Tumaco, pues es común que el caleño perciba al tumaqueño como una amenaza en tanto se le relaciona con los cinturones de miseria, los altos indicies de delincuencia, la inseguridad en los barrios y comunas. 
"Esa es la lógica gramatical de la guerra: nominar a las víctimas del conflicto armado como colaboradores del enemigo para una vez expulsados de su territorio y mal acogidos en las grandes ciudades, ser redefinidos como criminales en potencia por haber habitado un territorio plagado de actores armados ilegales."71 
Este imaginario negativo sobre el tumaqueño en Cali, se origina en la intensa migración resultante del maremoto de 1979; miles de personas damnificadas se asentaron en las orillas del rio Cauca, en el oriente de la ciudad, donde se forjaría un cinturón de miseria que se conoce hoy como el distrito de Aguablanca. 
Son comunes los testimonios de tumaqueños que emigraron a Cali, escapando de la situación de violencia y buscando oportunidades de empleo, pero se encontraron con una fuerte discriminación; (...) "yo llegué a Cali en el 2000, tengo experiencia como guarda de seguridad y siempre vivía muy pendiente de las vacantes que publicaban para trabajar de celador; llegaba a las empresas muy temprano y hacia la fila, entonces el encargado nos decía: -los tumaqueños levanten la mano y den un paso al frente-, nos daban las gracias por venir y nos recogían la hoja de vida...nunca más llamaban. Entonces entendí que el caleño mira al tumaqueño con mucho recelo pues nos tildan de bandidos, ladrones y vagos. En esa época era común un dicho en Cali: -¿tumaqueño? ni grande ni pequeño-; yo aguanté como un año así ayudado por mis familiares pero tuve que volverme a Tumaco...la cosa para nosotros no es fácil en Cali."72 
71 González Saavedra Diego León, 2009, "-Desplazamiento Forzado.- Análisis descriptivo de la situación en Colombia", tesis de grado para completar la especialización: Comunicación y Derechos Humanos, San Sebastián, España, Universidad del País Vasco. 
72 Testimonio de "Castro", guarda de seguridad tumaqueño.
Tumaco: Origen Bonanzas y Colonización
Tumaco: Origen Bonanzas y Colonización
Tumaco: Origen Bonanzas y Colonización
Tumaco: Origen Bonanzas y Colonización
Tumaco: Origen Bonanzas y Colonización
Tumaco: Origen Bonanzas y Colonización
Tumaco: Origen Bonanzas y Colonización
Tumaco: Origen Bonanzas y Colonización
Tumaco: Origen Bonanzas y Colonización
Tumaco: Origen Bonanzas y Colonización
Tumaco: Origen Bonanzas y Colonización
Tumaco: Origen Bonanzas y Colonización
Tumaco: Origen Bonanzas y Colonización
Tumaco: Origen Bonanzas y Colonización
Tumaco: Origen Bonanzas y Colonización
Tumaco: Origen Bonanzas y Colonización
Tumaco: Origen Bonanzas y Colonización
Tumaco: Origen Bonanzas y Colonización
Tumaco: Origen Bonanzas y Colonización
Tumaco: Origen Bonanzas y Colonización
Tumaco: Origen Bonanzas y Colonización
Tumaco: Origen Bonanzas y Colonización
Tumaco: Origen Bonanzas y Colonización
Tumaco: Origen Bonanzas y Colonización
Tumaco: Origen Bonanzas y Colonización
Tumaco: Origen Bonanzas y Colonización
Tumaco: Origen Bonanzas y Colonización
Tumaco: Origen Bonanzas y Colonización
Tumaco: Origen Bonanzas y Colonización
Tumaco: Origen Bonanzas y Colonización
Tumaco: Origen Bonanzas y Colonización
Tumaco: Origen Bonanzas y Colonización
Tumaco: Origen Bonanzas y Colonización
Tumaco: Origen Bonanzas y Colonización
Tumaco: Origen Bonanzas y Colonización
Tumaco: Origen Bonanzas y Colonización
Tumaco: Origen Bonanzas y Colonización

Más contenido relacionado

La actualidad más candente

Imperio Incaico
Imperio IncaicoImperio Incaico
Imperio Incaicolucas
 
Oro De Atahualpa ORO DE ATAHUALPA
Oro De Atahualpa ORO DE ATAHUALPAOro De Atahualpa ORO DE ATAHUALPA
Oro De Atahualpa ORO DE ATAHUALPAPablo Guaña
 
CULTURAS PERUANAS HORIZONTES E INTERMEDIOS
CULTURAS PERUANAS HORIZONTES E INTERMEDIOSCULTURAS PERUANAS HORIZONTES E INTERMEDIOS
CULTURAS PERUANAS HORIZONTES E INTERMEDIOSRoosbell Quispe
 
Cultura wari
Cultura wariCultura wari
Cultura wariFlor
 
Humedales artificiales en Lacabamba
Humedales artificiales en LacabambaHumedales artificiales en Lacabamba
Humedales artificiales en Lacabambajanetross
 
Conferencia Efectos E Influencia De Las Fases Lunares
Conferencia Efectos E Influencia De Las Fases LunaresConferencia Efectos E Influencia De Las Fases Lunares
Conferencia Efectos E Influencia De Las Fases LunaresAIDA_UC
 

La actualidad más candente (10)

Evolucion
EvolucionEvolucion
Evolucion
 
Imperio Incaico
Imperio IncaicoImperio Incaico
Imperio Incaico
 
Oro De Atahualpa ORO DE ATAHUALPA
Oro De Atahualpa ORO DE ATAHUALPAOro De Atahualpa ORO DE ATAHUALPA
Oro De Atahualpa ORO DE ATAHUALPA
 
CULTURAS PERUANAS HORIZONTES E INTERMEDIOS
CULTURAS PERUANAS HORIZONTES E INTERMEDIOSCULTURAS PERUANAS HORIZONTES E INTERMEDIOS
CULTURAS PERUANAS HORIZONTES E INTERMEDIOS
 
Cultura wari
Cultura wariCultura wari
Cultura wari
 
Humedales artificiales en Lacabamba
Humedales artificiales en LacabambaHumedales artificiales en Lacabamba
Humedales artificiales en Lacabamba
 
La Cumbia Colombiana
La Cumbia ColombianaLa Cumbia Colombiana
La Cumbia Colombiana
 
Conferencia Efectos E Influencia De Las Fases Lunares
Conferencia Efectos E Influencia De Las Fases LunaresConferencia Efectos E Influencia De Las Fases Lunares
Conferencia Efectos E Influencia De Las Fases Lunares
 
Churin
ChurinChurin
Churin
 
Horizonte temprano o formativo
Horizonte temprano o formativoHorizonte temprano o formativo
Horizonte temprano o formativo
 

Destacado

Destacado (6)

APROXIMACION AL SIGNIFICADO DE LAS TALLADURAS SOBRE PIEDRA
APROXIMACION AL SIGNIFICADO DE LAS TALLADURAS SOBRE PIEDRAAPROXIMACION AL SIGNIFICADO DE LAS TALLADURAS SOBRE PIEDRA
APROXIMACION AL SIGNIFICADO DE LAS TALLADURAS SOBRE PIEDRA
 
Cultura tumaco
Cultura tumacoCultura tumaco
Cultura tumaco
 
Departamento de Nariño Cultura Tumaco
Departamento de Nariño Cultura TumacoDepartamento de Nariño Cultura Tumaco
Departamento de Nariño Cultura Tumaco
 
Epoca precolombina en colombia
Epoca precolombina en colombiaEpoca precolombina en colombia
Epoca precolombina en colombia
 
Balmetriecmd2014
Balmetriecmd2014Balmetriecmd2014
Balmetriecmd2014
 
Epoca precolombina en colombia
Epoca precolombina en colombiaEpoca precolombina en colombia
Epoca precolombina en colombia
 

Similar a Tumaco: Origen Bonanzas y Colonización

Similar a Tumaco: Origen Bonanzas y Colonización (20)

Tumaco, Nariño: Fundacion
Tumaco, Nariño: FundacionTumaco, Nariño: Fundacion
Tumaco, Nariño: Fundacion
 
0719 1243-cuadhist-47-00167
0719 1243-cuadhist-47-001670719 1243-cuadhist-47-00167
0719 1243-cuadhist-47-00167
 
Papel importante
Papel importantePapel importante
Papel importante
 
La crc3b3nica-de-akakor
La crc3b3nica-de-akakorLa crc3b3nica-de-akakor
La crc3b3nica-de-akakor
 
La crc3b3nica-de-akakor
La crc3b3nica-de-akakorLa crc3b3nica-de-akakor
La crc3b3nica-de-akakor
 
Los aborígenes
Los aborígenesLos aborígenes
Los aborígenes
 
2. los orígenes de la literatura hispanoamericana
2. los orígenes de la literatura hispanoamericana2. los orígenes de la literatura hispanoamericana
2. los orígenes de la literatura hispanoamericana
 
2. los orígenes de la literatura hispanoamericana
2. los orígenes de la literatura hispanoamericana2. los orígenes de la literatura hispanoamericana
2. los orígenes de la literatura hispanoamericana
 
Historia Regional
Historia RegionalHistoria Regional
Historia Regional
 
Unidad 1 historia
Unidad 1 historiaUnidad 1 historia
Unidad 1 historia
 
Presentación de historia
Presentación de historiaPresentación de historia
Presentación de historia
 
Las invasiones españolas
Las invasiones españolasLas invasiones españolas
Las invasiones españolas
 
Los exiliados del sur
Los exiliados del surLos exiliados del sur
Los exiliados del sur
 
-Pensar-La-Historia 2.pdf
-Pensar-La-Historia 2.pdf-Pensar-La-Historia 2.pdf
-Pensar-La-Historia 2.pdf
 
Mitos y leyendas de la libertad
Mitos y leyendas de la libertadMitos y leyendas de la libertad
Mitos y leyendas de la libertad
 
Historia2 cap01
Historia2 cap01Historia2 cap01
Historia2 cap01
 
Sobre La navegación a través de los Canales Australes.
Sobre La navegación a través de los Canales Australes.Sobre La navegación a través de los Canales Australes.
Sobre La navegación a través de los Canales Australes.
 
Prehistgomera
PrehistgomeraPrehistgomera
Prehistgomera
 
Información de micro-sitio municipio de Tumaco
Información de micro-sitio municipio de Tumaco Información de micro-sitio municipio de Tumaco
Información de micro-sitio municipio de Tumaco
 
Historia colombiana
Historia colombianaHistoria colombiana
Historia colombiana
 

Último

Metabolismo 3: Anabolismo y Fotosíntesis 2024
Metabolismo 3: Anabolismo y Fotosíntesis 2024Metabolismo 3: Anabolismo y Fotosíntesis 2024
Metabolismo 3: Anabolismo y Fotosíntesis 2024IES Vicent Andres Estelles
 
Clasificaciones, modalidades y tendencias de investigación educativa.
Clasificaciones, modalidades y tendencias de investigación educativa.Clasificaciones, modalidades y tendencias de investigación educativa.
Clasificaciones, modalidades y tendencias de investigación educativa.José Luis Palma
 
plan-de-trabajo-colegiado en una institucion educativa
plan-de-trabajo-colegiado en una institucion educativaplan-de-trabajo-colegiado en una institucion educativa
plan-de-trabajo-colegiado en una institucion educativafiorelachuctaya2
 
Estas son las escuelas y colegios que tendrán modalidad no presencial este lu...
Estas son las escuelas y colegios que tendrán modalidad no presencial este lu...Estas son las escuelas y colegios que tendrán modalidad no presencial este lu...
Estas son las escuelas y colegios que tendrán modalidad no presencial este lu...fcastellanos3
 
codigos HTML para blogs y paginas web Karina
codigos HTML para blogs y paginas web Karinacodigos HTML para blogs y paginas web Karina
codigos HTML para blogs y paginas web Karinavergarakarina022
 
Estrategia de Enseñanza y Aprendizaje.pdf
Estrategia de Enseñanza y Aprendizaje.pdfEstrategia de Enseñanza y Aprendizaje.pdf
Estrategia de Enseñanza y Aprendizaje.pdfromanmillans
 
Análisis de la Implementación de los Servicios Locales de Educación Pública p...
Análisis de la Implementación de los Servicios Locales de Educación Pública p...Análisis de la Implementación de los Servicios Locales de Educación Pública p...
Análisis de la Implementación de los Servicios Locales de Educación Pública p...Baker Publishing Company
 
Movimientos Precursores de La Independencia en Venezuela
Movimientos Precursores de La Independencia en VenezuelaMovimientos Precursores de La Independencia en Venezuela
Movimientos Precursores de La Independencia en Venezuelacocuyelquemao
 
RAIZ CUADRADA Y CUBICA PARA NIÑOS DE PRIMARIA
RAIZ CUADRADA Y CUBICA PARA NIÑOS DE PRIMARIARAIZ CUADRADA Y CUBICA PARA NIÑOS DE PRIMARIA
RAIZ CUADRADA Y CUBICA PARA NIÑOS DE PRIMARIACarlos Campaña Montenegro
 
Presentación de Estrategias de Enseñanza-Aprendizaje Virtual.pptx
Presentación de Estrategias de Enseñanza-Aprendizaje Virtual.pptxPresentación de Estrategias de Enseñanza-Aprendizaje Virtual.pptx
Presentación de Estrategias de Enseñanza-Aprendizaje Virtual.pptxYeseniaRivera50
 
OLIMPIADA DEL CONOCIMIENTO INFANTIL 2024.pptx
OLIMPIADA DEL CONOCIMIENTO INFANTIL 2024.pptxOLIMPIADA DEL CONOCIMIENTO INFANTIL 2024.pptx
OLIMPIADA DEL CONOCIMIENTO INFANTIL 2024.pptxjosetrinidadchavez
 
Procesos Didácticos en Educación Inicial .pptx
Procesos Didácticos en Educación Inicial .pptxProcesos Didácticos en Educación Inicial .pptx
Procesos Didácticos en Educación Inicial .pptxMapyMerma1
 
programa dia de las madres 10 de mayo para evento
programa dia de las madres 10 de mayo  para eventoprograma dia de las madres 10 de mayo  para evento
programa dia de las madres 10 de mayo para eventoDiegoMtsS
 
NARRACIONES SOBRE LA VIDA DEL GENERAL ELOY ALFARO
NARRACIONES SOBRE LA VIDA DEL GENERAL ELOY ALFARONARRACIONES SOBRE LA VIDA DEL GENERAL ELOY ALFARO
NARRACIONES SOBRE LA VIDA DEL GENERAL ELOY ALFAROJosé Luis Palma
 
DECÁGOLO DEL GENERAL ELOY ALFARO DELGADO
DECÁGOLO DEL GENERAL ELOY ALFARO DELGADODECÁGOLO DEL GENERAL ELOY ALFARO DELGADO
DECÁGOLO DEL GENERAL ELOY ALFARO DELGADOJosé Luis Palma
 

Último (20)

Metabolismo 3: Anabolismo y Fotosíntesis 2024
Metabolismo 3: Anabolismo y Fotosíntesis 2024Metabolismo 3: Anabolismo y Fotosíntesis 2024
Metabolismo 3: Anabolismo y Fotosíntesis 2024
 
Clasificaciones, modalidades y tendencias de investigación educativa.
Clasificaciones, modalidades y tendencias de investigación educativa.Clasificaciones, modalidades y tendencias de investigación educativa.
Clasificaciones, modalidades y tendencias de investigación educativa.
 
plan-de-trabajo-colegiado en una institucion educativa
plan-de-trabajo-colegiado en una institucion educativaplan-de-trabajo-colegiado en una institucion educativa
plan-de-trabajo-colegiado en una institucion educativa
 
Estas son las escuelas y colegios que tendrán modalidad no presencial este lu...
Estas son las escuelas y colegios que tendrán modalidad no presencial este lu...Estas son las escuelas y colegios que tendrán modalidad no presencial este lu...
Estas son las escuelas y colegios que tendrán modalidad no presencial este lu...
 
codigos HTML para blogs y paginas web Karina
codigos HTML para blogs y paginas web Karinacodigos HTML para blogs y paginas web Karina
codigos HTML para blogs y paginas web Karina
 
Unidad 4 | Teorías de las Comunicación | MCDI
Unidad 4 | Teorías de las Comunicación | MCDIUnidad 4 | Teorías de las Comunicación | MCDI
Unidad 4 | Teorías de las Comunicación | MCDI
 
Estrategia de Enseñanza y Aprendizaje.pdf
Estrategia de Enseñanza y Aprendizaje.pdfEstrategia de Enseñanza y Aprendizaje.pdf
Estrategia de Enseñanza y Aprendizaje.pdf
 
Análisis de la Implementación de los Servicios Locales de Educación Pública p...
Análisis de la Implementación de los Servicios Locales de Educación Pública p...Análisis de la Implementación de los Servicios Locales de Educación Pública p...
Análisis de la Implementación de los Servicios Locales de Educación Pública p...
 
Movimientos Precursores de La Independencia en Venezuela
Movimientos Precursores de La Independencia en VenezuelaMovimientos Precursores de La Independencia en Venezuela
Movimientos Precursores de La Independencia en Venezuela
 
Sesión de clase: Defendamos la verdad.pdf
Sesión de clase: Defendamos la verdad.pdfSesión de clase: Defendamos la verdad.pdf
Sesión de clase: Defendamos la verdad.pdf
 
Repaso Pruebas CRECE PR 2024. Ciencia General
Repaso Pruebas CRECE PR 2024. Ciencia GeneralRepaso Pruebas CRECE PR 2024. Ciencia General
Repaso Pruebas CRECE PR 2024. Ciencia General
 
RAIZ CUADRADA Y CUBICA PARA NIÑOS DE PRIMARIA
RAIZ CUADRADA Y CUBICA PARA NIÑOS DE PRIMARIARAIZ CUADRADA Y CUBICA PARA NIÑOS DE PRIMARIA
RAIZ CUADRADA Y CUBICA PARA NIÑOS DE PRIMARIA
 
Presentación de Estrategias de Enseñanza-Aprendizaje Virtual.pptx
Presentación de Estrategias de Enseñanza-Aprendizaje Virtual.pptxPresentación de Estrategias de Enseñanza-Aprendizaje Virtual.pptx
Presentación de Estrategias de Enseñanza-Aprendizaje Virtual.pptx
 
OLIMPIADA DEL CONOCIMIENTO INFANTIL 2024.pptx
OLIMPIADA DEL CONOCIMIENTO INFANTIL 2024.pptxOLIMPIADA DEL CONOCIMIENTO INFANTIL 2024.pptx
OLIMPIADA DEL CONOCIMIENTO INFANTIL 2024.pptx
 
Procesos Didácticos en Educación Inicial .pptx
Procesos Didácticos en Educación Inicial .pptxProcesos Didácticos en Educación Inicial .pptx
Procesos Didácticos en Educación Inicial .pptx
 
programa dia de las madres 10 de mayo para evento
programa dia de las madres 10 de mayo  para eventoprograma dia de las madres 10 de mayo  para evento
programa dia de las madres 10 de mayo para evento
 
NARRACIONES SOBRE LA VIDA DEL GENERAL ELOY ALFARO
NARRACIONES SOBRE LA VIDA DEL GENERAL ELOY ALFARONARRACIONES SOBRE LA VIDA DEL GENERAL ELOY ALFARO
NARRACIONES SOBRE LA VIDA DEL GENERAL ELOY ALFARO
 
Defendamos la verdad. La defensa es importante.
Defendamos la verdad. La defensa es importante.Defendamos la verdad. La defensa es importante.
Defendamos la verdad. La defensa es importante.
 
Power Point: "Defendamos la verdad".pptx
Power Point: "Defendamos la verdad".pptxPower Point: "Defendamos la verdad".pptx
Power Point: "Defendamos la verdad".pptx
 
DECÁGOLO DEL GENERAL ELOY ALFARO DELGADO
DECÁGOLO DEL GENERAL ELOY ALFARO DELGADODECÁGOLO DEL GENERAL ELOY ALFARO DELGADO
DECÁGOLO DEL GENERAL ELOY ALFARO DELGADO
 

Tumaco: Origen Bonanzas y Colonización

  • 1. 1
  • 2. 2 Índice Sobre el origen 3 Tumaco es hija de Barbacoas 7 El diablo enrielado 22 De resinas, cauchos y semillas 26 De Guayacanes y Cedros 31 Sobre la palma, los palmares y el despojo 35 Llorente es un capítulo aparte 40 De dónde venimos 41 La época de la hacienda 46 De cómo llegaron las guerrillas y los paras a Llorente 49 El oro negro inunda la selva verde 55 Coca y bonanza en Llorente 56 En la tierra de los Guyacanes 63 San Juan de Pasto 2014
  • 3. 3 SOBRE EL ORIGEN Para interpretar la tierra hay que hundirse en ella como las raíces, y sentir las semillas que germinan como sembradas en el propio corazón. Guillermo Edmundo Chaves Escritor Nariñense 1902 – 1984 La costa pacífica nariñense no fue nunca escenario de solemnes fundaciones, en las que se desplegaran protocolos y galas propias del conquistador europeo en América; con pocas excepciones, el territorio se fue delimitando en torno a una red de poblamientos espontáneos, siguiendo los linderos de la explotación de los recursos naturales; demarcándose así, espacios socio geográficos en los que las sucesivas economías extractivas, financiadas con capitales foráneos al ritmo caprichoso de la demanda internacional, promovieron la apropiación de la riqueza natural del territorio por parte del extranjero, con la fiel complicidad de los mandatarios de turno y a costa de la explotación del nativo, indígena o afro, percibido como un servidor natural incluso mucho después de abolida la esclavitud, motivo por el cual nunca fue necesario remunerarle con lo suficiente o con lo justo. La paradoja de este territorio es que su obstinada pobreza es resultado de la explotación de su riqueza. Las economías de enclave; la pobre visión de dirigentes y mandatarios, o más bien una visión perfeccionada con los años para el inmoral enriquecimiento, sumadas a la histórica indiferencia del estado, el conflicto armado y las economías ilícitas no han facilitado la construcción de un proyecto de región. Históricamente estas economías, fuentes de bonanza y migración, marcaron los ritmos y momentos de un poblamiento en el que los asentamientos espontáneos fueron la norma; siendo muchos de estos resultado y prolongación de las dinámicas sociales que se dieron al interior de las cuadrillas de afros esclavizados durante la colonia, cuyos descendientes conforman hoy en día el noventa y cinco por ciento de la población tumaqueña. A partir del siglo XVI, el poblamiento del territorio siguió el trazado de los incontables ríos, riachuelos y quebradas que recorren la llanura, la selva y el mangle en su serpentino devenir rumbo del mar; pero el poblamiento ancestral tuvo como cauce al océano mismo, como motor a las corrientes marinas y por brújula los códigos celestes. Existen en Tumaco registros arqueológicos bien documentados del paso y asentamiento de antiguos grupos humanos desde hace al menos dos mil quinientos años. La cultura Tumaco - La Tolita se desplegó a lo largo de la sinuosa costa de Nariño y del norte de Ecuador durante un lapso de mil años, quinientos antes de nuestra era y quinientos después. Se supone que estos navegantes llegaron provenientes de Mesoamérica pero hay investigadores
  • 4. 4 SOBRE EL ORIGEN que afirman con convicción que los Tumaco fueron, en realidad, producto del arcaico mestizaje entre gentes llegadas de la China y la Polinesia en antiquísimas migraciones transpacíficas. Eran orfebres y ceramistas expertos, trabajaron el platino mil quinientos años antes que los europeos, representando en su arte la maternidad, la sexualidad y la vejez; (...) “fray Juan de Santa Gertrudis visitó la costa pacífica a finales del siglo XVIII y relató su experiencia en el libro maravillas de la naturaleza: “Hállanse allí por lo regular varias figuritas hechas de barro con mucha perfección… Hállanse también hechas de oro con los ojos de esmeraldas, hállanse también unas cuentecitas de oro hechas de filigrana, tan chicas como la cabeza de un alfiler.”1 Los Tumaco eran un grupo numeroso y altamente jerarquizado; dependían de la pesca, la caza y la recolección; aprovechando sabiamente el mar, la selva y los ríos. Cuando el conquistador europeo posó su pie en suelo americano, los Tumaco habían desaparecido hacía ya mil años, siendo al día de hoy su desaparición todavía un misterio; (...) “según algunos historiadores este pueblo abandonó el área que ocupaba a causa del clima -insoportable para la vida humana- y se desplazó hacia el sur hasta situarse en las actuales provincias ecuatorianas de Esmeraldas y Manabí (de idéntico clima). Según otros emigró hacia el norte para luego penetrar Colombia, por las estribaciones de la cordillera oriental, en donde se desvaneció en otros pueblos.”2 Cuando los primeros europeos llegaron por mar a la Tumaco precolombina, el territorio estaba habitado por los Tumas3, pueblo emigrante del actual Perú que llamaban a su tierra Tumatai, “tierra del hombre bueno"; al interior del cual había un sector conocido como Tumaco, “tierra de los entierros", donde habían encontrado gran cantidad de ollas de barro enterradas en la orilla del mar; posiblemente alfarería de la desaparecida cultura Tumaco; el notable hallazgo fue reconocido por los Tumas como un regalo de los dioses. Tenemos entonces el poblado Tumatai, asentamiento de los Tumas, donde había una tierra de los entierros, o sea Tumaco, sin embargo, tan precolombino origen parece no ostentar abolengo suficiente, por lo que se buscó una "real" fundación y por supuesto fundadores han ido apareciendo. Se acepta comúnmente la versión del sacerdote español José Garrido, especialmente después de ser reconocida por las autoridades locales mediante acuerdo municipal en la recientísima fecha de 1988; más con el afán de fijar las celebraciones populares que de promover una investigación histórica sobre el particular. Según cuenta Garrido, el sacerdote italiano Francisco Ruggi fundó Tumaco el 30 de noviembre de 1640. Ruggi había llegado a Santafé en 1618 y se desempeñó como rector del colegio de San Bartolomé; más tarde sería trasladado a Quito y en 1632 a la costa pacífica del actual 1 Tumaco en la exposición del museo del oro, extraído el 28 de junio de 2013 en: http://www.banrepcultural.org/museo-del-oro/sociedades/tumaco/en-el-museohttp://www.banrepcultural.org/museo- del-oro/sociedades/tumaco/en-el-museo 2 Leusson Telmo,1996, “Tumaco, Historia y Cultura” Tumaco, si editor, pág. 65 3 No descendientes de la mítica cultura Tumaco
  • 5. 5 SOBRE EL ORIGEN Nariño, como sacerdote del curato de Santa Bárbara, población ya desaparecida de la cual se desconoce su original emplazamiento pero que se sabe pertenecía a la provincia de Barbacoas. En 1635, el padre Ruggi se radica temporalmente en el Cauca, donde en compañía del sacerdote jesuita Juan Enhebra fundó la población de Timbiquí, para volver nuevamente a Santa Bárbara en 1640 con la noble intención de trasladar la población a un mejor emplazamiento, una playa “más sana”, un puerto natural en la desembocadura del rio Mira: “fértil de maíz, plátano y frutas. Fáltale agua; esa que se puede traer con facilidad del Mira para beber.” 4 Escribió Ruggi en 1644: "Yo la fundé en el sitio que hoy está, ayudado por los soldados, traje más de mil novecientas almas que hoy sirven, los saque del monte, los reduje, los catequicé, los bauticé con mucho riesgo y de vida, trabajo y pobreza.” Hay quien sitúa la fundación de Tumaco en 1610 adjudicándosela al sacerdote Onofre Esteban, quien llevara a cabo actividades misionales entre 1598 y 1613 en la región; estableciendo las parroquias de Atacámes, San Mateo y Esmeraldas en la costa ecuatoriana y de San Andrés de Tumaco en Colombia. Por otro lado (...) “el historiador y poeta Doctor Sofonías Yacup, en su obra 'Litoral Recóndito' sostiene y afirma que el fundador de Tumaco fue Francisco Pizarro, quien arribó a la isla en el año de 1526, encontrándose con una pobre tribu de indios pescadores.” 5 Algunos historiadores aseguran que Vasco Núñez de Balboa desembarcó en costas de Tumaco en 1513; esta versión se sustenta posiblemente en una errónea interpretación geográfica de los relatos sobre el encuentro entre Balboa y el cacique Tumaco que hicieran Huber Siegfried, Amado Melón y Ruiz de Gordejuela, entre otros autores, y que serian interpretados por historiadores modernos como Telmo Leusson. En este histórico encuentro, bien documentado, el cacique comunica al español la existencia del imperio Inca siguiendo la costa del litoral rumbo al sur; le cuenta Tumaco a Balboa sobre la ostentosa riqueza de estos personajes que periódicamente visitaban la zona en sus embarcaciones, trayendo consigo unos curiosos animales, cuyo dibujo en la arena tradujo el español como ovejas con cabeza de camello; se trataba por supuesto de las llamas y las alpacas. El encuentro entre Balboa y Tumaco tuvo lugar en una pequeña isla y en un extremo del golfo de San Miguel que es como bautizó Balboa a la zona más occidental de lo que hoy conocemos como el golfo de Panamá, y a donde llegara cuasi naufrago Balboa tras atravesar su expedición de ocho canoas una fuerte tempestad buscando la isla de las perlas, el 17 de octubre de 1513, poco menos de una mes después de descubrir el mar del sur. 4 Leusson Telmo, 1996, “Tumaco, Historia y Cultura” Tumaco, si editor, pág. 69 5 Ídem, pág. 78
  • 6. 6 SOBRE EL ORIGEN "Una mala tarde en que los españoles navegan en las cercanías del Buey, los temporales septembrinos les fuerzan a refugiarse en una islita diminuta y baja. Cae la noche, asciende el flujo de la marea y el agua les llega al cuello mientras se aprietan contra la roca y entrelazan sus manos por mejor buscar ayuda y defensa. Horas de intensa angustia hasta que amanece, baja la mar y amaina el temporal. Entretanto y al correr de los días y continuar los tanteos, toman con las tierras del Cacique Tumaco o Chitaraga, cuyo dominio llega hasta la costa de la ancha mar brava del Golfo de Panamá. A las tierras de Tumaco… Balboa mandó llamar provincia de San Lucas, porqué se tomó y ganó el día de San Lucas en una noche." 6 Será tarea de los historiadores indagar por el posible origen común de los Tumas y del pueblo liderado por el legendario cacique Tumaco en el istmo panameño. El que si llegó a Tumaco en 1526 fue Francisco Pizarro quien, en compañía de Diego de Almagro, surcó la desembocadura del rio San Juan, buscando una ruta para conquistar el reino del Perú; Almagro se devuelve a Panamá para buscar refuerzos mientras Pizarro continúa explorando la costa, llegando a la isla del Gallo en la ensenada de Tumaco. “Cuenta la historia que Pizarro en la isla de Gallo (ensenada de Tumaco) tuvo que vencer muchos peligros. Los bastimentos fueron consumiéndose y la posibilidad de regreso iba alejándose. No tardó en producirse un fuerte malestar. En momentos de cólera los componentes de la expedición se sublevaron exigiendo volver a Panamá. En una acalorada asamblea en la playa, discutieron la continuación de la empresa o el retorno y cuando los ánimos no se podían controlar, Pizarro autoritariamente impuso el silencio y con su espada trazó en la arena una raya de levante o poniente y dijo: Al norte de esta línea se espera una vida tranquila, sin peligro, más también la pobreza y un oscuro destino. Al sur os aguardan esfuerzos duros, arduos y penurias, pero si triunfamos la riqueza y la gloria ¡Escoged pues ahora!”7 De los ciento cincuenta expedicionarios que acompañaban a Pizarro solo trece se decidieron a continuar la aventura, los demás iniciaron viaje de regreso a Panamá. 6 Rubio Ángel, 1965, "La Ruta de Balboa y el Descubrimiento del Océano Pacífico", México D.F., Instituto Panamericano de Geografía e Historia; extraído el 5 de septiembre de 2013 en: http://www.mareaustrale.org/la-ruta- de-balboa-y-el-descubrimiento-del-oceano-pacifico/ 7 Óp. Cit. pág. 78
  • 7. 7 TUMACO ES HIJA DE BARBACOAS Que ingenuos fuimos. Hay que saber que nuestras riquezas son de los poderosos y de nadie más.8 Así como los linderos de explotación de los recursos naturales de la costa pacífica nariñense delimitaron su geografía social; las bonanzas resultantes de las economías de extracción, algunas claramente de enclave, han marcado lapsos más o menos bien delimitados en el devenir de Tumaco y de sus gentes, que bien sirven de referencia para el análisis histórico. Iniciando el siglo XVII la costa del actual departamento de Nariño empieza a ser objeto de una dominación efectiva por parte de los colonizadores españoles; ya desde 1540 se habían llevado a cabo expediciones a la costa nariñense, motivadas por los relatos sobre la abundancia del oro, pero lo inclemente del clima, lo inaccesible de la selva y los ataques feroces de las tribus indígenas frustraron el intento colonizador del siglo XVI. En 1600 Francisco de Posada logró someter temporalmente a las tribus indígenas de las riveras del rio Telembí, por orden del gobernador de Popayán, y fundó el poblado de Nuestra Señora del Puerto de Toledo, sobre los “cimientos” del principal asentamiento de la tribu de los Barbacoas; en todo caso este sería abandonado pocos años después a causa de la renovada resistencia indígena y la inmensa dificultad del aprovisionamiento. Solo en 1621 el capitán Pedro Martin Navarro funda el poblado de Santa María del Puerto de las Barbacoas sobre las ruinas de Nuestra Señora del Puerto de Toledo y consigue dominar definitivamente a la nación constituida por Barbacoas, Telembíes e Iscuandes; quienes son sometidos a las instituciones de la encomienda y la mita para emplearlos en la dura explotación de las minas, el transporte de suministros y la servidumbre. A partir de este momento se desintegra esta nación indígena, que no solo es resquebrajada en su estructura social sino que es aniquilada progresivamente a causa de la sobre explotación. Se calcula que para 1590 la población indígena de la zona había disminuido a un diez por ciento de su número original. La provincia de Barbacoas fue durante los siguientes dos siglos un distrito minero de suma importancia, dependiente de los gobernadores de Popayán, que nunca perdieron la ocasión de viajar a Barbacoas para hacerse al oro que pudieran conseguir, obligando a los notables del pueblo a que les obsequiaran el mineral en polvo, las alhajas y las joyas.9 8 Corella Hurtado, José María, 2013, “Don Arsenio y la Ciudad de los Pianos”, Pasto, Tipografía Cabrera, pág. 240 9 Así narra fray Juan de Santa Gertrudis una de las visitas rutinarias del gobernador de Popayán al distrito minero en 1760: “Ya pasados los días del convite, lo ha de llevar cada minero a su mina con gran ostentación y regalos, y allí es que ha de ostentar su bizarría en convite y hospedaje, y cuando se va, le da de la visita cuatro onzas de oro en polvo. Este pues, después que hubo sacado cuanto pudo, y más a su mujer de regalos de joyas y preseas que le
  • 8. 8 TUMACO ES HIJA DE BARBACOAS Desde la última década del siglo XVI llegan a Barbacoas los europeos que desembarcaron en la costa pacífica de Nariño, después de atravesar el Atlántico y las tupidas selvas del Darién, y de surcar la costa del Pacífico; llegaron también aquellos que arribaron provenientes de Popayán y Quito y los criollos blancos nacidos de la ciudad de Pasto. Hacia Barbacoas zarparon trescientos españoles contagiados de la leyenda del oro del Telembí, de los cuales llegaron solo diez. Los europeos que se asientan en Barbacoas en el siglo XVII se hicieron pasar por nobles y los nativos no tuvieron objeción; (…) “dijeron que eran nobles y los negros les creyeron y lo creyeron los habitantes de todo el litoral y lo creyeron en los pueblos de las faldas andinas y se quedaron de nobles y aristócratas por siempre” 10 El oro de Barbacoas fue un imán irresistible y un motor de poblamiento durante más de doscientos años; atrajo a europeos, criollos, mestizos; sometió a indígenas nativos y a los afros, que como esclavos llegaron a orillas del Telembí para trabajar las minas de los señoritos con sombrero de cubilete. Encantó el oro también a los americanos del norte que llegaron con la Colombian Placers, mejor conocida como la Choco – Pacífico, dragando ríos y despojando tierras y títulos. “El dragado de los ríos y el monopolio alcanzado allí por la empresa Chocó Pacífico sobre la extracción de los metales, motivaron intensos conflictos sociales. Esta empresa impidió a los nativos la navegación por esos ríos y prohibió la explotación de los yacimientos en los mismos, prolongándose, hasta décadas recientes, los conflictos en medio de transacciones ficticias de nacionalización y de escandalosas quiebras.”11 Era tal la cantidad de oro en Barbacoas que en la Europa de Isabel I se narraban las “maravillas de un pueblo perdido en la selva donde los peses defecaban oro, las sirvientas se ataviaban con corpiños dorados, y los niños jugaban al hoyo con canicas macizas.”12 Los señores de Barbacoas se constituyeron en elite europeizada y europeizante a costa de la mano de obra esclavizada. Barbacoas solo produce oro, plátanos en reducida cantidad y algo de caña de azúcar; por lo que depende para su supervivencia de los productos agrícolas de la cordillera y del Patía. presentaron las señoras de Barbacoas, para dejarlos a todos del todo pelados, estableció allí un gobierno militar de coronel, teniente, capitanes, alféreces sargentos y cabos de escuadra en que entró a todos los que tenían minas.” - Fray Juan de Santa Gertrudis, Maravillas de la naturaleza, Bogotá, Banco de la República, tomo III, 1956 10 Corella Hurtado, José María; 2013, “Don Arsenio y la Ciudad de los Pianos”, Pasto, Tipografía Cabrera, pág. 20 11 Echeverry María Cristina, 1993, “Minería y Desarrollo Marginal”, Colombia Pacífico, Tomo II, Pablo Leyva Ediciones; Extraído el 15 de octubre de 2013 en: http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/geografia/cpacifi2/52.htm 12 Extraído de la obra: “Don Arsenio y la Ciudad de los Pianos” una nóvela histórica fruto de la pluma de José María Corella Hurtado, miembro de la Academia Nariñense de Historia y de la Asociación Colombiana de Historia de la Medicina. Sin embargo del género literario, magistralmente abordado por el autor, la exactitud histórica de muchos de los relatos contenidos en la obra, al ser contrastados con la data existente, amerita de sobra ser citado en un contexto histórico de la costa pacífica nariñense.
  • 9. 9 TUMACO ES HIJA DE BARBACOAS La ubicación geográfica de Barbacoas era por decir lo menos estratégica; además de la inmensa riqueza mineral del suelo y de sus ríos, era paso obligado entre la sierra y el mar por lo que era, sin duda, el más importante centro comercial de la región. Llegar al puerto fluvial, hasta finales del siglo XIX, era otra historia; desde la capital de Nariño se cabalgaba por un camino de herradura con los equipajes y mercancías a lomo de mula; para atravesar la tierra de los pastos, conquistando la sierra en Tuquerres, y de ahí hasta el pie de monte, donde se desmontaban caballos y mulas para seguir por una trocha de a pie durante catorce días, con sus noches, en un recorrido de treinta y dos leguas; un camino tejido de raíces, con los equipajes y mercancías a “lomo de indio”; y a lomo de indio también alguno que otro señorito; se descansaba en los tambos a la vera del camino; (…) “en algunos sitios era tan estrecho que la persona no cabía con los codos extendidos hacia los lados y cuando se cruzaban dos viajeros uno de ellos tenía que colocarse a horcajadas sobre la pared mientras el otro pasaba por entre sus piernas”.13 En 1890 la trocha se adecuó como camino de herradura, obra de los ingenieros Stael y Findley; el primer caballo llegó a Barbacoas el diez de agosto de 1891, donde no se había visto jamás al noble animal, motivo por el cual los nativos lo confundieron con una vaca sin cuernos. Desde Barbacoas se navegaba a través del rio Telembí para llegar al finalmente al puerto de Tumaco. “En Barbacoas la codicia del oro no ha hecho habitable y proveído de víveres, volviendo a los indios cargueros bestias de trabajo por un tan corto salario como son cuatro pesos que ganan en catorce días de un trabajo tan grave; (…) la vida que tienen estos indios en este camino es esta: sólo llevan para mantenerse habas tostadas. Por la mañana comen un puñado de ellas, y parten con la carga a la espalda. Al tomar el tercio, aprietan a caminar bien aprisa, porque el peso los estimula a ello; y al hallarse ya fatigados, se paran un rato, y para ello hay en todo el camino palos tendidos donde en estas paradas ponen los tercios de modo que después sean fáciles de volverlo a cargar. A estas paradas las llaman sentadas y hacen siete cortitas por la mañana, y a la séptima llaman el almorzadero, porque descansan un rato largo de media hora. A la tarde hacen sólo cinco sentadas, y ya se llega al tambo donde se arranchan a pasar la noche.”14 El primer camino carreteable, levantado en la década de 1920, pasaba por el célebre cerro de Chambú tras circundar el valle del Cumbal; bordeado el camino los más espeluznantes abismos en la nariz del diablo. 13 Moreno de Ángel, Pilar; Melo González, Jorge Orlando; 2010, “Caminos Reales de Colombia”, -Caminos de los Andes del Sur-, Bogotá, Biblioteca Virtual Luis Ángel Arango; extraído el 7 de octubre de 2013 en: http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/historia/caminos/rutas3a.htm 14 Fray Juan De Santa Gertrudis, 1970, “Maravillas de la Naturaleza”, Bogotá, Ediciones del Banco Popular; extraído el 1 de octubre de 2013 en: http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/faunayflora/mara/mara0.htm
  • 10. 10 TUMACO ES HIJA DE BARBACOAS Conquistar el Chambú (roca, en dialecto nativo) significo un extraordinario esfuerzo y sacrificio del hombre de la sierra, para edificar la obra sobre la piel vertical del cerro e inspiro a Guillermo Edmundo Chávez a escribir la novela “Chambú” en 1946. 15 Así encontró a Barbacoas Fray Juan De Santa Gertrudis en 1760: “La ciudad es corta, que tendrá unas sesenta casas, aun que tiene mucha gente, porque allí cada caballero tiene su casa, y en el río donde tiene la mina, tiene otra casa, y como todos tienen muchos negros y negras esclavos el trabajo de la mina continuamente van y vienen de la mina a Barbacoas, y de aquí a la mina, y así sólo por Pascuas y Semana Santa se juntan toda la gente en la ciudad, o por alguna grande función.”16 Una vez decaído el distrito minero salieron de Barbacoas los miles de afros que poblarían las costas y las riberas de los ríos en toda la costa; como también los descendientes de europeos que se constituirían en élite en la capital del departamento: los Días del Castillo, los Perini, los Albán, los Corella, los Zarama. En 1650 llegan los primeros afros a Barbacoas, cuando se hizo indudable el colapso de la población indígena; pertenecían estos muy seguramente a los grupos étnicos Arará, Mina, Lucumí, Carabalí, Congo, Mandinga, Chamba y Bambara, que prevalecieron durante este periodo en la Nueva Granada; procedían de diferentes regiones del continente africano, motivo por el cual no compartían ni la cultura ni la lengua; así se les obligó a adoptar el idioma del amo español como único medio de comunicación, incluso entre ellos. Para 1778 mal vivían en Popayán y Barbacoas más de seis mil afros esclavizados, que en todo caso no fueron la solución del problema que tenían mineros esclavistas para explotar efectivamente la riqueza minera de la región, pues esta población de esclavos presentaba un muy bajo crecimiento demográfico a causa de la altísima morbimortalidad, causada por la inclemencia del clima, la sobre explotación y las epidemias. La esclavitud como practica económica, política y social fue rechazada por las naciones cristianas desde el siglo XII, como respuesta a las practicas esclavistas de los árabes, que mantenían para la época un dinámico comercio de esclavos europeos; pero por primera vez en la historia se asumió como una práctica industrial cuando estas mismas naciones cristianas esclavizaron al África a partir del siglo XVI; incorporando a más de cincuenta millones de esclavos en su aparato productivo, dibujando un triángulo que conecta a África, de donde se obtienen los esclavos, con América, donde se los pone a trabajar, y con Europa en donde se acumula el capital. 15 Alejandro Kerk filmaría, en 35 mm, la película “Chambú” inspirada en la novela de Edmundo Chávez, en 1962, año en que se estrenó el film en el teatro Imperial de la ciudad de Pasto; posteriormente el director alemán viajó a España para sonorizar la película y nunca se supo más ni de él, ni de la filmación, de la cual se recuperaron, en el año 2012, algunos rollos, copiones originales, que están en poder de Patrimonio Fílmico. 16 Fray Juan De Santa Gertrudis, 1970, “Maravillas de la Naturaleza”, Bogotá, Ediciones del Banco Popular; extraído el 1 de octubre de 2013 en: http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/faunayflora/mara/mara0.htm
  • 11. 11 TUMACO ES HIJA DE BARBACOAS Los esclavos recién llegados a Barbacoas fueron organizados en cuadrillas de trabajo bajo el mando de un capataz,17 y pretendía el esclavizador que la cuadrilla no fuera deliberante; obviamente la energía concentrada en esta tarea fue un desperdicio, pues los miembros que iban de cuatro a setenta personas, compartían un escenario de cosificación y sometimiento tan deshumanizantes que era imposible no surgieran, más temprano que tarde, acciones comunicativas efectivas para la construcción de una definición de realidad común; (…) “con la vida amenazada, la familia destruida, perdida la tierra y sumergidos en la incertidumbre bajo el sol, en la sombra o debajo de la luna, las víctimas buscaron momentos de interacción. Un primer gesto de compasión mutua pudo convertirse en un hilo de comunicación que con otros similares urdiría la trama de futuros tejidos sociales.”18 Una vez la cuadrilla se establecía en una zona de explotación aurífera, primera gran economía extractiva en la región, urdía una trama compleja de relaciones sociales, basada en cierto grado de especialización en el trabajo y en el establecimiento de jerarquías; tejido social que muchas veces fue la semilla de futuros poblamientos espontáneos, especialmente en la riveras de los ríos y en a las orillas del mar. La cuadrilla -unidad funcional de trabajo- se transformó en la cuadrilla -núcleo social generador de identidad y pertenencia-; desde donde emergieron formas y estructuras sociales basadas en la solidaridad que despertaba entre los afros compartir el destierro y el nuevo territorio. Los señores de las minas, dueños de esclavos, establecían un vínculo muy efímero con el territorio, fueran estos europeos o blancos criollos, pues su interés no era establecerse en haciendas para ejercer su señorío sino exclusivamente dar con la ubicación del filón de oro y tomar posesión temporal del terreno previa autorización de la gobernación; (...) "los mineros recorrían la costa y penetraban por los ríos acompañados de dos o tres baquianos, inicialmente indígenas, posteriormente negros, con los que iban chequeando el curso de los ríos, especialmente en los remansos para reconocer los placeres o sitios de alta sedimentación de arena aurífera; localizado el sitio, se demarcaba y se tomaba una posesión transitoria del mismo para, con muestras del mineral y de un mapa de localización en mano, solicitar su registro y ante la autoridad más cercana, y ante la Gobernación."19 17 "El capataz, representante en la mina de un propietario ausentista, era la máxima autoridad y establecía el orden y la jerarquía entre los hombres y las actividades. Era la presencia del propietario blanco en la mina y al tiempo el vocero de la mina ante el amo."- Zuluaga Francisco, 2006, "Esclavitud, Resistencia, Libertad en el Suroccidente Colombiano", Cali, Universidad del Valle, pág. 18 18 Friedemann Nina, 1992," Huellas de Africania en Colombia - Nuevos Escenarios de Investigación, Bogotá, Centro Virtual Cervantes, Thesaurus. Tomo XLVII. Núm. 3, pág. 4 19 Zuluaga Francisco, 2006, "Esclavitud, Resistencia, Libertad en el Suroccidente Colombiano", Cali, Universidad del Valle, pág. 14
  • 12. 12 TUMACO ES HIJA DE BARBACOAS Al mismo tiempo, el afro se adapta material y simbólicamente al territorio, desarrollando la habilidad de reconocer y aprovechar las propiedades del entorno selvático; reinterpretando sus experiencias sociales, políticas y religiosas ancestrales. El pensamiento mágico del africano fue clave en la apropiación del territorio, a través de la manipulación que de los elementos de la naturaleza hacia el curandero para sanar los males del cuerpo y las hechiceras para curar los del alma.20 La palabra hablada fue siempre el agente activador de los poderes mágicos de la naturaleza y el sustento de la memoria colectiva, en clara resistencia a la institucionalidad religiosa que reconocía en las prácticas y ritos mortuorios del afro un vínculo con lo oscuro, lo maligno y en definitiva con el demonio; despertando la ira incluso de aquellos misioneros reconocidos por la historia como protectores de los afros esclavos en la Nueva Granada; 21 en todo caso la costa pacífica, en razón de lo inexpugnable de su geografía, no fue objeto de un control tan rígido por parte de la iglesia, lo que favoreció la reconstrucción y reinterpretación de los ritos mágicos de origen africano. La iglesia católica justificaba la esclavitud del afro como necesaria por cuanto (...) "la degradación temporal del cuerpo del negro, aseguraba la salvación de su alma, estableciendo a través de la institución eclesiástica unos lazos místicos con los grupos dominados";22 adicionalmente popularizó ideas falsas, como la de que el afro era sometido en América a una esclavitud más benigna a la que era sometido por sus reyes en África o que resistía mejor el trópico que los indígenas y que fue traído a las colonias para salvar al otro. La verdad es que el afro no llegó para sustituir al indígena, sino para unirse a él en su sometimiento. La iglesia pretendió evangelizar a la población esclavizada, reconociendo tácitamente que el negro esclavo poseía alma y reconociendo así su condición humana, sin embrago actuó de 20 "A finales de la década de los ochenta, un equipo de investigación de la Universidad de Antioquia se dio a la tarea de investigar la práctica de curar la enfermedad de la malaria con plantas, indagando entre los curanderos más reconocidos en el municipio de Tumaco; presenciando las consultas y realizando recorridos en busca de las terapéuticas plantas (...) se concluyó sobre la importancia de su conocimiento, pero también la fragilidad del mismo, pues muchos curanderos han tenido que abandonar el municipio, como tantos de sus coterráneos, y la gente tiende a prestar cada vez menos atención a los conocimientos ancestrales." En: Jiménez Meneses Orian, Hernández López David, Pérez Morales Edgardo, González Vélez Estefanía, 2005, “Tumaco Historia Memoria e Imagen”, Medellín, Imprenta Universidad de Antioquia, pág. 120 21“Cuando Pedro Claver ejercía su misión evangelizadora, estos ritos fúnebres, los cantos y los tambores con danza en torno al muerto, ya causaban gran desazón entre las autoridades civiles y eclesiásticas. Tanto que al oír el tambor que retumbaba en la ciudad, Pedro Claver corría a las casas de cabildo y amenazándolos con látigo, les arrebataba las viandas que allí se preparaban para el sacrificio nocturno de acompañamiento al espíritu del difunto en su salida hacia el otro mundo. Llevándose como rehenes a los tambores, exigía un pago de rescate, en tanto que los tambores regresaban al cabildo.” -Friedemann Nina, 1992," Huellas de Africania en Colombia - Nuevos Escenarios de Investigación, Bogotá, Centro Virtual Cervantes, Thesaurus. Tomo XLVII. Núm. 3, Pág. 9 22 Borja G. Jaime, 1992, "Creando la Realidad”, Ponencia VII Congreso Nacional de Historia, Bucaramanga, pág.78, Citado por: Chamorro Chamorro Doramaría, 1999, "Esclavitud y Mentalidad en Pasto Siglo XIX", pág. 118, en: "Manual de Historia de Pasto, Tomo III, Pasto, Ed. Graficolor
  • 13. 13 manera contradictoria; (...) "primero autorizó su esclavitud por no ser cristianos; ya cristianizados continuó tolerando su sujeción y aún impulsó al Estado a que fuera contradictorio en los casos en que admitió en las colonias negros que por ser ya cristianos, no se aceptaba su introducción como esclavos pero sustentaba la permanencia de los cristianizados en América como tales."23 Así narra el profesor Arturo Chávez Benítez, el encuentro de los primeros afros llegados de África con los Indígenas sometidos ambos bajo el modelo de explotación del oro en la actual Nariño; (…) “muy en breve traerían esclavos de ébano para laborar nuestras minas y los esclavos recién llegados de la playa del África como los aborígenes que huyeron a la selva desde Tumaco, se encontrarían en los socavones para mezclar al salir agotados y hambrientos sus lágrimas con las chontas de sus marimbas y los aborígenes, algunos con raza de estirpe imperial con los lamentos silvestres del rondador.”24 Barbacoas, como lo fuera también Tumaco, fue saqueada por piratas europeos en los últimos años del siglo XVII; pero también por los gobernadores que estuvieran de turno en Popayán y por el propio libertador: “En 1821 el coronel Ángel María Varela, por mandato de Simón Bolívar, apareció en Barbacoas con el fin de conseguir recursos para la gesta libertadora. Decían que iba a venir el mismo libertador pero se encontraba enfermo en Pativilca acosado de unas fiebres raras. Entonces envió a su lugarteniente para cobrar en especie y dinero de las familias acaudaladas y les dio un plazo de trece días para que alleguen el oro. Barbacoas soportaba un estío mayor y las ataguías se encontraban secas por lo cual era muy difícil extraer el oro solicitado. Pasado el plazo y al ver que los mineros no volvían, asaltó la basílica de la virgen de Atocha e hizo que su soldadesca tomara las joyas que cubrían el altar y por supuesto el vestido de la patrona. La noticia corrió y ante la sacrílega decisión, las matronas propusieron al coronel, construir una balanza y cubrir con el peso de sus propias joyas, el peso de las prendas propias y salvar así las joyas de la esfinge sagrada. Fue una curiosa decisión.”25 Así se salvó al ajuar de la patrona de los barbacoanos, avaluado en más de mil millones de pesos actuales, durante ciento setenta y un años, hasta el nueve de junio de 1992, cuando dos ladrones disfrazados de recolectores de chatarra despojaran a Barbacoas del último vestigio de su antigua riqueza y señorío. Los mineros barbacoanos negociaban directamente con joyeros en Londres y Paris, a donde viajaban con regularidad; no se interesaron nunca, hasta la caída de Barbacoas, en las ciudades andinas del departamento. Desde la década de 1910, con la apertura del canal de Panamá, la mercancía europea llegó a raudales a Barbacoas, transportada en los barcos a vapor que 23 Zuluaga Francisco, 2006, "Esclavitud, Resistencia, Libertad en el Suroccidente Colombiano", Cali, Universidad del Valle, pág. 9 24 Extraído del artículo: “Manco-Capac secundado por los pescadores Tumas, virtual fundador de Tumaco –Huáscar y Atahualpa (Príncipe Hermoso) publicado en la revista “Vigía” , citado por Leusson Telmo, “Tumaco, Historia y Cultura”, 1996, Tumaco, si editor, pág. 71 25 Corella Hurtado, José María; 2013, “Don Arsenio y la Ciudad de los Pianos”, Pasto, Tipografía Cabrera, pág. 41
  • 14. 14 transitaban el rio con juiciosa regularidad; llegaron así los primeros pianos de cola y el primer Ford modelo T. Las formas sociales europeizadas de la elite barbacoana eran tan rígidas que desde noviembre, cuando Europa empezaba a soportar los rigores del invierno, los barbacoanos vestían de paño estrictamente negro, chaleco y leontinas; esto en el asfixiante calor de la selva húmeda y hasta bien entrado el siglo XX. En sus casas había siempre dos pianos uno de cola para las fiestas y uno pared para los ensayos. En 1921 llegó al puerto fluvial el presidente Marco Fidel Suarez prometiendo la carretera asfaltada Pasto – Barbacoas que hasta el día de hoy, casi un siglo después, es una trocha intransitable. Prometió también (…) “la aviación comercial que había inaugurado una año antes en la costa Atlántica, los cables del telégrafo y el Banco de la Republica; así lo dijo en el discurso de la fiesta de gala ante un pueblo enajenado por los acontecimientos.”26 Se reconoce a Tumaco como heredera de la tradicional Barbacoas, cuya producción minera sumada a la de Choco significaba, a finales de la colonia, más de la mitad del oro producido en Colombia; se sabe también que la decadencia del distrito minero fue directamente proporcional al florecimiento del puerto. Declive de larga data que motivó a la elite blanca criolla a abandonar poco a poco el poblado para instalarse, unos en las capitales andinas y otros en Europa donde se reencontraron con sus familias de origen. Mientras que los afros una vez libres y frente a la decaída realidad del puerto fluvial huyeron en masa hacia la costa y hacia las riveras de los ríos, dando vida a caseríos y veredas, muchos de los cuales permanecen hasta el día de hoy; como es el caso de la actual Llorente; se dedicaron estos afros a la pesca, la cacería, la recolección y el mantenimiento de los platanales hasta que en la segunda mitad del siglo XIX la bonanza del caucho y de la tagua traería de nuevo la lógica extractivista a la vida social de las comunidades. La decadencia de Barbacoas se originó en el agotamiento progresivo de los yacimientos superficiales de oro de aluvión, siendo no solo menor la cantidad de oro obtenido por cada afro esclavizado sino también menor el kilataje del oro obtenido. El decaimiento se acentuó, ente otros factores, con la abolición de la esclavitud en 1851; el gran incendio de Barbacoas en 1902; el trazado del ferrocarril de Tumaco en la década de 1920, que dejaría al poblado por fuera de la ruta entre la sierra y el mar; la explotación de las zonas auríferas por parte de compañías extrajeras, que implementaron la minería industrial con la utilización de las dragas en el Telembí, y que despojaron de sus tierras y sus títulos de explotación a las familias acomodadas de Barbacoas, que tradicionalmente habían explotado el oro desde la primera mitad del siglo XVIII, especialmente a la familia Del Castillo; esto con artimañas jurídicas frente a las cuales las autoridades regionales y nacionales se hicieron de la vista gorda. “Las familias se iban con despedidas o sin despedidas, con redobles o sin redobles, las más de las veces con honores municipales y muchas veces sin ellos. Fue un éxodo doloroso y constante; con sus descendencias partían alegres con los cachivaches de quienes abandonaron 26 Ídem, pág.48
  • 15. 15 TUMACO ES HIJA DE BARBACOAS vetas y aluviones sepultados en las cuencas inexploradas y en los filones inconmensurables que yacen bajo las calles de la ciudad. Se fueron además por los incendios, por el tren lejano, por los forasteros y la inminencia de una draga tan grande como un edificio.”27 La llegada de “los gringos” a Barbacoas en la década de 1930 para explotar el oro con extraordinarias dragas mecánicas, que devoraron sin compasión alguna las cuencas de los ríos, marcó un punto de no retorno en la decadencia del puerto, con la instauración de una economía de enclave auspiciada por las autoridades del departamento y también desde Bogotá, en concierto con las compañías extranjeras. La filosofía del negocio era sencilla: la ganancia para los extranjeros y para los funcionarios corruptos del gobierno en Pasto y Bogotá; la pobreza y el irremediable daño en el medio ambiente para Barbacoas y para los barbacoanos; el grosero oportunismo convertido en filosofía de negocios, cobardía política, falta de visión, desconocimiento de las necesidades urgentes pero siempre aplazadas de los nativos de la costa nariñense; despojo y migración forzada; capitalismo salvaje, estado invisible y siempre ausente, indiferente, mezquino. Se segregó a todo nativo barbacoano; desde los más humildes hasta a los que ostentaban su abolengo y tradición; (…) “levantaron casas americanas para los americanos, talleres americanos para los americanos, y el último día del mes de abril de mil novecientos treinta y cinco dieron luz eléctrica a sus casas como si fuera el mismo día y se convirtió en una leyenda propagada como alucinación. La ciudad encantada emergió de las entrañas de la selva. Era Mongón.”28 Algunas calles de Barbacoas se destinaron para el transito exclusivamente de los norteamericanos, si un trabajador afro se atrevía a atravesarlas podía ser destituido. Los mineros artesanales que se hacían al oro bateando la arenisca olvidaron su tradición para emplearse como obreros en la compañía norteamericana; por supuesto ellos no tenían lugar en la Manhattan de la selva, como se conocía al campamento de Mongón; la regalía recibida por la municipalidad consistió en un barril diario de ACPM para encender la planta eléctrica del pueblo durante los treinta años durante los cuales los norteamericanos explotaron sin misericordia a Barbacoas y a sus gentes; (…) “De allí en adelante la minería reinó con sapiencia y las cosas pasaron al silencio y al olvido, porque la draga se comió al pueblo y las riberas del rio durante los treinta y seis años siguientes, al cabo de los cuales también se fue, dejando la pobreza y la miseria indigna. Era el oro Barbacoano.” 29 Las concesiones que dio el estado colombiano a las empresas extractoras extranjeras no generaron el crecimiento económico de la región, ni mucho menos el bienestar de los habitantes de la costa pacífica nariñense; sin embrago la lógica de explotar los recursos de la región a costa de sus habitantes y del medio ambiente continuaría en el territorio. Mientras la madre se sumía 27 Ídem, pág.119 28 Ídem, pág.127 29 Ídem, pág.293
  • 16. 16 TUMACO ES HIJA DE BARBACOAS en la tristeza casi de muerte, la hija rebosaba de alegría y vida nueva, al ritmo de las recién estrenadas bonanzas: “Tumaco es hija de Barbacoas”, comentaba el ingeniero Santafereño Miguel Triana en 1905: “No de otra manera se explica el transeúnte observador como existe en un pueblo de negros un núcleo social que poco tiene que envidiar a las pequeñas ciudades del Cauca, la amabilidad y corrección de maneras de los blancos de Tumaco y la suavidad de carácter y cultura de los negros, que en la costa atlántica y el Cauca son cínicos e indómitos, proviene del régimen de libertad industrial que la localidad le ha ofrecido a estos sin la opresión de los otros. (…) las familias blancas, olvidadas de su preocupación aristocrática, saben apreciar esas distinciones (las buenas maneras y costumbres de los afro tumaqueños) y les abren campo a los negros que por su talento y aplicación empiezan a ser notabilidades lugareñas."30 Tumaco era poco más que un punto de entrada y salida de las mercaderías desde y hacia los distritos mineros, pero estaba en expansión; (...) "existían en la ciudad (1782) Real Estanco y Casa Real, guarnición armada y cárcel pública, en 60 casas habitaban 70 familias con 391 personas, sin contar 32 que vivían en El Morro. La ciudad y sus lugares inmediatos albergaban entonces a 2.497 habitantes."31 El puerto podía albergar buques de gran calado y comunicaba a Barbacoas con Ecuador, Chile, Perú y Panamá; de Guayaquil llegaba la sal, de Chile el vino y la ropa de España, del Perú llegaba la munición, las pailas de cobre, el tocino, el jabón y el aceite; carne de diablo de Prusia; mantequilla irlandesa; de regreso a Perú y Ecuador los barcos se cargaban con brea para la fabricación de navíos. El oro de Barbacoas, que enriquecía a los esclavizadores europeos y criollos, fue también clave para que muchos afros, realizando un trabajo extraordinario en su escaso tiempo libre, pudieran hacerse a pequeñas cantidades del metal, que con el paso de los años sería suficiente para comprar al amo la anhelada libertad; si este estaba de acuerdo, claro está. Muchos de los afros que lograban escapar del sometimiento en las minas de Barbacoas escapaban a la costa y a las orillas de los ríos buscando su libertad pero incluso más importante salvando sus vidas, pues en condición de esclavos no sobrevivían más de diez años de trabajo forzado; (...) "desde finales del siglo XVIII los esclavos negros y mulatos que habían comprado su libertad o sus padres lo habían hecho antes y eran conocidos como libres daban origen a nuevos poblamientos espontáneos que bien podían ser lineales a la costa o las bocanas de los ríos o en algunos casos al interior de las selvas.”32 30 Triana Miguel, 2004, “Por el Sur de Colombia”, Pasto, Empresa Editora de Nariño -EDINAR- 31 Sánchez Gutiérrez Jairán, 2012, “Caracterización y Diagnostico Socioeconómico y Ambiental de la Costa Pacífica en el Departamento de Nariño”, Formación en gestión ambiental y cadenas productivas Convenio SENA-Tropenbos-, pág.56 32 Jiménez Meneses Orian, Hernández López David, Pérez Morales Edgardo, González Vélez Estefanía, 2005, “Tumaco Historia Memoria e Imagen”, Medellín, Imprenta Universidad de Antioquia
  • 17. 17 TUMACO ES HIJA DE BARBACOAS El difícil acceso a los poblamientos era clave para mantener la resistencia; la topografía, el clima, la distancia o la densa vegetación debían ser consideradas; además el asentamiento era protegido con estacas para convertirse en palenque; levantados primero por afros recién llegados a los que más tarde se unirían esclavos criollos que construían, día a día, un proceso de reintegración étnica. En la nueva organización social, al interior de los palenques, salían a relucir prácticas y jerarquías en las que se entremezclaban las formas de organización tribal africanas y las aprendidas del amo español; en todos los casos siempre asumían formas comunitarias de trabajo en las que el parentesco y el compadrazgo marcaban las pautas de socialización. Existen referencias del levantamiento de palenques en las cercanías de Barbacoas, como lo comenta Fernando Jurado Noboa: (...)"los esclavos de don José y los de don Francisco Javier Mosquera se rebelaron a mediados del siglo y se fueron a fundar los primeros palenques del Pacífico cerca a Barbacoas en donde se encontraban negros libres desde 1732 lavando oro en las riberas o sembrando maíz y plátano."33 En Nariño se ha evidenciado la existencia de palenques en el valle del Cumbal y en el norte del departamento: "algunos esclavos se fueron a formar palenques en el Castigo34, otros por el antiguo camino de Mayasquer, cerca del cerro de Cumbal, donde hasta ahora se conservan nombres como Ciénaga, Camino, Picacho, Páramo y El Tablón de Simarronas y un sitio denominado el Porvenir de los Mineros, que es un peñasco por la vereda Násate, entre el páramo alto de Panám, por el paso del Granizo, para finalmente pasar al valle del Chota (Ecuador)."35 El palenque del Castigo fue tal vez el más importante; ahí se levantaron dos poblamientos en los que establecen una economía estacional. Nachao y Nalgua, serían los dos poblados en los que vivieron al menos cuatrocientas familias provenientes de Barbacoas; este poblamiento seria la semilla de la cultura cimarrona del Patía, a mediados del siglo XVIII, dando origen a una comunidad estable en el valle del mismo nombre; se auto reconocían como bandoleros y el 33 Jurado Noboa, Fernando, 1990, “Esclavitud en la Costa Pacífica”, Ediciones ABYA - YALA, Centro afroecuatoriano, Quito, Corporación Ecuatoriana de “Amigos de la Genealogía” Pág.146 - Citado por: Umaña Carrizosa Hugo, 1993, "Impactos Ambientales en el Pacífico" en: Leiva Pablo, "Colombia Pacífico”, tomo II, Proyecto Editorial del Fondo FEN - Colombia, Extraído el 8 de julio de 2013 en: http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/geografia/cpacifi2/61.htm 34 El palenque del Castigo existió entre los años 1635 y 1726. “Los primeros datos que se tienen los aporta Fray Juan de Santa Gertrudis en el texto „Maravillas de la Naturaleza‟, quien visitó la zona en 1759. El fraile mallorquino señala que procedían de ese territorio los ladrones que habían robado “un situado que bajaba con treinta mulas cargadas de plata del Rey, de Pasto para Popayán”. Según el mismo fraile, a pesar de las empresas llevadas a cabo por órdenes del virrey y del gobernador de Popayán esta población no pudo ser controlada. Debido a que la zona era rica en oro, lo que generaba la presencia de mercaderes, los apalencados podían comprar ropas, armas de fuego y las municiones necesarias para la defensa del territorio.” - Fray Juan de Santa Gertrudis, Maravillas de la naturaleza, Bogotá, Banco de la República, tomo III, 1956, pp. 68-69 35 Chamorro Chamorro Doramaría, 1999, "Esclavitud y Mentalidad en Pasto Siglo XIX" en: "Manual de Historia de Pasto, Tomo III, Pasto, Ed. Graficolor, Pág. 147
  • 18. 18 TUMACO ES HIJA DE BARBACOAS asalto de los caminos era parte de su forma de vida, en la época de las guerras de independencia se declararon realistas y en más de una ocasión pelaron junto a los pastusos en contra de los generales del ejército patriota, convirtiéndose en una guerrilla realista. No hay que olvidar que el cimarrón,36 afro esclavizado que huía de sus amos en actitud de resistencia, fue perseguido tenazmente incluso con perros de jauría especialmente adiestrados para la tarea; si era capturado podía sufrir la mutilación de sus genitales o eran untados en brea para ser quemados vivos. Cuando un palenque era arrasado por las autoridades, los cimarrones sobrevivientes levantaban otro en pocos días. Los que lograban escapar y los que podían comprar su libertad se adaptaron con rapidez a un entorno natural que ofrecía muchas oportunidades; José María Córdoba describe en 1824 su encuentro con una de estas comunidades de afros libres asentados en la costa nariñense; (...) "la pródiga, cuanto fecunda naturaleza, todo se lo proporcionaba con sólo alargar la mano para recoger; ni aun la ley universal del trabajo parecía que se cumpliera entre ellos ni que fuera necesaria. Vimos retirar las redes repletas, como las de la pesca milagrosa, de sábalos, langostas y otros peces con tal profusión, que soltaron los que no podían consumir; dejaron que bajara la marca para presentarnos ostiones mejores que los de Ostende; si tenían pereza para pescar, recogían almejas, caracoles, cangrejos y otros mariscos, que quedaban varados en la playa al bajar la marea; y si les aburría la despensa marina, les era fácil recoger caza entre la gran variedad de aves acuáticas que acuden por millares en busca del diario e inagotable sustento que encuentran en aquellas abandonadas regiones".37 Pero incluso sesenta y cuatro años antes, en 1760, el buen fraile De Santa Gertrudis38 se topó con una comunidad de afros libres en las orillas del rio Telembí que se habían convertido en 36 El término era utilizado por los españoles para referirse al animal doméstico que una vez amansado huía, volviendo a la vida salvaje; por supuesto era un término despectivo para referirse al afro esclavo que huía de su amo; sin embargo, la palabra cimarrón fue adoptada por los afros rebeldes como sinónimo de resistencia a la esclavitud y de lucha contra la discriminación. 37 Leal Claudia, 2000, "Manglares y Economía Extractiva. Sobre cómo algunos de los recursos que utilizan los habitantes del manglar en el pacífico colombiano se convierten en dinero y cómo éste se aleja", Artículo publicado en: Arocha Rodríguez Jaime, Machado Caicedo Martha Luz, Villa William, Leal Claudia, "Geografía Humana de Colombia: Los Afrocolombianos.” Tomo VI, editorial: Instituto Colombiano de Cultura Hispánica, extraído el 10 de julio de 2013 en: http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/geografia/afro/manglare 38 “Según datos aportados por el historiador fray Luis Carlos Mantilla R, fray Juan de Santa Gertrudis Serra, debió nacer en Mallorca en el año de 1724 y recibir la ordenación sacerdotal en 1748/49. De los documentos encontrados por el padre Mantilla, se desprende que era “blanco, sonrosado y de pelo negro “y que en enero de 1757 se embarcó en compañía de otros catorce sacerdotes con destino al colegio de la Virgen de Gracia en Popayán, siendo asignado a las misiones del Putumayo, donde, en 1758, funda el pueblo de Agustinillo. Durante los siguientes nueve años su vida transcurre entre su pueblo en el Putumayo y dos salidas a Santa Fe y a Quito. Regresó a Cádiz en septiembre de 1768 y allí reingresa al colegio de Arcos de la Frontera donde había estudiado en la juventud y del cual llegó a ser guardián. Luego vivió en la natal Mallorca hasta su muerte acaecida el 8 de agosto de 1799. Fuera de las Maravillas de la Naturaleza, fray Juan de Santa Gertrudis escribió una obra titulada Medicina Luliana, que contiene comentarios a la obra de Raymundo Lulio. También se conservan los Tomos II, III y IX de la recopilación de sus sermones bajo el título La virtud en su palacio.”
  • 19. 19 TUMACO ES HIJA DE BARBACOAS proveedores de sus antiguos amos: (…) “Estos que se rescatan lo pasan muy bien, porque río abajo siembran buenos platanares y buenos cañaverales de caña dulce, y con sólo esto ya tienen para mantenerse; porque los señores de las minas tienen pocos plátanos y el que tiene más, no le alcanza para sus negros y cada mes han de comprar a estos negros y mulatos libres una o dos canoas de plátanos, que le vendrán a costar cincuenta o sesenta pesos, y con esta plata se surten ellos de carne y cuanto han menester.”39 En 1851 durante la presidencia de José Hilario López se decretó la abolición de la esclavitud; proceso que tiene antecedentes directos en: la constitución de Cartagena de 1812 que prohibía el comercio de afros; en la decisión del dictador Juan del Corral que en 1814 sentenció la libertad de todo hijo de esclavo en Antioquia40 y en la ley de libertad de vientres de 1821 que nunca llegó a cumplirse a cabalidad.41 A partir de esta fecha se dio una intensa migración de afros libres, que salieron del distrito de Barbacoas, algunos para establecerse en Tumaco; otros en el rio Patía y en Salahonda y los últimos en las orillas del rio Mira, en la zona de la llanura del pacifico colindante con Tumaco; donde se levantaron espontáneamente poblados tales como San Carlos que se convertiría, con el paso del tiempo, en el actual Llorente. Para el momento en que se prohíbe la esclavitud, la mayoría de los afros en Colombia eran ya libres, en parte a causa del “cimarronaje”, pero especialmente porque al ser reclutados masivamente por las milicias realistas e independentistas recibían la libertad; (...) “según Manuel Restrepo había en 1810, en el virreinato de la Nueva Granada 138.000 esclavos y 650.000 personas de color libres.”42 Incluso algunos amos otorgaron la libertad a sus esclavos antes de ser una obligación jurídica, por diversos motivos: "por los servicios prestados, por las ideas filantrópicas de la ilustración, porque eran reclutados para participar en las luchas independentistas";43 pero también porque la producción basada en la mano de obra esclavizada ya no era tan rentable como en el pasado; a muchos dueños de esclavos les resultaba más rentable contratar la mano de obra de los afros, pagando un salario muy bajo, sin contraer obligaciones adicionales como tener que proveerles un lugar de habitación, vestido y alimentación. 39 Fray Juan De Santa Gertrudis, 1970, “Maravillas de la Naturaleza”, Bogotá, Ediciones del Banco Popular; extraído el 1 de octubre de 2013 en: http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/faunayflora/mara/mara0.htm 41 La ley de libertad de vientres, de julio de 1821, establecía que todos los hijos de esclavos nacidos a partir de esta fecha quedarían libres una vez cumplieran 18 años; después la edad subió a 21 años, pero aun a esa edad quedarían sujetos al amo, pues debían indemnizarlo por todos los gastos en que hubiese incurrido en razón de su crianza. 42 Rahier Jean, Decima Poesía Oral Negra del Ecuador, citado por Leusson Telmo, 1996, “Tumaco, Historia y Cultura”, Tumaco, si editor, pág. 38 43 Chamorro Chamorro Doramaría, 1999, "Esclavitud y Mentalidad en Pasto Siglo XIX" en: "Manual de Historia de Pasto, Tomo III, Pasto, Ed. Graficolor, pág. 118
  • 20. 20 TUMACO ES HIJA DE BARBACOAS La sociedad de la época empezó a reconocer en la esclavitud un inconveniente, al margen de consideraciones éticas, humanistas o republicanas; (...) "la esclavitud genera malas costumbres; si los esclavos eran holgazanes, maliciosos, hipócritas, embusteros, se debía a su estado y era el reflejo de las costumbres de sus dueños. No era extraño que fueran perezosos pues no podían amar un trabajo del que no les resultaba beneficio alguno. Por otra parte se consideraba que la servidumbre era el taller de todos los crímenes. Es necesario transformar al esclavo en un hombre libre para poder incorporarlo a la producción".44 Ya en 1779 los afros libres constituían el setenta por ciento de la población de Tumaco que era de dos mil setecientos habitantes y que incluía solo treinta y seis esclavos; es claro entonces que el afro no sufrió la esclavitud en Tumaco con la misma intensidad que la sufriera en Barbacoas; no se debe entender por esto una ausencia de diferencias sociales, que por su puesto las había y muy marcadas; sino que estas diferencias no pasaron necesariamente por la relación amo – esclavo. Para finales del siglo XIX (...) “Tumaco se reducía a una pequeña área urbana asentada en la isla que lleva su nombre. Una calle de pequeños almacenes paralela a la orilla del mar donde se desembarcan y embarcan las más disimiles mercancías, y a partir de las cuales se hallaban construidas algunas residencias y ranchos que conformaban el núcleo del poblado de aquel entonces.”45 Durante este periodo, las territorialidades de la actual Colombia se construían y reconfiguraban todos los días a sangre y fuego. Los límites serán siempre cambiantes, agrupando y suprimiendo territorios en su organización político - administrativa; reflejándose así la inestabilidad política que generaba la lucha entre centralistas y federalistas. Periodo en el que transitamos de la confederación granadina de 1857 a los Estados Unidos de Colombia de 1863, y a la regeneración en 1886. Mientras tanto, la muy soleada, Tumaco formo parte de la jurisdicción del Cauca, de la de Quito, de la provincia de Buenaventura y finalmente de la provincia de Pasto; dicen los pastusos que con justicia, pues ellos defendieron, en más de una ocasión, a la isla del ataque de piratas y filibusteros europeos en el siglo XVII;46 mientras que los Tumaqueños, por su lado, no pierden ocasión para remarcar el abandono al que han estado sometidos por parte del poder regional ejercido desde la capital nariñense. 44 Chamorro Doramaría, 1999, "Esclavitud y Mentalidad en Pasto Siglo XIX", en: "Manual de Historia de Pasto, Tomo III, Pasto, Ed. Graficolor, pág. 121 45 Restrepo Eduardo, 1999, “Hacia la Periodización de la Historia de Tumaco”, Artículo publicado en: “Tumaco, Haciendo Ciudad” Agier M. Álvarez M. Restrepo E; Cali, Imprenta Universidad del Valle, pág. 58 46 En el siglo XVII, Tumaco fue objeto de saqueo y hostilización por parte de filibusteros ingleses y holandeses. En 1681, el teniente gobernador Juan de Godoy se trasladó con su tropa desde Pasto a Tumaco y se enfrentó con un pirata ingles de apellido Wolmen a quien derrotó; pero en 1684 Eduardo David, un corsario de origen flamenco, saqueó Tumaco y se llevó consigo a cuanta riqueza y mujeres pudo embarcar en su navío.
  • 21. 21 TUMACO ES HIJA DE BARBACOAS Lo que fue y sigue siendo una constante en el pacifico sur de Colombia es que las capitales andinas mantienen el control político sobre las regiones costeras, frustrándose permanentemente cualquier iniciativa de autonomía regional, tal como fuera la de “las provincias del litoral” entre 1852 y 1860; Tumaco se constituiría en municipio en el año 1862, en el gobierno de Tomas Cipriano de Mosquera. “A diferencia del Chocó, la parte sur del pacífico no conoce una identificación temprana ni tiene nombre propio para el conjunto de la región, y se va dividiendo o reunificando según las épocas y los intereses de los actores dominantes.”47 Solo como curiosidad vale anotar que Tumaco fue un departamento independiente, integrado por las provincias de Núñez y Barbacoas, donde ejerció como gobernador el general Micolta Concha, entre el 5 y el 31 de agosto de 1908; marcando escasísimos veintiséis días de autonomía tumaqueña. 47 Óp. Cit. pág.59
  • 22. 22 EL DIABLO ENRIELADO José montó de niño en el tren que iba del Diviso a Tumaco, de la mano de su abuela llegada hacía pocos años de Barbacoas: “Mi abuelita me subía en ese diablo enrielado para salir a Tumaco; a mí no me gustaba porque cuando enchufaban esos vagones chillaba el fierro como un espanto. Parábamos en cada estación y se armaba la algarabía. Todos nos saludaban con la mano desde la orilla del riel, porque el que se iba en el tren de pronto ya no volvía más.” Tras la independencia, Nariño estuvo primero bajo la jurisdicción de la provincia de Popayán y luego bajo la del estado y departamento del Cauca, hasta 1904, cuando nace oficialmente el departamento, que para aquel entonces abarcaba los territorios de los actuales Putumayo, Guaviare, Vaupés, Caquetá, Amazonas y Guainía. La creación del décimo departamento de Colombia no fue una concesión del gobierno central a los nariñenses, sino el resultado de una ardua lucha política liderada, entre otros, por Daniel Zarama y Julián Buchelli Ayerbe. La iniciativa contó con el apoyo de los comerciantes e intelectuales de la región y respondía a la manifiesta necesidad de liberarse de la histórica atadura con el Cauca; buscando por este medio mayor participación en las decisiones de la recién creada república. Establecido el departamento el 6 de agosto de 1904, el presidente Rafael Reyes designó como primer gobernador a Julián Buchelli: juez, diputado, escritor y periodista; reconocido como un político visionario que impulsó la construcción de la carretera del sur, la fundación de la universidad de Nariño y el trazado del ferrocarril Pasto - Tumaco para unir la sierra con el puerto marítimo. Tenía muy claro el recién estrenado gobernador que la situación geográfica de Nariño era insuperable por cuanto presentaba el trayecto más corto entre la amazonia, los andes y la costa pacífica; que en Nariño tiene una extensión de trescientos setenta kilómetros. Muchos de los proyectos de Buchelli se truncaron y sus buenas intenciones no fueron suficientes para materializar las obras planificadas; principalmente porque en Bogotá no se veía con buenos ojos el deseo de autonomía de la elite nariñense; (...) "era un despropósito que una región tan marginal como Nariño, aspirará a comunicarse en forma expedita con el Pacifico o con el Ecuador, puesto que estos proyectos no corresponden a los corredores viales trazados y
  • 23. 23 EL DIABLO ENRIELADO priorizados por el nuevo gobierno nacional. Les preocupaba también la autonomía del sur, que se podía dar en esencia y apelando al criterio de unidad nacional."48 El proyecto original del Ferrocarril de Nariño tenía una extensión de seiscientos cuarenta y dos kilómetros desde la isla de El Morro, pasando por el actual Diviso, Altaquer y Tuquerres para llegar a Pasto y continuar en dirección norte, a través del valle del Patía hasta Popayán empatando con el ferrocarril del Pacífico. Desde 1905 se adelantan los primeros estudios técnicos; siete años más tarde se declaró de utilidad pública, condición ratificada en 1915 con la destinación de un porcentaje de los ingresos del departamento, por concepto de las aduanas, para su construcción. Solo hasta 1925 se inician los trabajos desde un punto medio entre Pasto y Tumaco, desde donde se va instalando gradualmente la vía; al el oriente para alcanzar Tumaco y en orientación contraria para llegar algún día a Pasto; (…) “los materiales traían por el río Mira y salían por Candelillas, de allí las cuadrillas que tenían veinticinco hombres sacaban el material en carretas y con eso iban aplanando el terreno, poco a poco, sobre balastros y ponían los rieles y los polines de madera fina, sobre todo de guayacán; el tren también llegó por agua y cuando iba llegando a cada pueblo se celebraba por tres días.”49 En 1928 se inauguró el tramo entre Aguaclara y San Carlos (actual Llorente), cuando llegaron los primeros vagones para carga de ganado procedentes de Checoslovaquia; en 1930 la vía férrea llega hasta el actual Diviso, kilómetro 103 al occidente de Tumaco, y en 1942 hasta Tumaco conectando el continente con la isla de Tumaco y con la isla del Morro. “Desde Aguaclara, a doce kilómetros de Tumaco, y desde el mismo límite de las marcas salinas, partía el trazado del ferrocarril hacia el Diviso, para encontrar un día la carretera que bajaba desde Pasto. El trazado desarrollaba una recta perfecta de 30 kilómetros, de Aguaclara a San Bernardo50 en un plano de absoluta horizontalidad donde el agua lodosa no corría. Los esteros se extienden a la altura del pleamar y de ahí que toda esa inmensa extensión costanera, bajo el dominio hidrográfico de la selva, tuviera siempre la permanencia mefítica de un pantano.”51 Las familias blancas acomodadas, descendientes de los primeros mineros europeos, cargadas de abolengo y distinción, y que no habían salido aún de Barbacoas, presentían que el tren sería nefasto para su ya golpeada existencia por cuanto dejaba al puerto fluvial por fuera de la ruta del comercio entre la sierra y el mar. Bajaban los domingos al poblado del Diviso; bautizado así 48 Fundación Estanislao Merchancano, 2012, “El Tren Fantasma de Nariño” extraído el 14 de junio de 2013 en: http://www.isidorohistoria.com/historia/?p=1179 49 Testimonio de Don Dimas Cortes, octogenario habitante de la Guayacana, entrevista realizada por los profesores de la escuela del pueblo, el 19 de noviembre de 2005 50 El poblado de San Bernardo, referido aquí por el ilustre escritor nariñense Guillermo Edmundo Chaves, corresponde al actual corregimiento de la Espriella. En la sección dedicada a Llorente se explica la transformación de los nombres de los poblados de la zona, en razón del impacto que significo para estas poblaciones la llegada del diablo enrielado. 51 Chaves, Guillermo Edmundo, 2010, “Chambú”, Pasto, Editorial Letras Colombianas, pág. 79
  • 24. 24 EL DIABLO ENRIELADO porque desde este punto se divisaba muy bien el pronto arribo de la locomotora de leña; bajaban para conocer ese diablo enrielado que habían visto solo en las películas europeas proyectadas en el cinema del pueblo: “El ferrocarril recorría las planicies con itinerarios rigurosos sobre rieles largos tendidos en la recta, por túneles de fronda y cocoteros, helechos rojos entre hortensias y magnolias a la vera de los corotos corpulentos. Mangles altos y delgados y la inminencia del mar. El maquinista cobró importancia de mayoral, tal como lo fueron los arrieros del camino y los capitanes de los buques del rio, (…) cuando elevaba el silbato se alborotaban las estaciones; lanzaba encomiendas con precisión certera en cada pascana y daba inicio al bullicio.” 52 La construcción del ferrocarril trajo consigo a cientos de trabajadores provenientes de la sierra y del pie de monte costero, que era un puente entre dos razas y dos culturas; muchos de ellos se quedaron para siempre en la llanura del pacífico poblando los pueblos existentes y levantando pueblos nuevos; en todo caso fueron muchos más mestizos serranos que afros los que llegaron en esta ola migratoria, pues estos últimos estaban más que satisfechos recogiendo la semilla de la tagua que estaba en furor para la época en Estados Unidos y Europa y que representaba un trabajo menos riguroso y mejor pagado que construir un ferrocarril. A los pueblos de la sierra y del pie de monte llegaban los reclutadores del ferrocarril; (…) “recorrían las veredas, entran a los poblados entre grandes manifestaciones patrióticas; describían la vida de Aguaclara como llena de un confort perfecto y ofrecían salarios dobles de los que pagaban en los campos.”53 Esta composición demográfica afro – mestiza, con mayor proporción del componente serrano mestizo, configuró la estructura racial que se conserva hasta el día de hoy en poblaciones como la Guayacana y Llorente; (...) “la construcción del ferrocarril de Nariño abría un enorme campo de colonización a lo largo de la vía, y como era de esperarse, tuvo un ensanche de progreso muy prospero, que vislumbra como el cimiento del desarrollo del departamento.”54 La construcción de la obra fue por supuesto titánica; murieron decenas de trabajadores y una veintena de ingenieros, a pesar de que estos últimos vivían en campamentos bien acondicionados y contaban atención médica oportuna. Tal vez un sacrificio que no se compensó por los escasos veinte y cinco años que funcionó el tren; (…) “los hombres tuvieron que trabajar, en aquella labor, con el agua fangosa a la cintura, bajo la lluvia de todas las horas, enfebrecidos por las emanaciones putrefactas de la selva, y succionados por millonadas de mosquitos que hacen odiar hasta el aire.”55 52 Corella Hurtado, José María; 2013, “Don Arsenio y la Ciudad de los Pianos”, Pasto, Tipografía Cabrera, pág. 181 53 Óp. Cit. pág.81 54 Leusson Telmo, “Tumaco, Historia y Cultura”, 1996, Tumaco, si editor, pág. 128 55 Chaves, Guillermo Edmundo, 2010, “Chambú”, Pasto, Editorial Letras Colombianas, pág. 79
  • 25. 25 EL DIABLO ENRIELADO Se levantaron pueblos y veredas en las orillas de la carrilera y los que ya existían se rebautizaron en honor de los ingenieros del tren que iban cayendo, uno a uno, por causa las fiebres de la manigua. El ferrocarril dejaría su huella no solo en el poblamiento de la zona, también en la degradación de la selva, que dos décadas más tarde empeoraría con la bonanza de la madera; seis décadas después con las haciendas ganaderas y ocho décadas más tarde con el advenimiento de la coca y del terrorismo contra el oleoducto trasandino; (…) “La locomotora comenzaba a andar y se comía los arboles de la selva colindante y fue acabando la vía. Los leñeros debieron traer maderos cada vez más lejanos, porque la caldera acabó con las palmas de chontaduro y los guayacanes hermosos. Más tarde echaron mano a los mangles con sus pajillas de los fangales del mar.”56 El ferrocarril nunca logró la extensión originalmente proyectada, ni mucho menos conectarse con el ferrocarril del pacífico. Nueve años después de su llegada a Tumaco, en 1951, se decidió dar punto final al proyecto a causa de su pobre rendimiento económico; la recomendación de un comité departamental conformado para evaluar la situación fue remplazarlo por una carretera; entonces se procedió a retirar los rieles desde el Diviso hasta la Guayacana. Hoy el ferrocarril solo existe en la memoria de los viejos que viven en Tumaco y en los sueños de los que obligadamente tuvieron que migrar a las gélidas capitales andinas; que cuando se acuestan contentos sueñan con el tren fantasma, con su algarabía y su ilusión de progreso. 56 Corella Hurtado, José María; 2013, “Don Arsenio y la Ciudad de los Pianos”, Pasto, Tipografía Cabrera, pág. 58
  • 26. 26 DE RESINAS, CAUCHOS Y SEMILLAS Entre 1850 y 1940 Tumaco se vio inundado de capitales y agentes extranjeros ligados a la explotación y comercialización del caucho negro y de la semilla de la Tagua, la bonanza del momento. El caucho era indispensable para la naciente industria automotriz y era el único caucho conocido en Europa antes del descubrimiento de la especie amazónica. La tagua, el "marfil vegetal" era muy apreciada para la fabricación de piezas de ajedrez, juguetes, peines, trompos y botones; antes de la bonanza los nativos aprovechaban de la tagua sus hojas para entechar las chozas. La bonanza del caucho en Tumaco, como todas las bonanzas, estuvo condenada desde el principio a ser solo eso. El caucho silvestre del pacifico sería remplazado primero por el caucho del putumayo y amazonas; más tarde por el caucho del continente asiático y finalmente por el caucho sintético. Caucho y tagua fueron explotados enganchando a los nativos bajo la modalidad del endeude, un adelanto en alimentos, herramientas, mercancías, medicamentos; que persiste hasta el día de hoy en la explotación de la palma; en todo caso, esta explotación no fue ni de lejos similar al régimen de esclavitud a que fueron sometidos los indígenas del putumayo y el amazonas a manos de la casa comercial fundada por Julio Cesar Arana en compañía del propio Rafael Reyes y sus socios británicos y con el apoyo del ejercito peruano. No obstante el fracaso del ferrocarril, Tumaco se consolidó como el centro más importante del pacífico sur en la extracción y comercialización de productos forestales; alemanes, españoles e italianos atraídos a la isla por el boom exportador, establecieron casas comerciales que incluso acuñaban su propia moneda para facilitar el intercambio comercial. Estos comerciantes compraban a un precio irrisorio la tagua y el caucho a los pobladores, que extraían el producto sangrando los arboles de caucho y recolectando la semilla en los bosques del área, y lo embarcaban a los puertos de destino; a la vez que modelaban una Tumaco acorde con su visión de desarrollo y sus necesidades particulares; siendo esta visión de la élite blanca base de futuros planes de ordenamiento territorial que responden al modelo de desarrollo del hombre andino, en un territorio donde el noventa y cinco por ciento de la población es afro. "Algunos viejos recuerdan aquellos lejanos días en que se picaba caucho. Con sus sesenta años a cuestas, Ángel María Hurtado, habitante de Salahonda, es uno de ellos. Cuando era niño los adultos, entre quienes estaba su padre: 'iban a picar a un estero que le dicen Tablones. Eso queda a más de cuatro horas a canalete. Se iban el día domingo, pasaban la semana y bajaban al otro domingo. Se iban sólo los hombres, los que sabían, porque todos no sabían. Cogían un cabo, o sea una escalera de guadua y la paraban y ahí iban con machetico rayando el árbol. El árbol botaba la leche hasta el fogón. Lo dejaban picado y se bajaban, a los tres o cuatro días esa leche que salía iba regando, entonces había que otra vez subir e irla sacando y echándola al canasto. Ese caucho se vendía en Tumaco. Los contratistas les traían a los picadores unas
  • 27. 27 DE RESINAS, CAUCHOS Y SEMILLAS escopeticas llamadas caucheras. Con esas ellos se cuidaban de la culebra, del tigre, que en ese entonces había mucho tigre, y mataban el saíno, mataban el venado para el sustento diario.57 En algunas ocasiones los pobladores salían a Tumaco después de semanas de recolectar la materia prima para venderla y abastecerse de lo necesario para la subsistencia, en otras ocasiones la vendían a los intermediarios que recorrían los caseríos comprando los bloques de caucho y los costales de tagua a un menor precio, pero encargándose del transporte de la materia prima; para recolectar el látex era necesario recorrer grandes distancias pues los arboles de caucho silvestre estaban muy dispersos en el bosque. Existió también una explotación comunitaria de la tagua, en la que un conjunto de pequeños emprendedores nativos la recolectaban en buena cantidad para transportarla por su propia cuenta hasta Panamá donde se comercializaba: “La generalidad de los habitantes de esta sección son labradores, quienes al concluir la labranza de una embarcación hasta de cinco toneladas o un poco más, colectan entre sus vecinos la tagua, sabe Dios a costa de cuantos sacrificios, hambres y compromisos para el futuro; se lanzan al mar con aparejos que verdaderamente no prestan seguridad ninguna, soportan privaciones sinnúmero en su largo viaje, venden en Panamá sus frutos y la embarcación la cambian a víveres para el regreso, una escopeta, algo de pólvora, una caja de jabón, un galón de kerosene, algo de manteca, un paquete de fósforos, su vestido, un traje para su esposa y una camisa para algún chico, y quedan debiendo en Panamá porque no les alcanzó el producto llevado y se comprometen a pagar en tagua el saldo; consiguen con sus compañeros el pasaje en otra embarcación, pasaje que pagan con su trabajo; regresan y se lanzan con los elementos traídos a labrar nuevamente, a colectar tagua y a cumplir con su trabajo, siempre con privaciones y ahorcajadas los compromisos del viaje anterior.”58 Al sector de la Taguera, que todavía existe en Tumaco, llegaban las canoas cargadas de la semilla para descargar el producto recién recolectado en los bosques; aquí las mujeres limpiaban la pepa para proceder a su empaque; (...) "la tagua, o marfil vegetal como la denominaban algunos, era el eje sobre el cual giraba la parte más valiosa de la vida económica y fiscal de la región, sin que dejaran de jugar un papel importante el caucho negro, la batata, el cacao, y el oro."59 Uno de los destinos más importantes de la semilla tumaqueña era el puerto de Hamburgo en Alemania. 57 Leal Claudia, 2000, "Manglares y Economía Extractiva. Sobre cómo algunos de los recursos que utilizan los habitantes del manglar en el pacífico colombiano se convierten en dinero y cómo éste se aleja", Artículo publicado en: Arocha Rodríguez Jaime, Machado Caicedo Martha Luz, Villa William, Leal Claudia, "Geografía Humana de Colombia: Los Afrocolombianos.” Tomo VI, editorial: Instituto Colombiano de Cultura Hispánica 58 Ramírez, Juan, 1909, Informe dirigido al Gobernador del departamento de Quibdó. Archivo Nacional de Colombia, Sección República, Fondo Ministerio de Gobierno, Sección Primera, Tomo 628, FIs. 6-10.; En: Echeverry María Cristina, 1993, “Minería y Desarrollo Marginal”, Colombia Pacífico, Tomo II, Pablo Leyva Ediciones, extraído el 15 de octubre de 2013 en: http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/geografia/cpacifi2/52.htm 59 Yacup Sonia, 1934, citada por: Restrepo Eduardo, 1999, “Hacia la Periodización de la Historia de Tumaco”, Artículo publicado en: “Tumaco, Haciendo Ciudad” Agier M. Álvarez M. Restrepo E; Cali, Imprenta Universidad del Valle, pág. 62
  • 28. 28 DE RESINAS, CAUCHOS Y SEMILLAS Los muchos comerciantes extranjeros llegados a Tumaco en esta época, conformaron un núcleo cohesionado de colonos comerciantes que fueron estableciendo para sí un estilo europeo en sus formas sociales y de consumo junto a la elite barbacoana, antiguos propietarios de minas desplazados a Tumaco a causa de la decadencia definitiva del distrito minero; (...) "cuando el auge prospero de la tagua y el caucho aturdía a Tumaco, muchos de sus visitantes tenían el exótico privilegio de ser de las pocas personas en el país que se permitían leer con alguna regularidad periódicos europeos como Der Spiegel, Le Figaro, The London Times, Le Monde y otros.60 El surgimiento y consolidación de esta elite social tiene consecuencias obvias en la población afro, pues generó la estructura económica a la que se integrarán casi obligatoriamente los campesinos de la zona y marcaría una nueva ola de migración de la población negra desde Barbacoas hacia las zonas de tagual. El campesino afro, que antes tenía diversas fuentes de subsistencia, agricultura, pesca, casa, madera; quedó sujeto al modelo del gran capital de la industria de extracción como un simple asalariado; (...) "al fomentar las actividades de extracción a gran escala, los negociantes dan las pautas para la integración de los trabajadores negros en las redes laborales y comerciales que ellos controlan, inaugurando o fortaleciendo así las relaciones clientelares que se expresan luego en términos políticos."61 Entre 1870 y 1873 salió por Tumaco el veinte por ciento de las exportaciones totales del país (67.000 pesos oro por año). En esta época se levantaron edificaciones elegantemente talladas en madera, algunas de ellas legendarias como el palacio municipal, el colegio de señoritas, la prefectura apostólica, entre otras. Sucesivos incendios, especialmente el de 1947, no dejaran rastro de estos referentes arquitectónicos de la época de la bonanza del caucho y la tagua. La apertura del canal de Panamá fue clave para Tumaco, pues los buques mercantes hicieron de este un puerto de escala en medio de sus trayectos a lo largo de la costa suramericana. Así el humilde poblado se convirtió momentáneamente en una pequeña metrópoli del pacifico sur colombiano. "De día en día se nota aumento de la población, mejoras en su localidad e incremento en su riqueza y comercio, y no hay duda, que bajo la protección de la bandera colombiana y las leyes liberales del Cauca que patrocina la vida, la industria, la propiedad y el comercio, está llamada a colocarse a la altura de otros pueblos hoy muy grandes y como estos a tener un porvenir lisonjero y feliz."62 60 Jiménez Meneses Orian, Hernández López David, Pérez Morales Edgardo, González Vélez Estefanía, 2005, “Tumaco Historia Memoria e Imagen”, Medellín, Imprenta Universidad de Antioquia, Pág. 64 61 Hoffmann Odile, 1999, "Sociedades y Espacios en el Litoral Pacífico Sur Colombiano", Artículo publicado en: “Tumaco, Haciendo Ciudad” Agier M. Álvarez M. Restrepo E; Cali, Imprenta Universidad del Valle, pág.16 62 "El Vapor", Tumaco, trimestre 2° , número 9, 10 de febrero de 1878, (El Vapor sería uno de los 24 periódicos publicados en Tumaco entre 1877 y 1938, como parte del proyecto cultural de la elite blanca de Tumaco para la
  • 29. 29 DE RESINAS, CAUCHOS Y SEMILLAS En 1893 Rufino Gutiérrez llegó a Tumaco en compañía del General Rafael Reyes, en plena bonanza del caucho, ambos quedaron gratamente sorprendidos con lo que encontraron (...) "llegamos a Tumaco, bella población, bastante grande, construida toda de madera y con techos de paja. Su calle principal que casi pudiera llamarse el malecón, corre recta a la orilla del mar por varias cuadras. Hay bastantes edificios cómodos y elegantes, y los almacenes, que son muchos, están ricamente surtidos de toda clase de mercancías, pues Tumaco en la metrópoli comercial del sur; (...) estamos alojados en una buena casa situada en La Puntilla, en el extremo más avanzado de la isla sobre la bahía, y donde principia la calle del comercio; comemos cerca, en un restaurante donde sirven tan bien como en los mejores de Bogotá."63 Entre 1916 y 1919 se presentó otro gran momento del puerto exportador cuando el cuarenta y tres por ciento de la producción nacional salió por Tumaco, sin embargo, la bonanza que enriquecía a los extranjeros no hacía mucho por la economía tumaqueña; (...) "los ingresos obtenidos por estas exportaciones en su mayoría no permanecieron en la región y lo captado en impuestos de salida se utilizó para el mantenimiento de la aduana de Tumaco, establecida desde 1936, con lo cual no podía esperarse que el caucho y la tagua dinamizaran la economía local más allá de incentivar levemente la circulación de víveres, que una vez terminada la “bonanza” retornaba a sus ritmos normales."64 Para finales del siglo XIX la extracción del caucho en la zona había disminuido considerablemente, pues el recurso empezó a agotarse en las cercanías de los ríos en donde era más fácil extraer la resina; esto a pesar de que en años anteriores se habían hecho algunas plantaciones de caucho a orillas del rio Mira. A partir de 1920 la semilla de la tagua empieza también a escasear al tiempo que el perfeccionamiento industrial en la producción de plástico, en la década del treinta, acabaría progresiva pero inexorablemente a la tagua como insumo para la fabricación de utensilios; aun así, Tumaco seguiría exportando mínimas cantidades de tagua hasta mediados de la década de 1950. "Millares de toneladas de tagua fueron exportadas en los últimos treinta años (escrito en 1940). La explotación de los bosques fue cedida por la nación al municipio de Tumaco y este alcanzaba a recaudar más de $80.000 anuales, como impuesto sobre la exportación. En los últimos años el precio de la tagua bajo tanto en el exterior que solo se exportan cantidades exiguas y hoy no época) Citado por: Jiménez Meneses Orian, Hernández López David, Pérez Morales Edgardo, González Vélez Estefanía, 2005, “Tumaco Historia Memoria e Imagen”, Medellín, Imprenta Universidad de Antioquia, pág. 40 63 Gutiérrez Rufino, 1920, "Monografías", Bogotá, Imprenta Nacional; extraído el m8 de septiembre de 2013 en: http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/historia/uno/indice.htm 64 Sosa Guillermo, 2003, "Redes Comerciales en las Provincias Suroccidentales de Colombia en el Siglo XIX", Bogotá, Revista "Historia Critica" - Universidad de Los Andes -, pág.113
  • 30. 30 DE RESINAS, CAUCHOS Y SEMILLAS representa, esta fabulosa riqueza natural, el motivo de progreso y bienestar económico de la provincia."65 65 Restrepo Eduardo, 1999, “Hacia la Periodización de la Historia de Tumaco”, Artículo publicado en: “Tumaco, Haciendo Ciudad” Agier M. Álvarez M. Restrepo E; Cali, Imprenta Universidad del Valle, pág. 68
  • 31. 31 DE GUAYACANES y CEDROS El periodo comprendido entre 1945 y 1980 estuvo demarcado por el gran incendio de 1947 y el terremoto de 1979 que en su momento devastaron a Tumaco; primero a fuego y después con un tsunami que trastocó la vida de los tumaqueños, originando la migración de miles de ellos a la ciudad de Cali. Tras el gran incendio de 1947, se construyen los puentes que unen la isla de Morro con la isla de Tumaco y a esta con el continente, así como los rellenos que unirían definitivamente a la isla de Tumaco con la isla Viciosa. Durante este lapso el puerto fue escenario de una explotación maderera a gran escala, incluyendo la explotación de la corteza del mangle para extraer el tanino, utilizado en la industria del curtido de cueros. La explotación maderera se financió también con capitales extranjeros, especialmente españoles y norteamericanos, convirtiendo a Tumaco en el principal centro exportador de madera acerrada en el país; compitiendo solo con turbo el primer lugar en exportación de madera en bruto. Esta explotación intensiva de los recursos madereros trajo consigo un marcado deterioro ambiental en las zonas rurales de Tumaco, pues se perdió la capa vegetal de bosque primario, que se convertiría luego en potreros de grandes haciendas ganaderas, zonas de cultivos de palma africana y a partir de la segunda mitad de la década de 1990 en cultivos de coca. Las especies preferidas por las empresas exportadoras de madera fueron el Cuángare y el Sajo que se encuentran en los bosques de guandal y que fueron los primeros en desaparecer. Esta explotación nunca consideró la perdurabilidad del recurso ni se desarrolló tecnología ni investigación para hacer de la madera un negocio sostenible. Los aserríos más importantes se ubicaron en las riveras de los ríos Satinga y Sanquiangas, así como en Salahonda. A la par de estas especies maderables, la corteza del mangle fue intensamente explotada para extraer el tanino, insumo utilizado en la industria de cuero; las empresas transportaban en sus embarcaciones a los corteros a través de los bosques inundados, donde confluye el agua dulce y salada, para talar los árboles adultos de mangle y extraer la corteza, causando un daño del cual aun no se recuperan estas "sala cunas" del pacifico, como calificó Alfredo Molano al manglar, donde los nutrientes retenidos por las raíces de mangle permiten el desarrollo de un ecosistema complejo de crustáceos, moluscos, aves, reptiles y mamíferos. Don Ariel, un llorenteño que en los últimos años de la década de los noventa tuvo que desplazarse forzadamente a la ciudad de Pasto, a causa de la violencia generalizada en el corregimiento, recuerda como en compañía de sus familiares y vecinos recorría los bosques en la zona de la Aduana y la Playa en los años sesentas, en la margen sur del rio Mira, cortando los árboles; transportaban la madera en improvisadas balsas a través de las, no pocas veces, arremolinadas aguas del rio, para finalmente venderla a los intermediarios; quienes se
  • 32. 32 DE GUAYACANES, y CEDROS enriquecían con la bonanza, mientras Ariel y su familia apenas sobrevivían, explotando la jungla en extenuantes jornadas de trabajo: “En esa época todos vivíamos de la madera; nos reuníamos mis hermanos y yo con los vecinos de la vereda; en total arrancábamos un grupo de diez y nos adentrábamos en la selva tupida, del otro lado del Mira. Llevábamos carne de Guagua ahumada para el avío, los machetes, las hachas y la sierra de mano; en ese tiempo no sabíamos lo que era una motosierra. Había que buscar el Guayacán o el Cuajo que eran los palos que pagaban mejor, por la dureza y calidad de la madera. Una vez se ubicaba el árbol se decidía de qué lado debía caer y ¡manos a la obra! lo echábamos a tierra a punta de hacha y lo troceábamos ahí mismo; después había que levantar un andamio, se encaramaban los trozos ahí y se empezaba a trabajar con la sierra de mano. Uno de nosotros se subía al árbol mientras otro trabajaba desde el piso; entonces mediamos los tajos de madera; en una jornada de cuatro días sacábamos doscientas pulgadas de material; eso era como veinte troncos. Desde bien adentro de la selva había que sacar la madera al hombro hasta el rio; en eso se nos iban días enteros; mientras los otros compañeros ya habían construido la balsa con la madera que flota, para montarle encima la pesada que no flota y entonces se amarraba; nos montábamos en los troncos y nos íbamos remando; esquivando las rocas de río y a contra corriente, porque si no se desbarata la balsa y usted perdió todo. En esta travesía se ahogó mucha gente; el que cae al agua y no lo sacan, se consume en el agua y se vuelve un espanto; por eso cuando el agua sube se pueden ver unos trozos de madera en medio de la corriente con una luz en el centro, esa luz lo sigue a uno para donde vaya rio arriba o abajo; lo persigue hasta hacerlo zozobrar y así el espanto descansa en paz. Íbamos desde La Aduana hasta la Playa donde entraban los carros y los comerciantes que nos compraban la madera, los días sábados; apenas nos daba para sobrevivir; hoy en día esos bosques están muy disminuidos, no por la bonanza de la madera sino porque tumbaron los bosques para sembrar coca.” Tal como ocurriera con las bonanzas del oro, el caucho negro y la tagua; los grandes capitales que fluyeron en Tumaco durante este periodo de bonanza maderera no se reflejaron en un fortalecimiento real de la economía local; (...) "la noción de extracción tiene dos referentes distintos: de una parte el hecho de tomar algo de la tierra, los bosques o las aguas, algo que existe al margen de la voluntad o el esfuerzo humano, y de otra, el hecho de que los beneficios económicos derivados de tal actividad no se quedan en la región, sino fuera de ella."66 En la primera mitad de la década del setenta cae la demanda internacional, situación que se suma al progresivo agotamiento del recurso natural para marcar el fin del boom maderero en 66 Leal Claudia, 2000, "Manglares y Economía Extractiva. Sobre cómo algunos de los recursos que utilizan los habitantes del manglar en el pacífico colombiano se convierten en dinero y cómo éste se aleja", Artículo publicado en: Arocha Rodríguez Jaime, Machado Caicedo Martha Luz, Villa William, Leal Claudia, "Geografía Humana de Colombia: Los Afrocolombianos.” Tomo VI, editorial: Instituto Colombiano de Cultura Hispánica
  • 33. 33 DE GUAYACANES y CEDROS Tumaco. De especial importancia en la decadencia de la industria fue la apertura del canal del Naranjo en 1979 que redirigió hacia el norte la desembocadura del rio Patía, que desembocaba en Salahonda; los flujos comerciales relacionados con la explotación de la madera se trasladaron a Bocas de Satinga, en el norte de la costa pacífica nariñense; (...) "los aserraderos dejaron las costas de Tumaco y Salahonda para instalarse en la parte norte, los compradores de madera llegaron, con su cortejo de trabajadores, comerciantes, aventureros y otros menos bienvenidos."67 Al día de hoy, existen en Tumaco aserríos artesanales, de escasa tecnología, que no agregan valor al producto, satisfacen únicamente la demanda local y generan mínimos ingresos económicos, situación que ha facilitado la invasión de los cultivos de uso ilícito. "Las especulaciones fantasiosas sobre los grandes tesoros naturales que encierran las tierras bajas del Pacífico colombiano y sus áreas adyacentes han sido frecuentes desde la conquista española. Sin embargo, la pobreza ha sido la característica más sobresaliente de la economía local en los últimos 300 años."68 En este periodo se consolidó en Tumaco uno de los pocos proletariados urbanos de la costa pacífica colombiana y se acentuó el éxodo de población rural hacia el centro poblado, que atrae a causa de las momentáneas oportunidades laborales pero también por ser un punto intermedio en la ruta de migración hacía ciudades como Cali y Bogotá; (...) "a pesar de una alta emigración, lo que se podría explicar por el “efecto ciudad”: Tumaco, polo regional, sigue atrayendo poblaciones de los ríos vecinos que “pasan” por la ciudad antes de emigrar a otras partes, o se instalan ahí guardando nexos familiares y económicos con sus veredas de origen, desarrollando así un sistema bipolar que hace posible la sobrevivencia en ambos lugares."69 “Desde la década del setenta ha sido persistente un éxodo rural en el municipio de Tumaco que se ha intensificado a partir de los noventas a causa de los ciclos de las economías extractivas recientes y la agudización del conflicto armado. Estas migraciones vinculan la zona rural del municipio con el casco urbano y a este con otras ciudades del interior especialmente Cali.”70 67 Hoffman Odile, 2004, "Espacios, Movilidad y Región en el Pacífico Sur ¿Hacía la Construcción de una Sociedad Regional?, artículo publicado en: “Gente Negra en Colombia: Dinámicas Sociopolíticas en Cali y el Pacífico” Barbary Oliver y Urrea Fernando; pág.9 68 Geógrafo estadounidense R. West, Citado por: Sánchez Gutiérrez Jairán, 2012, “Caracterización y Diagnostico Socioeconómico y Ambiental de la Costa Pacífica en el Departamento de Nariño”, Formación en gestión ambiental y cadenas productivas Convenio SENA-Tropenbos-, Pág.37 69 Hoffman Odile, 2004, "Espacios, Movilidad y Región en el Pacífico Sur ¿Hacía la Construcción de una Sociedad Regional?, artículo publicado en: “Gente Negra en Colombia: Dinámicas Sociopolíticas en Cali y el Pacífico” Barbary Oliver y Urrea Fernando; pág.5 70 Jiménez Meneses Orian, Hernández López David, Pérez Morales Edgardo, González Vélez Estefanía, 2005, “Tumaco Historia Memoria e Imagen”, Medellín, Imprenta Universidad de Antioquia, pág. 120
  • 34. 34 DE GUAYACANES y CEDROS El tumaqueño no siempre es bien recibido en Cali, que ha sido históricamente un lugar receptor de población desplazada procedente de Tumaco, pues es común que el caleño perciba al tumaqueño como una amenaza en tanto se le relaciona con los cinturones de miseria, los altos indicies de delincuencia, la inseguridad en los barrios y comunas. "Esa es la lógica gramatical de la guerra: nominar a las víctimas del conflicto armado como colaboradores del enemigo para una vez expulsados de su territorio y mal acogidos en las grandes ciudades, ser redefinidos como criminales en potencia por haber habitado un territorio plagado de actores armados ilegales."71 Este imaginario negativo sobre el tumaqueño en Cali, se origina en la intensa migración resultante del maremoto de 1979; miles de personas damnificadas se asentaron en las orillas del rio Cauca, en el oriente de la ciudad, donde se forjaría un cinturón de miseria que se conoce hoy como el distrito de Aguablanca. Son comunes los testimonios de tumaqueños que emigraron a Cali, escapando de la situación de violencia y buscando oportunidades de empleo, pero se encontraron con una fuerte discriminación; (...) "yo llegué a Cali en el 2000, tengo experiencia como guarda de seguridad y siempre vivía muy pendiente de las vacantes que publicaban para trabajar de celador; llegaba a las empresas muy temprano y hacia la fila, entonces el encargado nos decía: -los tumaqueños levanten la mano y den un paso al frente-, nos daban las gracias por venir y nos recogían la hoja de vida...nunca más llamaban. Entonces entendí que el caleño mira al tumaqueño con mucho recelo pues nos tildan de bandidos, ladrones y vagos. En esa época era común un dicho en Cali: -¿tumaqueño? ni grande ni pequeño-; yo aguanté como un año así ayudado por mis familiares pero tuve que volverme a Tumaco...la cosa para nosotros no es fácil en Cali."72 71 González Saavedra Diego León, 2009, "-Desplazamiento Forzado.- Análisis descriptivo de la situación en Colombia", tesis de grado para completar la especialización: Comunicación y Derechos Humanos, San Sebastián, España, Universidad del País Vasco. 72 Testimonio de "Castro", guarda de seguridad tumaqueño.