1. COGNOSCITIVISMO Y CONSTRUCTIVISMO
DE ENCUENTROS, FUSIONES Y DESENCUENTROS
Walda Flores Luin.
Abordar el tema de cognoscitivismo y constructivismo, implica internarse en terrenos
poco definidos, ambiguos y a la vez profundos. Sabemos a simple vista que un perro no
es igual a un gato, reconocemos sus diferentes características pero a la vez también sus
similitudes. De igual manera sucede al realizar una comparación entre cognoscitivismo y
constructivismo: se reconocen claramente algunas discrepancias en sus postulados y por
otro lado se reconocen algunas coincidencias.
Para dar inicio a la comparación es preciso definir qué estamos comparando. Tanto al
cognoscitivismo como al constructivismo, se les reconoce como teorías del aprendizaje
que junto al conductismo, tratan de interpretar teóricamente el aprender.
Las teorías del aprendizaje cobran relevancia en tanto brindan un soporte científico a los
fenómenos educativos. Estas teorías son dinámicas, proponen conjeturas que son
revisadas y actualizadas, dando origen a nuevas teorías. Estas teorías (como cualquier
otra teoría) se relacionan de manera recursiva con los paradigmas. Como dijera Kuhn
citado por Pérez (1999) un paradigma es lo que comparten los miembros de una
comunidad científica y una comunidad científica es la que comparte un paradigma.
Considerando que tanto el cognoscitivismo como el constructivismo son teorías del
aprendizaje, es conveniente dedicar algunas líneas al tema que preocupa a estas teorías:
el aprendizaje.
Driscoll citado por Aparici (2000) define el aprendizaje como un cambio permanente en el
desempeño de los seres humanos que se produce como resultado de la experiencia y de
su interacción con el mundo. Así planteada, esta definición abarca una característica
asociada de manera común con el conductismo, el cognitivismo y el constructivismo:
Para las diferentes teorías el aprendizaje es un estado de cambio duradero que se
obtiene como resultado de las experiencias e interacciones con contenidos o con otras
personas.
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Las teorías del aprendizaje dan respuesta a las inquietudes planteadas por el ser humano
acerca de la forma en que se lleva a cabo el aprendizaje.
Con base a la información presentada en las páginas anteriores, nos podemos percatar de
los diferentes principios que presentan las teorías y de su importancia para conocer más
a fondo el proceso de aprendizaje.
Comentario [WFL1]: El título lo escribí
al terminar de escribir el ensayo cuyo tema
era: El cognoscitivismo y el
constructivismo
Comentario [WFL2]: Aquí inicia la
introducción al tema
Comentario [WFL3]: Después procedo
a escribir sobre el cognoscitivismo y
constructivismo a partir de la teoría
investigada, aunque para una mejor
comprensión, agrego el conductismo
Lo que copio a continuación es la parte
final del ensayo, referente al aporte de las
teorías del aprendizaje a la educación.
2. Las teorías, nos brindan el marco científico de referencia que nos permite reflexionar,
interpretar y reorientar los procesos educativos. En particular, la teoría permite a la vez,
fortalecer el pensamiento pedagógico necesario para la reflexión de la práctica educativa,
tanto del profesor como a nivel institucional; en este caso, como unidad académica y
Universidad.
Al respecto me permito anotar la misión de la Universidad de San Carlos de Guatemala
(s/f) y posteriormente la de la Facultad de Humanidades de la USAC (2008):
En su carácter de única universidad estatal le corresponde con exclusividad
dirigir, organizar y desarrollar la educación superior del estado y la
educación estatal, así como la difusión de la cultura en todas sus
manifestaciones. Promoverá por todos los medios a su alcance la
investigación en todas las esferas del saber humano y cooperará al
estudio y solución de los problemas nacionales.
La Facultad de Humanidades, es la Unidad Académica de la Universidad de
San Carlos de Guatemala, especializada en la formación de profesionales
con excelencia académica en las distintas áreas humanísticas, que incide
en la solución de los problemas de la realidad nacional.
Si la teoría nos permite reflexionar la práctica para de manera dialéctica volver a ella para
mejorarla ¿alrededor de qué teoría fundamentaremos nuestras prácticas educativas para
contribuir al logro de la misión institucional?
Algunos autores, quizá más pragmáticos, sugieren que la selección de la teoría que
respalde la práctica se fundamente en el tipo de contenido que se quiera mediar o
dependiendo de la disciplina en la cual se trabaje. Considero que la elección responde
también de cierta manera a una postura paradigmática.
Por otro lado cabe hacer mención de la casi imposibilidad de encontrar prácticas que se
fundamenten exclusivamente en una teoría de manera específica. Vimos ya cómo éstas
se entrelazan, se sobreponen y en algunas felices ocasiones, se complementan. Muy bien
si esta multiplicidad de enfoques se reúnen como producto de un estudio concienzudo
del proceder en el aula, pero sucede que en ocasiones la libertad de cátedra propicia un
eclecticismo que no contribuye precisamente al logro de un mejor aprendizaje.
No puedo dejar de preguntarme qué tanta conciencia hay del manejo de las aplicaciones
de las diferentes teorías del aprendizaje puedan tener los maestros de los diferentes
niveles educativos. Con motivo de este escrito y al azar, en conversaciones informales,
inquirí a cinco profesores universitarios de tres unidades académicas distintas en qué
teoría del aprendizaje fundamentaban su práctica. Dos de ellos mencionaron el
constructivismo sin brindar mayores detalles de por qué, uno reconoció que francamente
no sabía de qué le estaba hablando en tanto dos profesores más refirieron al aprendizaje
significativo (que se ubicaría más en el cognoscitivismo).
Comentario [WFL4]: Si bien los
ensayos académicos suelen solicitarse
redactados en tercera persona, prefiero la
primera persona porque es más personal,
lo cual conlleva también mayor
compromiso.
3. De igual manera observé dos períodos de clase de materias diferentes, en dos unidades
académicas del campus central de la Universidad de San Carlos. No utilicé ningún
instrumento preestablecido y únicamente realicé algunas anotaciones a manera de
registro anecdótico.
En el curso de una ciencia exacta el profesor se dedicó a explicar el tema, escribir en el
pizarrón, realizar preguntas que él mismo se respondía y dejar la tarea. Por su parte el
estudiante presuroso tomaba notas del pizarrón sin realizar ninguna intervención. Podría
pensarse que su accionar responde a una teoría conductista, pero aún así tengo mis
serias dudas si efectivamente el estímulo, poco estructurado, (el dictado de la clase)
traerá como consecuencia la respuesta esperada.
En la segunda observación la maestra había dividido a los estudiantes del curso en
grupos, asignándoles a cada uno la presentación de un tema de clase, por lo que me
correspondió observar una clase conducida por un grupo de alumnos. Hasta aquí podría
considerarse que se está respondiendo a un enfoque constructivista, al dejar en manos
de los estudiantes organizados en grupos, su propio aprendizaje. Sin embargo resultó
que los estudiantes que tenían a cargo la exposición la desarrollaron de manera
magistral, presentando contenidos de múltiples tendencias. Para el cierre del período, la
maestra apresuradamente agradeció la participación de los estudiantes sin realizar
ningún tipo de cierre a nivel conceptual. Nuevamente la duda de hasta qué punto se está
logrando un aprendizaje de calidad, si no se planifica intencionadamente con un enfoque
constructivista. Parece entonces que todo queda en el plano de una mera ilusión.
También en ocasiones el trabajo en grupos si no es convenientemente orientado y
acompañado, no favoreces procesos de co-aprendizaje. Los estudiantes se reparten un
tema, cada quien investiga por su cuenta y luego una persona se encarga de reunir los
aportes para integrarlos en un documento. Vygotsky no estaría muy contento de este
proceder.
Por supuesto que a partir de estas dos observaciones no pueden realizarse
generalizaciones apresuradas, ni en ningún momento referir que se circunscriban
únicamente a la universidad estatal. Sirvan nada más de ejemplo para traer a la
conciencia cómo en algún momento puede presentarse un divorcio entre lo que
estudiamos desde la teoría y lo que se vive en las aulas. La diferencia entre el mapa y el
territorio.
Reitero entonces que las teorías del aprendizaje nos permiten tomar decisiones
conscientes sobre la forma en que daremos vida al triángulo didáctico. Esto es, de qué
manera estableceremos las relaciones entre contenidos, las actividades de enseñanza y
las actividades de aprendizaje en un contexto determinado.
O para decirlo de otra manera, cómo hacemos posible el encuentro de la enseñanza con
el aprendizaje y cómo re-significamos los procesos educativos en el aula. Esto implicaría
una reflexión profunda sobre la forma en que ejercemos el desempeño docente.
4. Si bien las teorías brindan grandes aportes a nuestra reflexión, también debemos estar
atentos para identificar ciertos vacíos. Dos ejemplos:
Las teorías de aprendizaje manifiestan en general su interés por el aprendizaje de
contenidos declarativos (sobre todo el conductismo) contenidos procedimentales ( sobre
todo el cognoscitivismo), pero poco se encuentra sobre los contenidos actitudinales
(aunque hay una fuerte presencia del sentido colaborativo para el aprendizaje en el
constructivismo).
El segundo ejemplo se refiere al qué enseñar. En las teorías hay un predominio enfocado
en lo metodológico pero poco se habla sobre la selección de los contenidos a enseñar. Lo
que en mediación pedagógica llamarías el tratamiento desde el contenido. Imaginemos
un diseño cuidadoso con bases cognoscitivistas para hablar sobre el descubrimiento de
América pero sólo desde la visión de los vencedores, o el análisis de textos literarios sin
apreciar la literatura guatemalteca.
Seguramente son útiles las teorías en tanto se desagregan posteriormente en estrategias
de enseñanza y aprendizaje, a las que podemos recurrir en nuestro quehacer docente.
Todo es tomar consciencia del motivo que tenemos para seleccionarlas.
Ojalá fuéramos capaces de explicar que trabajamos los mapas conceptuales para
desarrollar con los estudiantes habilidades cognitivas y puedan actuar sobre la
información para transformarla e integrarla a sus estructuras cognitivas existentes, o que
realizarán un ejercicio de obtención de información para escribir un relato de vida y así
compartir subjetividades y co-crear con otra persona significados y por ende aprendizajes
(con un enfoque constructivista).
Ojalá y pudiéramos dedicar el tiempo necesario a la planificación para diseñar procesos
sistemáticos, intencionados, sostenidos y adecuados para la enseñanza o tener la
apertura necesaria para no diseñar y pre-establecer objetivos y contenidos, pero sí
diseñar estrategias de acompañamiento que permitan emerger aprendizajes.
Ojalá también abrir espacios para la reflexión con los colegas sobre nuestra práctica y
disoñar así la educación que queremos.
Algunas referencias bibliográficas:
Aparici (2010) (coordinador). Conectados en el ciberespacio. Madrid: Universidad de
Educación a Distancia.
Argos y Esquerra (2000) Los principios del curriculum. IV jornadas de teorías e instituciones
educativas contemporáneas. España: Universidad de Cantabria
Ausubel, Novak y Hanesian (1983) Psicología Educativa. México: Trillas.
Ausubel (1997). Significado y aprendizaje significativo en Psicología Educativa. Un punto de vista
cognoscitivo. México: Trillas.
Comentario [WFL5]: Si bien en una
conclusión se espera encontrar
afirmaciones, en este caso finalizo con un
planteamiento incierto, basado en la
esperanza.
Comentario [WFL6]: Escritas según
normas APA sexta edición. Le siguen 26
referencias más.