La agricultura orgánica es un sistema de producción sostenible que utiliza métodos naturales para mejorar la fertilidad del suelo y controlar plagas, sin usar productos químicos de síntesis. Este enfoque busca proporcionar alimentos sanos y abundantes mientras mantiene la diversidad biológica. En Argentina existen asociaciones y una estructura legal que regulan y promueven la producción orgánica, la cual ofrece oportunidades dado el bajo nivel de contaminación por agroquímicos en el país.
1. La agricultura orgánica es un sistema de producción que mediante el manejo
racional de los recursos naturales, sin la utilización de productos de síntesis
química, brinde alimentos sanos y abundantes, mantenga o incremente la fertilidad
del suelo y la diversidad biológica. Es el resultado de la acción individual de
agricultores apoyada por los movimientos ecologistas (Federación Internacional de
Movimientos de Agricultura Orgánica-IFOAM), frente a riesgos inherentes al uso
excesivo o al mal uso, en cuanto al momento y forma de aplicación, de los
productos químicos, para convertirse en una nueva concepción de producción de
alimentos.
2. En nuestro país existe una asociación que agrupa a todos aquéllos vinculados
con este tipo de producción (Movimiento Argentino para la Producción
Orgánica-MAPO) y toda una estructura legal de fiscalización, cuya normativa
para la producción de alimentos orgánicos enfatiza el empleo de técnicas
relacionadas con el reciclaje de materiales orgánicos para mejorar la fertilidad
del suelo y el control biológico de plagas y enfermedades y el uso de semillas
provenientes de sistemas de producción orgánica.
3. origen orgánico (cereales, papas, hortalizas, frutas, carne, leche, etc.), existen
en el territorio nacional grandes posibilidades para este tipo de
producción, dado que el nivel de us Frente al sostenido crecimiento de la
demanda mundial de productos de o de los agroquímicos no ha alcanzado
valores críticos de contaminación.
Un ejemplo es la producción de leche orgánica. Para ser calificada como
tal, deben cumplirse una serie de normas, entre las cuales se señalan:
4. El grueso del forraje empleado debe ser producido ecológicamente, vale decir, sin
el empleo de fertilizantes artificiales o de cualquier otra sustancia.
En la formulación de alimentos balanceados, está prohibido el empleo de
antibióticos, aminoácidos sintéticos y hormonas estimulantes del crecimiento.
En los meses de verano el ganado debe pastar, y en la temporada invernal, debe
tener acceso a corrales abiertos y cama de paja.
Se permite el uso de medicamentos veterinarios, pero se requiere, después del
tratamiento, un período doble del normal para proceder al ordeñe para el
consumo.
Para la fertilización de los cultivos forrajeros o de cualquier otro cultivo que se
destine a la alimentación animal, se deberá recurrir a fertilizantes
orgánicos, principalmente estiércol, con un volumen máximo permitido por unidad
de superficie.