La amorevolezza o bondad se entiende como la aceptación de uno mismo y el aprecio hacia los demás, la vida y la alegría de vivir. Tiene un fundamento teológico como expresión del amor de Dios y de Jesucristo. La bondad toma las acciones humanas en experiencias significativas que colaboran en la construcción de la autoestima y la empatía, abriendo las puertas del corazón y dando esperanza y alegría a la vida.