ACERTIJO DE POSICIÓN DE CORREDORES EN LA OLIMPIADA. Por JAVIER SOLIS NOYOLA
Enseñando con amor
1.
2.
Educar con amor es vernos reflejados a
nosotros/as mismos/as en el infante
y recordar aquellos tiempos en los que
deseábamos con profundo anhelo un
beso, una caricia, un abrazo, una
aprobación... un te quiero.
3. Educar
con
amor
es
respetar el desarrollo del
infante, sin forzar. Existen
métodos pedagógicos que
nos permiten hacer que el
niño o la niña aprenda
ciertas habilidades antes de
lo
que
les
creíamos
capaces. Si puede avanzar
la pedagogía y lograr esto
sin causar problema alguno
en ellos/as, por mi bien; si
no, mejor dejar crecer y
esperar
con
sabia
paciencia.
4. Educar con amor es educar hacia la
autonomía, hacia la libertad del educando.
Ahora
bien,
autonomía
no
significa
ausencia. Podemos estar con nuestro/a
niño/a animándole a hacer las cosas por sí
mismo/a, pero apoyándole, haciéndole
saber que nosotros/as, sus educadores/as,
sus padres, sus madres, estamos ahí, y que
le ayudaremos si precisa ayuda.
5. Educar con amor es pensar que el educando
ya crecido no viene a nosotros/as vacío/a. Es
pensar que lleva algo ya escrito en su mente:
ideas y emociones. Es respetar ambas cosas.
Es tener en cuenta que nuestro/a niño/a
también tiene un cerebro que le permite
generar ideas y sentir. No hay que centrarse
meramente en la educación intelectual, ni
tampoco exclusivamente en la sentimental.
Educar en ambas cosas a la vez es posible.
6. Educar con amor es permitir moverse al infante. Es
permitirle satisfacer su curiosidad y explorar el mundo,
cual arqueólogo/a adentrándose en un nuevo mundo
lleno de tesoros aún por descubrir.
Educar con amor no es amarrar a nuestro educando.
No es tejer una cadena, ni siquiera lazos. Es construir
un puente que nos permita estar en contacto, al
mismo tiempo que nos permite ser tú y yo por
separado.
Educar con amor consiste en desear lo mejor para
nuestro educando y aceptarlo tal y como es, sin
pretender cambiarle para nuestro propio gusto, ni
utilizarle para nuestros propios fines.
Educar con amor es mostrar interés y preocupación
por el infante, sin llegar a hacerlo de forma exagerada
y extremista, hasta el punto de anularle.
7. Educar con amor es como hablar
en susurros, cual dos amantes
hablándose labio a labio; sin gritos,
sin prepotencia ni pedantería. Con
humildad y delicado afecto.
Educar con amor es agacharnos y
ponernos a la altura del infante. No
podemos pedirle que éste/a se
ponga a nuestro nivel, como si de
una persona adulta se tratase, pero
siempre podemos hacer que el
mundo sea un poco más pequeño,
a su medida. Porque a veces, para
ayudar a crecer, hay que
agacharse.