Este documento resume las experiencias de Andrés Vargas como adolescente en Barrancabermeja entre 1993 y 2001, una época marcada por la violencia. Describe tres allanamientos de su casa por parte de autoridades en busca de guerrilleros, donde no encontraron nada. También habla sobre un cartel ilegal de venta de gasolina en el barrio y de un allanamiento masivo para decomisarla. Finalmente, narra una visita de paramilitares a su casa una madrugada, marcando la presencia de estos grupos en la ciudad.

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Crónicas de mi adolescencia
Andrés Vargas
Frente a las diferentes formas de violencia que se dan en nuestro país, es importante
reconocer el esfuerzo de muchas organizaciones que trabajan en Colombia en pro del
restablecimiento de los derechos de las víctimas del conflicto. Sin embargo, cabe señalar
que no es suficiente con la asistencia social y la denuncia sino que además, es fundamental
generar espacios de reflexión, capacitación y de estrategias alternativas para enfrentar estas
situaciones.
"Crónicas de mi adolescencia" hace referencia a la realidad que viví entre los años 1993 y
2001, como experiencia testificada desde los doce a los veinte años en la ciudad de
Barrancabermeja Santander. En esta ciudad pasé parte de mi infancia y toda mi
adolescencia. Estos son momentos de mi vida recreados en la memoria y hoy
reconfigurados.
La historia se desarrolla en diferentes momentos, que de una u otra manera me llevaron a
buscar nuevas formas de subsistir en otras regiones del país hasta poder rearmar mi vida.
Barrancabermeja es una ciudad ubicada en el sur del departamento de Santander, en la
región del Magdalena Medio Colombiano. Tiene una población promedio de 300.000
habitantes y es uno de los principales puertos de abastecimiento para los municipios
rivereños y del sur de Bolívar. Su principal actividad económica gira alrededor de la
industria del petróleo, la pesca, el cultivo de palma de aceite, entre otras. La gran mayoría
de sus habitantes son de origen antioqueño y costeño por ser un Municipio ubicado
estratégicamente a pocos kilómetros de algunas poblaciones de los departamentos de

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Antioquia y Bolívar (Yondó, y Puerto Berrio en Antioquia y San Pablo, Simití y Morales
en el sur de Bolívar). Esta ciudad tiene todo el potencial para convertirse en la capital del
Magdalena Medio.
En los últimos cincuenta años Barrancabermeja ha sido ejemplo a nivel nacional de luchas
populares y de resistencia. Fue promotora de muchos paros civiles y de protesta social
protagonizados por diversas organizaciones, en busca del mejoramiento de la calidad de
vida de sus habitantes y la defensa de sus derechos, debido a la presencia de los grupos
armados FARC y ELN se convirtió en una de las mal llamadas “zonas rojas de Colombia”,
razón por la cual fue estigmatizada durante mucho tiempo.
En la década de los noventa, esta ciudad sufrió uno de los más devastadores
acontecimientos de carácter social. Los grupos Paramilitares se dieron a la tarea de
apoderarse de la ciudad y desterrar a los guerrilleros, situación que llevó a que muchos de
sus habitantes fueran acusados de ser colaboradores de la insurgencia y posteriormente
asesinados, torturados, amenazados y desplazados. Se ejecutaron masacres como la del 16
de mayo de 1998 y del 28 de febrero de 1999, además de las muertes selectivas.
A continuación compartiré algunas experiencias vividas como habitante de esta ciudad.
Primer allanamiento
El día anterior al acontecimiento todo era normal, tanto en el barrio como en la casa. Yo,
como todos los demás niños y jóvenes del sector, el día lo finalice en la iglesia jugando y

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realizando actividades que se programaban desde los diversos espacios que existían allí. Sin
embargo, una situación tensa envolvía el ambiente, el final de ese día algo anormal estaba
planeando para el amanecer del día siguiente:
Cuando sucedió el primer allanamiento todos dormíamos. Eran como las cuatro de la
mañana de un martes (siempre los allanamientos los hacían a esa hora o entrada la noche) y
recuerdo que golpeaban la puerta exageradamente y sin esperar a que abrieran la puerta del
todo entraron a la fuerza. Eran agentes del DAS, la FISCALÍA, y la POLICÍA fuertemente
armados de ametralladoras y pistolas, unos vestidos de uniforme y otros de civil. El
allanamiento cubría toda la manzana, el objetivo era buscar armas y evidencias de
supuestos vínculos con la guerrilla ya que en esta zona operaba el FURY (Frente Urbano
Resistencia Yariguies del ELN). Ellos, con su voz de mando y de manera intimidante
preguntaban que si conocíamos a los comandantes; que ellos sabían que iban a nuestra casa
y que ahí se guardaban armas.
- “¡¿Dónde están?! Díganos!. ¡Ustedes los esconden, ellos llegan aquí!. ¡Nosotros
sabemos!.” – Vociferaban como alienados.
Es verdad que conocíamos algunos guerrilleros porque eran muchachos del barrio.
Muchas veces los veíamos pasar hacia sus casas, y más aún después de la masacre del 16
de mayo 1998. Sin embargo, las acusaciones que hacían eran del todo falsas.
El personal Judicial se movilizaba en camionetas de cuatro puertas, de vidrios
polarizados y en su interior llevaban al “sapo,”1
quien era una persona que a cambio de
1
Informante contratado y entrenado para que señalaran a quien supuestamente, tenía vínculos con la
insurgencia.

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beneficios económicos entregaba o señalaba a quien le caía mal en el barrio sin medir las
consecuencias.
Durante el allanamiento un Policía encontró en el armario un paquete con panfletos del
ELN en los cuales felicitaban a las madres en su día. Cuando informó al Fiscal de su
hallazgo este le dijo que eso no importaba, que ellos buscaban armas. Sin embargo,
indagaron a mi padrastro sobre la procedencia de este material, pero el contesto que la niña
los había recogido y los había guardado sin darse cuenta.
El allanamiento termino como a las cinco de la mañana sin encontrar nada de lo que
buscaban.
Segundo allanamiento
Fue una noche de miércoles. Estaba sentado en una mecedora en la sala de la casa viendo
un programa de televisión y me encontraba solo, porque mi madre y mi padrastro se
hallaban donde la abuela en otro barrio, yo sentí un movimiento suave de motos y carros
andando y sin hacer ruido (apagados) pero no pensé que era en mi casa, el caso es que yo
sentí cuando me colocaron el frio cañón de un fusil por detrás en la cabeza, lo
desaseguraron y me dijeron:
- “quieto no se mueva somos de la Fiscalía y la Policía, ¿Quién está en la casa?”-
Me puse muy nervioso y conteste que me encontraba solo. Ellos dijeron que tenían una
orden de allanamiento y necesitaba revisar la casa. Entonces les contesté:
- “¡con mucho gusto!, pero hagan el favor de colocar las cosas en el lugar de donde
las muevan, porque mis hermanos no colaboran con el orden, y mi Mamá molesta

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porque ustedes dejan mucho desorden, además ustedes siempre llegan y ponen todo
patas arriba y se van.”-
Jocosamente comenzaron a rebuscar con mucho cuidado. Quitaron el colchón y al finalizar
la búsqueda tendieron las camas nuevamente. Hasta un policía les dijo que cogieran la
escoba y el trapero y de una vez hicieran el aseo y que el que revisara la cocina le tocaba
lavar la losa.
-“¡!vea mijo… aquí está la escoba y el trapero… haga el aseo de una vez…
colabore!!- ¡!el que le toque la cocina tiene que lavar la losa y organizarla…!!”-
Colindando con nuestra casa estaba la vivienda de un hermano de mi padrastro y cuando
me preguntaron que quién estaba allí yo les dije que no había nadie, que la casa era de mi
tío y que él estaba con mis padres donde la abuela. Sin embargo, desde la calle miraban por
la ventana y un policía decía que ahí había alguien:
– “¡!no sea mentiroso aquí hay alguien!!... ¿Cuál de los guerrilleros es?, ¿a quien
están cuidando?” -
Enseguida me puse aún más nervioso porque pensé que de verdad había alguien ahí, yo le
seguía insistiendo que no, que ahí no había nadie. Ellos me pidieron una barra para abrir la
puerta a la fuerza y en ese momento llego mi familia en un camioncito que tenía el hermano
de mi padrastro, entonces yo le dije a los policías:
– “¡!miren ahí viene el dueño de la casa esperen que él les abre!!...”-

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Abrieron la puerta, entraron y efectivamente en su interior se encontraba un “peligroso”
personaje, el Papá de mi padrastro quien había llegado ese día a vivir con nosotros porque
estaba muy viejo y enfermo, tenía como setenta años y yo no sabía que él se había quedado
en la casa. Tremendo susto que nos llevamos.
Nuevamente se regresaron por donde vinieron porque no encontraron nada.
Tercer allanamiento:
El tercer allanamiento al igual que tantos en el barrio, ya no era en busca de guerrilleros
sino de GASOLINA. En el barrio existía el famoso cartel de la gasolina, allí se vendía un
combustible de excelente calidad al que denominaban gasolina “extra”, porque era
“extraída” del tubo. La forma de operar era la siguiente:
Había un grupo de personas que perforaba el tubo y colocaba una llave con una manguera
de más o menos doscientos metros de largo. Luego, vendían la pimpina de cinco galones a
tres mil pesos a las personas que la comercializaban en el barrio, posteriormente ellos la
vendían a ocho mil pesos a transportadores, taxistas y propietarios de toda clase de
vehículos.
En algunas casas guardaban hasta quince o veinte pimpinas para la venta, o si no las
camuflaban en las alcantarillas o en el monte, la estrategia para la comercialización era la
siguiente:
En la esquina principal de la entrada al barrio, estaban los que la ofrecían y llevaban a los
clientes hasta el lugar donde tanqueaban los carros, ilegales por supuesto, mientras tanto
otra persona se quedaba vigilando que no llegara la Policía o el Ejército, ellos eran los

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“campaneros”, cuando una patrulla del ejército o de la Policía aparecía, enseguida prendían
un volador, esa era la estrategia que tenían de aviso, apenas se escuchaba el volador todo el
mundo se perdía guardaban las pimpinas y se desaparecían, tenían en promedio cinco
minutos para hacer eso. Esta, era una forma de sobrevivir de las personas, ya que pocos
podían trabajar en empresas legalmente debido a la estigmatización del barrio, allá alguien
decía que vivía en el Boston y de una vez lo tildaban de guerrillero, es que ni siquiera para
prestar el servicio militar nos aceptaban en el ejército por la desconfianza a ser infiltrados.
El día del allanamiento referido, llegaron de sorpresa al barrio hombres de todas las fuerzas
de seguridad del Estado, Ejercito, Policía, DAS y Fiscalía. Desde las diez de la mañana se
tomaron el barrio y bloquearon las salidas. Luego, procedieron a decomisar carros
cargados de gasolina, carros adecuados como carro tanques, pimpinas, hubo capturados etc.
No sirvió de nada el volador, porque ingresaron por el monte desde los lados de la Ciénega
y por la entrada principal, cuando sonó el volador ellos ya estaban capturando a la gente.
Ellos siempre llevaban al “sapo” a todos los allanamientos para informar todos los
movimientos del barrio. Al sapo siempre lo transportaban en una camioneta de vidrios
oscuros y cuando se bajaba del carro se colocaba una capucha, esto era más intimidante y
causaba miedo entre los habitantes, muchas veces cuando alguien se iba del barrio de un
momento a otro y casualmente había un suceso de este tipo se comenzaba a especular
“¡!ha… ese es fulano, de razón se fue!!”, comentarios de ese tipo, por eso cuando volvía la
persona al barrio corría el riesgo de ser asesinada. Ese día del allanamiento yo me
encontraba en la iglesia, la iglesia era mi lugar de “refugio”. Yo no estudiaba, no tenía
trabajo, tampoco me gustaba vender gasolina robada, ni realizar actividades que fueran en
contra de la ética (En la iglesia teníamos grupos juveniles, colaborábamos en las misas,

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había un padre que peluqueaba, es decir nos enseñaban cosas buenas, la iglesia era un lugar
de sano esparcimiento). Cuando me percaté del allanamiento enseguida me dirigí a mi casa
que estaba ubicada al frente de la casa de los padres, cuando llegue tenían a todos afuera en
la calle, estoy seguro de que eso fue “informado” porque llegaron justo donde ellos tenían
todo guardado mejor dicho las caletas. Este allanamiento duro como tres horas se llevaron
decomisada gran cantidad de gasolina, capturados y armas.
Visita de los paras:
Al parecer, de tantos allanamientos “legales” por parte de la Fiscalía y de no obtener
resultados concretos y reales, se fueron por la vía paramilitar, por lo menos eso comentaba
la gente. Dicen que los paramilitares se movilizaban tranquilamente por el corregimiento
del Centro de Ecopetrol, por los campos petroleros, e incluso dentro de la refinería de
Ecopetrol. De hecho, como mi padrastro era empleado de esa empresa, en una ocasión que
fui a recogerlo al interior de la refinería (planta balance) observé una camioneta de estacas
pequeña con cuatro personas a bordo armadas y de civil, no puedo afirmar si eran o no
paramilitares, también podrían ser vigilantes. Muchos comentaban que dentro de Ecopetrol
trabajaban guerrilleros y paramilitares clandestinamente para no ser detectados. En este
contexto, alias el Panadero en uno de sus testimonios relata:
“La idea era que ese día la Fuerza Pública no reaccionara y nos diera el tiempo
necesario para cometer la masacre. El director del DAS se comprometió con

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nosotros y nos dio su palabra de no reaccionar. Sin embargo, nos traicionó y días
después le pasó un informe al Ejército en el que denunciaba la incursión.”2
El día de la visita de los paramilitares a mi casa fue un amanecer de miércoles. Yo, en
medio del sueño sentía que alguien lloraba, era mi hermana que para ese entonces tenía
once años, y mi hermano tenía trece, yo tenía quince. Era la una y media de la madrugada,
cuando yo me desperté y pensé – “¡!eso debe ser nuevamente la Fiscalía!!”,- cuando yo iba
a levantarme del colchón porque dormía en el piso, llego un hombre de civil vestido de
Blue jean y camiseta negra, todos estaban de negro, al tiempo que desaseguraba su fusil
me dijo – “quédese quieto y no haga nada”,- luego me saco a la fuerza y me lanzo contra la
pared junto al resto de mi familia, yo hubiera querido no haberme despertado esa
madrugada. Luego, uno de ellos comenzó a insultar a mi padrastro diciéndole con voz
fuerte:
-“¡¿No sabe quién soy yo? Por que no llaman a esos hijueputas… míreme a la cara
malparido, guerrillero hijueputa!”.-
Mi padrastro, llorando le suplicaba que no le fueran a hacer nada. Mi Mamá, mis hermanos
y yo, nerviosos y muy asustados llorábamos, ellos nos ponían a mirar al piso, no podíamos
verlos a la cara porque podíamos reconocerlos aunque tenían la cara tapada. Luego, seguían
insultando, gritaban y se divertían con una risa a modo de burla. Uno de ellos, con la punta
del fusil le pego con fuerza en la cabeza hasta hacerle derramar sangre, la cual bajaba
lentamente por las mejillas. Mi Mamá, le rogaba que no lo fueran a matar, que nos dejaran
2
Aparte tomado de la página web verdad abierta, conflicto armado en Colombia. “Masacre de Barranca:
nuevos señalamientos del 'Panadero' a miembros de la Fuerza Pública”; http://www.verdadabierta.com/;
recuperado el 16/08/2014

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tranquilos, entonces este con más ganas empezó a insultarlo y a golpearle en la cara, luego
dijo:
- “¡–No lo matamos porque sabemos que tiene unos hijos muy inteligentes, además
usted está recomendado y no lo podemos matar!...”.
Esta frase nunca se me olvida, no porque fuéramos inteligentes, sino porque ya no nos iban
a matar. Además, yo no era hijo de él. Luego de tenernos en esta dura situación como hasta
las dos y treinta de la mañana nos dijeron, “! Métanse a la casa y no salgan, tampoco vayan
al hospital se quedan ahí…!”
La pesadilla estaba terminando por el momento. Esa madrugada, creo que asesinaron a dos
habitantes, ellos iban de casa en casa y sacaban a las personas, las trataban mal
insultándolas, golpeándolas y amenazándolas, al parecer la idea era asustar a la gente para
que cogieran “escarmiento”. Luego que ellos se fueron, era el temor de que regresaran,
nosotros encerrados comenzamos a conversar, mientras mi madre le curaba las heridas a mi
padrastro nos preguntábamos -“¿Quién será?”-, teníamos mucha incertidumbre. Cuando
amaneció, nos dirigimos a la iglesia para realizar las respectivas denuncias, allí existía un
colectivo de DD.HH el cual documentaba los sucesos de violaciones de Derechos
Humanos, para luego ser reportado a nivel internacional. A pesar de todo nadie se quería ir
del barrio.
Los días posteriores a los hechos, comenzaron a patrullar hombres de la guerrilla por el
barrio, desde la entrada por una parte conocida como la botero, barrio el Rangel, Boston, y
Nariño, ellos pasaban toda la noche armados y caminando por las calles. Algunas casas se
turnaban para darles el tinto a diferentes horas de la noche, aunque era muy complicado

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porque allá no era como en los pueblos que la gente dice – “se metió la guerrilla”- sino
que, allí era – “se metió la Policía”-, entonces cuando la Policía entraba al barrio se
enfrentaban con la guerrilla, era normal por lo menos tres o cuatro enfrentamientos a la
semana en plena calle y a cualquier hora del día.
Historia de taxi:
Este, quizá, fue el hecho más duro y que nunca se me olvidara; Una incursión paramilitar,
con disparos, gritos, amenazas etc. irrumpían a la media noche de un viernes 23 de febrero
del 2001 al amanecer del sábado.
Por estos días estaban pasando por televisión el festival de la canción de Viña de Mar en
Chile, a pesar del calor y por las altas temperaturas en la ciudad, la noche se sentía fría, se
tornaba preocupante, se sentía como si algo terrible fuera a suceder. Todos los que
promocionábamos los Derechos Humanos corríamos el riesgo de ser amenazados y
perseguidos.
Esa noche todo parecía normal. Yo vivía solo en la casa porque desde hacía un año me
había independizado, yo tenía en mi casa un escritorio blanco muy pesado que me habían
regalado en la iglesia, como pude lo moví hacia la puerta que daba a la calle para
asegurarla más, porque la gente comentaba que en cualquier momento los paramilitares se
metían, además, ellos ya se encontraban cerca, ellos venían tomándose la ciudad desde el
puente elevado hacia el nor- oriente, también saqué el colchón al piso de la sala para poder
ver el festival de la canción más cómodo. Recuerdo que eran más o menos las doce y treinta
de la media noche, donde el viernes terminaba y el sábado comenzaba a nacer; el artista
Ricardo Arjona acababa de cantar la canción historia de taxi. Apague el televisor y todo

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quedo en silencio, solo se escuchaba el ruido de los sapos y los grillos, de repente se
escuchó la activación de un arma de fuego, un disparo irrumpió la noche, yo me asusté y
solo le oraba al Dios de la vida. Pensaba que alguien se había metido al barrio y no lo
conocían, razón por la cual podrían asesinarlo.
Luego del silencio de unos tres minutos se comenzaron a oír gritos de auxilio, mujeres,
niños, señores y habitantes en general pedían ayuda, rogaban que nos les fueran a hacer
nada, se escuchaban voces fuertes de personas llamando a la gente a que salieran a la calle.
Posteriormente se inició un enfrentamiento, eran los paramilitares que se habían tomado el
barrio y estaban sacando a la gente a la fuerza a la calle. Ellos, insultaban a las personas y
las trataban de guerrilleros. Yo, al sentir lo que pasaba no hice más que correr a la pieza a
esconderme debajo de la cama, desde allí escuchaba e imaginaba lo que estaba pasando en
la calle, lleno de miedo rogaba a Dios que no pasara nada. De un momento a otro llegaron
por mí. Golpearon la puerta fuertemente, como con la punta del arma porque la dejaron
hundida (esta era la forma como golpeaban las puertas para amedrantar más a las personas
y generar un mayor miedo), escuche cuando gritaban y me llamaban desde la calle.
“¡! Salgan Guerrilleros hijueputas… Salgan que aquí los estamos esperando, llamen
a esos guerrilleros que vengan a defenderlos, a esos hijueputas de derechos
humanos, salga hijueputa guerrillero…!!”
Esa noche empezaba para mí otra pesadilla que aún hoy recuerdo como si hubiese sido
ayer; Esa fue una de las noches más largas de mi vida. Yo por supuesto no salí, trataba de
aguantar la respiración para que no sintieran que me encontraba ahí. Sin embargo, era
difícil, la adrenalina y los nervios me tenían el corazón palpitando a millón por segundo. El

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cuerpo me temblaba, sudaba del calor de la ciudad y del susto que tenía solo en la casa
esperando el momento en que abrieran la puerta forzadamente y me sacaran a la calle, pero
gracias a Dios la persona que me llamaba se fue porque al parecer le disparaban. Yo sentí
cuando varios disparos impactaron la pared y creo que salió corriendo. Los disparos adentro
de la casa se sentían como cuando están haciendo críspetas, es muy feo, es triste, sobre todo
porque uno no se imagina que pueda pasar.
A eso de las dos de la madrugada, sentí cuando en el patio de la casa algo sonó, alguien se
había metido, se había tirado por el patio y cayó en el techo de zinc del lavadero. Recuerdo
que se sintió demasiado duro, eso me asusto mucho más, con cuidado y sin hacer ruido me
dirigí hacia la cocina, la cual estaba pegada del patio, tocaban la puerta suave y me
llamaban por mi nombre, eso me hizo pensar que era alguien que me conocía y que ya me
había llegado la hora. La persona que me llamaba conocía como entrar por el patio a la
casa, el introdujo la mano por un calado del ladrillo tratando de abrir la puerta, yo temblaba
de miedo. Demasiado asustado cogí un cuchillo de la cocina, cuando el asomo la mano
pensé en cortársela, pero esperé. Yo no contestaba al llamado de él por miedo a que me
fueran a matar, creí que la persona que me llamaba anteriormente por la calle había buscado
la forma de meterse por el patio y no dejarme ir. Yo, en medio del miedo rezando mucho,
pensé que si me iban a matar también por lo menos le cortaba el brazo. Este, de un
momento a otro pudo abrir la puerta, inmediatamente cuando entró me le fui encima, en
ese momento él me dijo – “¡!pilas, pilas que soy Juancho soy yo, Juancho!!.”,3
en ese
momento cerramos la puerta y nos quedamos quietos, él se encerró en el baño y yo debajo
3
Juancho era un compañero de la iglesia que pertenecía también al colectivo de Derechos Humanos

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de la cama. Estratégicamente nos ubicamos así por si de pronto se metían a la casa uno de
los dos podía actuar.
Juancho tenía un celular y comenzamos a llamar desesperadamente a la iglesia. No
sabíamos que hacer, estábamos muy preocupados, ya eran como las cuatro y treinta de la
mañana, entonces una compañera del Colectivo se comunicó con una representante de las
Brigadas Internacionales de Paz4
, quienes hacían acompañamiento permanente a algunas
Organizaciones defensoras de Derechos Humanos. Esto nos tranquilizó un poco, por lo
menos ya habíamos informado que nos encontrábamos en peligro.
Siendo las seis de la mañana, la situación comenzó sentirse calmada luego de una larga
noche parecía como si nuevamente estuviera naciendo; Fue agradable ver nuevamente el
sol alumbrando el día, recordé aquella canción “habrá un día en que todos”, la cual
cantábamos siempre en las misas. Desde adentro de la casa se oían personas conversar en
voz baja y muy asustados, alguien comentaba –“ya se fueron, ya no están”, entonces salí a
la calle con mucho temor porque posiblemente se encontraban ahí, cuando salí a la esquina
lo primero que observé fue una persona muerta de más o menos 16 años, vestido con
uniforme del Colegio Camilo Torres, cubierto de sangre con un fusil ak47 y con un brazo
como suelto de uno de los disparos que le habían propinado. Luego, más adelante, había un
rio de sangre al parecer se habían llevado varios heridos, la gente gritaba “¡! Aquí hay otro,
aquí hay otro!!”. Yo no me acerque porque le tengo miedo a los muertos, sino que me
4
Peace Brigades International (PBI) es una Organización No Gubernamental (ONG) aconfesional e
independiente reconocida por la Organización de las Naciones Unidas y avalada por la Vicepresidencia de la
República de Colombia. PBI desempeña labores de observación y acompañamiento internacional en
Colombia desde 1994.
La misión de PBI es proteger el espacio de acción de personas defensoras de derechos humanos que sufren
amenazas por su trabajo en pro de los derechos humanos. Fuente: página web; http://www.pbi-
colombia.org/

15. ~ 15 ~
regrese a la casa y le dije al compañero lo que estaba pasando. El, salió y se fue hacia
donde se estaba quedando. Recuerdo que lo único que hice fue llorar solo en la casa,
después me fui donde mi madre a contarle lo que había pasado, ella vivía a quince cuadras
de mi casa.
El saldo de esta incursión fue de tres muertos, varios heridos, personas amenazadas y un
grupo de secuestrados que los paramilitares se habían llevado para el barrio vecino. Estas
personas fueron dejadas en libertad la noche de ese mismo sábado después de un
enfrentamiento con la guerrilla.
Luego de estos acontecimientos y por mi seguridad, la noche del sábado dormí en la iglesia
y el domingo me quede donde una familia amiga. Por esos días había muchos
enfrentamientos de la guerrilla con el ejército, esa noche del domingo hubo hostigamiento
de la guerrilla a la base militar y el ejército salió disparando, afortunadamente no paso a
mayores.
Al lunes siguiente, más o menos a la una de la tarde me dirigí a la casa para mirar cómo
estaba la situación y fue ahí cuando volví a sentir miedo. Al llegar a la esquina de la casa
donde vivía, alcance a ver dos personas, una en la otra esquina y otra en la puerta de mi
casa, como me vieron no pude regresarme sino que yo seguí para no levantar sospechas ni
mostrar miedo. Ellos no me conocían ni yo sabía quiénes eran, lo que si recuerdo es que
llegué a la puerta de mi casa y en vez de sacar la llave toqué la puerta haciendo de cuenta
que yo no vivía ahí, sino que buscaba a alguien. Apenas toqué la puerta me pregunto el que
estaba ahí:

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- “¿!a quién busca, a quien necesita!?”,- como sabía que no me conocía, yo le
conteste – “¡ A Fredy !...”- apenas le dije el nombre de quien buscaba él me
dijo; -“¿usted lo conoce?”- yo le dije – “¡claro… él es catequista, enseña en la
iglesia a los niños!- entonces él me dijo. -¡!”Si usted conoce a ese hijueputa,
dígale que lo estamos esperando, que si quiere vivir que no venga!!”- Lo único
que se me ocurrió decir fue. -“bueno”-
En ese momento sentí que la sangre me bajo a los pies. Me puse a temblar, y sudaba frio.
Yo, di la vuelta y Salí a la esquina despacio, imaginando que en cualquier momento me
podrían disparar por la espalda, además rogando a Dios que nadie me llamara por mi
nombre, que nadie saliera a la calle, porque se darían de cuenta que yo era al que buscaban.
La mayoría de la gente me conocía, afortunadamente nadie salió. Apenas salí a la otra
esquina yo corría y corría a una velocidad que lo único que recuerdo es que llegue rápido a
la iglesia.
Ese mismo día a las 6 de la tarde en compañía de una persona de Brigadas Internacionales
de Paz, fuimos y retiramos las cosas de la casa para mudarme a otro barrio, cuando
llegamos los personajes aún estaban ahí, ellos se dieron de cuenta que yo era a quien
buscaban porque en frente de ellos abrí la puerta, pero no podían hacer nada porque estaba
acompañado de defensores de Derechos Humanos.

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Posterior a todos a estos hechos, hubo más situaciones de riesgo, razón por la cual debí salir
de la ciudad hacia Barranquilla a engrosar las filas de desplazados del país, solo que mi
situación nunca fue denunciada por miedo y por falta de garantías de seguridad.
En los anteriores acontecimientos pueden evidenciar, cómo a lo largo de tantos años pude
enfrentar situaciones que de una u otra manera me motivaron más por la defensa de los
Derechos Humanos a través de estrategias que me permitieran hacer frente a las
adversidades, a los constantes atropellos por parte de los actores en conflicto. Actualmente,
está de moda el concepto de resiliencia, ¿y, que es la resiliencia?, según el manual de
agentes educativos del ICBF; “la resiliencia es una capacidad que tenemos y podemos
desarrollar los seres humanos, para afrontar las adversidades, superarlas y salir fortalecidos
de ellas. No hay dificultad o situación adversa (a excepción de la muerte) que no haya
superado el ser humano” (ICBF, 2013, p. 39). Me atrevería a decir que la gran mayoría de
víctimas que ha dejado el conflicto interno como desplazados, huérfanos, viudas,
secuestrados, heridos etc., son personas que han superado las adversidades y se convierten
en resilientes por naturaleza. Es decir nunca han desfallecido, por el contrario, han
enfrentado estas situaciones con toda valentía. Este ejemplo se corrobora hoy en día y
gracias al apoyo de muchas personas que confiaron en mi soy un profesional universitario,
tengo una vida organizada y sigo adelante.
Ahora bien, sin desconocer el origen del conflicto Colombiano, es importante tener en
cuenta que luego de la aplicación de la ley 1448 de 2011, aún con sus “desaciertos”, ha

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contribuido de alguna manera en brindar apoyo integral a las víctimas del conflicto y se
les da el lugar y el reconocimiento que les corresponde. Dice esta ley:
Artículo 2° “Se consideran víctimas, para los efectos de esta ley, aquellas personas
que individual o colectivamente hayan sufrido un daño por hechos ocurridos a partir
del primero de enero de 1985, como consecuencia de infracciones al Derecho
Internacional Humanitario o de violaciones graves y manifiestas a las normas
internacionales de Derechos Humanos, ocurridas con ocasión del conflicto armado
interno. (Ley 1448 de 2011, art.3)
El Grupo de Memoria Histórica presenta su informe “BASTA YA, Colombia; memorias de
guerra y dignidad” cifras que muestran la realidad de nuestro país en relación con violación
a los Derechos Humanos y al Derecho Internacional Humanitario, entre ellos algunos casos
que tienen que ver con niños y jóvenes, resalto un punto muy importante de este informe:
“El GMH pudo identificar 405 niños, niñas y adolescentes entre las víctimas de los
actores armados, lo que representa el 3,4% de los casos documentados para el
periodo 1980-2012. De hecho, atacar a los niños, niñas y adolescentes en las
masacres se convirtió en una acción intencionalmente infligida para devastar a los
sobrevivientes y comunicar a los enemigos el colapso de cualquier límite moral en
el conflicto armado.” (!BASTA YA! COLOMBIA; MEMORIAS DE GUERRA Y
DIGNIDAD, 2013, pág. 54)
Para algunos grupos armados asesinar a los niños era evitar que crecieran y luego ellos
cobraran venganza. Aquí se evidencia una clara violación a la declaración universal de los
derechos del niño, el ejemplo está en el artículo 9° de esta declaración; “El niño debe ser

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protegido contra toda forma de abandono, crueldad y explotación. No será objeto de ningún
tipo de trata”(Declaración Universal de los Derechos del niño). El hecho de estar en un país
en el que caminamos en medio de actores armados, ya nos hace a todos victimas indirectas
de esta confrontación.
A pesar de todo lo vivido, debo resaltar que siempre fui feliz. Parte de mi infancia y la
adolescencia la viví en medio del conflicto armado bajo amenazas constantes,
hostigamientos, en medio de muertes, masacres, injusticias. Sin embargo, también tenía
amigos, familia, lugares donde gozar la vida integrándome a grupos sociales, donde se
exaltaba la cultura y sobre todo aprendía algo muy importante; EL RESPETO POR EL
OTRO sin importar las diferencias.
A modo de reflexión:
 Actualmente se habla de “posconflicto” teniendo como punto de partida un posible
acuerdo de paz con uno de los grupos subversivos del país (FARC). Sin embargo, es
importante tener en cuenta que este es un pequeño porcentaje de aporte para la PAZ,
la cual debe construirse desde todos los escenarios posibles donde tenga cabida
principalmente la diversidad de pensamientos, opiniones y culturas.
 Se debe dejar a un lado tanta capacitación, que aunque es importante no satisface
ni soluciona de fondo las necesidades fundamentales e inmediatas de las personas,
¿de qué sirve tener capacitación, si no se tiene la herramienta para la práctica?, ¿de
qué sirve tener cientos de certificados de capacitaciones, si no se les brinda
oportunidades para laborar? El Estado debe replantear las estrategias de apoyo a la
comunidad que ha sido víctima, debe plantear proyectos productivos que sean

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sostenibles en el tiempo, para que de esta manera puedan subsistir y poder hacer
frente a las necesidades.
Referencias bibliográficas.
 Informe del grupo de memoria histórica; GMH. ¡basta ya! Colombia: Memorias de
guerra y dignidad. Bogotá: Imprenta Nacional, (2013).
 Instituto Colombiano de Bienestar Familiar; promoción de la resiliencia familiar
manual de agentes educativos; (2013)
 Página web verdad abierta, conflicto armado en Colombia. “Masacre de Barranca: nuevos
señalamientos del 'Panadero' a miembros de la Fuerza Pública”;
http://www.verdadabierta.com/
 Peace Brigades International; http://www.peacebrigades.org/?L=1