Relata la historia de un convencionista reclutado por el General Guillermo Quintero Calderón para la Guerra de los Mil Días, cuya misión encomendada era impartir las órdenes dadas con el redoblante. Una vez finalizada la guerra queda pobre, solo y a la deriva, donde el único reconocimiento era que se le llamaba para que saliera en el desfile del 20 de Julio. Murió en el desamparo y nunca se le reconoció como veterano de guerra, ni mucho menos le dieron lo prometido. Colectivo Radial Llano del Tabacal de Convención Norte de Santander.
2. La Guerra de los Mil
Días fue una Guerra
Civil
de
Colombia
disputada
entre el 17 de octubre
de 1899 y el 21 de
noviembre de 1902,
Fue la última en el siglo
XIX y la más larga y
sangrienta.
Ni Coronel Ni General.
Historia de: Pedro Quintero
Zapata, Historiador.
Libreto Radial: Fernando
Jaramillo, Director del
Colectivo radial Llano del
Tabacal de Manantial
Stereo 98.2 de Convención
N de S.
Se originó por la
oposición
del
liberalismo al gobierno
conservador por la
“Regeneración” y a la
búsqueda
de
una
reforma
a
la
Constitución de 1886;
considerada autoritaria.
3. Uno de los grandes personajes de la
historia de Colombia fue su Alcalde y
Personero, y poco tiempo después
Presidente de la Republica por sólo 5
días, el General Guillermo Quintero
Calderón.
Este fue también
el comandante del
ejército del Norte,
acantonado en el
municipio durante
de la guerra de los
Mil Días.
4. Durante esta guerra bipartidista, el
General Guillermo Quintero Calderón
del ejército conservador, reclutó a un
músico convencionista: Ricardo Lemus
5. Ricardo
Lemus
o
“cuto”,
como
era
conocido
cariñosamente por sus
amigos, era ejecutante
del
redoblante,
instrumento
de
percusión
que
era
utilizado en los campos
de batalla para impartir
las órdenes de los
generales a la tropa.
Cada redoble tenía su
fin específico, toda una
orden impartida.
6. Es reclutado y llevado a los campos con todas las
promesas en dinero como en especies, dejando a la
familia a la merced de promesas del comandante del
ejército del norte. Su única arma en los campos de
batalla fueron dos baquetas y el redoblante.
7. Después de haber terminado esta
guerra, regresa a Convención.
Encuentra su residencia, acabada,
toda saqueada, sus familiares
dispersos, sus padres en las letanías
de la muerte y con las grandes
promesas incumplidas a su espalda.
Su resto de vida
transcurrió recordando
las grandes promesas
que le fueron hechas
por el general, sus
padres murieron, sus
hermanos
siguieron
dispersos y él en la
completa soledad.
8. Su reconocimiento como soldado en la guerra de los Mil días
sólo se limitó a participar, durante algunos años, en la
celebración del 20 de julio encabezando las ceremonias con
su instrumento y la bandera a su espalda.
La soledad, la tristeza, la desilusión, el abandono, las falsas
promesas, lo llevaron a abandonar su tierra la cual defendió
en la guerra. Se le vio por última vez en la Curumaní (Cesar)
donde murió y fue enterrado como NN. Paz en la tumba de
este luchador de la Guerra de los Mil días.