Los profesionales de la salud tienen cuatro deberes principales: 1) el deber de informar a los pacientes sobre los riesgos y beneficios de cualquier procedimiento médico, 2) el deber de mantenerse actualizados con los últimos conocimientos y técnicas médicas, 3) el deber de abstenerse de cualquier abuso o medidas innecesarias que pongan en riesgo al paciente, y 4) el deber de vigilar cuidadosamente el estado del paciente para evitar negligencia.