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DIÓCESIS CÁDIZ Y CEUTA
DELEGACIÓN EPISCOPAL PARA LA FAMILIA
Y LA DEFENSA DE LA VIDA.
XL SEMANA DE LA FAMILIA. 2019.
“LA EVANGELIZACIÓN Y ACOMPAÑAMIENTO PASTORAL
DE LAS FAMILIAS. QUÉ PASOS PODEMOS DAR”.
PONENCIA PARA LA REFLEXIÓN PASTORAL
DE PARROQUIAS Y MOVIMIENTOS.
I.- EL SERVICIO A LA FAMILIA, UNA TAREA ESENCIAL DE LA IGLESIA.
Hoy se habla mucho de pastoral familiar. Pero no se trata de una moda
pasajera. San Juan Pablo II, el gran impulsor de la pastoral familiar, en su
Carta a las familias (1994), dejó escrito: “La Iglesia considera el servicio a la
familia como una de sus tareas esenciales” (n.2).
¿Por qué?
Ante todo, porque la familia constituye la célula básica de la Iglesia,
del mismo modo que es la célula básica de la sociedad. La familia es
la “Iglesia doméstica”. En ella se vive, y se testimonia, la íntima
comunión con Dios y con los demás que es propia de la Iglesia.
La familia es el primer y fundamental lugar de la trasmisión de la fe.
En el seno de la familia se produce el despertar y crecimiento de la
fe, el inicio al trato personal con Dios, y el aprendizaje de una
lectura creyente de los acontecimientos de la vida.
La familia es también la escuela básica e imprescindible del amor
verdadero y de la vida cristiana. Por eso, la salud de la sociedad
depende, en gran medida, de la salud de la familia, que es escuela
de humanidad. Con razón nuestros obispos calificaron a la familia
como “esperanza de la sociedad” (Instrucción pastoral La familia,
santuario de la vida y esperanza de la sociedad, 2001).
Todo lo dicho justifica que la evangelización y el acompañamiento
pastoral de las familias constituye una de las tareas esenciales de la Iglesia.
II.- LA URGENCIA ACTUAL DE INTENSIFICAR LA PASTORAL FAMILIAR.
Desgraciadamente, nuestra sociedad está perdiendo la percepción del
inmenso valor social que posee la familia:
- no se valora ni se apoya suficientemente la estabilidad conyugal y
familiar,
- la desestabilización familiar provoca sufrimiento en los hijos, facilitando
el desarrollo de personalidades inmaduras, que tendrán serias
dificultades para vivir un amor oblativo y fiel,
- el matrimonio se concibe como un asunto privado de la pareja,
- se equiparan al matrimonio otras formas de convivencia afectiva que no
poseen su relevancia humana y social,
- la revolución sexual ha separado el amor de la procreación, y la
sexualidad del matrimonio; y concibe la sexualidad como mero bien de
consumo,
- las políticas familiares son insuficientes,
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- se socaba la protección de la vida humana en sus fases iniciales y final,
etc.
Las consecuencias de este gigantesco e imprudente experimento social
se están revelando dramáticas:
- se incrementa continuamente el número de rupturas familiares (en
España, rompen más matrimonios de los que se contraen),
- muchos hijos crecen en hogares desestructurados, que no suelen
ofrecer las mejores condiciones para su maduración en un clima
ejemplar de amor y armonía,
- muchos jóvenes se manifiestan desorientados,
- aumenta la violencia doméstica,
- aumenta el número de abortos,
- se está produciendo una importante crisis demográfica, que, entre otros
efectos negativos, amenaza con quebrar el sistema de pensiones…
Todos estos hechos amenazan el desarrollo de la sociedad. En su
alocución al Congreso de los EEUU, el Papa Francisco decía: “No puedo
esconder mi preocupación por la familia, que está amenazada, quizás como
nunca, desde el interior y desde el exterior. Las relaciones fundamentales son
puestas en duda, como el mismo fundamento del matrimonio y de la familia. No
puedo más que confirmar no sólo la importancia, sino, sobre todo, la riqueza y la
belleza de vivir en familia. De modo particular quisiera llamar su atención sobre
aquellos componentes de la familia que parecen ser los más vulnerables, es
decir, los jóvenes. Muchos tienen delante un futuro lleno de innumerables
posibilidades, muchos otros parecen desorientados y sin sentido […]. Sus
problemas son nuestros problemas. No nos es posible eludirlos. Hay que
afrontarlos juntos”.
La profunda preocupación de la Iglesia ante la crisis de la familia se
manifiesta de muy diversas formas:
Tres Sínodos de Obispos han sido dedicados a reflexionar sobre los
retos que afronta la familia: 1981, 2014 y 2015.
Se han publicado numerosos documentos pontificios y episcopales,
tanto doctrinales como pastorales, sobre la evangelización y
acompañamiento de las familias.
Las Iglesias particulares tratan de intensificar la pastoral de
familiar.
III.- OBJETIVOS DE LA PASTORAL FAMILIAR.
Una premisa básica: la PASTORAL FAMILIAR…
• No se reduce a una serie de actividades puntuales con matrimonios
o familias.
• Constituye una dimensión esencial y transversal de la acción
evangelizadora de la Iglesia: integra toda actividad con que la Iglesia
evangeliza a las familias y acompaña su vida y su misión como
“Iglesias domésticas”.
Los OBJETIVOS BÁSICOS de la Pastoral Familiar:
Ayudar a las familias cristianas a tomar conciencia de su identidad y
su misión como santuarios de la vida, escuelas básicas de amor y
humanidad, e “Iglesias domésticas”, primer lugar de transmisión y
vivencia de la fe.
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Ofrecer los medios de santificación en familia: la oración, la
celebración de los sacramentos, la participación activa en la vida de
la comunidad cristiana…
Abrir cauces para la participación de las familias en la vida y la
misión de la Iglesia.
Fomentar la comunicación y comunión entre las familias, y entre los
agentes dedicados la pastoral familiar.
IV.- LA PARROQUIA Y LA PASTORAL FAMILIAR.
En su Exhortación pos-sinodal Amoris laetitia, el Papa Francisco
recordaba que “la principal contribución a la pastoral familiar la ofrece la
parroquia, que es una familia de familias” (n.202).
Por su propia naturaleza, la parroquia desempeña un papel
importantísimo en la pastoral familiar:
- Es el “lugar” más cercano a las familias.
- Puede conocer de modo más directo sus necesidades concretas.
- Puede prestar una acogida, acompañamiento y ayuda más directa y
eficaz.
Pero, para que estas capacidades de la parroquia se traduzcan en una
pastoral familiar eficaz, se precisa que…
- La comunidad parroquial esté suficientemente concienciada de que la
evangelización y acompañamiento de las familias constituye una de sus
tareas esenciales. Y esta sensibilidad debe impregnar el sentido pastoral
de toda la comunidad, muy particularmente del consejo pastoral.
- El servicio a las familias esté presente, de modo transversal, en las
diversas iniciativas de la acción pastoral.
- El párroco procure la ayuda de agentes que quieran colaborar en las
tareas de evangelización y acompañamiento de las familias. Los
movimientos familiares encuentran aquí un vastísimo campo de acción.
Y, del mismo modo que hoy no se concibe una parroquia sin
catequistas, sin animadores de la liturgia, o desprovista de un equipo
de Caritas, así tampoco debiera organizarse la acción pastoral sin
agentes encargados de promover el servicio a las familias.
El Directorio para la pastoral familiar de la Iglesia en España (n. 266)
hace dos importantes recomendaciones a la parroquia:
“Cada comunidad parroquial debe tomar conciencia más viva de la
gracia y de la responsabilidad que recibe del Señor en orden a la
promoción de la pastoral familiar”.
“Los planes de pastoral orgánica, a cualquier nivel, no deben
prescindir nunca de tomar en consideración la pastoral de la familia”.
V.- LA PASTORAL FAMILIAR: UN PROCESO DE ACOMPAÑAMIENTO A LA
PERSONA Y A LA FAMILIA.
El servicio pastoral a las familias supone un proceso de
acompañamiento que se prolonga a lo largo de la vida de cada persona y de
cada familia. San Juan Pablo II señaló las tres fases de ese proceso
(Exhortación Familiaris consortio, nn.65-69):
La pastoral prematrimonial.
La celebración del sacramento del Matrimonio.
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El acompañamiento de las familias.
V.1.- LA PASTORAL PREMATRIMONIAL:
Comienza en la infancia y tiene como DESTINATARIOS:
A niños, adolescentes y jóvenes.
A padres y educadores.
TRES ETAPAS:
Preparación remota al matrimonio: niños y adolescentes.
Preparación próxima: jóvenes.
Preparación inmediata: novios que preparan su boda.
V.1.a.- PREPARACIÓN REMOTA AL MATRIMONIO.
OBJETIVO específico de esta etapa:
Ayudar a la maduración de niños, adolescentes y jóvenes, mediante
un proceso gradual y continuo de educación para el verdadero amor.
ACCIONES que se pueden desarrollar:
Cuidar que los itinerarios catequéticos de niños adolescentes y
jóvenes integren una formación afectiva y sexual completa:
antropológica, moral y espiritual. Las Delegaciones de Familia,
Enseñanza y Catequesis pueden ofrecer materiales idóneos.
Ayudar a la capacitación de padres y formadores para educar en la
afectividad:
o Escuelas de padres.
o Cursos para monitores de educación afectiva.
V.1.b.- PREPARACIÓN PRÓXIMA AL MATRIMONIO.
OBJETIVO:
Ayudar a los jóvenes en edad de noviazgo a un mejor conocimiento
de la vocación matrimonial y de las actitudes necesarias para vivirla.
ACCIONES:
“Escuelas de novios”: proceso catequético específico para grupos de
parejas que quieran vivir su noviazgo como un tiempo de
preparación humana y cristiana al matrimonio.
V.1.c.- PREPARACIÓN INMEDIATA AL MATRIMONIO.
DESTINATARIOS:
Novios que preparan su boda.
OBJETIVOS:
Proporcionar a los contrayentes un conocimiento más profundo de
los compromisos propios de la vida conyugal.
Promover en los novios las disposiciones necesarias para celebrar
válidamente el sacramento del matrimonio.
Manifestar la disponibilidad de la Iglesia por acompañar a cada
nuevo matrimonio.
ACCIONES:
Catequesis prematrimoniales.
o Son más que “charlas” de instrucción doctrinal. Son
testimonios de vida conyugal cristiana, con una finalidad
evangelizadora.
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o No son impartidos por “conferenciantes”, sino por
matrimonios-catequistas que dan testimonio de la belleza de
la vida conyugal vivida desde la fe.
Elaborar el expediente matrimonial, con un sentido más pastoral
que administrativo.
V.2.- CELEBRACIÓN DEL SACRAMENTO DEL MATRIMONIO.
OBJETIVO:
Que los contrayentes vivan la celebración del sacramento como
experiencia de encuentro con Jesús Resucitado, que les otorga el
gran regalo de hacerlos partícipes de su amor.
ACCIONES:
Cuidar la calidad litúrgica y espiritual de la celebración del
Sacramento del Matrimonio.
V.3.- ACOMPAÑAMIENTO DE MATRIMONIOS Y FAMILIAS.
OBJETIVO:
Ayudar a las familias a construir un hogar cristiano, donde se viva y
testimonie la fe.
ACCIONES:
Promover la acogida de los nuevos matrimonios en la comunidad
eclesial.
Organizar acciones formativas y de acompañamiento:
o Creación de grupos de Matrimonios.
o Implantación de movimientos familiares.
o Escuela de padres, cursos y conferencias.
o Organización de una “semana” o “jornadas” diocesanas de
formación y sensibilización sobre las necesidades de la familia
y la pastoral familiar.
o Promover la formación y compromiso pro-vida de los
creyentes.
o Animar a matrimonios y personas idóneas a realizar el máster
en pastoral familiar.
Acciones de ayuda espiritual:
o Facilitar la participación de las familias en la Misa dominical.
o Organizar retiros y ejercicios espirituales para matrimonios y
familias.
o Acompañar espiritualmente a los matrimonios.
o Cuidar la celebración del Domingo de la Sagrada Familia:
renovación de las promesas conyugales, bendición de las
familias.
o Bendición de los hogares en Pascua.
o Promover la oración provida.
o Organizar peregrinaciones y encuentros de tiempo libre con
familias.
Acciones solidarias:
o Ayudas a las familias necesitadas a través de Caritas.
o Ofrecer la ayuda de los Centros Diocesanos de Orientación
Familiar (COF) a las familias en dificultad.
o Ayuda a las madres que afrontan una maternidad difícil. Por
ejemplo, mediante el programa “Ángel” de Spei Mater.
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o Ayuda a las mujeres que sufren trauma postaborto. Programa
“Raquel”, de Spei Mater.
o Promover el compromiso social y político de los cristianos a
favor de la familia y la vida.
La Delegación Episcopal para la Familia y Defensa de la Vida
permanece al servicio de las parroquias y movimientos familiares para
orientar, apoyar y coordinar el desarrollo de la pastoral familiar de la Iglesia
diocesana.
VI.- LA ORGANIZACIÓN DE LA PASTORAL FAMILIAR.
Para impulsar y coordinar las acciones de pastoral familiar podemos
dar los siguientes pasos:
1º.- Mejorar la comunicación y coordinación diocesana: Cada
parroquia o movimiento de apostolado familiar designa a uno de sus miembros
como enlace con la Delegación de Familia y Vida.
2º.- Potenciar la pastoral familiar en la parroquia: Cada comunidad
parroquial crea un pequeño equipo impulsor de la pastoral familiar.
- Puede quedar inicialmente constituido por dos o tres matrimonios, u
otros agentes, que requerirán una progresiva formación específica.
Cada parroquia o movimiento debería contar al menos con un
matrimonio que haya realizado el máster en pastoral familiar.
- Este equipo irá promoviendo, con el tiempo, las distintas acciones y
momentos del servicio pastoral a las familias:
o acogida de matrimonios que solicitan el bautismo de sus hijos,
o participación en la catequesis de iniciación cristiana: catequesis
de familia, contacto con los padres, formación de niños,
adolescentes y jóvenes.
o organización de actividades de formación afectiva y sexual para
adolescentes y jóvenes,
o escuelas o grupos de novios,
o catequesis prematrimoniales,
o encuentros conyugales o familiares para oración, formación,
convivencia, ocio…
o ayuda y acompañamiento de situaciones familiares difíciles, etc.
- Los movimientos familiares pueden ofrecer aquí una aportación muy
valiosa.
- En el acompañamiento del equipo de pastoral familiar no debiera faltar
la presencia del sacerdote.
3º.- Coordinar la pastoral familiar en el arciprestazgo: Cada
arciprestazgo constituye un equipo coordinador de la pastoral familiar,
acompañado por el arcipreste o por un sacerdote delegado suyo.
La preparación de agentes capacitados, y la puesta en marcha de muchas
acciones de pastoral familiar, requerirán la acción mancomunada de las
parroquias de una misma localidad o arciprestazgo.
PARA EL DIÁLOGO…
1º.- ¿Qué afirmaciones de la ponencia nos parecen más importantes?
2º.- ¿Qué actuaciones de las propuestas nos parecen más prioritarias?
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3º.- ¿A qué acciones concretas nos comprometemos de cara al próximo
curso?
4º.- ¿Qué pasos debemos dar para dotar de una estructura eficaz a la
pastoral familiar...en la parroquia, en el movimiento, en el
arciprestazgo?
5º.- ¿Qué ayuda debe prestar la Delegación?
6º.- ¿Qué sugerencias ofrecemos para remodelar la “Semana de la
Familia” para que sea útil de cara a la sensibilización y formación
permanente en temas de familia?
PARA LA ORACIÓN
Jesús, María y José
en vosotros contemplamos
el esplendor del verdadero amor,
a vosotros, confiados, nos dirigimos.
Santa Familia de Nazaret,
haz también de nuestras familias
lugar de comunión y cenáculo de oración,
auténticas escuelas del Evangelio
y pequeñas iglesias domésticas.
Santa Familia de Nazaret,
que nunca más haya en las familias episodios
de violencia, de cerrazón y división;
que quien haya sido herido o escandalizado
sea pronto consolado y curado.
Santa Familia de Nazaret,
haz tomar conciencia a todos
del carácter sagrado e inviolable de la familia,
de su belleza en el proyecto de Dios.
Jesús, María y José,
escuchad, acoged nuestra súplica.
Amén.
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