El autor lamenta haber destruido su creación debido a que los mayores se enojaron cuando les dio nombre y apellido. Ahora siente que ha llegado la hora de destruir lo que construyó con tanto esfuerzo al congestionar el tiempo, sembrar la malicia y eliminar el respeto, de modo que todo vuelva a ser sospechoso y se juzgue solo por las apariencias.