1. -
PRÓXIMA REUNIÓN
El próximo día 27 de Septiembre en los salones del Convento de
S. Francisco a las seis y media de la tarde con el siguiente orden del día:
Acogida y Oración: por la Hna. Ministra
Lectura del Acta anterior: por la Hna. Secretaria
Formación: Tema nº 3
Informaciones varias: Correspondencia, Informe Hna. Tesorera.
Bendición de San Francisco.
CELEBRACIONES
17 de Septiembre, con una Eucaristía celebraremos la impresión de las
Llagas a S. Francisco a las 20.00h.
Los días 1, 2 y 3 de Octubre Triduo a San Francisco. A las siete y media,
Santo Rosario, a continuación Eucaristía, y el día 4 Función solemne a las
13.00h., presidida por los PP Trinitarios.
PAZ y BIEN
Santa Rosa de Viterbo
Patrona OFS Alcázar de S. Juan
4 Septiembre
Oh Dios, que dignaste admitir
en el coro de tus santas
vírgenes a la bienaventurada
Rosa, concédenos por sus
ruegos y merecimientos la
gracia de expiar todas
nuestras culpas y de gozar
eternamente de la compañía
de su Majestad.
Por Jesucristo Nuestro Señor.
Omnipotente, altísimo, bondadoso
Señor; tuyas son la alabanza, la gloria y
el honor; tan solo tú eres digno de toda
bendición, y nunca es digno el hombre
de hacer de ti mención....
Comenzamos el curso 2015-2016, con la
celebración de la Jornada Mundial de
Oración por el cuidado de la Creación. El
ministro General de OFS, Tibor Kauser
invita a toda la Orden a rezar el Cántico
de las Criaturas "por lo que esta hermosa
alabanza escrita por San Francisco será
alabar a Dios y sonará todo el día, como
nuestro planeta gira alrededor. Esta es una
oportunidad privilegiada para que
expresemos nuestra gratitud y que
recordemos nuestra responsabilidad".
"Creo que Francisco es el
ejemplo por excelencia del
cuidado de lo que es débil y
de una ecología integral,
vivida con alegría y
autenticidad. Es el santo
patrono de todos los que
estudian y trabajan en torno
a la ecología, amada también
por muchos que no son
cristianos. Él manifestó una
atención particular hacia la
creación de Dios y hacia los
más pobres y abandonados.
Amaba y era amado por su
alegría, su entrega generosa,
su corazón universal. Era un
místico y una peregrino que
vivía con simplicidad y en
una maravillosa armonía con
Dios, con los otros, con la
naturaleza y consigo mismo.
En él se advierte hasta qué
punto son inseparables la
preocupación por la
naturaleza, la justicia con los
pobres, el compromiso con la
sociedad y la paz interior".
Papa Francisco.
ALABADO SEAS, MI SEÑOR
Loado seas, mi Señor, por nuestra hermana
la madre tierra,
la cual nos sustenta y gobierna,
y produce diversos frutos con coloridas
flores y hierba.
2. Elevándose, pues, a Dios a impulsos del ardor seráfico de sus deseos y
transformado, por el afecto de su tierna compasión, en aquel que, en aras de
su extremada caridad, aceptó ser crucificado, una mañana próxima a la fiesta
de la Exaltación de la Santa Cruz, mientras oraba en uno de los flancos del
monte, vio bajar de lo más alto del cielo así como la figura de un serafín,
que tenía seis alas tan ígneas como resplandecientes. En vuelo rapidísimo
avanzó hacia el lugar donde se hallaba el varón de Dios, deteniéndose en el
aire. Y apareció no sólo alado, sino también crucificado: tenía las manos y
los pies extendidos y clavados a la cruz, y las alas dispuestas, de una parte a
otra, en forma tan maravillosa, que dos de ellas se alzaban sobre su cabeza,
las otras dos estaban extendidas para volar, y las dos restantes rodeaban y
cubrían todo el cuerpo.
Ante tal visión quedó lleno
de estupor y experimentó
en su corazón un gozo
mezclado de dolor. En
efecto, el aspecto gracioso
de Cristo, que se le
presentaba de forma tan
misteriosa como familiar,
le producía una intensa
alegría, al par que la
contemplación de la terrible
crucifixión atravesaba su
alma con la espada de un
dolor compasivo.
Al desaparecer la visión después de un arcano y familiar coloquio, quedó su
alma interiormente inflamada en ardores seráficos y exteriormente se le
grabó en su carne la efigie conforme al Crucificado, como si a la previa
virtud licuefactiva del fuego le hubiera seguido una cierta grabación
configurativa. Al instante comenzaron a aparecer en sus manos y pies las
señales de los clavos, viéndose las cabezas de los mismos en la parte interior
de las manos y en la superior de los pies, mientras que sus puntas se hallaban
al lado contrario. Asimismo, el costado derecho -como si hubiera sido
traspasado por una lanza- llevaba una roja cicatriz, que derramaba con
frecuencia sangre sagrada. San Buenaventura. "Leyenda menor"
Impresión de las Llagas de nuestro Seráfico Padre S. FranciscoSER FRANCISCANO SEGLAR
LA PACIENCIA
ADMONICIÓN de San Francisco nº 13 De la paciencia.- Bienaventurados
los pacíficos, porque serán llamados hijos de Dios. El siervo de Dios no
puede conocer cuánta paciencia y humildad tiene en sí, mientras todo le
suceda a su satisfacción. Pero cuando venga el tiempo en que aquellos que
deberían causarle satisfacción, le hagan lo contrario, cuanta paciencia y
humildad tenga entonces, tanta tiene y no más. La paciencia se entiende
como la cualidad del que soporta serenamente las adversidades, las
molestias, los contratiempos, las enfermedades, la falta de paz,... La persona
paciente tolera todo esto con ánimo constante, sin dejarse influir por los
acontecimientos adversos. Pero la paciencia va mucho más allá de una
mortificación. Es una Bienaventuranza, que nos revela cómo es el corazón
de Dios y hacia donde van sus preferencias y sus inclinaciones. Francisco la
entiende en este sentido, ya que esta bienaventuranza tiene como objetivo
primero a Dios. Pero no por ello dejemos de reconocer su importancia
necesaria e inexcusable cuando vivimos con los otros y tenemos que
soportar su fragilidad y debilidad. La Admonición 13 comienza
mencionando a los "PACIFICOS". El pacifico, según terminología griega,
es el hombre que ama la paz, sosegado, tranquilo, incapaz de incomodar a
nadie, pero sin que esto quiera decir que está ausente de la tarea de
promover y establecer la paz. Francisco después describe cual es la
verdadera paciencia. No podemos saber cuánta paciencia tenemos cuando
todo va a nuestro gusto. Puede resultar fácil tener paciencia cuando todo
sale bien, cuando nos cruzamos con personas de buen trato, agradables, etc.
No está ahí la paciencia; ésta se mide en la prueba. La paciencia exige
esfuerzo, lucha, austeridad, superación de las inclinaciones naturales y
egoístas. La paciencia se demuestra cuando las cosas van mal; cuando
aquellos que nos querían nos critican, nos persiguen, etc. Francisco toca
aquí un tema importantísimo en la relaciones de familia y fraternidad. El
verdadero siervo de Dios es aquel que, ante la tribulación, ante la
arrogancia, ante las injurias, se mantiene sereno y paciente; aquel que es
servicial con todo el mundo y se muestra alegre a pesar de las
circunstancias. Es que la paciencia es constructora de fraternidad y une a los
hermanos. Hemos de ser pacientes con nosotros mismos, aceptando todo lo
que hay en nosotros de bueno y malo; y con los otros.