Rersumen del capítulo IV de la Instrucción Sacramentum Redemptionis de la Sagrada Congregación pro Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos sobre las normas a observarse en la administración de la sagrada comunión.
2. LAS DISPOSICIONES PARA RECIBIR LA
SAGRADA COMUNIÓN
[80.] El acto penitencial de la misa tiene la finalidad de
disponer a todos para que celebren
adecuadamente los sagrados misterio. Este carece
de la eficacia del sacramento de la Penitencia, y
bajo ningún caso la sustituye.
[81.] Quien sea consciente de estar en pecado grave no
celebre la Misa ni comulgue sin acudir antes a la
confesión. Por motivo grave, cuando no hay
oportunidad de confesarse; se está obligado a hacer
un acto de contrición perfecta, que incluye el
propósito de confesarse cuanto antes.
[82.] El objetivo de las normas en la participación
frecuente y fructosa del Sacramento, y determinar
las condiciones objetivas en las que ha de
administrarse.
[83.] Lo ideal es que todos los que participan en la Misa
y estén en condiciones reciban la Comunión; es un
abuso el admitir de manera indiscriminada a todos
a la Mesa.
3. LAS DISPOSICIONES PARA RECIBIR LA
SAGRADA COMUNIÓN
[84.] En celebraciones multitudinarias o de grandes
urbes se debe cuidar que no se acerquen a
comulgar no católicos y no cristianos, sin atender
las normas que la Sede ha dado al respecto.
[85.] Se administra lícitamente sólo a católicos, a tenor
de los can. 844 § 2,3,4 y 861 § 2.
[86.] Se debe insistir en participar de la reconciliación
fuera de la misa, para su mejor administración y
utilidad. Los que comulgan con frecuencia,
conviene que se confiesen del mismo modo según
la disposición de cada cual.
[87.] Antes de la primera comunión se debe dar la
primera confesión; siempre ha de ser administrada
por un sacerdote, y nunca fuera de la Misa. No se
recomienda que se celebre en jueves santo. Se
admiten los niños en uso de razón o
suficientemente dispuestos, si un menos es lo
suficiente maduro e instruido para recibirla no se le
debe negar a causa de la edad.
4. LA DISTRIBUCIÓN DE LA SAGRADA
COMUNIÓN
[88.] Habitualmente se comulga en Misa, después de la
comunión del celebrante a quien corresponde
distribuirla ayudado por otros (si hay necesidad). La
Misa prosigue hasta después de haber terminado la
comunión.
[89.] Es deseable que los fieles puedan recibirla con hostias
consagradas en la misma Misa.
[90.] Se comulga de rodillas o de pie, según determine la
Conferencia Episcopal. Si es de pie, hágase la debida
reverencia, las cuales deben estar establecidas en las
normas.
[91.] Cualquier bautizado católico, a quien el derecho no se
lo prohíba, debe ser admitido a la sagrada Comunión.
No es lícito negar la sagrada Comunión a un fiel, por
ejemplo, sólo por el hecho de querer recibir la
Eucaristía arrodillado o de pie.
[92.] Todo fiel tiene siempre derecho a elegir si desea
recibir la sagrada Comunión en la boca o en la mano
(en los lugares donde la Conferencia de Obispos lo haya
permitido) y debe sumirla frente al ministro. Si existe
peligro de profanación, no se distribuya a los fieles la
Comunión en la mano.
5. LA DISTRIBUCIÓN DE LA SAGRADA
COMUNIÓN
[93.] La bandeja para la Comunión de los fieles se
debe mantener, para evitar el peligro de que
caiga la hostia sagrada o algún fragmento.
[94.] No está permitido que los fieles tomen la
hostia consagrada ni el cáliz sagrado por sí
mismos, ni mucho menos que se lo pasen
entre sí de mano en mano.
[95.] Se puede comulgar dos veces el mismo día
quedando a salvo lo que prescribe el c. 921 §
2».
[96.] No se repartan hostias no consagras
durante, antes o después de la Misa. Donde
se distribuya pan después de la misa, se
catequice de tal modo que no haya
equívocos, y nunca se reparta hostias.
6. LA COMUNIÓN DE LOS SACERDOTES
[97.] El celebrante comulga en el altar.
Los concelebrantes han de hacerlo
antes que la asamblea, nunca
después que termine de comulgar
ella.
[98.] Los concelebrantes comulgan
siempre con hostias consagradas en
la misma Misa, y bajo las dos
especies, y cuando el diácono les
distribuye la comunión dice nada.
[99.] La Comunión bajo las dos especies
está siempre permitida «a los
sacerdotes que no pueden celebrar o
concelebrar en la acción sagrada».
7. LA COMUNIÓN BAJO LAS DOS
ESPECIES
[100.] Los laicos pueden ser admitidos también a la
comunión bajo las dos especies. Se debe catequizar
para evitar todo error sobre la presencia real en las
especies eucarísticas.
[101.] Un criterio importante evitar cualquier
riesgo, aún mínimo, de profanación. La Conferencia
Episcopal debe publicar normas, aprobadas por la
Sede a través de la Congregación pro Culto Divino.
[102.] No se administra la comunión con el cáliz cuando
por la cantidad de fieles es difícil calcular la
cantidad exacta de vino a consagrar, corriendo el
riesgo que sobre demasiada Sangre de Cristo.
Tampoco cuando se dificulte el acceso ordenado al
cáliz, o donde por la cantidad de vino necesario no
se puede conocer su calidad y procedencia;
tampoco cuando no haya suficientes ministros para
administrarla; tampoco donde una parte
importante del pueblo no quiera participar del cáliz.
8. LA COMUNIÓN BAJO LAS DOS
ESPECIES
[103.] Se administra la comunión con la Sangre del
Señor: bebiendo del cáliz, por intinción, pajilla o
cucharilla. Cuando sea por intinción se deben
utilizar hostias más gruesas que lo habitual. En este
caso la comunión siempre se da en la boca.
[104.] El comulgante no puede hacer la intinción, ni
recibir comunión en la mano. Siempre se debe
administrar por intinción con hostias válidas y
consagradas.
[105.] En la celebración se pueden usar varios cálices,
siempre debe haber uno principal y otros más
pequeños.
[106.] La Sangre del Señor no se debe echar de un cáliz
a otro. Sólo se pueden utilizar recipientes que
cumplas con las normas establecidas.