1. ANAXÁGORAS
Anaxágoras nació en torno al año 500 antes de Cristo en Clazómenas, colonia griega en
el golfo de Esmirna, en Asia Menor. Hacia el año 453 se dirigió a Atenas, donde se hizo
amigo de Pericles y de Eurípides.
Aunque no intervino directamente en política, fue acusado de impiedad por los
enemigos de Pericles, a causa de sus ideas sobre astronomía, y fue desterrado de la
ciudad el año 434. Se trasladó a Lámpsaco, donde murió el año 428.
De sus escritos sólo han llegado a nosotros unos veinte fragmentos, de estilo claro y
sencillo, que unidos a los testimonios que sobre él encontramos en otros filósofos,
permiten hacernos una idea de su pensamiento.
Anaxágoras parte, como los eleatas, de la idea de que no es posible que algo tenga un
origen o un fin; nada nace ni perece, sino que a partir de lo que existe se originan
combinaciones y separaciones que hacen que unas cosas aparezcan y otras
desaparezcan. Por consiguiente, en el mundo de las cosas debe existir una unidad
originaria en la que está todo.
A la pregunta fundamental de la filosofía presocrática sobre el ser permanente y
originario que explique el cambio y la variación de los seres, Anáxagoras responde con
la hipótesis de un número infinito de elementos, que Aristóteles llamó homeomerías,
intentando precisar con este término lo que Anaxágoras quería decir: que lo semejante
se une a lo semejante y lo que no lo es se separa y distancia
No hay, pues, un único principio, como habían propugnado Tales y Anaxímenes, ni
cuatro elementos básicos, como creía Empédocles, sino un número infinito de
elementos, de gérmenes o semillas, de los que brotan todas las cosas como resultado de
sus mezclas y combinaciones.
Junto a estos principios materiales, y aquí está la originalidad de este pensador,
Anaxágoras añade un principio inteligente, el nous, mente o espíritu, que ordena las
homeomerías, las anima y las organiza en entes individuales, creando el orden armónico
1
2. del
universo.
El nous es, pues, el principio de orden, de animación y de individualización de las
cosas que constituyen el mundo variado y plural que vemos a nuestro alrededor. Pero el
nous está libre de esas infinitas partículas, semillas de todo. Existe por sí mismo, es
independiente, eterno y luminoso, porque —como dice Anaxágoras— «si estuviera
mezclada con alguna cosa, participaría de todas las demás… y las cosas mezcladas con
ella le impedirían que pudiera gobernar ninguna de ellas del modo que lo hace al ser ella
sola por sí misma». (Cándido Tejerina Martín)
Testimonios de otros pensadores
«Anaxágoras de Clazomene, hijo de Hegesíbulo, sostuvo que los primeros principios de
las cosas eran las homeomerías. Pues le parecía imposible que ninguna cosa llegara al
ser a partir de lo que no es o que en ello se disolviera. En todo caso, nos alimentamos de
lo que es simple y homogéneo, como pan y agua, y con ello se nutren el pelo, las venas,
las arterias, lacarne, los nervios, los huesos y las demás partes del cuerpo. En
consecuencia, hay que reconocer que, en el alimento que tomamos, están todas las cosas
y que todo deriva su crecimiento de las cosas que existen. En este alimento debe haber
algunas partes productoras de sangre, de nervios y de huesos, etc. -partes que sólo la
razón puede contemplar-. Porque no es necesario referir a la percepción de los sentidos
el hecho de que el pan y el agua producen todas estas cosas, sino que más bien hay, en
el pan y el agua, partes que sólo la razón puede contemplar.» (Aecio)
«Difieren, sin embargo, entre sí en que Empédocles supone un ciclo de tales cambios y
Anaxágoras, en cambio, una sola serie. Éste, a su vez, postuló un número indefinido de
principios, a saber, las homeomerías y los opuestos (conjuntamente), mientras que
Empédocles postuló solamente los llamados "elementos". Parece que Anaxágoras
sostuvo esta teoría porque aceptó como verdadera la común opinión de los físicos de
que nada llega al ser partiendo de lo que no es (tal es la razón por la que emplean la
frase "todas las cosas estaban juntas" y reducen a un cambio decualidad el nacimiento
-la llegada al ser- de cualquier cosa, mientras que otros hablan de combinación y de
separación.»
(Aristóteles, Física, A 4, 187a23)
«Anaxágoras y Empédocles sostienen opiniones contrarias sobre los elementos. Éste
afirma que el fuego y los demás de la lista son los elementos de los cuerpos y que todas
las cosas se componen de ellos. Anaxágoras, en cambio, sostiene lo contrario. Afirma
que los elementos son las sustancias homeómeras (p. e., carne, hueso, etc.), mientras
que el aire y el fuego son mezclas de dichas sustancias y de todas las demás semillas,
pues cada uno de ellos es una agregación de todas las sustancias homeómeras, que son
invisibles. Por esta razón, todas las cosas surgen de estos dos (pues fuego y éter son
sinónimos en Anaxágoras).» (Aristóteles, Del cielo, 3, 302a28)
Fragmentos
Fragmento 6
Y puesto que las porciones de lo grande y de lo pequeño son iguales en número,
también todas las cosas están en todo. Tampoco es posible que existan separadas, sino
que todas tienen una porción de todo. Ya que no es posible que exista la parte más
2
3. pequeña, nada puede ser separado ni llegar al ser por sí mismo, sino que todas las cosas
deben estar juntas como lo estuvieron originariamente. En todas hay muchos
ingredientes, iguales en número, tanto en las más grandes como en las más pequeñas de
las que están siendo separadas.
Fragmento 11
En cada cosa hay una porción de todo, salvo de la Mente; y hay algunas en las que
también está la Mente.
Fragmento 12
Todas las demás cosas tienen una porción de todo, pero la Mente es infinita, autónoma y
no está mezclada con ninguna, sino que ella sola es por sí misma. Pues si no fuera por sí
misma, sino que, si estuviera mezclada con alguna cosa, participaría de todas las demás,
pues en cada cosa hay una porción de todo, como antes dije; las cosas mezcladas con
ella le impedirían que pudiera gobernar ninguna de ellas del modo que lo hace al ser ella
sola por sí misma. Es, en efecto, la más sutil y la más pura de todas; tiene el
conocimiento todo sobre cada cosa y el máximo poder.
La Mente gobierna todas las cosas que tienen vida, tanto las más grandes como las más
pequeñas. La Mente gobernó también toda la rotación, de tal manera que comenzó a
girar en el comienzo. Empezó a girar primeramente a partir de un área pequeña, ahora
gira sobre una mayor y girará sobre otra aún mayor. Conoce todas las cosas mezcladas,
separadas y divididas.
La Mente ordenó todas cuantas cosas iban a ser, todas cuantas fueron y ahora no son,
todas cuantas ahora son y cuantas serán, incluso esta rotación en que ahora giran las
estrellas, el sol y la luna, el aire y el éter que están siendo separados. Esta rotación los
hizo separarse. Lo denso se separa de lo raro, lo cálido de lo frío, lo brillante de lo
tenebroso y lo seco de lo húmedo.
Hay muchas porciones de muchas cosas, pero ninguna está separada ni dividida
completamente de la otra salvo la Mente. La Mente es toda semejante, tanto en sus
partes más grandes como en las más pequeñas, mientras que ninguna otra cosa es
semejante a ninguna otra, sino que cada cuerpo singular es y fue más manifiestamente
aquello de lo que más contiene.
Fragmento 13
Y cuando la Mente inició el movimiento, estaba separada de todo lo que era movido y
todo cuanto la Mente movió quedó separado; mientras las cosas se movían y eran
divididas, la rotación aumentaba grandemente su proceso de división. (Traducción de
Jesús García Fernández, en Kirk y Raven: Los filósofos presocráticos. Editorial Gredos,
Madrid, 1970.
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