2. La Escultura Gótica
La portada sigue cumpliendo
la función de catequesis que
hubo en el Románico pero
ahora hay una supremacía
de la escultura sobre los
elementos arquitectónicos
de la portada, novedad
iconográfica en los temas y
naturalismo en la
composición.
3. Entre sus nuevas características
estarían:
Proporciones naturales del cuerpo
humano y volumen.
Actitudes de diálogo y expresión
de sentimientos.
Se van eliminando los bestiarios
pero aparecen las gárgolas.
Aparece la escultura funeraria que
quiere perpetuar en la memoria al
difunto tras su muerte.
La escultura se expande por otros
lugares como las sillerías de los
coros o los púlpitos.
6.
En el S. XII ya en el Pórtico Real de Chartres
hay un cortejo de reyes y reinas del Antiguo
Testamento concebidos como estatuas-columna
que ocultan las jambas.
Como innovación también, las arquivoltas
esculpidas con las artes liberales, signos del
zodiaco y calendario de trabajos unidos a un
gran ornato floral que recubre el resto de los
espacios.
Este pórtico ejercerá gran influencia en todas
las entradas góticas.
13.
La invasión de imágenes se explica por la necesidad
narrativa, por el apuntamiento ojival del tímpano que
ofrece mayor espacio para representar personajes y
escenas y por hacer concordar el número de
portadas con las naves transversales y longitudinales
del templo, lo que obliga a decorar habitualmente seis
accesos en los brazos del transepto y tres en la
fachada de los pies como mínimo.
Entre la imaginería: santos protectores, mártires
milagrosos y patronos de las ciudades rodean a los
temas centrales que se inspiran en el Nuevo
Testamento.
14.
Frente a las 12 tribus de Israel,
los 12 Apóstoles; frente a los 4
profetas, los 4 Evangelistas y
frente al Pantocrátor de la
Apocalipsis que aterrorizaba a
los peregrinos, el Beau Dieu
(Cristo humanizado que
aparece en el S. XIII en Amiens
como Salvador que muere por
el Hombre y del que se narran
episodios como la oración en el
Huerto o su Crucifixión).
15. La Gloria de
Cristo se
manifiesta
también en la
primacía de las
Vírgenes
Prudentes frente
a las Necias
como aparece
en Estrasburgo.
16.
La mayoría de las catedrales francesas,
alemanas y españolas están consagradas a
Santa María, como ocurre en Notre Dame de
París que le dedica un ciclo mariano que se
desarrolla en 4 puertas desde su niñez hasta la
Asunción, en Amiens con la Virgen Dorada o la
Virgen Blanca de Toledo como una doncella que
sonríe a su hijo en brazos.
Estas imágenes arqueadas y llenas de viveza
inauguran el naturalismo gótico y rompen el
hieratismo de la ley de frontalidad románica.
27.
Las esculturas en Francia evolucionan hacia
figuras esbeltas y gráciles y hacia una
idealización y claridad compositiva. Los
rostros son de contorno triangular, ojos
rasgados y mentón acentuado junto a unas
vestimentas adaptadas al cuerpo y que
acentúan el movimiento y las curvas.
Como centro destaca Borgoña con
escultores como Sluter con conjuntos como
el de Felipe el Atrevido de carácter funerario
y el Pozo de Moisés.
32.
En Italia destaca la
escuela escultórica de la
Toscana, destacando
Pisa donde perviven las
formas clásicas
introduciendo elementos
renacentistas.
Púlpito Baptisterio
de la Catedral de Pisa
49.
Dentro del templo continúa el
adoctrinamiento con el retablo que decora
la capilla principal y concebido como una
portada interior de madera policromada, de
tal vitalidad y originalidad que aunque de
orígenes italianos y flamencos, se
convierte en una obra imprescindible del
arte español.
La causa de su desarrollo es la necesidad
de vestir el altar mayor tras desplazarse
desde el presbiterio a la nave central la
sillería. Combina escultura y pintura con
gran maestría.
50. Cataluña optó por
los retablos
pintados y en la
segunda mitad del
S. XIII destaca el
taller de los
hermanos Serra
con un estilo de
tablas que apunta
al Trecento italiano.
Retablo de la Cofradía
del Espíritu Santo.
Iglesia Santa María de
Manresa, Barcelona.
51.
Castilla prefirió los retablos escultóricos
flamencos, exportando desde Bruselas,
Malinas o Amberes y vendiendo en ferias
como las de Medina del Campo.
Además se trasladan a las ciudades
castellanas retablistas nórdicos para hacer
fortuna. Destaca Pyeter Dancart que realizó
el retablo de la catedral de Sevilla, tan colosal
que es el más grande del Cristianismo.