Este documento discute el sacramento de la unción de los enfermos. Explica que la Iglesia ha recibido del Señor la misión de curar a los enfermos a través de obras de misericordia. También señala que la Eucaristía no solo es prenda de vida eterna sino también fuente de salud corporal. Finalmente, resume que la Iglesia aprendió de los apóstoles a administrar la unción de los enfermos usando óleo santo, como una forma de recordar la unción del Espíritu Santo.