Recuperando el Rumbo Hasta la Transformación Parte #3.pptx
Reflexion padre corral think tank usem
1. "Los retos del Pensamiento Social Cristiano en el mundo del siglo XXI.
¿Se puede vivir el PSC en un mundo post-industrial y multicultural?"
(Primer Think Tank en México, USEM-UNIAPAC).
Pbro. M. en C. Eduardo Corral Merino 1
30 de octubre del 2013.
1. Saludo e Introducción.
En primer lugar agradezco la invitación para este intenso · encuentro de reflexión. Es
interesante cuánto bien, y cuánta verdad puede salir en tan poco tiempo. Felicito a mis
predecesores en el uso de la palabra.
Qué alegría que instituciones como la UNIAPAC y la USEM Confederación, abran estos espacios
de discernimiento. Antes que nada, para preguntarnos cómo estamos entendiendo y desde qué
referentes estamos construyendo nuestra lectura de la realidad. Calibrar nuestra mirada, en lugar
de volver a un interminable recuento de lo que no funciona, es una tarea mucho más evangélica,
interesante y útil. Me adelanto un poco, pero es precisamente el Pensamiento Social Cristiano el
gran referente, el gran marco epistemológico, que no solamente teórico o práctico, que nos
permite comprender la realidad individual y social que vivimos.
Aplaudo además este ejercicio, pues en nuestros días, hay personas que, paradójicamente se
quejan de que las cosas están muy mal (honestamente creo que no están tan mal, pues por lo
menos estamos ante evidencias de lo que no funciona y sobre todo en búsqueda). Afirman
vehementemente que no podemos seguir así, sin embargo, a la primera provocación de verdadera
reflexión, encuentran cualquier pretexto para pasar hacia lo pragmático, los quehaceres, hacia lo
que depende de ellos, más que a un análisis sereno que implica abrirse a un horizonte mayor, de
escucha, de comprensión.
El discernimiento, la reflexión, implican una disposición espiritual. Un querer ubicarse más allá
de uno mismo para entenderse en un todo, que no sólo nos desafía, sino principalmente nos
ilumina. Recuerdo que un angustiado estudiante me decía: "¡Dígame! ¿Por dónde empiezo la tesis
de licenciatura? ¡No sé nada! ¡Nunca he hecho una!" Eso fue como a las 8 de la mañana. Después de
entender su angustia, tomar un café y una dona con él, lo llevé a la biblioteca de la universidad, lo
senté en un escritorio ilumin ado y muy ventilado y le dije: Escribe qué quieres de la tesis, qué
tienes para realizarla y antes que nada, cómo te imaginas el proceso para hacerla, con todas sus
implicaciones. 50 minutos más tarde regresé. Le pregunté: ¿Ya estás más tranquilo? Sonriente me
1 Sacerdote de la Arquidiócesis de Morelia. Es Licenciado e n Derecho por la Universidad Iberoamericana del Distrito Federal.
México. Maestro en Administración Integral del Ambiente por El Colegio de la Frontera Norte. Hizo sus estudios de Filosoña
Eclesiástica en la Universidad de Navarra, España; de Teología en la Universidad Pont ificia Gregoriana en Roma, Italia. Actualmente
es Secr etario Ejecutivo de las Dimensiones de Pastoral Educativa y de Cultura de la Conferencia del Episcopado Mexicano. Es
r esponsable de la Pastoral Universitaria de la Arquidiócesis de Morelia. Desde noviembre del 2012 es Asesor Moral de la
Confederación USEM; desde el 2006 es Asesor Moral de la USEM-Morelia. Antes de ser sacerdote fue fu ncionario público y abogado
litigante. Es Capellán Scout así como Vicario Parroquial. Ha sido profesor universitario en distintas instituciones acadé micas (UIATi juana, UNLA, UVAQ, Seminario Diocesano de Morelia), impartiendo clases de: Ambie nte y Desarrollo, Filosofía del Derecho,
Condición Humana, Tendencias Contemporáneas del Pensamiento, Deontología jurídica, Filosoña de la Cultura, entre otras.
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2. dijo: Sí. Era cuestión de serenarme, ver qué quiero, verificar si esto es posible, saber qué tengo
para emprender el camino y sobre todo de verme como sujeto hacedor de esa realidad. La verdad,
esto último "del sujeto hacedor de la realidad", no me lo dijo como tal, pero así lo entendí.
Por un momento, ya en mi vehículo, después del episodio, me dio la impresión de que como
humanidad nos hace falta lo mismo para cruzar este Cambio de Época. Nunca hemos resuelto esa
tesis, ni hemos hecho un recuento de qué queremos hacer, y tampoco hemos imaginado con
disciplina y realismo las implicaciones de este camino. Quiero pensar que este primer Think Tank
en México, pueda llegar a ser ese escritorio iluminado y ventilado, que nos permita ver qué
debemos hacer, de dónde podemos partir, pero sobre todo ubicarnos en esta realidad más amplia
que nosotros, coadyuvando con ella, para llevarla a buen fin. Estos son mis deseos para esta
extraordinaria iniciativa.
2. El Cambio de Época: la oportunidad para la apertura a la trascendencia.
Debo decir que el tema que me han propuesto es sanamente ambicioso. Sin duda alguna, los
organizadores de este evento muestran su seriedad, así como claridad ante el desafío en el que nos
encontramos. Sin embargo el tema asignado es propio de una tesis doctoral. Agradezco la
encomienda, pero debo ser honesto, en cincuenta minutos que me quedan, creo podré dar sólo
algunas pinceladas.
El tema tiene dos partes:
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•
"Los retos del Pensamiento Social Cristiano en el mundo del siglo XXI, y
¿Si se puede vivir el PSC en un mundo post-industrial y multicultural?"
Estos dos temas están profundamente ligados. El Pensamiento Social Cristiano confronta la
"Buena Noticia", el Evangelio, con la realidad histórica presente. Ésta, por supuesto que está
caracterizada por un mundo post-industrial y multicultural, sin embargo son sólo dos factores del
denominado Cambio de Época.
Este es el gran tema. Presento algunas reflexiones que lo enmarcan, con el fin de que podamos
llegar después a una conclusión:
a) La dificultad de comprender la realidad.
La Epistemología es una rama de la Filosofía que busca responder a la pregunta de cómo
conocemos. Ve problemas tales como las circunstancias históricas, psicológicas y sociológicas que
llevan a la obtención del conocimiento, y los criterios por los cuales se le justifica o invalida, así
como la definición clara y precisa de los conceptos epistémicos más usuales, como verdad,
objetividad, realidad o justificación.
Ortega y Gasset dice que: "No sabemos lo que pasa y eso es lo que pasa". Esta es una de las
características fundamentales del Cambio de Época. Observamos una distancia entre lo que
acontece y la conciencia amplia de su significado. Tenemos la impresión constante de que el
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3. ...
presente es susceptible de comprens10n sólo en su superficie. Nos angustiamos pues no
entendemos, no podemos explicar a cabalidad lo que pasa.
Lo anterior, no só lo porque nos faltan referentes de interpretación y de lectura sobre la
realidad compleja de hoy, sino también porque los acontecimientos son tantos y tan veloces que la
intención de conocimiento se ve desbordada continuamente por la rapidez de las interacciones
propias de procesos extremadamente diversos (económicos, sociales, políticos, ideológicos,
religiosos, culturales, etc.).
Recientemente, un empresario, dueño de una firma legal muy fuerte, me pidió le ayudara. Me
suplicó que lo acompañara como observador a una reunión de socios en la que participaban
alrededor de veinte personas. Después de dos horas de intenso diálogo entre ellos, me pasó a una
sala y me preguntó mi opinión. Le dije que claramente había un problema epistemológico. Los
asistentes, le señalé, son extraordinarios, apasionados, entusiastas, y con unas ganas muy grandes
de verdad, de sentido, de razón. Pero, entre ellos hay una manera muy distinta de acercarse
mentalmente a la realidad.
Agregué: "Mira, las generaciones mayores a los cuarenta y cinco años, propias de la
modernidad y del encumbramiento de la razón y la ciencia, siguen siendo muy teóricas - aunque
paradójicamente se jacten de pragmáticos-; tienen poca capacidad de leer la realidad, quieren
resolver los asuntos con fórmulas, recetas, estrategias geniales, órdenes, instrucciones. Por otro
lado, las nuevas generaciones son pragmáticas -aunque también paradójicamente imponen
implícita y arbitrariamente sus teorías-. A ellos no les importa el porqué de las cosas, sólo quieren
resultados, evidencias, datos, números, y por supuesto, hechos.
Evidentemente no me comprendió a la primera, así que se me ocurrió hacer uso de una vieja
frase que se atribuye a Albert Einstein, y le pedí la leyera varias veces. Ésta dice:
"Hablamos de teoría, cuando sabemos todo, pero las cosas no funcionan.
Hablamos de prácticacuando las cosas funcionan pero no sabemos porqué.
Aquí hemos podido reunir teoría y práctica: nada funciona y nadie sabe porqué".
Paso siguiente, le dije que por supuesto requeríamos en la vida de teorías, pero teníamos que
aceptar que ninguna puede reconocer por completo a la realidad, compleja, con múltiples
condicionantes que debemos incorporar y asumir.
Por otro lado, le afirmé contundentemente que tampoco la lectura inmediata de la realidad,
como hacen los pragmáticos, es representativa de la misma, pues ésta no se agota en su presente,
en lo inmediato, en lo superficial, sino que responde a un sentido, a una naturaleza de las cosas, a
un fin, a una realidad que rebasa el presente para abrirse al futuro y reconocer su pasado.
Un poco desesperado, me preguntó: "Entonces, ¿qué debo hacer con ellos para lograr acuerdos,
y que el despacho no esté a la deriva de poderes fácticos?". No sin miedo a ser teórico o
pragmático, le dije: "Hay que ayudarles a pensar más ordenadamente y con criterios más amplios.
El problema, guardando los matices, no son propiamente ellos, sino su forma de pensar, de
situarse en la realidad, la manera en que comprenden este proyecto conjunto".
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4. La época post-industrial es así, pragmática. No quiere teorías, modelos, sino que busca
resultados sin preguntarse por causas o efectos, sujetos o consideraciones. Dej a de pensar al
hombre como centro, fundamento y fin de toda realidad humana, para poner sólo al centro la
producción. El Cambio de Época, además de una crisis epistemológica, nos presenta una crisis de
sentido.
El Pensamiento Social Cristiano, con sus principios de reflexión, criterios de juicio y directrices
de acción, resuelve esta crisis epistemológica y de sentido. Nos enseña a pensar desde un orden,
con referentes sólidos, retomando la dignidad humana como centro y poniendo el bien común
como sentido de nuestro pensar y quehacer. Este Pensamiento, abre al ser humano y todas sus
instituciones implícitas (entre ellas la empresa) a un fin trascendente que no se reduce a un
tiempo, a una época, a una circunstancia o coyuntura.
Hoy debemos reconocer que no sólo es nuestra ignorancia, sino también una manera equívoca
del pensar (y pensarnos en la realidad), al no verificar nuestros referentes desde los cuales
pensamos, lo que nos ha llevado a una crisis global. La inmediatez, la fragmentación, el abuso de la
técnica, el desplazamiento de niveles sapienciales, la soberbia intelectual, el ansia de control, la
auto-referencialidad, nos llevan a múltiples y continuos errores.
Pensemos por ejemplo en esta frase: "Quien crea que un crecimiento exponencial puede durar
siempre en un mundo finito o está loco o es un economista" (Kenneth Boulding). O bien, "¿Puede
una tierra finita soportar un proyecto infinito?" (L. Boff). Fíjense cómo ambas posturas no
cuestionan la realidad, sino los referentes a partir de los cuales intentamos comprenderla.
b) Una realidad global, aunque con particularidades y distintas manifestaciones, cuyos
fundamentos pueden leerse más allá de la auto-referencialidad.
La multiculturalidad actual nos muestra que la realidad es única, amplia y global, aunque se
presente siempre de distintas formas, expresiones y particularidades. La misma multiculturalidad
nos ha llevado a identificar lo verdaderamente común. En el ámbito del Derecho, la Declaración
Universal de los Derechos Humanos, y los distintos tratados sucesivos, así nos lo manifiestan. Por
otro lado instrumentos de gestión en lo público como en lo privado, presentes en distintas áreas
como salud, educación, gobierno, así como ciertas tendencias de certificación y control, también lo
atestiguan. Se buscan hoy las constantes de la realidad, en una cierta uniformidad de sentido. No
podemos olvidar los esfuerzos que la misma UNIAPAC ha hecho en esta tarea, en conjunto con el
CELAM y el Pontificio Consejo "Justicia y Paz" con el documento "La Vocación del Líder
Empresarial", de septiembre del 2012. ¡Qué decir del instrumento de gestión que la UNIAPAC
Latinoamericana ha gestado y desarrollado, conocida como el Protocolo de Responsabilidad Social
Empresarial!
Hay pues una búsqueda de las verdades perennes, de principios comunes. Debemos decirlo
con toda claridad, el Pensamiento Social Cristiano tiene como objetivo precisamente ese, desvelar
una verdad que nos acontece a todos y que nos une por igual, desvelando nuestra identidad, con
sus rasgos fund amentales. Estos principios no sólo nos ayuda a comprendernos a nosotros
mismos, sino que también nos ayudan a ofrecer las consecuencias de estos principios a los demás.
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5. •
Somos seres humanos llamados a vivir en el reconocimiento de nuestra dignidad, abiertos a la
experiencia de la libertad y la responsabilidad, como seres individuales (únicos e irrepetibles),
pero al mismo tiempo seres relacionales, sociales, abiertos a la otredad (a lo otro que es la
creación; a los otros, que es el prójimo, al Absolutamente Otro, que es el Creador). Pero sobre todo,
seres capaces de conciencia. No olvidemos aquella bella frase de Pascal: "Un alma es más que el
universo entero, pues éste no tiene capacidad de conciencia de autodestrucción, la nuestra sí".
Para nosotros, católicos practicantes, este acontecimiento no es sólo un dato, un referente, sino
es la Persona de Jesucristo, que "revela el hombre al hombre y le manifiesta la grandeza de su
propia vocación" (Cf. Gaudium et Spes, No. 14).
Dentro de éstas, hay una que quisiera destacar particularmente. Es la libertad religiosa. En el
corazón del hombre hay un anhelo constitutivo del ser humano a descubrir el propio misterio en
una Persona que revele toda nuestra verdad. Como ejemplo, cito un precioso poema "Hermandad",
de Octavio Paz:
Soy hombre: duro poco
y es enorme la noche.
Pero miro hacia arriba:
las estrellas escriben.
Sin entender comprendo:
también soy escritura
y en este mismo instante
alguien me deletrea.
Las exigencias evangélicas propuestas en el Pensamiento Social Cristiano no son otra cosa más
que el deletrear de nuestro ser en la historia, acto profundo de amor de un Dios Creador que no
nos ha dejado a la deriva, sino que en la Persona de Cristo, su Hijo, constituida en comunión
fraterna, sale a nuestro encuentro para llevar a plenitud su misma obra, no sin nuestra
participación, en el entendido de que la salvación, no es otra cosa más que un camino de
realización, de encuentro, de diálogo, de comunión.
El Papa Francisco, en su preciosa obra: "Educar: Exigencia y Pasión", en uno de los subtítulos
que se llama: "Ante los desafíos de nuestra cultura", nos dice:
"El hombre de hoy experimenta el desarraigo y el desamparo. Lo llevó hasta allí el afán
desmedido de autonomía heredado de la modernidad. Ha perdido el apoyo en algo que lo
trascendía. Aquí se da una tensión entre los opuestos regla-originalidad, en la que hay que
evitar caer en la coerción -que es exageración de la regla-, como en la impulsividad -que es
exageración de la originalidad-... Al encontrarse dividido, divorciado consigo mismo,
confunde la nostalgia propia del llamado de la trascendencia con la añoranza de mediaciones
inmanentes también desarraigadas".
El asunto entonces, es si el hombre seguirá viéndose sólo a sí mismo, en una dinámica autoreferencial, o si podrá ver hacia el firmamento, o por lo menos a la realidad misma que nos
interpela. Si seguirá solamente buscando en sus propias teorías y modelos, acciones y estrategias,
s
6. ideas o pasiones, o será capaz de ver la mano del Creador, en la configuración de lo creado, pues
también "somos escritura", como lo señaló Octavio Paz. La cuestión fundamental es saber si el
hombre sólo confiará en sus ciencias, o si las trascenderá, para ponerlas en diálogo con una
Sabiduría Eterna.
Las distintas cns1s (la económica, ecológica, política, social, demográfica, urbana, rural,
religiosa incluso), no son más que manifestación de la crisis del ser humano mismo. Morin lo
señala con gran acierto: "La gigantesca crisis planetaria es la crisis de la humanidad, que no logra
acceder a la humanidad".
En el Cambio de Época, está plasmada la gran oportunidad; ante las evidencias múltiples que
nos interpelan fuertemente, para buscar más allá de nosotros mismos, para lograr conciliar la
tensión entre el presente histórico -producto también de un pasado- y la apertura hacia el futuro;
para lograr la conciliación entre el límite propio de la realidad creatural y la plenitud a las que
estamos convocados a participar; entre el camino y el destino, que a un mismo tiempo se reclaman
pues no pueden existir, uno sin el otro. Detrás de cada crisis hay hoy una reforma pendiente,
mediada por un ambiente de pluralidad e incertidumbre natural.
Detrás de la crisis ecológica, económica, social, cultural, política, demográfica, de sentido, de
fundamentos, se reconoce la necesidad de una Reforma del Pensamiento, una Reforma del Espíritu
manifiesta principalmente en el tema educativo; una Reforma de la Vida que garantice
sostenibilidad/sustentabilidad para las generaciones futuras; una Reforma Social con un nuevo
modelo de civilización incluyente, ajena a toda indiferencia y a toda discriminación, vinculante
necesariamente a una dinámica solidaria/subsidiaria; una Reforma Moral que recupere lo
esencialmente humano y lo ofrezca a tiempo y a destiempo.
No puedo dejar de mencionarlo, pero debemos reconocer que la USEM, y más específicamente
algunos empresarios decididos y positivamente intrépidos, estoy convencido, han impulsado
muchas de estas reformas a través de sus cincuenta años, en México, en América Latina y en el
mundo.
El Cambio de Época es una gran oportunidad. Es la puerta a la fe, a la esperanza y a una
verdadera caridad, valor supremo. Estas tres virtudes teologales, han sido ampliamente trabajadas
en el Magisterio Social de la Iglesia, por nuestros últimos Papas.
El cambio actual no es como los cambios del pasado. Sencillamente nunca antes estuvimos en
una situación s imilar. Aún debemos aprender el arte de vivir en un mundo sobresaturado de
información, así como aprender a preparar a las próximas generaciones para vivir en semejante
mundo.
3. Y la pregunta sería entonces: ¿Tiene algo que decir el Pensamiento Social Cristiano,
frente a este Cambio de Época?
La respuesta tajante es sí, y mucho. Expongo mis razones :
Primero: El PSC no sólo intenta señalar las tareas y las responsabilidades de todo ser humano
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7. en el compromiso social, sino busca crear un consenso universal de cara a la
solución de los problemas concretos, para que desde el propio interior del hombre
emerja una cultura más humana, más digna, más justa, más fraterna. No busca pues,
imponer una ideología, sino ofrece principios de reflexión, criterios de juicio y
directrices de acción que le permiten al hombre de hoy comprender, asumir y
transformar la realidad. Tiene un triple carácter: teórico, práctico e histórico, que le
ayuda a todo ser humano a actuar desde la conciencia, en un contexto histórico
determinado. Entre paréntesis, quisiera sólo señalar que en· esta característica, que
debe ser una respuesta verdaderamente personal, está el secreto del Principio de
Subsidiariedad. Si el hombre no responde desde su interior, por más que una
autoridad lo requiera, o la solidaridad lo exija, no será una respuesta plena, legítima
ni auténtica. "El que sabe, puede y tiene más, debe ayudar al que sabe, puede y tiene
menos". ¿Pero cómo podrá hacerlo, si no sale desde lo profundo de su corazón?
Segundo: El PSC es una herramienta generadora de la cultura de la vida, pues como señalaba
el ya próximo San Juan Pablo 11, en la UNESCO, el año de 1980, asume que: "Hay que
considerar íntegramente, y hasta sus últimas consecuencias al hombre como valor
particular y autónomo, como sujeto portador de la trascendencia de la persona. Hay
que afirmar al hombre por él mismo, y no por ningún otro motivo o razón:
¡únicamente por él mismo! Más aún, hay que amar al hombre porque es hombre, hay
que reivindicar el amor por el hombre en razón de la particular dignidad que posee".
Así, el PSC está orientado a todos los hombre, a todo el hombre, a cualquier hombre.
Ésta, puede ser entonces asumida y ofrecida, sin distinción alguna.
Tercero: El PSC tiene dos dimensiones que hay que tener en cuenta siempre: la éticodoctrinal y la práctico-histórica. Como puede apreciarse entonces no sólo es una
teoría, sino exige necesariamente su experiencia. Ambos niveles interactúan en una
retroalimentación virtuosa. Su experiencia, retroalimenta su comprensión, y
viceversa. De esta forma, conforma una unidad de contenido y método. ¡Qué
importante es este aspecto para el empresario! Pues su actividad, su empresa, lo que
emprende pues, no es otra cosa que la oportunidad para salvarse (cumplir su fin),
realizándola.
Cuarto:
El PSC, entonces, combina una sabia tensión entre opuestos: es decir entre lo divino
y lo que es históricamente cambiante; entre lo que es permanente y lo que puede ser
abandonado; entre lo que es necesario y lo que es contingente. Así, conciliando los
opuestos, es capaz de integrar un sistema, en donde a través de un dinamismo de
vida, de sentido, va orientando procesos y generando bien, que no sólo su bien.
Quinto:
El PSC pertenece a la Teología, y más precisamente a la Teología Moral. Esto implica
reconocer que necesita de la hermenéutica propia de una Teología en relación con la
praxis. Esta implicación, advierte que el problema está en acertar en la relación
entre justicia evangélica y justicia práctica para la realización de la vida social.
Entramos entonces en la gradualidad, es decir en la sucesión de lo que se debe,
puede y quiere.
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8. Sexto:
A través del PSC, la Iglesia entra en un diálogo de servicio con el mundo, no sólo de
manera periférica, sino entabla una relación profunda como "sal de la tierra" (Mt. 5,
13) y como luz (Mt. 5, 14). Lo hace, a través del servicio de considerar, en todo
momento, la dignidad de la persona humana como principio de orden social. Se basa
en su origen, en la naturaleza de ser creado por Dios (RN 18, MM 214, 219), y en su
destino, es decir en cuanto tiene un fin inmediato como es el cultivo, desarrollo y
perfeccionamiento de todas sus facultades, en lo cual consiste su felicidad temporal
(QA 118) y en cuanto tiene un fin último como es su participación en el designio de
Dios (RN 15, 18, 30; QA 118; MM 214).
Séptimo: En este sentido el alma del PSC es el ser humano, ser inteligente y libre, sujeto de
derechos y deberes (GS 7; RN 4 y 5; MM 208), capaz de autogobernarse (MM 55) y
de ejercer su señorío sobre las demás criaturas (RN 30) y ordenado por su propia
naturaleza a la sociedad (RN 35; QA 118; MM 60). Su opción es en favor de la
dignidad y en contra de las esclavitudes y de las manipulaciones que surjan en el
campo político y cultural. Todas las instituciones humanas (familia, escuela,
empresa, matrimonio, asociación civil, sindicato, Estado, orden internacional, etc.),
deben recuperar este principio rector.
Octavo:
Con la luz del Evangelio, el PSC describe la raíz del desorden social y con claridad
señala que la confrontación entre el mensaje evangélico y los signos de los tiempos
generan una tensión entre continuidad y renovación, prueba de su perenne validez
(SRS 3). En este punto, no puede olvidarse que la caridad en la verdad es la clave que
permite no sólo el desarrollo humano, sino la encarnación de éste, gracias a la
Fuerza del Amor Inteligente, que es el mismo Cristo, capaz de conciliar y renovar la
tierra.
El PSC es pues, como diría nuestro querido maestro Efraín González Morfín, un gran tesoro.
Que está escondido, sí, pues siguiendo la dinámica del "secreto Mesiánico", el continuo "no se lo
digas a nadie" del mismo Jesús, debe ser conocido no desde el decir de otros, sino a través de la
propia experiencia, a través de la voz de la conciencia en donde se manifiesta siempre el Sumo
Bien.
De nueva cuenta felicito a nuestro Presidente, el Ing. Lázaro Tamez Guerra por esta iniciativa.
Agradezco a Germán, y su equipo, su enorme empuje, y a Ustedes su atención.
Lo reitero, ¿qué otra Institución hay como la USEM-UNIAPAC, que pueda dar un servicio tan
grande a la sociedad hoy? ¿Cómo no ver que durante más de cincuenta años, la Providencia no ha
dejado de prepararnos para participar con plena conciencia, de este momento de Cambio de
Época? Les pido, que todo esto lo lleven a la oración, al compromiso, a la fraternidad, al servicio.
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