Los descubrimientos de finales del siglo XV en Europa fueron motivados por avances técnicos como la brújula y el astrolabio, que permitieron la navegación oceánica, así como por necesidades económicas como obtener oro y plata para financiar los estados modernos de Castilla y Portugal. También buscaban nuevas rutas comerciales a las Islas de las Especias en Asia para el comercio de especias.