El documento ofrece consejos a las hermanas franciscanas de la Inmaculada Concepción sobre cómo mejorar su espíritu religioso y la armonía entre ellas mediante la corrección paciente, la oración por los demás, la obediencia, el silencio, la paciencia, la disimulación de defectos y la eliminación de la tristeza. Además, proporciona detalles sobre la presencia y los apostolados de esta orden religiosa en varias partes del mundo.

1. Hay que irnos perfeccionando, no responder, no contradecir, ver, oír y callar

2. Cuando corrijamos, hacerlo de tal modo que cuando la hermana salga de nuestra presencia ya hasta le hayamos obsequiado algo.

3. Cuando vean que alguna anda triste y abatida, todas deben ayudarla pidiendo por ella a Dios, a la Santísima Virgen y a su santo ángel.

4. No nos debemos engañar, porque nuestra conciencia es el mejor amigo que no nos deja hacer nada contra nuestra alma.

5. Procuren no manifestar tristeza. Que siempre estén contentas en su ánimo. La tristeza es causa de muchos trastornos morales, espirituales, personales y comunitarios

6. Si tuviéramos fervor, no se vería menoscabado el espíritu religioso, si fuéramos dóciles y obedientes, calladas y sufridas, amantes del cumplimiento de nuestros deberes, si supiéramos disimular los defectos de los demás, reinaría la caridad entre nosotras y seríamos felices.