Cómo promover vocaciones siguiendo los pasos de Cristo
1.
2. Lo que debe hacer una
animadora vocacional
Contactar,Cultivar, Concretar
3. Verdades-clave…
1. Dios existe y es omnipotente.
2. Dios quiere seguir salvando a
la humanidad.
3. Dios necesita bocas, manos y
pies para llevar su salvación.
4. Por tanto, las vocaciones
existen.
5. Pero hay que buscarlas y
despertarlas.
4. Verdades-clave…
6. La Iglesia es madre: por eso las
vocaciones son la expresión
normal y continuada de la
maternidad de la Iglesia.
7. La Iglesia es fecundada por el
Espíritu siempre y en todas partes.
8. No abortemos esas vocaciones que
fecunda el Espíritu. Busquémoslas
y hagámoslas crecer.
5. Verdades-clave…
9. Cada vocación es un don
inmerecido para la Iglesia, para la
Congregación y para la persona que
reciba la llamada de Dios.
10 Dios es el Dueño de la mies;
nosotros debemos rezar sin cesar ,
conscientes de que la oración y el
sacrificio son la base indispensable
en el trabajo vocacional.
11. Pero, a Dios rogando y con el
mazo dando.
6. 1. Contactar
Contemplar el ejemplo de Cristo
con la Samaritana (Jn. 4) y con
los discípulos de Emaús (Lc 24).
Contemplar el ejemplo de Pedro
con Cornelio (Hc. 10, 10).
7. Por tanto…
Hay que:
Salir, recorrer los caminos con
decisión, fe y confianza en el
Señor.
Presentar el mensaje de Cristo
con gozo y convicción.
Invitar al seguimiento de Cristo
sin miedo. Dios abre los
corazones
8. Contactar…
Quién: la animadora y cada miembro
de la comunidad.
Cómo: medios e instrumentos de
promoción lícitos y buenos.
Qué: actividades de la propia
pastoral
juvenil, creativas, interesantes y
atractivas.
Dónde: POR TODAS
PARTES, siempre que esos lugares
sean dignos, potables, y no
amenacen riesgos y peligros para la
consagración.
Cuándo: todos los días del año.
9. Contactar: mentalidad de ¡buscar!
Entre las familias y amigos.
En las actividades en la parroquia
y/o diócesis:
peregrinaciones, misiones
urbanas, Jornadas de la
Juventud, congresos, catequesis...
En encuentros fortuitos: medios
públicos, visita médica, etc.
Importante: llevar siempre la
agenda para escribir los contactos y
dejar una tarjeta con nuestra
dirección, email y teléfono.
10. 2. Cultivar
Ver de nuevo el ejemplo de
Cristo con sus discípulos: fines
de semana de retiro, de
convivencia, de charlas.
Ver el ejemplo de san Pablo: iba
de comunidad en comunidad
formando esos núcleos de
cristianos, “perdiendo el tiempo”
en el cultivo atento de esas
comunidades.
11. Cultivar…
En un ambiente propicio: Vida
sacramental, Eucaristía, catequesis
y acompañamiento.
Con saltos de cualidad: en la
dedicación y en la vida espiritual
Ejercicios Espirituales.
Retiros de silencio.
Adoración eucarística.
Hacer conocer la propia vida
consagrada en charlas particulares o
en grupo.
Invitarles a hacer apostolado.
Cultivo de la familia del vocacionado
12. 3. Concretar
Ejemplo de Cristo y de Pablo.
Dirección espiritual: periódica y
profunda.
Discernimiento: serio y maduro.
Crear estas actitudes:
Dar espacio al misterio (acto de
fe).
Totalidad en la respuesta.
Madurez vocacional.
13. Dirección espiritual
Es ahí donde se puede llevar un
verdadero y objetivo discernimiento
vocacional.
Con un programa espiritual concreto,
realista y exigente con el
vocacionado.
Bondad, respeto y sinceridad.
Explicar el ideal de la radicalidad
evangélica.
Hasta llegar a la plenitud vocacional
que Dios quiere para ese
vocacionado.
14. Conclusiones
Tres pasos que no debemos
olvidar nunca en la promoción
vocacional:
1. Contactar muchos jóvenes.
2. Cultivar esos contactos.
3. Concretar esos contactos.
15. Sólo así…
Cristo nos bendecirá.
Cristo prolongará su salvación a
través de nosotros.
Cristo bendecirá nuestras
congregaciones hasta el final de
los tiempos con abundantes y
selectas vocaciones.
16. De lo contrario…
1. Daremos palos en el aire.
2. Perderemos mucho tiempo y
muchas oportunidades.
3. Nos quejaremos de la falta de
vocaciones, echando la culpa a las
circunstancias, tiempos y lugares.
4. Nuestra congregación quedará
infecunda y estéril, y será una
pieza de museo.
5. No daremos credibilidad ante el
mundo de la presencia del amor de
Dios.