2. Se conoce como Decena Trágica al movimiento armado propiciado por Félix Díaz, Bernardo Reyes y Victoriano Huerta con la posterior adhesión de diversos generales mexicanos y con la ayuda del embajador estadounidense Henry Lane Wilson, que duró aproximadamente 10 días con el fin de derrocar al gobierno de Madero. Culminó con el asesinato de Madero y Pino Suárez.
3. En 1912 la sublevación de Félix Díaz y Bernardo Reyes contra el gobierno de Francisco I. Madero fracasa. Y habiendo resultado condenados a muerte en el juicio marcial que se les siguió, Madero encarcela a los rebeldes, perdonándoles la vida.
4. El 9 de febrero de 1913 la Escuela Militar de Aspirantes de Tlalpan y la tropa del cuartel de Tacubaya se levantan en armas contra el gobierno. Villar le ordenó a Reyes "deponer las armas", en eso Reyes intenta echarle el caballo encima a lo que Villar respondió con la orden de fuego y fue la ametralladora de Bassó la que fulminó con Bernardo Reyes, en esos momentos se desataba una balacera, que duró si acaso 10 minutos, después, los rebeldes huyeron a la Ciudadela
5. Díaz y Mondragón se refugiaron en La Ciudadela. Mientras tanto, el presidente Madero salió del Castillo de Chapultepec sede de la residencia presidencial, rumbo al Palacio Nacional, escoltado por cadetes del Colegio Militar y en compañía de algunos secretarios de estado y amigos en un acto que con el tiempo se denominó Marcha de la Lealtad.
6. el 17 de febrero, Madero, el vicepresidente José María Pino Suárez y Felipe Ángeles (a quién más tarde dejaría libre), fueron hechos prisioneros. Mientras tanto, el embajador Henry Lane Wilson intrigaba en contra del gobierno mandando insinuaciones de que sólo se podría evitar la intervención armada de los Estados Unidos con la renuncia de Madero Cuando Madero y Pino Suárez fueron hechos prisioneros, Wilson ofreció a Huerta y a Felix Díaz el edificio de la embajada norteamericana para que llegaran a acuerdos finales, en lo que se llamó el Pacto de la Ciudadela
7. Al Pacto de la Ciudadela siguió la tortura y asesinato de Gustavo A. Madero, hermano del presidente. A éste le arrancaron el único ojo que tenia, lo patearon, lo humillaron, lo golpearon continuamente hasta matarlo. Aún después de muerto continuaron maltratando su cadáver Francisco Madero y Pino Suárez se encontraban encerrados en la intendencia de Palacio Nacional. Victoriano Huerta persuadió al Ministro de Relaciones Exteriores de Madero, Pedro Lascuráin de que consiguiera del presidente y del vicepresidente su renuncia. Huerta le había prometido a cambio respetar la vida de ambos. Huerta hizo saber a Lascuráin su plan: al renunciar Madero y Pino Suárez
8. Desde su aprehensión, Madero y Pino Suárez permanecieron en el Palacio Nacional, esperando en vano un tren que los conduciría al puerto de Veracruz, de donde se embarcarían a Cuba, cuyo embajador Manuel Márquez Sterling hasta se había quedado a dormir "en zapatos" en su improvisada habitación, al exilio. De nada sirvieron las gestiones de sus familiares, amigos, los ministros de Cuba, Chile y Japón, ante Wilson para que hiciera valer la influencia que tenía sobre Huerta, ya que el embajador les respondió que él, como diplomático, no podía interferir en los asuntos internos de México…
9. El 22 de febrero Madero recibió en su prisión improvisada la visita de Sara -su esposa- y de su madre. La madre de éste informó a Francisco de la muerte de su hermano. Su esposa luego trató de reconfortarlo y motivarlo para pensar en una vida tranquila en París, luego se dieron un beso y soltó en llanto Sara. A las 22:00 los mandaron a acostarse para que a las 22:20 los despertásen con la noticia de que serían trasladados, Madero preguntó al guardia por qué no se les había informado antes para estar vestidos, pero no le respondió. Al momento de llegar a Lecumberri, Francisco Cárdenas, el hombre encargado de asesinar a Madero, lo ordenó: «Baje usted, carajo» y ante la negativa de este, le disparó en la cabeza, muriendo en el asiento del coche. Por su parte, Pino Suárez, custodiado por Rafael Pimienta, igualmente se niega a bajar al oir el disparo, pero Pimienta le apunta con la pistola, haciendo que Pino Suárez intente huir corriendo pero Pimienta le alcanza a disparar, ya caído, Cárdenas le ordena a Pimienta matarlo, pero este se resiste y lo acaba matando el mismo Cárdenas.
10. La ciudad se levantó con la noticia ¡¡¡Ya mataron a Madero!!! y aunque la primera reacción fue de indignación, la mayoría de los habitantes de la capital se alegraron del cese de hostilidades, se lanzaron jubilosos a las calles, adornaron las fachadas de sus casas y, en unión de la prensa, ensalzaron a los vencedores y condenaron a los caídos. Apresaron a todos…