2. Alberto y Mariela estaban próximos a celebrar sus Bodas de Plata. Una tranquila noche de viernes, cuando estaban próximos a apagar la luz e irse a dormir, Alberto con voz muy suave y tono algo tímido soltó la pregunta como un cañonazo:
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7. - Tú sí eres la mujer más maravillosa del mundo... pero cuéntame... ¿y la segunda?... cuéntame. - ¡Ay mi cielito!... ¿para que quieres saber más?... déjalo así. - Por favor dime... cuéntame. - ¿Recuerdas cuando te dio el infarto triple?... ¿recuerdas que no teníamos cómo pagar la operación? ¿Recuerdas que sorprendentemente el Doctor Haldemann se ofreció espontáneamente a hacer la operación, viajó desde Houston y luego nunca cobró la cuenta?
8. Alberto la abrazó, la besó y con la voz entrecortada le dijo: - Mi amor, ¿de verdad tu llegaste hasta esos extremos por amor a mi?... Definitivamente tú eres la mejor esposa del mundo. Mariela sonrió y dejó escapar un suspiro de alivio.