2. La Batalla de Pichincha ocurrió el 24 de mayo de
1822 en las faldas del volcán Pichincha, a más de
3.000 metros sobre el nivel del mar, cerca de la
ciudad de Quito en el Ecuador actual.
El encuentro, que ocurrió en el contexto de las
Guerras de Independencia Hispanoamericana,
enfrentó al ejército independentista bajo el mando
del general venezolano Antonio José de Sucre y al
ejército realista comandado por el general Melchor
de Aymerich. La derrota de las fuerzas españolas
condujo a la liberación de Quito y aseguró la
independencia de las provincias que pertenecían a la
Real Audiencia de Quito, también conocida como la
Presidencia de Quito, la jurisdicción administrativa
colonial española de la que finalmente emergió la
República del Ecuador.14
3. El Gran Mariscal de Ayacucho Antonio José de Sucre.
De vuelta en Guayaquil, el General Sucre concluyó que la
mejor estrategia para la próxima campaña sería evitar
cualquier intento de avanzar directamente hacia Quito
vía Guaranda, en favor de un avance indirecto,
marchando primero hasta Cuenca antes de redirigirse
hacia el Norte, a través de los Andes, en dirección a
Quito. Este plan ofrecía numerosas ventajas: al
recapturar Cuenca se podría impedir las comunicaciones
entre Quito y Lima, y le permitiría a Sucre esperar por
los refuerzos que entonces San Martín le había
prometido enviar desde el Perú. Además, un progresivo
avance desde la costa y ascensión a través de las
montañas le permitiría a su ejército una gradual
adaptación a los efectos fisiológicos del cambio altitud.
Pero fundamentalmente, era la única forma de evitar un
combate directo en condiciones desfavorables con las
fuerzas Realistas que venían de Quito.
4. El uniforme de los granaderos , actualmente
guardia de honor del palacio presidencial de Quito.
Cuando amaneció, sin que Sucre lo supiera, los
centinelas posicionados cerca de Quito avistaron a
las tropas patriotas ascendiendo por las laderas del
Pichincha. Aymerich, entonces consciente de la
intención de Sucre de flanquearlo por medio del
ascenso al volcán, ordenó a su ejército de 1.894
hombres ascender la montaña lo más pronto posible,
para enfrentar ahí a Sucre. Al haberse encontrado
en un campo de batalla tan improbable, los dos
comandantes no tuvieron otra opción más que enviar
gradualmente sus tropas a la batalla. Existía poco
espacio para maniobrar en las empinadas laderas
del Pichincha, entre profundos barrancos y densos
matorrales.
5. A pesar de que en el contexto de las Guerras de
Independencia de Hispanoamérica la batalla de
Pichincha figura como un conflicto menor, tanto en
términos de su duración como del número de
combatientes, sus consecuencias fueron bastante
significativas.