1. PARA-ESTADO
Autor: Juan Bernardo Marulanda Flórez
Correo: juanbernardomf@gmail.com
Cargo: Estudiante de Derecho U de A
“La violencia engendra violencia, como se sabe; pero también engendra
ganancias para la industria de la violencia, que la vende como
espectáculo y la convierte en objeto de consumo”. Eduardo Galeano.
2. INTRODUCCIÓN
El propósito de este ensayo es demostrar las mutuas influencias que se han
tejido entre el paramilitarismo y algunos partidos políticos colombianos; de igual
manera aclarar el motivo por el cual se han hecho dichas alianzas.
En Colombia, se han logrado evidenciar uniones o alianzas entre paramilitares
y políticos (parapolítica), fenómeno que tuvo origen en la descentralización
política de los años 80, que provocó un cambio en el marco institucional del
Estado al favorecer el fortalecimiento del ámbito municipal en materia política,
administrativa y fiscal. Este fenómeno ha logrado permear todas las
estructuras de poder, desde las instituciones municipales, regionales,
departamentales, hasta las nacionales. Para tal fin, se han utilizado medios
como el clientelismo, la intimidación, el soborno, el desplazamiento, la
corrupción y otros métodos asociados al conflicto armado para alcanzar el
poder; estas situaciones evidencian que el Estado colombiano y algunos
partidos políticos han tenido influencia política, militar y económica en el
proyecto paramilitar.
Al respecto Pedro Medellín afirma: “La pérdida de horizonte por parte de
los partidos políticos ha sido encubierta por la irrupción de un conjunto de
reglas de juego informales, a través de las cuales los políticos procesan sus
intereses particulares como si se tratara del interés general”1
Para desarrollar la tesis, en primer lugar se analizará la connivencia entre
políticos y paramilitares, sus fines y sus propósitos, luego se mencionarán los
diferentes agentes implicados en la financiación del proyecto paramilitar y el
motivo por el cual lo han hecho, para terminar se harán unas conclusiones que
confirmen la tesis planteada.
1
MEDELLÍN Pedro, “De la crisis de la representación a la representación de la crisis en Colombia. Análisis
de las alternativas de salida ofrecidas por el acto legislativo No 1 de 2003 y la ley de Bancadas de 2005”.
Bogotá 2005.
3. El paramilitarismo como instrumento y soporte del poder.
El paramilitarismo en el país no nació con las AUC ni se limita a su aparato
armado. Forma parte de una vieja tradición de las élites nacionales de
acallar a sus opositores mediante el uso de la fuerza.2
Históricamente los partidos tradicionales se han alternado el poder y no han
permitido que otros partidos políticos puedan acceder por la vía democrática a
cargos de elección popular incluida la presidencia del país.
Una expresión clara de esta situación han sido hechos como: El asesinato de
Jorge Eliecer Gaitán en el año de 1948, auspiciado por sectores del partido
conservador; hecho que desató una guerra civil conocida como la época de la
violencia, en la que grupos armados patrocinados por sectores políticos
ocasionaron miles de muertes.
El asesinato del líder político y candidato por la “Unión Patriótica” a la
presidencia de la república Jaime Pardo Leal el 11 de octubre de 1987, quien
en sus discursos denunciaba abiertamente hechos de corrupción y alianzas
entre la fuerza la fuerza pública y sectores del narcoparamilitarismo; igual
suerte corrió Bernardo Jaramillo Ossa el 22 de marzo de 1990, quien después
de la muerte de Pardo Leal asumió la presidencia de este partido y quien era
también candidato a la presidencia. Estos dos hechos fueron unos de los más
relevantes en el exterminio de la Unión patriótica a quien le asesinaron más de
tres mil de sus militantes. Nuevamente los partidos tradicionales ven
amenazado su poder en la figura de Carlos Pizarro León Gómez y como en
todos los hechos anteriores, fue asesinado el 26 de abril de 1990.
Todos estos acontecimientos fueron planeados y ejecutados por dirigentes
políticos pertenecientes a partidos tradicionales en alianza con grupos
paramilitares, lo que demuestra que los grupos paramilitares históricamente
2
GARCÍA, Daniel. “La relación del Estado colombiano con el fenómeno paramilitar: por el
esclarecimiento histórico”. Bogotá D.C. 4 de octubre de 2004.
4. son y han sido una estrategia perversa que han utilizado sectores políticos y
económicos para mantenerse en el poder.
Cría cuervos y te sacaran los ojos
El enorme poder acumulado por el paramilitarismo debido a estas alianzas, a
su expansión territorial y al inmenso poder económico le permite verse como un
actor capaz de incidir en la configuración de un Estado en el que se vieran
representados sus intereses.
Para finales de la década de los años 90, los diferentes grupos paramilitares
logran hacer acuerdos y crear una organización que obedece a una estructura
del nivel nacional.
5. Afirma León Valencia que: “para 1999 esas fuerzas se configuran como un
verdadero ejército irregular, con un carácter particularmente ofensivo, controlan
territorios nuevos o afianzan su dominio en los lugares en donde ya se encontraban.
La guerra adquiere un nuevo rostro: ocupación del territorio a sangre y fuego,
vinculación masiva de los narcotraficantes en la empresa paramilitar y una
estrategia de captura del poder local e influencia en el poder nacional.”3
Los grupos políticos locales y regionales ven amenazado su poder electoral por
el crecimiento del paramilitarismo y su influencia sobre la población, por lo tanto
se ven obligados a establecer alianzas para mantener su botín electoral.
Como consecuencia de estas alianzas, aparecen en el año de 2002, nuevos
partidos políticos como: Colombia Democrática, Colombia Viva, Convergencia
Ciudadana, Convergencia Popular Cívica, Movimiento de Renovación Acción
Laboral, Moral, Movimiento de Integración Popular, Mipol, Equipo Colombia,
Apertura Liberal, Sí Colombia, Integración Regional, IR, Alas, Cambio Radical,
Movimiento Nacional Conservador, Movimiento Nacional Progresista, entre
otros.
Desde esta época y hasta la actualidad, los grupos paramilitares (hoy llamados
BACRIM) continúan reuniéndosen con dirigentes políticos locales, regionales y
nacionales, con narcotraficantes, con empresarios, con algunos militares que
acuden a buscar colaboración para mantener fuerzas paramilitares en múltiples
sitios del país, aportando dinero, armas y contactos en las regiones.
El hecho más contundente que demuestra la alianza entre políticos y
paramilitares se da en las elecciones del 2006, en las que 33 senadores y 50
representantes fueron elegidos precisamente en las zonas de mayor presencia
paramilitar, la gran mayoría de estos senadores fueron elegidos por los nuevos
grupos que aparecieron en el año de 2002.4
3
VALENCIA, León. “Parapolítica, la ruta de la expansión paramilitar y los acuerdos políticos. Corporación
Nuevo Arco Iris. Bogotá D.C. Agosto de 2007. Editorial Torre gráfica. ISBN: 978-958-441705-3.
4
VALENCIA, León. Óp. cit.
6. Si bien es cierto, que la corte suprema de justicia ha investigado y condenado
por parapolítica a un número importante de congresistas, representantes a la
cámara, diputados, concejales, alcaldes y gobernadores, también es cierto que
en las últimas elecciones para elegir representantes a los cuerpos colegiados,
alcaldes y gobernadores muchos de estos personajes desde los centros
carcelarios pusieron su maquiavélica maquinaria para hacer elegir a sus
amigos, sus hijos y sus esposas en diversas estructuras del poder estatal,
manteniendo así su enorme influencia e injerencia en las decisiones
gubernamentales.
…Y el Estado vuelve ha estar en manos de esa perversa alianza de políticos,
poderosos gremios económicos nacionales y extranjeros, instituciones de
policía y militares, la iglesia, el narcotráfico y los grupos paramilitares
denominados hoy como bandas criminales (BACRIM). Este es el estado actual
de la configuración del poder, en un país que dice ser “democrático”, pero en el
que históricamente siempre han ejercido el poder dos partidos políticos.
“El fin justifica los medios”, eso podrían decir los magnates y los poderosos que
manejan este país y no es nada raro que en un sistema plutócrata, que impone
el capitalismo feroz como modo de “vida”, se utilicen medios tan perversos y
atroces como el paramilitarismo, hijo putativo del Estado.