Los investigadores de la Universidad de Tel Aviv están realizando un estudio controvertido en el que sustituyen parte del cerebro de ratas con dispositivos electrónicos, convirtiéndolas en ciborgs. El objetivo es ayudar a reparar cerebros humanos dañados mediante la sustitución de tejido cerebral dañado con microchips. El equipo ha tenido éxito al permitir que las ratas recuperen funciones motoras perdidas como pestañear. Sin embargo, los defensores de los derechos de los animales critican duramente est
1. LAS CONTROVERTIDAS RATAS CIBORG DE TEL AVIV
Una rata permanece inmóvil en
una mesa de operaciones
inmaculada. Está viva, pero
fuertemente sedada. Cuando te
acercas un poco más te das
cuenta de que no es un roedor
convencional.Tiene unos
electrodos insertados para
Un científico revisa a una rata sedada
estimular su cerebro, generando
como parte del proyecto desarrollado
una serie de ondas que pueden en la Universidad de Tel Aviv
visualizarse en una pantalla
cercana.
La rata forma parte de un controvertido estudio que se está llevando a
cabo en el departamento de psicología de la Universidad de Tel Aviv,
en Israel.
Los investigadores tratan de sustituir parte de su cerebro, así como el
de otras ratas, con equipo digital, convirtiéndolos exitosamente en
ciborgs.
Los defensores de los derechos de los animales han puesto el grito en
el cielo, al considerar que ésta es una práctica "grotesca".
Pero los científicos afirman que sus experimentos podrían ayudarles a
reparar la computadora más compleja del mundo: el cerebro humano.
Reparar cerebros rotos
El proyecto pretende ayudar a la
gente con enfermedades como
el mal de Parkinson o a
personas que han sufrido un
infarto cerebral.
Implica sustituir tejido cerebral
dañado con un microchip
conectado al cerebro, para que
Los científicos instalaron un chip que éste realice las labores de este
permitió a las ratas volver a pestañear. tejido cuando estaba sano.
"Imaginen que hay una pequeña área del cerebro que está
funcionando mal, e imaginen que entendemos la estructura de la zona
dañada", explica el profesor Matti Mintz, psicobiólogo de la
Universidad de Tel Aviv involucrado el estudio.
2. "Así que tratamos de replicar esta parte del cerebro con dispositivos
electrónicos".
Para hacerlo, los investigadores insertan unos electrodos a un
centímetro de profundidad en el cerebro de las ratas y los conectan a
un microchip colocado bajo la piel sobre el cráneo del animal.
El chip entonces recibe e interpreta información sensorial del tallo
cerebral (la parte inferior del cerebro), la analiza como haría su
equivalente biológico, antes de transmitir información de vuelta a los
sistemas motores en el centro del tallo cerebral.
"Por ejemplo, hay una región del cerebro que controla un simple
movimiento motor; la respiración", dice el profesor Mintz.
"Ahora mismo, si un paciente pierde este área no hay posibilidad de
recuperación. Sin embargo, si en el futuro fuéramos capaces de
sustituir este área que es responsable de un discreto pero esencial
movimiento, sería estupendo".
"Y esta posibilidad está en el horizonte".
Ratas biónicas
El equipo del profesor Mintz trabajó sobre un área de su cerebro
conocida como cerebelo, que es responsable de controlar y regular los
movimientos motores, tales como el pestañeo, en respuesta a un
estímulo.
La idea del proyecto es sustituir tejido cerebral
dañado por dispositivos electrónicos.
Sacaron partido del hecho de que si una rata escucha un sonido
particular antes de que se le dispare una ráfaga de aire, ésta pestañea
cuando el sonido se emite nuevamente antes de que otra ráfaga llegue
a sus ojos.
"Sabemos cómo registrar si los animales están aprendiendo a
responder a estímulos", cuenta Mintz, "les insertamos electrodos
alrededor del ojo, y monitoreamos la actividad muscular para detectar
cuándo la rata cierra su ojo".
3. "Sabemos que cuando se daña el cerebelo el animal no puede ejercer
nunca más esta respuesta motora y nada en el cerebro puede sustituir
esta habilidad".
"Por lo tanto, tras estudiar esta región del cerebro, nosotros
construimos una simulación que funciona de un modo similar al
sistema biológico original".
"Cuando notamos algunas mejoras en el movimiento perdido, estaba
claro que se debía a nuestro aparato sintético y no a ninguna otra área
del cerebro".
Amalgama científica
El mundo del celuloide lleva años hablando de los ciborgs. Desde
Terminator y Robocop a los robots biónicos de Isaac Asimov y los
replicantes de Blade Runner.
Aunque los neurocientíficos han estado explorando el cerebro durante
décadas, ha sido hasta hace muy poco que se dieron pasos
importantes en este área.
Un ejemplo son estos programas conectados al cerebro que permiten a
una persona con discapacidad controlar un cursor de computador tan
sólo con el poder de sus pensamientos.
También se ha experimentado con prótesis de extremidades que
funcionan en conexión con implantes en el cerebro. Sin embargo, estos
sólo funcionan en una dirección, es decir, recibiendo señales e
interpretándolas con acciones físicas.
Conseguir que una porción artificial del cerebelo reciba unas señales y
envíe otras al cerebro y éste las entienda es totalmente diferente y
representan todo un reto.
"La única forma de que un proyecto como este tenga éxito es combinar
distintas disciplinas: una unidad entre nanotecnología, biología,
informática y ciencia cognitiva", afirma la profesora Mira Marcus-
Kalish, quien también participa en el proyecto.
"Imaginemos que una persona pierde una buena parte de su cerebelo,
debido a una hemorragia, una lesión o a su edad", explica Mintz por su
parte, "el cerebelo envejece muy rápido, y por ese motivo perdemos
algunas funciones motoras".
"Lo que necesitamos descubrir es cómo recuperar estas funciones
motoras resultantes de una larga secuencia de movimientos".
Cyborgs humanos
Los defensores de los derechos de los animales afirman que estos
experimentos son "vergonzosos" y "horrendos".
4. "Este tipo de investigación desata muchos cuestionamientos éticos,
más allá de los pobres animales cuyas vidas son destrozadas por
experimentos dudosos", dice Jan Creamer, directora ejecutiva de la
Sociedad Nacional en contra de la Vivisección con sede en Reino Unido
(NAVS).
Es muy posible que otras cuestiones salgan a la luz cuando los
investigadores logren sustituir mayores porciones del cerebro por
dispositivos electrónicos.
La más obvia es cuán lejos deben llevarse estos experimentos en
humanos y cuantas neuronas podrían ser sustituidas antes de que
nuestros cuerpos sean controlados por una máquina y no viceversa.
Aunque algunos dirán que nosotros ya estamos interfiriendo con la
naturaleza al implantar un marcapasos o transplantar un corazón, el
cerebro se ve de forma muy distinta.
"Es fascinante cómo la gente se preocupa cuando algo tiene que ver
con su cerebro, existe ese miedo a que un intruso extraño tome control
de nuestras vidas", dice el psicólogo Carlo Strenger de la Universidad
de Tel Aviv, quien no está involucrado en el proyecto.
"Pero piensen en la cantidad de personas que sufren daños cerebrales
por culpa de accidentes, o la gente con enfermedades degenerativas.
Con más repuestos para nuestro cuerpo la gente no sólo estará viva
sino más sana".
"Una cuestión filosófica se presentará cuando seamos capaces de
descargar el cerebro de una persona en un chip y luego implantar el
chip en el cuerpo de otro", apuntó.
"Este es un problema que todavía no sabemos cómo resolver, pero
todavía no estamos en ese punto".
El profesor Mintz habla de la posibilidad
de que un día nuestras memorias se
almacenen en chips.
FUENTE:http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2012/01/120117_tecnol
ogia_ratas_cyborg_polemica_aa.shtml