2. La stevia (Stevia rebudiana Bertoni) es un pequeño arbusto herbáceo de unos 80
cm de altura, de hoja perenne, originario de Brasil y Paraguay. Se trata del
edulcorante natural más antiguo conocido, puesto que se utilizaba para endulzar
el mate desde tiempos inmemoriales. Las hojas son la parte más dulce de la planta
y donde residen sus propiedades, entre las que destacan el aporte de dulzor a los
alimentos sin elevar los niveles de glucosa en sangre y sin calorías, por lo que lo
hacen el edulcorante ideal para diabéticos y personas que estén siguiendo dietas
hipocalóricas.
3. Aunque la stevia es originaria de zonas subtropicales, se adapta bien a zonas
templadas y tropicales. El cultivo requiere bastante agua (1400-1800 l/m2 al año)
y no soporta sequías muy prolongadas, por lo que lo más normal es que sea
necesaria la aplicación de riegos regularmente. Además es una amante del sol y el
calor, con temperaturas superiores a los 13 °C (óptimo entre los 15 °C y 30 °C),
aunque resiste temperaturas extremas de hasta 43 °C. Puede soportar
temperaturas entre 5 °C y 15 °C, aunque en ese caso se ralentizaría su desarrollo
foliar. Sin embargo, con temperaturas inferiores la planta muere, por lo que, en
lugares de inviernos fríos y con heladas, es recomendable su cultivo en interior, ya
sea en casa o en invernadero.
4. Los suelos óptimos para el cultivo de Stevia son aquellos con un pH entre 5,5 y
7,5 de textura franco arenosa a franco arcillosa. No tolera suelos con exceso de
humedad ni suelos de alto contenido de materia orgánica, principalmente por
problemas de enfermedades causadas por hongos. Para solucionar el problema de
una alta humedad se puede cultivar en terrenos con pendiente o se pueden
disponer drenes evitando así el encharcamiento No son recomendables suelos
salinos ni suelos muy ácidos. La planta necesita buena permeabilidad y drenaje,
por lo que se recomienda que el terreno tenga buena estructura y aireación.
5. La primera poda consiste en la formación y limpieza, y se efectúa entre los 80 y 90
días tras el trasplante. Esta primera poda es muy importante para el éxito de los
cortes posteriores, y se considera ya cosecha.
6. Se deben tener en cuenta las características de la raíz, que se distribuye próxima a
la superficie. Además, la stevia es una planta que no tolera largos periodos de
sequía pero que exige que el suelo tenga un adecuado nivel de humedad para
asegurar su buen desarrollo, sin llegar al encharcamiento.
En aquellas zonas en donde la precipitación anual es escasa, en general es
recomendable la utilización de sistemas de riego. La necesidad hídrica del cultivo
es de 5 l/m2 diarios aplicados con intervalos de 3 días si el suelo es de tipo arenoso
y cada 5 días si es de tipo ligeramente arcilloso. El riego se debe suspender 15 días
antes de la cosecha, para no afectar al contenido de azúcares en la hoja.
7. En función de la localización del cultivo, durante el año se realizan dos, tres o más
cosechas de stevia (también denominadas cortes). Todas ellas deben efectuarse a 5
cm de altura desde el cuello de la planta, procurando que queden dos o tres pares
de hojas. Es habitual hacerla con tijeras, requiriéndose realizar un corte limpio sin
magulladuras y que las tijeras hayan sido desinfectadas antes de su uso para
evitar propagar enfermedades de otras plantas. El momento oportuno de cosecha
se corresponde con el inicio de formación de botones florales en la planta, pues es
en este momento cuando la planta tiene el máximo contenido en glúcidos.