Las Cortes de Cádiz aprovecharon la oportunidad del vacío de poder durante la Guerra de la Independencia para introducir reformas liberales en España. Redactaron la Constitución de 1812, que estableció el primer régimen constitucional español y transformó el país en una monarquía parlamentaria con amplias libertades civiles. Sin embargo, muchas de sus medidas no se implementaron y la nobleza y el clero conservaron influencia, facilitando que Fernando VII restaurara el absolutismo cuando recuperó el trono.