El documento discute el papel de las redes de comunicación en los movimientos sociales, argumentando que las redes sociales y el internet permiten que los individuos se conecten y organicen colectivamente para compartir ideas e indignación. Específicamente, las redes sociales permitieron que el caso de Ayotzinapa en México se difundiera viralmente a nivel mundial, generando una opinión pública global que logró darle voz al caso.