Carta de Sabrina Shorff enviada al juez Kevin Castel
Pensamiento (2)
1. LA VUELTADE MATECOCIDO
Hay una vuelta a considerar al habitante nacional como el
“argentino silencioso”. Ese que describía Mallea como una especie
de arquetipo criollo que desde la penumbra, desde el aburrimiento
de sus días, desde el anonimato anodino, desde la falta de ideología,
era el que marcaba de alguna manera las formas y los caminos a
seguir. Casi como una amenaza difusa que alguna vez o nunca
rebelaría su furibundo ataque.
Sabés que no..? Esa figura era apenas “lo que se cifra en el
nombre”: un argentino silencioso.
No nos dejemos engañar. Un argentino sin banderas, sin expresión,
callado siempre, por timidez, por falta de convicciones y de
acciones comprometidas.
Por eso fue tan poderoso el revulsivo de los últimos tiempos. Fue
una cuña clavada en el sistema. Una cuña que, a firmes golpes de
masa, penetró en cada espacio para revisarlo, analizarlo y
potenciarlo. Nadie quedó al margen. Todos en una misma olla
bullente. Mezcladas las pasiones, los intereses y los proyectos. Y
todos bajo un par de colores movilizantes y potentes.
Las tensiones se generaron y se propusieron cambios. Muchos
cambios.
¿Demasiados cambios para una sociedad casi inerte por décadas?
2. Fuimos cobijados bajo un pensamiento social en el sentido de
grupo, de comunidad, de pueblo. No fue un relato. Ni falta hace la
enumeración. Hagamos memoria. Yo ya la hice y por eso escribo.
Se le puso el nombre de “modelo” y en su seno se modificaron y
ampliaron derechos que –con apenas una mirada brevemente
histórica- hoy cuesta creer que se haya tardado tanto en ponerlos
en práctica y hacerlos ley. Parece mentira. ¿Por qué hoy existen
“ganancias legales” que nunca antes se habían colocado sobre el
tapete para ser discutidas? Hasta casi resultan obviedades y uno
dice: “Pero cómo puede ser que recién ahora se piensen estas
cuestiones desde el centro del humanismo, se vean tan claras y se
haya hecho justicia?”.
Quienes demandaban esa ampliación de derechos, tanto como
quienes ya se habían resignado a una existencia sin ellos, fueron las
personas que más valoraron cada avance.
El resto mirábamos el devenir.
Algunos orgullosos por la grandeza de cada conquista.
Conquistas que en buena medida eran pioneras en el mundo.
Otros las veían como cosas naturales de la historia.
Otros le buscaban el rédito político y menoscaban su importancia.
Y otros, por fin, a los que nada les interesaba.
3. Lo cierto es que el “argentino silencioso” quedó enterrado. Nació la
opinión personal. Llegamos a ver las entrañas mismas de una idea
en boca de ciudadanos de a pie. Ideología de por medio o no, se
empezó a mostrar “la hilacha” (dicho esto en el mejor de todos los
sentidos).
¿Por qué? Porque había logros que nos resultaban comunes y a
través de los cuales podíamos sentirnos en alguna medida
“sociedad”. La patria es el otro es una buena síntesis. Y si alguno no
creía en slogans, lo podía refrendar, discutir, apelar.
Esta, mi opinión personal, debe ser muy cercana a la verdad. De
otra manera no encuentro sentido a esta grosera (a nivel de
patetismo) prédica de “lo que se robó”, y del “nunca pero nunca
más esta gente”. Este permanente puñado de tierra arrojado sobre
lo que se piensa muerto.
No lo lograron después del ´55. Duró 18 años y no lo lograron.
Tampoco ahora lo lograrán.
La principal de las razones radica en un manual que ya conocemos,
puesto ahora en práctica por un grupo de amateurs de la política
(copiándome del Turco Asís), aliados de un “equipo” de cipayos,
mercenarios sin patria ni bandera.
4. Me piden paciencia y tiempo de espera. Me piden no poner palos
en la rueda. No detener un proceso que “recién comienza”.
Macanas. Este proceso comenzó con la Primera Junta en 1810.
Es lo que hoy llaman “la grieta”. La grieta significa blanco o negro.
Haya comenzado recién o nos haya empobrecido, mancillado,
torturado y asesinado una y cien veces al cabo de más de doscientos
años. Es negro o es blanco. No esperemos algo diferente. Menos
hoy, donde está todo tan expuesto y los resortes de la memoria nos
traen imágenes tan vívidas que son imposibles de ignorar o
atenuar.
No hablo desde ningún fanatismo ciego y bocón.
Tampoco me expreso desde la angustia de un cargo-subsidio
perdido por cambio de gobierno.
Y más aclaro: hace mucho que superé la eyaculación precoz. Con lo
cual digo lo que digo habiendo macerado el concepto de libertad. Y
también el de Patria. Es decir este lugar donde la justicia está
buscando un nuevo Mate Cocido, como aquel bandido de los
pobres que jamás robaba a los humildes para dárselo a los ricos.
-----------------------------------------------------------