Santa Luisa de Marillac nos muestra: Los escollos a evitar
Cuando Dios quita
1. www.slideshare.net/jorgeromerodiaz3
Cuando Dios Quita
Haré desaparecer de entre ellos el grito de gozo y el grito de alegría, el canto del novio y el canto de la novia, el
rumor de las piedras de moler, y la luz de la lámpara. Y toda esta tierra se convertirá en desolación y ruinas, y estas
gentes servirán al rey de Babilonia durante setenta años.
(Jeremías 25:10-11 BTX3)
Cuando las cosechas llegaban a su fin, se preparaba una comida, y se realizaba una celebración para bendecir los
alimentos. A esta celebración al final de las cosechas se denomina "la voz del gozo."
Dios está sencillamente avisando que Él cerrará las ventanas de los cielos (haría parar la lluvia) y que por tanto no
habría cosecha. Una vez que no habría cosecha, la voz de gozo desaparecería, Dios no quería que eso le sucediera a
Judá, quería lo mejor para ellos, pero Judá continuaría prefiriendo seguir en su maldad y sufrir las consecuencias,
en lugar de obedecer al Señor y así disfrutar de Sus bendiciones.
Cuando se hacía la vendimia de las uvas, el procedimiento era similar. De hecho, aun hoy en muchos lugares en el
mundo, las uvas son todavía puestas en un gran cubo y las personas las pisan cantando sobre las uvas, hasta que su
jugo se separa de la pulpa. La "voz de alegría" tiene que ver con la vendimia de las uvas.
Una vez más, hay mucho regocijo debido a la abundancia de la vendimia de las uvas. El Señor avisa a las personas
por medio del profeta Jeremías, diciéndoles que si ellos continúan con su rebelión, no habría vendimia, y la voz de
alegría desaparecería de la tierra.
La "voz de la novia" se refiere a una ceremonia que tiene lugar después del casamiento. Al final del primer año en
el que los recién casados se han alternado viviendo entre las casas de los padres tanto de la novia como del novio,
entonces el novio hace una declaración pública para que todos se enteren, de que ha salido y dejado a su mujer con
sus familiares, con el fin de ir a preparar el lugar donde vivirán juntos, el cual será en la casa de sus padres.
(Jua_14:1-3)
Dios está avisando de la inminente cautividad que pende sobre ellos debido a su incredulidad. Lamentos
inimaginables y sufrimientos se abatirán sobre todas las personas. Los esposos serán deportados y llevados
cautivos. La voz de la novia, y la respuesta alegre del novio, "todo lo que tú dices, YO voy a hacer," será
desarraigado a través de toda la tierra (de Judá). ¡¡¡Qué tremenda desobediencia!!! Las más gozosas y gratificantes
experiencias de la vida pueden perderse debido a que el pecado nos separa de nuestro Dios.
El molino consiste en dos piedras que tienen unos 50 cm. de diámetro. Ambas piedras tienen dientes cincelados en
la cara interior, y son puestas la una contra la otra, una debajo de otra y sus dientes juntos. Un tronco de madera en
el centro mantiene unidas las piedras en su lugar, y un agujero en la parte superior de la piedra permite que la
mujer vaya depositando los granos que se irán moliendo. Se precisan dos mujeres para rodar las piedras del molino.
"El sonido del molino" que Dios promete hacer desaparecer, era exactamente otra manera de decir que no habría
nada para moler. La gente sufriría necesidades, no porque Dios quisiese que eso ocurriera, sino porque ellos
escogieron el placer momentáneo del pecado, y por tanto; deberán sufrir las consecuencias.
El posterior, y más tráfico resultado del pecado de Judá fue que la "luz de la lámpara" desapareció. En los hogares
se mantenía siempre encendida una lámpara tanto de día como de noche. La luz era un símbolo de la presencia de
Dios.
Esta gente comprendió bien lo que Jeremías les estaba diciendo, pero no les importó, intoxicados por el pecado
como estaban, y cegados por su brillo, estaban dispuestos a arriesgarse y separarse de la presencia de Dios, antes
que arrepentirse. Aún más terrible que cualquier otra oscuridad física que tengamos, es la oscuridad espiritual, en
donde la luz de la presencia de Dios no brilla, es la peor oscuridad que puede sufrir una persona. Es más digna de
compasión esa persona que aquella que es físicamente ciega.